"¿Casarme contigo?" Álex arqueó una ceja con expresión severa.Las mujeres que deseaban casarse con él podrían formar una fila tan larga que haría parecer diminuta a la enciclopedia más grande."¿De verdad me amas?" Preguntó Álex con tono inexpresivo."Amo el dinero, sobre todo el tuyo", respondió Lyra con expresión seria."Mira, al final nosotras las mujeres siempre debemos decidir: o nos casamos con quien amamos, o con quien nos ama y aprendemos a amarlo después".Lyra se encogió de hombros sin mostrar arrepentimiento alguno."Puedo dejarte estar a mi lado, quererme y mimarme, tal como lo hiciste con Sofía. Tu forma de amar es tan... generosa. Hasta te daría el privilegio de amarme"."¿Te han dicho alguna vez que tienes una cara dura?" Replicó Álex con incredulidad.'Esta mujer es a veces fugitiva, engañosa, aguda, voraz, feroz y cruel, pero posee un gran espíritu'.Lyra esbozó una sonrisa burlona sin apartar la mirada ni un instante."Con todo el maquillaje que me pongo a diario, se
Sofía frunció el ceño. "¿Hablas en serio, Lyra? Esto no es nada típico de ti"."Te lo juro", respondió Lyra mientras se reclinaba en su silla con una sonrisa despreocupada. "Nunca he hablado tan en serio en mi vida".Miró directamente a los ojos de Sofía. "Vamos a ser sinceras, no vamos a ser jóvenes toda la vida. Necesitamos un lugar, y a alguien que nos dé seguridad cuando empecemos a envejecer".Lyra soltó un suspiro mientras su rostro reflejaba nostalgia. "Siempre he soñado con tener mi pequeña familia perfecta, ¿me entiendes? Un niño guapo, una niña preciosa... y verlos crecer y salir adelante. Con eso podría irme tranquila de este mundo".Sofía arqueó las cejas, sorprendida. "¡Pero siempre andabas diciendo que querías un montón de plata para poder 'comprar' a cualquier hombre que se te antojara!"El rostro de Lyra se ensombreció por un momento. "Todos teníamos sueños locos cuando éramos jóvenes. La gente cambia, Sofía. Ya encontré a mi alma gemela y quiero algo real"."¿Te refier
Kelly se plantó con confianza frente a la mesa, clavando su mirada penetrante en Sofía y Lyra. En su momento, había sido la persona más famosa de Vancouver. Aunque jamás modeló profesionalmente, todos comentaban que sin duda hubiera sobresalido en esa industria si lo hubiera elegido.En cambio, Kelly brillaba como la mujer más brillante en la historia de Vancouver. A los 17 años, se graduó de la universidad más prestigiosa de la ciudad, captando la atención de Alfred Kingston, quien la adoptó e integró a su empresa. Aunque sin parentesco sanguíneo, su vínculo con Alfred la posicionó públicamente como prima de Jasmine.Al incorporarse a Kingston Enterprise, los medios aclamaron fervientemente su genialidad, catalogándola como un prodigio en su campo. Todos reconocían que gozaba de la máxima confianza de Alfred."Señorita Kelly", Sofía se incorporó rápidamente, con voz que mezclaba sorpresa y respeto. "¿A qué vienes?""Necesito llevarme a Álex, si no te molesta", respondió Kelly con un
Un helicóptero aterrizó en la pista del aeropuerto, donde un elegante jet privado esperaba con sus motores suavemente encendidos. Mientras las hélices reducían su velocidad, Kelly acompañó a Álex a través de la pista con paso firme y mirada atenta."El viejo ya está adentro", dijo Kelly, con un tono tranquilo pero decidido.El personal de Kingswell formó filas junto al jet, saludando con respeto a Álex.Entre ellos, un joven recluta lo observaba con admiración, todavía procesando los rumores sobre Álex: que era una figura de élite dentro de la organización, seleccionado directamente por el Rey. A su lado caminaba Kelly, conocida como "La Diosa Fría de Kingswell". Con su inteligencia y belleza cautivaba a muchos, incluido aquel joven que guardaba fotos suyas recortadas de periódicos y revistas digitales. Y seguramente no era el único admirador secreto.Al entrar al jet, Álex vio al anciano recostado en una cama médica portátil. Su rostro lucía sereno, pero Álex sabía que esa calma esco
Con un dolor de cabeza desgarrador, la mujer se despertó sintiendo su cuerpo entumecido. Al intentar moverse, una sensación de terror la paralizó: un desconocido desnudo estaba acostado a su lado. En medio de un pánico creciente, intentó recordar cómo había llegado hasta allí. Un escalofrío la recorrió al darse cuenta de la verdad: estaba desnuda, y había perdido su virginidad.El hombre se removió, sus ojos oscuros se abrieron con lentitud. "Lo de anoche fue espectacular. ¿Seguimos?", le dijo con total naturalidad, incorporándose y mostrándole su físico impecable. Sin inmutarse, tomó una botella de agua y se la ofreció. "Bebe, seguramente tienes sed. Podemos retomar donde lo dejamos si quieres".Dominada por el miedo y la rabia, la mujer actuó por puro instinto y le propinó una fuerte bofetada. "¿Quién eres? ¿Cómo llegué aquí? ¿Qué me has hecho?"Alexander Leonhart recibió el golpe, sintiendo arder su mejilla. La observó: era una belleza hipnotizante de cabello sedoso y un cuerpo perf
"¡Eres un ser completamente patético!", se burló Sofía con desdén. "Solo eres un simple don nadie que se cree ser el ombligo del mundo. ¡Detesto tratar con gente tan insignificante como tú!".Alex soltó una risita. "Te aseguro que estoy siendo completamente sincero"."¿Tú? ¿Poderoso?", lo miró con desprecio absoluto. "Ni siquiera tienes idea de las personas influyentes que conozco. Con solo una llamada, podrían borrarte de la existencia".Alex se rio. "Esos mismos hombres poderosos probablemente me rueguen que me case con sus hijas para congraciarse conmigo. Créeme, eres muy afortunada por cruzarte conmigo".¡Qué engreído! Sofía puso los ojos en blanco, rabiando de disgusto. Lo único que deseaba era estamparle algo en la cara de ese charlatán. ¿Cómo podía ser tan descarado, presumiendo de poder cuando solo cargaba una vieja mochila militar?"Puedes intentar atarme con este matrimonio para obtener mi dinero", replicó Sofía con frialdad, "pero te advierto que jamás lo permitiré. Si mi fa
"Señor, mi única hija nació enferma, y su condición está empeorando cada día", le dijo Alfred con los ojos anegados en tristeza. "Sufre constantemente. He consultado a todos los médicos, he gastado una fortuna, intentado absolutamente todo... y nada funciona. Aún sigue deteriorándose. Por favor, ayúdela. Haré cualquier cosa que me pida".Alex lo observó con una calma inquietante. "Veré a tu hija mañana".Alfred se quedó paralizado. Jamás esperó que él accediera tan fácilmente. Tomó la mano de Alex y se inclinó en una reverencia profunda de gratitud. "¡Gracias, mi señor!", susurró, con su voz quebrada por la emoción.Alfred no podía creer su suerte cuando su líder mencionó la visita de Alex a Vancouver. No conocía todos los detalles sobre quién era Alex, pero tenía certeza de una cosa: ¡su propio líder tendría que arrodillarse ante él! Si Alex se disgustaba, millones de vidas podrían desvanecerse. Pero si estaba complacido, ¡incluso los moribundos podían resucitar!Como jefe de la organ
Cuando Alex se acercaba a la entrada de la casa, Sofía lo notó detrás de ella."¿Aún no has tenido suficiente?", le preguntó ella con sarcasmo."Créeme", le respondió Alex, "encontrarte es lo último que quería hoy".Sofía se plantó frente a él, bloqueándole el paso. "¿Entonces a qué viniste? ¿Vienes a restregarme el mayor error de mi vida?"."¿Error?", el tono de Alex se endureció. "Podría decir lo mismo. ¿Crees que disfruté despertando y darme cuenta de que había desperdiciado mi tiempo con alguien tan superficial?""¿Superficial?", los ojos de Sofía despidieron chispas de rabia. "Solo estás amargado porque sabes que tengo razón. No eres más que un perdedor, un cazafortunas".Alex se rio, negando con la cabeza. "Estás delirando. No necesito absolutamente nada de ti, ni mucho menos tu dinero".Sofía se le acercó más, con su dedo señalándolo amenazante. "¿Entonces qué quieres? ¿Arruinar mi vida aún más?"."No, no estoy aquí para arruinarte nada", Alex le clavó su mirada en la de ella. "