NARRADORAEn el claro imperó otro caos.Las panteras detectaron también el peligro inminente y se marcharon heridas, dejando atrás los cadáveres de sus compañeras caídas.Damon escuchó el rugido frenético de la estampida.Corrió hacia el pino donde estaba Soren, que ahora se bamboleaba con violencia.—¡Lánzate, Soren! —le gritó, y el chico no dudó un segundo en arrojarse a sus brazos.Damon lo agarró al vuelo, comenzando a correr como un demente entre la arboleda.Las bandadas de pájaros volaban asustadas sobre sus cabezas.Los pequeños zorros y comadrejas escapaban por los herbazales.Damon estaba herido, exhausto de la lucha y con un cachorro a cuestas. Pronto, los animales enfurecidos llegaron hasta él.Su mente frenéticamente buscaba una escapatoria. Ni siquiera los árboles eran seguros, podían resultar derribados por la fuerza de esos gigantes.Algo los había asustado. Algo… o alguien.Damon no tenía dudas de que estaban dispuestos a no dejarlos regresar a la manada.Miró hacia a
NARRADORA ¡CHAS, CHAS, CHAS! Los latigazos comenzaron a caer sin misericordia sobre la espalda de Lorien. Eran tan brutales que su cuerpo se inclinaba hacia delante, sus manos atadas atrás, las sogas enredadas en su torso como serpientes venenosas. Apretaba los dientes hasta casi hacérselos trizas. Las lágrimas rodaban por sus mejillas hinchadas, mezclándose con la sangre. Pero no profirió ni un grito de súplica o dolor. Sus ojos rojos miraban hacia una esquina sucia y fría… como estaba su alma. Las puntas de cuero y acero abrían su vestido y su piel. Jamás pensó sentirse así de nuevo. Era solo un pedazo de carne. Incapaz de defenderse de tanta injusticia. Más que dolor, sentía odio. Un odio profundo, arraigado en su pecho. —¡Alfa, cálmese! —la voz poderosa de repente interrumpió la paliza. —¡Suéltame, Orión, suéltame! ¡No vas a poder defender a esta puta! —¡La Luna lo necesita, Alfa! ¡Maggi lo mandó a buscar con urgencia! —le rugió, necesitando la ayuda de lo
NARRADORA—¡Soren, acércate! —Damon llamó al cachorro.Sabía que tenía miedo, pero era un lobito valiente, debía aprender a adaptarse rápido en este reino cruel y salvaje.—Agarra la lanza, empúñala en esa dirección… ¡con fuerza! —Le sujetó las manos temblorosas a la madera.Soren sorbió los mocos y, tragándose las lágrimas, agarró la lanza como si su vida dependiera de ello.—Si ves que nos amenaza, ataca sin compasión. Es él o nosotros, ¿entendiste?… ¡Dime sí o no, Soren!—¡Sí, sí señor! —Soren asintió repetidamente, como si fuese uno de los guerreros subordinados al príncipe Damon.El lycan sabía que el cachorro no podría hacer mucho si el hombre los atacaba, pero al menos tendría un arma que le diera seguridad.Sudando a raudales, con la sangre formando costras sobre las heridas, el lycan comenzó a empujar los troncos.Las venas latían, sobresaliendo sobre sus músculos tensos. Sentía dolor, pero su cuerpo podía resistir mucho, mucho más.—¡Aaggr! —Dio un rugido, echando abajo la t
NARRADORALas casas y los árboles en llamas, las mujeres con los niños corriendo descoordinadas, los guerreros luchando contra unos lobos que salían desde los lindes del bosque, entre las callejuelas, los rincones… Poco a poco, cercando e invadiendo su manada.Algunos, en su forma humana, prendían fuego a los edificios y lanzaban ataduras para cazar, sobre todo, a las mujeres.El corazón de la curandera se hizo añicos al ver una partida de guardias aparecer desde un costado. Era el apoyo, los que estaban de cacería.Entre ellos destacaba el lobo bicolor que cargaba contra el enemigo con los caninos afuera, lleno de rabia. Era su hijo.El Alfa los incitaba a luchar para proteger la manada, o más bien, para protegerse a sí mismo.Desde las alturas, Maggi lo vio todo. Nunca había estado tan inconforme con su líder.Le suplicó tanto que escuchara a Lorien.¿Acaso ella era la única que vio la verdad detrás de la expresión de la jefa de doncellas?El Alfa era un ciego a conveniencia, un in
NARRADORASe giró con el corazón latiéndole apresuradamente, el miedo retorciéndose en su interior.Se arrastró sobre su trasero, por el pasillo a media luz, al ver a dos hombres acercándose a ella.—Nerón, ¿esta no fue la chica que hechizaron y le sacaron todo de su manada cuando fue a buscar hierbas? —Uno de cabeza rapada y sonrisita astuta le preguntó al otro.—Esa misma. La muy “cooperadora” facilitó todo el trabajo —le respondió igual con burlas.Su mirada lasciva recorrió el cuerpo tembloroso de Nadia, que no recordaba nada de lo que hablaban.—Es linda, ¿verdad? — se acercaban más y más.—Oye, no la asustes, mira la cara de cachorrita que tiene. Además, el jefe dijo que lleváramos a las mujeres intactas…—Solo una probadita, ya esta manada está acabada…Ante sus claras y asquerosas intenciones, Nadia no esperó más para levantarse e intentar correr.Escapar por la puerta trasera, hacia la protección del bosque en su forma de loba.Solo que no llegó muy lejos y, sobre el suelo de
NARRADORA Cuando Lorien recobró la razón, sus manos temblaban sobre el cadáver del Beta. Lloraba con la cabeza baja, la lluvia torrencial iba cesando como llegó. —Soren… Damon… —Hizo por levantarse, pero no pudo sostenerse. Solo oscuridad frente a sus ojos mientras se desplomaba en el suelo mojado. Usaba esa energía sin control, sin saber manejarla, solo por instinto. Quedó a merced de nuevos enemigos, que, atraídos por la tormenta, pronto dieron con ella. ***** Asher miró en una dirección del bosque, con el ceño fruncido. —Alguien está invocando magia en ese sitio — Le dijo una hermosa mujer a su lado, sus rostros igual llenos de tatuajes, las pupilas tan rojas como el más puro rubí —¿Será Kahli? —No creo. Es magia demasiado antigua, llena de maldiciones en el aire… No, no, más bien, en la lluvia —las pupilas de Asher se afilaron, observando las lejanías desde la colina. —¡Siento a Kahli! —le anunció Mara, una de las guerreras de su tribu, y el hombre suspiró con a
NARRADORA — Yo la salvaré, cachorro, te lo prometo — Damon tomó su carita sucia entre sus manos— Somos una familia. Soren miró fijamente a esas pupilas color índigo, llenas de ira y poder. Sabía que era pequeño, solo un estorbo, asintió a regañadientes, accediendo a esconderse entre las ramas altas de uno de los árboles cercano a la manada. ***** Damon corrió como un desquiciado. Pero por mucho que se apuró, los saqueadores atacaban rápido, se llevaban los esclavos, las pocas riquezas y corrían a su fortaleza en las montañas. Eran como unos chacales, letales y escurridizos. Cuando irrumpió en la casa de Lorien, solo encontró las brasas ardientes apagándose, las ruinas de su casita. Entró llamándola, a pesar de que el fuego remanente quemó su ropaje y algunas partes de la piel. Nada le dolía, solo vociferaba el nombre de Lorien, levantando la madera destrozada, ardiendo. Temiendo lo que podía encontrar apresado debajo. No la halló por ningún sitio, así que se apresuró al cen
DAMONVigilaba la fortaleza de piedras desde la ladera de una montaña lejana.Ya entendía por qué ese brujo me dijo que era difícil atacarlos de frente.Su manada se había construido en un valle cerrado por poderosas elevaciones rocosas. La única entrada o salida era a través de un paso estrecho muy vigilado.Nos hemos pasado toda la noche y parte del día avanzando, para llegar hasta aquí.Dos de esos guerreros enemigos no fueron envenenados hasta la muerte.Cuando descubrimos este escondrijo, los torturamos sin misericordia para sacarles información importante.A mi espalda, dentro de una pequeña cueva, acampaban cinco hombres, más esa mujer.Eran raros, con poderes increíbles.Se llaman a sí mismos Domadores de Bestias, y es obvio que realizan contratos con los animales del Bosque Oscuro.Mis pupilas se estrecharon enfocando.Los rayos naranjas del atardecer se filtran por las montañas. Me escondo detrás de unos árboles en este risco.Tramamos un plan, bastante loco. No confío en el