Abrazaba perfectamente mi figura de reloj de arena. Me giré para tener una buena vista de todo con perspectiva. Sí, esto debería funcionar. Está completamente rematado con el par de tacones color crema con correa en el tobillo y punta abierta que me he conseguido. Estaba implecable, cualquier caería enredado.Me paré frente al espejo, sin saber qué hacer con mi pelo. Tuve que cambiarlo de alguna manera.Vi una plancha de pelo en el mostrador del baño y la recogí. Tomé una respiración honda antes de comenzar a alisar mi cabello. Permanecería así por un tiempo hasta que mis rizos regresen al ataque pero se sintió bien hacer algo nuevo con mi pelo.Casi había terminado cuando sonó un golpe en la puerta.—Hugo está en camino. Tienes que salir— escuché llamar a Susy.—Saldré en un minuto— dije mientras terminaba de alisar mi cabello, agarré la funda de pistola y me la guardé en el muslo, tirando de mi vestido y asegurándolo más alto en mi pierna deslicé una pequeña pistola cargada y un cuch
Mis pies chasquearon en la acera de la calle mientras caminaba hacia el casino, el encuentro en el ascensor escondido lejos en mi mente para futuras referencias.Tenía un trabajo que hacer ahora y tenía que mantenerme concentrada, centrada en la misión, fuera como fuera es mi meta a corto plazo, puedo dejar de lado mi venganza. Bueno, siendo honestos joder a los Lombardo también entra dentro del pack. El edificio al que me dirigía era fácil de detectar. Era enorme y el frente tenía lo que parecían ser millones de luces, ambas se debaten entre cegadores y atrayentes, en mi humilde opinión son más cegadoras que atrayentes. EL local resplandecía con un bonito tono dorado en lo alto del edificio tintando las letras grandes. Había mucha gente afuera esta noche, la mayoría eran turistas que se detenían para tomar fotografías, otros eran hombres de negocios que corrían a la oficina y una linda pareja que pasaba de vez en cuando.La mayoría de las cosas que vi eran nuevas para mí. Los autos
Había migrado del bar a un par de mesas, coqueteaba y hablaba con algunos muchachos, que me había encontrado ahí, básicamente, traté de mezclarme. El alcohol que había tomado antes parecía relajarme un poco y estaba agradecida porque la tentación de sacar mi arma y dispararle a cada hombre que me tocaba era fuerte.Estaba feliz porque para mi sorpresa tenía un sentido de la paciencia mucho más grande del que me suponía, porque las cosas se estaban moviendo más lento de lo que deberían haberlo hecho y estoy intentando mantenerme cuerda.Suspiré apartándome de un idiota una vez más después de impulsar el ego de otro hombre cuando mis ojos finalmente captaron la vista de Clayton. No era un tipo mal parecido con su cabello color caramelo y ojos verdes, de hecho era bastante guapo. Uno de los hombres más guapos de la escena en la que me encuentro. Tiene un cuerpo envidiable que dejaba al descubierto que se manchaba las manos de vez en cuando por sus negocios.Caminó hacia el centro del ca
Agarré la mano de Kol y tiré de él conmigo hacia donde estaba Clayton o donde se suponía que se dirigía. Seguía siendo detenido por personas que querían hablar con él, por lo que funcionó a mi favor.El plan tenía que empezar ya a rodar sobre ruedas o nosotros probablemente acabaríamos en grandes problemas.Y se perfectamente que no es el mejor plan del universo de igual manera se que soy la principal perjudicada, ya que me dejaría malherir por un idiota que acabo de conocer en nombre de una misión para el hombre que he jurado matar a él, a su padre y a su maldita estirpe.Pero aquí sigo.—Ava. ¿Qué demonios estás haciendo?—preguntó Kol poco después con seriedad sin entender la escena.Pobre muchacho. Ni siquiera sabe de donde le he salido.—Clayton se me está escapando. Necesito llamar su a
—El hombre que hizo esto, ¿recuerdas su rostro?—Preguntó Clayton con un nudo notable en el ceño. Negué con la cabeza.—No tuve tiempo de memorizarlo. Estaba tan asustada y él siguió golpeandome, me sentía tan impotente—dije con tristeza en la voz.Pobre Kol, ni siquiera se como había podido darme los golpes. Aunque el cabrón no tenía poca fuerza.—Oye— dijo Clayton girando mi cara hacia la suya—No eres ninguna victima. Tú pareces una mujer muy fuerte e independiente—suelta él con seriedad.—Gracias Clayton— dije con una pequeña sonrisa.—No hay problema. Ojalá hubiera llegado a tiempo. ¿Que estabas haciendo en el pasillo?—preguntó finalmente.— Te estaba buscando. Después de que te fuiste, me aburrí rápidamente y… nunca conocí a alguien como tú, Clayton. Simplemente haces las cosas mucho más fáciles— dije deslizando mi mano sobre la suya donde descansaba en el sofá. Él entrelazó nuestros dedos y me dio una sonrisa suave.—No te alejes—sigo con mi teatro como si me fuera la vida en e
— Clayton, si realmente sientes algo por mí como yo siento por ti, me dejarás marcharme. Por favor— supliqué con desesperación fingida.Clayton suspiró y se pasó una mano por la cara. Negó con la cabeza y señaló un pasillo a mi derecha con resignación.Vaya con el grandullón se había enamorado demasiado rápido de mi.—Gracias. Adiós— dije alegremente caminando por el pasillo, mis tacones haciendo clic con cada paso. Llegué a una puerta de metal, la abrí y comencé a bajar las escaleras.Fui al piso dos niveles debajo de la casa de Clayton y tomé el ascensor hasta la planta baja, justo en el lugar donde vi por última vez a Kol. Me abrí paso por el casino, escondiendo mi rostro de todas las cámaras y salí invicta a la calle.Caminé hacia el hotel donde los demás estaban esperando, decepcionada de no haber podido usar mi arma, cuchillo o incluso pelear un poco. Por mucho que me encantaba actuar y hacer de damisela en apuros, también me gustaba golpear y matar cosas, un hábito en el que
Nunca en mi vida me había quedado sin palabras como en este momento. Mi boca se abrió y se cerró, ningún sonido salió de ella mientras mis ojos estaban pegados a los oscuros de Hugo. Me miró esperando, con calma, pacientemente. Sabía que la ira brillaba detrás de su mirada fría, pero ¿por qué? Los golpes que me dio Kol eran duros, diablos, pero deseados, incluso los pedí. No creía que a Hugo le importara el daño en mi cara ni me preguntara cómo lo conseguí. No me había preparado para este momento. No estaba preparada.Desde la organización me habían entrenado para estar listo para cualquier cosa. Secuestrada por el gobierno de los Estados Unidos, podría escapar. Dejada varada en un desierto, podría sobrevivir. Abandonada en la Antártida, podría vivir. Atada a una silla con una bomba, podría salvar mi vida. Varada en una isla, podría volver. Atada y anclada al fondo del mar, podría salvarme mí misma.Pero nunca en esos 4 años estuve preparado para la mirada intensa de un hombre con e
—Entonces dime, tesoro… — dijo invadiendo mi espacio personal. Odiaba que hiciera esto. Era agobiante sobre todo saber que mis sistemas de protección y seguridad que consistían en ponerme en alerta cada vez que un hombre se acercaba más de lo debido no estaban funcionando. Me estaba dejando expuesta y eso si que no se lo iba a perdonar jamás.Es jodidamente irresistible, no voy a negarlo. Todo su cuerp es puro magnetismo, su manera de hablar, su rostro, todo de él llama al jodido pecado y a la estupidez, porque eso es lo único que sería si yo me sucumbiera a mis peores instintos y siguiera la pasión que me empuja a arriesgarme y a fantasear sobre el que pasaria.Su aliento a menta abanicó mi rostro y el calor que emitia su pecho expuesto no pasa desapercibido para mi calor corporal. Hay una pequeña voz que me susurra la posibilidad o mejor dicho la locura que sería que nos besaramos. Dios, me estoy volviendo jodidamente loca. No quiero saber nada de este tipo. Es demasiado para mi