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Capítulo 3. Cara a cara de nuevo

Jessica también era descendiete de una familia de hombres lobo, sin embargo, el gen de los guardianes alfa (tribu de hombres lobo a la que pertenecía su familia) jamás brotó ni floreció en ella, cuando se dio cuenta de que su embarazo había resultado positivo supo de inmediato que su familia la desheredaría y que la echaría de casa, borrándola para siempre del árbol genalógico, todo sin siquiera preguntarle que era lo qué había sucedido con ella para que esa gestación se llevara a cabo. Por lo tanto ella decidió escapar de su casa y luego de dar a luz decidió irse de la ciudad que la vio nacer y que también vio nacer a su hijo en las tinieblas de la madrugada.

Había esperado durante toda la vida de su hijo para asegurarse de que el gen de los guardianes alfa tamboco brotara en él, y hasta ese momento así fue, situación que le brindaba un enorme alivio ya que el plazo máximo para convertirse en hombres o mujeres lobo eran los 21 años. Sin embargo, todos en Bado sabían que Layla tenía orígenes en la ciudad de los hombres lobo, y a pesar de que no todos estaban al tanto de la existencia de dicha raza Jessica estaba segura de que el destino de la hermosa joven era convertirse en una mujer lobo, con todo ello su amado hijo tendría sus primeros contactos con el linaje que le dio la vida a su madre y a él mismo.

Louis fue a caminar al lago que se encontraba a la entrada del bosque de las bestias para despejarse un momento, mientras su padre continuaba rehusándose a salir de la cama, pues se sentía perdido y no tenía la más mínima idea de cómo apoyar a su familia y tampoco sabía cómo iba a sostener una ciudad que con la poca población que le quedaba tenía la difícil tarea de gobernar. Comenzó a lanzar piedras al lago y a recordar su etapa de universitario en Tromso, debía cruzar el bosque de las bestias justo cuando salía la primera luz del alba, luego de que su primer año finalizara comenzó a rentar un apartamento cercano al campus por sugerencia de sus padres, pues el desgaste físico de levantarse en plena mardrigada y esperar al primer rayo de Sol estaba haciendo estragos en él y aún era demasiado joven.

- Hola - la voz de una mujer atrás regresó a Louis a la realidad.

- Hola ¿qué tal? - Louis regresó el saludo con extrañeza.

- ¿Qué es este lugar? - preguntó la atractiva mujer.

- Es una ciudad llamada Bado, estamos en el área del bosque azul - llamado así del lado de Bado porque los árboles en temporada de invierno se tornaban azules por el reflejo del sol en las hojas y en la nieve.

- Parece linda - dijo la mujer delgada y con cabello rizado - Soy Daniella, Daniella Evenson - estiró su mano a la de Louis a manera de presentación.

- Yo soy Louis Saéz - le dio un ligero apretón de mano para él también presentarse - ¿acaso vienes de Tromso? - preguntó Louis únicamente por curiosidad.

Daniella se asustó, ya que ella estaba perfectamente consciente de a quién tenía frente a sí, no obstante, decidió fingir no saber nada al respecto por el bien de sus planes a futuro - Sí, encontré un arroyo, lo he seguido y me trajo hasta acá - respondió ella con una sonrisa seductora, una de las tantas sonrisas con las que había hecho caer en sus garras a todos los hombres que ella se proponía.

- Wow - Louis se quedó perplejo - quizás un día puedas mostrarme cuál es ese arroyo - Louis le regresó la sonrisa seductora.

- Mmmm... no sé si eso pueda ser posible - respondió dudosa, ya que si llegara a mostrar a alguien ese arroyo que recién había descubierto podría significar que todo el poder por el que Daniella Evenson tanto luchaba por conseguir y acumular pudiese someterse a un gran peligro - pero este de verdad es un gran lugar - dijo Daniella para desviar la conversación - ¿cómo me has dicho que se llama? - preguntó con otra sonrisa y acomodándose su rizada melena cerca de sus hombros para así poder rozar sutilmente uno de sus senos.

- Se llama Bado - ¿de verdad te gusta? - pregunta Louis con una gran sorpresa.

- Sí, me parece que es un gran lugar - si bien, Daniella no era una mujer lobo, estaba en una constante búsqueda de poder y sabía muy bien que no debía cometer errores si su gran deseo era llegar a ser la reina alfa a pesar de solamente ser una simple humana, situación que no podía detestar más ya que no quería en lo absoluto ser una más del montón. Por ello al convertirse en una hermosa joven decidió que seduciría a los hombres más poderosos y adinerados de la ciudad de Tromso, y para su buena suerte conoció a Alessandro Morga.

Alessandro además de ser el hombre más adinerado de su ciudad, dueños de los clubes privados más exclusivos y de mayor prestigio y del banco mejor posicionado también era el jefe de la dinastía alfa, situación que generaba aún más poder y lo hacía un blanco perfecto para que Daniella pudiese cumplir todos sus objetivos - sería aún más hermoso si alguien tuviera la amabilidad de prestarle un poco más de tiempo, atención y dedicación - dijo Evenson con desprecio y a Louis le dolió el comentario como una lanza en el corazón, pues de verdad quería que Bado prosperara pero no sabía por dónde empezar y cómo hacer para que sus planes no resultaran un desastre.

- Claro, es que se nota que tú eres toda una experta gobernando ciudades y haciendo lo mejor para los habitantes que viven dentro de ella - Louis regresó el comentario lleno de veneno y de maldad.

- No, pero al menos soy una Arquitecta que sabe de interiores y de paisajismo - responde Daniella creyendo que había triunfado en el enfrentamiento que ella misma inició.

- Esto es un bosque, y una hermosa reserva natural, no una construcción con diseños rebuscados y pretenciosos - lanzó Louis en su defensa y en defensa de Bado.

- Espera... ¿haz dicho gobernar? - preguntó Daniella llevándose una enorme sorpresa.

- Sí, eso fue lo que dije - respondió Louis con orgullo y con una gran firmeza, no estaba dispuesto a permitir que nadie pisotera el honor de su ciudad natal.

- ¿Tú eres quien gobierna este lugar? - preguntó Daniella al borde del desmayo.

- Soy el nuevo alcalde para ser exactos - contestó Louis y recordó la gran responsabilidad que llevaba sobre sus hombros.

- ¿Desde cuándo eres alcalde? - preguntó Daniella mostrando dulzura aunque en realidad veía frente a ella una gran oportunidad para acumular aún más poder y más bienes materiales.

- Desde hoy por la mañana - le contestó Louis mirándola a los ojos. Realmente esa mujer era muy candente y demasiado bella, aunque no tanto como Layla.

- Vaya ¿y cómo es que piensas sacar adelante este lugar? - preguntó Daniella y al mismo tiempo sonó su smartphone de último modelo.

- ¿Hola? - constestó.

- ¿En dónde estás metida mujer?, ya he comprado la botella de champagne y también te compré un juego nuevo de lencería para que lo uses conmigo - era Alessandro quien estaba del otro lado de la línea.

- No puedo hacer eso en este momento, tendrás que esperar hasta el anochecer - dijo Daniella - te dije que hoy estaría atascada de trabajo en el despacho - reitera al amor de su vida.

- ¿Cómo te atreves a decirme que no? - Alessandro se puso furioso pero Daniella mantenía bajo el volumen de la llamada por lo que Louis no se percataba de lo que estaba pasando más allá de la línea - te dije que al anochecer, sabes bien que cuando se trata de mis deberes no puedo abandonarlos por motivos injustificados - dijo Daniella en su defensa.

- Al diablo con tus deberes, vas a ser la reina madre - le recordó Alessandro.

- Pero aún no lo soy - para que Daniella se convirtiera en reina madre primero debía contraer matrimonio con Alessandro y toda la dinastía de los hombres lobo debía aprobar dicho matrimonio y luego de casarse con el heredero al trono debía dar luz a por lo menor tres hijos varones para asegurar el buen futuro del linaje de sangre real.

- No discutiré más contigo, te espero en la noche dentro de mi habitación - Alessandro cuelga la llamada.

Cuando Daniella terminó de hablar por teléfono se percató de que Louis ya no estaba a su lado, miró a su al rededor y lo vio analizando los árboles de cerca y de manera detenida - ¿te gusta la naturaleza? - preguntó Daniella a su nueva presa.

- Me gusta cuando es un brote genuino de la tierra, no cuando es una imitación de la raza humana - dijo Louis de manera negativa para referirse al trabajo de Daniella.

- Deja de hablar así, mi trabajo no es hacer imitaciones - Daniella había comenzado a molestarse, no soportaba que alguien la pusiese en su lugar y menos cuando se trataba de un hombre que a pesar de ser bastante fuerte y atractivo era ocho años menor que ella.

- Puede que tengas razón, pero si no quieres que yo hable mal de tu trabajo te recomiendo que no vuelvas a hacer un solo comentario negativo de la ciudad que estás pisando o se lo haré saber a todos los que viven aquí y quién sabe cual sea tu destino - Louis no dudó en amenazar, no tenía una idea clara de cómo sacaría adelante a Bado pero tampoco iba a permitir que una completa desconocida se sintiera con el derecho de menospreciar el lugar que gobernaba.

- ¿Me estás amenazando? - preguntó Daniella indignada.

- No, solamente te estoy dando a conocer las reglas para las personas que son visitantes casuales - dijo Louis con sarcasmo.

- ¡Ya deja de burlarte de mi! - Daniella dio un par de golpes en el pecho de Louis pero él de inmediato la contuvo por las muñecas.

- ¿Qué crees que estás haciendo? - la voz de Layla se escuchó al fondo del bosque azul, estaba más que furiosa al ver como esa corriente y atrevida mujer tuvo la osadía de ponerle los puños encima a su hermano - ¿quién te crees que eres para actuar de esa manera? - los gritos de Layla resonaban por todo el espesor del bosque, los pájaros salieron huyendo en manada debido al espando que la joven les causó.

- Tranquila, no pasa nada, únicamente estábamos jugando de una manera un poco ruda - dijo Louis a su hermana.

- ¡Por favor! ¡Ni siquiera jugabas así conmigo cuando era más pequeña! ¿qué clase de motivo podrías tener para jugar así con una perfecta desconocida? - Layla aún estaba furiosa.

- ¿Desconocida? - Daniella odiaba no ser tratada como alguien especial, en todo lugar y en todo momento, sin importar que no estuviese dentro de su círculo social ella tenía la firme convicción de que tenía mucho más valor que cualquier otro ser vivo que pisase la tierra. Evidentemente el que una niña le estuviera hablando de esa forma le indignaba y le enfurecía al mismo tiempo.

- Eso es lo que eres, y no tienes ningún derecho a tratar de esa manera a mi hermano ni a cualquier otra persona que esté siendo amable contigo, y menos aún si estás en un pueblo en el que no formas parte de nada - Layla no estaba cuidando sus palabras y no tenía ni la más mínima intención de hacerlo. Desde momento supo que frente a ella tenía una enemiga a muerte.

- Me queda claro que es tu hermana, es igual de soberbia y arrogante que tú - le dijo Daniella a Louis a manera de burla.

- Si no te gusta puedes irte por dónde llegaste, estoy segura de que ni mi hermano ni nadie que viva en esté lugar te trajo aquí a la fuerza - lanzó Layla en defensa del honor de su hermano y del de su familia.

- ¡Layla! - Louis deseaba que su hermana parase todos los comentarios nocivos que estaba soltando sin piedad. Nunca antes la había visto con aquella braveza.

El smart watch de Daniella sonó con una notificación, se trataba de que una reunión importante estaba a punto de dar inicio en el despacho de Arquitectura y ella debía estar presente al ser la que encabezaba el proyecto - me tengo que ir - Daniella miró y habló una vez más a Louis fingiendo dulzura y amabilidad.

- Gracias Dios - dijo Layla como último comentario humillante.

- Espero volver a verte pronto - se dio media vuelta y se fue.

- Vine a decirte que encontré unos documentos importantes en la biblioteca - le dijo Layla a Louis sin darle la oportunidad de ver por dónde se estaba yendo aquella mujer - quizás te puedan servir para tu puesto de alcalde. Ven conmigo para que los analices - Louis empezó a caminar al lado de su hermana para dirigirse a la biblioteca.

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