A la mañana siguiente no vi absolutamente a nadie, se supone que esta ala sería solamente para las personas tratadas en el fuego y nada más. La doctora realmente estaba con mucho trabajo estos días. —Buenos días— me dijo Xavier con una gran sonrisa cuando despertó y me maravillé al ver que él esta
Fabrizio —¿Quién lo dice? — —El insoportable Beta de la manada Luna de Sangre dijo que el Alfa Ares estaba cada vez peor y que no podían arriesgarse a perder a su querido Alfa... sin contar la familia de la señorita… insufribles—dice el Rey como si fuera una tontería. —Esa mujer que vino… me pare
Fabrizio Esto se empezaba a complicar. Yo tenía mis ideas y teorías y le había puesto mucha cabeza a esto, y no era ningún tonto… pero esto me había sobrepasado. —Tiene que haber algo más…— Algunos discutían si era mejor destruir a esa Luna y evitar tomar mates destinadas, para que todo siguiera
—Y como siempre, espero que usted esté del lado correcto...— —Cada vez me es más difícil ver entre lo correcto y lo incorrecto, Fabrizio— —Busquen en su corazón, mi señora —le digo, y ella sonríe. —Supongo que te refieres al lugar de los lobos y tu amigo el rey. Si quizás si… igualmente, te quer
Marina — Fabrizio..realmente no entiendo —le preguntaba al vampiro, quien parecía enloquecido de un momento a otro, lo veía empacar ligero, estresado en su habitación. — Lo siento, pero lo que está sucediendo... yo…—dice él, pero sin terminarme de explicar Había estado de viaje por un tiempo, y
— Sí, los supuestos experimentos— — Creo que sé quién está tras todo esto y es un vampiro que yo conozco hace mucho tiempo, pero mi preocupación es que creo que no está trabajando solo, no solo ayuda a Aníbal… sino que debe tener un amo. Uno peligroso, un enemigo. Su Majestad no me dio permiso para
Carmen A los días, Aníbal ha mejorado solo un poco y sus quemaduras ya no son tan graves, pero, con todo y eso, simplemente no termina de levantarse, y los médicos siguen igual de perdidos. ¿Cómo había sucedido todo esto? Yo poco me había encontrado a esa loba; ella parecía aparecer y desaparecer
—¡Es que acá ustedes quieren acabar con Luna de sangre, quieren extinguirnos! ¿Qué le hiciste a Aníbal? —preguntaba mi hermano de forma dramática. —¡Ni una palabra más! —gritaba Freya, imponiéndose, y él tenía que callarse. Veía que lo llamaban a una reunión privada, y no me dejaron entrar. Me qu