Hola hola! ¿Qué tendrá Anibal? Parece que Luna de sangre viene a amargar la fiesta. Los leo! Bso Kika
Fabrizio —¿Quién lo dice? — —El insoportable Beta de la manada Luna de Sangre dijo que el Alfa Ares estaba cada vez peor y que no podían arriesgarse a perder a su querido Alfa... sin contar la familia de la señorita… insufribles—dice el Rey como si fuera una tontería. —Esa mujer que vino… me pare
Fabrizio Esto se empezaba a complicar. Yo tenía mis ideas y teorías y le había puesto mucha cabeza a esto, y no era ningún tonto… pero esto me había sobrepasado. —Tiene que haber algo más…— Algunos discutían si era mejor destruir a esa Luna y evitar tomar mates destinadas, para que todo siguiera
—Y como siempre, espero que usted esté del lado correcto...— —Cada vez me es más difícil ver entre lo correcto y lo incorrecto, Fabrizio— —Busquen en su corazón, mi señora —le digo, y ella sonríe. —Supongo que te refieres al lugar de los lobos y tu amigo el rey. Si quizás si… igualmente, te quer
Marina — Fabrizio..realmente no entiendo —le preguntaba al vampiro, quien parecía enloquecido de un momento a otro, lo veía empacar ligero, estresado en su habitación. — Lo siento, pero lo que está sucediendo... yo…—dice él, pero sin terminarme de explicar Había estado de viaje por un tiempo, y
— Sí, los supuestos experimentos— — Creo que sé quién está tras todo esto y es un vampiro que yo conozco hace mucho tiempo, pero mi preocupación es que creo que no está trabajando solo, no solo ayuda a Aníbal… sino que debe tener un amo. Uno peligroso, un enemigo. Su Majestad no me dio permiso para
Carmen A los días, Aníbal ha mejorado solo un poco y sus quemaduras ya no son tan graves, pero, con todo y eso, simplemente no termina de levantarse, y los médicos siguen igual de perdidos. ¿Cómo había sucedido todo esto? Yo poco me había encontrado a esa loba; ella parecía aparecer y desaparecer
—¡Es que acá ustedes quieren acabar con Luna de sangre, quieren extinguirnos! ¿Qué le hiciste a Aníbal? —preguntaba mi hermano de forma dramática. —¡Ni una palabra más! —gritaba Freya, imponiéndose, y él tenía que callarse. Veía que lo llamaban a una reunión privada, y no me dejaron entrar. Me qu
Fabrizio Sabía que la decisión que había tomado no había sido fácil, pero era peor si yo me quedaba sentado de brazos cruzados sin actuar. La historia tenía la mala propiedad de repetirse continuamente, queramos o no, y ya yo había vivido demasiadas guerras y hambrunas; había visto morir a tanta