[Ximena Carbajal]La reunión por mi cumpleaños estuvo genial, me avivo el ánimo que me había desaparecido durante la mañana. Me enfunde en un vestido diseñado por m hermana color azul zafiro, de un lado con una manga farol y del otro lado sin manga, me llegaba poco más arriba de las rodillas y estaba cómodamente ajustado. Me encanto, fue el regalo de cumpleaños de mi hermana, me recogí el cabello en media coleta sujetándola con un broche de piedras brillantes que me regalo una vez mi madre, unos pendientes a juego con mi atuendo y unos zapatos altos del mismo color.Me olvide un poco de mis preocupaciones cuyo nombre comienzan con “L” para dar paso a la distracción. Ya que eran los días cálidos de primavera, mi madre se empeño por decorar el jardín con luces y telas de velo para convertirlo en un jardín elegante. Invite amigas que hace tiempo no veía, algunas personas del trabajo como Tris que a pesar de ser mi secretaria nos apreciamos mutuamente y fuera del trabajo nos llevamos como
[Ximena Carbajal]Me desperté cerca de mediodía, estiré mis brazos y bostecé. Me puse de pie, me miré al espejo y estaba sonriendo. No podía ser un sueño estaba feliz por que por fin León y yo pudimos hablar largo y tendido sobre nuestros sentimientos. Miré mi móvil Martha ya me había enviado los detalles de la reunión de hoy con nuestro cliente. Tenía apenas unas horas para bañarme y vestirme. Después de desayunar, me duché rápido ya que perdí demasiado tiempo contándole a Daniela lo que paso con León. Ella se puso muy feliz por mí, grito como loca animándome a que lo intentará de nuevo con él. Estaba emocionada. Aún no decidíamos regresar como quien dice formalmente. Mi cabeza daba vueltas cuando pensaba en como lo recibiría cuando pasará por mí, ¿con un beso en los labios o uno en la mejilla? “ya no somos niños” me repetía.Me decidí por un vestido negro con mangas y unos zapatos altos del mismo color. Me recogí el cabello en una coleta alta. Maquillé mis mejillas con rubor, pero n
[Ximena Carbajal]Después de no sé cuántas copas de vino llegamos al pent-house. Apenas puse un pie en el interior me deshice de mis zapatos, estaba ansiosa por lo que seguía. Veo con lujuria como León se quita el saco y se afloja la corbata dirigiéndome una mirada lasciva. Mi respiración se agita cuando se quita el cinturón, lo tomo entre mis manos, lo pongo sobre su cuello y a modo de juego lo atraigo hacía mí. Unimos nuestros labios con deseo mientras dejo caer el cinturón sobre el suelo, rodea mi cintura con sus brazos atrayéndome a su cuerpo.León jadea, sube una de sus manos hasta mi cuello donde presiona para intensificar nuestro beso, mueve sus labios sobre los míos con necesidad, nuestras lenguas danzan entre sí apasionadamente generando sensaciones eléctricas en el interior de mis muslos. Me separo un poco para respirar, pero quiero más, exijo sus labios de nuevo succiono, mordisqueo e intensifico el fuego incontrolable que nace cuando nuestros cuerpos se juntan. León baja s
[Ximena Carbajal] Checaba nuestras analíticas del mes en cuánto a nuestras ventas, íbamos muy bien en verdad. Mejor que nunca. En estos meses a cargo de la empresa junto a mi padre pudimos posicionarla en un nivel que jamás pensamos. Ahora era conocida como una de las mujeres empresarias clave del país, cada vez que pensaba en ese logro sonreía de felicidad. Tenía todo, y todo lo había conseguido gracias al apoyo de León que creyó en mí para cederme su puesto en la empresa, aunque todo lo que se planteaba, siempre iba a parar hasta sus ojos ya que el como uno de los propietarios siempre tenía que dar el visto bueno a los nuevos proyectos. Siempre tratábamos de ver las pros y contras como dos negociantes, habíamos separado bien nuestros roles y, aunque alguna vez le planteé que regresará a la empresa él estaba feliz con la suya. Desde el despacho escucho la puerta de la entrada de la residencia de los Hernández. No puedo evitar sonreír picaresca porque sé que ese sonido me anuncia que
Ximena Carbajal Abrí los ojos, mi cabeza daba vueltas de manera desorbitada, distinguía con dificultad la silueta de León que me miraba con rostro preocupado. ¿Qué había pasado? Lo último que recuerdo es que estábamos desayunando en el comedor y ahora estoy en su habitación. Me llevé la mano a la cabeza. —¿Estas bien? —preguntó él depositando un beso suave en mi frente. Sonreí de manera forzada, para nada estaba bien, pero no quería preocuparlo más de lo que ya estaba. ¿Por qué me desmayé? —el doctor ya viene en camino, tranquila. León caminaba en círculos dubitativo. Fruncí el ceño, observándolo me estaba causando ansías. —¿Puedes sentarte por favor? —le pedí llevándome una mano a la cabeza, aún me dolía. León se detuvo dirigiéndome una mirada de preocupación —¿y si estas embarazada? Mis nervios se tensaron —eso no puede ser, me estoy cuidando. —Pero a veces los métodos fallan, he leído sobre eso —arqueé una ceja. —León, no estoy embarazada —dije tajante —lo siento. León hizo
[Ximena Carbajal]Le llamé varias veces a León, pero no me contestó. Maldita sea, aventé el móvil que rebotó por la cama hasta caer al suelo. Me llevé las manos al cabello con desesperación, tan bien que habíamos estado los últimos meses.—¿Problemas en el paraíso? —escuché la voz de mi madre que estaba de pie recargada en el marco de la puerta.—Creo que León me terminó, de lo enojado que estaba pensó que le estaba pidiendo tiempo… ¿puedes creerlo mamá? —mi mamá esbozó una sonrisita.—Son problemas de pareja joven hija, de esos habrá, lo importante es que si se quieren hablen, los dos tienen un carácter que uff, ni para que te cuento —le dirigí una mirada asesina mientras mamá se divertía mirándome —León es un hombre muy explosivo, pero a la vez muy sensible, conozco a mi nuerito, y tu hijita tampoco eres la dulce doncella, tienes tu carácter y muy acentuado además de que siempre quieres tener la razón para todo, el día en que ustedes dos se pongan de acuerdo, ese día seré la mamá má
En la noche no pude dormir pensando en León, tenía muchas ganas de llamarlo, pero mi orgullo pudo más. Por la mañana, se me hizo tarde, cuando baje a desayunar mi papá y Daniela ya habían salido a la oficina. Tuve que pedir un café para llevar. ¡Mierda! Maldije, al querer encender mi auto éste se quedó atascado, no arrancaba. Mordí mi labio, ¿era cosa del destino o la vida me estaba dando una lección? El único mecánico que conocía era León. Suspiré, ¿lo llamaré o no lo llamaré? ¿y si sigue enojado y no quiere verme? Mejor no lo hago, necesito que tomemos nuestro tiempo para pensar bien hacía donde llevaremos nuestra relación. Entonces decidí llamar un taxi para que me llevará a las oficinas de CarSo.Cuando llegué llevaba media hora de retraso, iba echa una furia. Apenas crucé las puertas noté como todos los empleados me miraban de una manera extraña. Fruncí el ceño. Daniela me interceptó en la entrada.—Ximena, ¿Por qué llegaste tan tarde?Hice una mueca.—Daniela no quiero hablar so
Ximena CarbajalLeón y yo nos dirigimos al despacho del abogado Rubier, el esposo de Judith López. Mientras conduce al estilo experto como todo un rápido y furioso, de vez en cuando deja su mano en mi rodilla deslizándola un poco más hacía el interior de mi entrepierna, volteo a verlo y el me dirige una sonrisa traviesa. Dejo su mano donde ésta, me gusta sentirme deseada por mi hombre. Lo miro con lascivia esperando pronto estar en casa los dos solitos. Cuando se estaciona frente al despacho le digo —entraré y hablaré con el abogado así sabremos exactamente lo que tú “hermana” quiere, tal vez me de sus datos y podamos ir a hablar directamente con ella.León asiente, le doy un beso en los labios —suerte.Le sonrío.Bajo del auto y entro al edificio donde me recibe una señorita en la recepción, le explico que estoy buscando al abogado Rubier, en ese momento veo como varios hombres salen muy alegres de una oficina.—Señorita, puede pasar —me dice la secretaria.Asiento —gracias.Entro a