NARRADORA Cuando Lorien recobró la razón, sus manos temblaban sobre el cadáver del Beta. Lloraba con la cabeza baja, la lluvia torrencial iba cesando como llegó. —Soren… Damon… —Hizo por levantarse, pero no pudo sostenerse. Solo oscuridad frente a sus ojos mientras se desplomaba en el suelo mojado. Usaba esa energía sin control, sin saber manejarla, solo por instinto. Quedó a merced de nuevos enemigos, que, atraídos por la tormenta, pronto dieron con ella. ***** Asher miró en una dirección del bosque, con el ceño fruncido. —Alguien está invocando magia en ese sitio — Le dijo una hermosa mujer a su lado, sus rostros igual llenos de tatuajes, las pupilas tan rojas como el más puro rubí —¿Será Kahli? —No creo. Es magia demasiado antigua, llena de maldiciones en el aire… No, no, más bien, en la lluvia —las pupilas de Asher se afilaron, observando las lejanías desde la colina. —¡Siento a Kahli! —le anunció Mara, una de las guerreras de su tribu, y el hombre suspiró con a
NARRADORA — Yo la salvaré, cachorro, te lo prometo — Damon tomó su carita sucia entre sus manos— Somos una familia. Soren miró fijamente a esas pupilas color índigo, llenas de ira y poder. Sabía que era pequeño, solo un estorbo, asintió a regañadientes, accediendo a esconderse entre las ramas altas de uno de los árboles cercano a la manada. ***** Damon corrió como un desquiciado. Pero por mucho que se apuró, los saqueadores atacaban rápido, se llevaban los esclavos, las pocas riquezas y corrían a su fortaleza en las montañas. Eran como unos chacales, letales y escurridizos. Cuando irrumpió en la casa de Lorien, solo encontró las brasas ardientes apagándose, las ruinas de su casita. Entró llamándola, a pesar de que el fuego remanente quemó su ropaje y algunas partes de la piel. Nada le dolía, solo vociferaba el nombre de Lorien, levantando la madera destrozada, ardiendo. Temiendo lo que podía encontrar apresado debajo. No la halló por ningún sitio, así que se apresuró al cen
DAMONVigilaba la fortaleza de piedras desde la ladera de una montaña lejana.Ya entendía por qué ese brujo me dijo que era difícil atacarlos de frente.Su manada se había construido en un valle cerrado por poderosas elevaciones rocosas. La única entrada o salida era a través de un paso estrecho muy vigilado.Nos hemos pasado toda la noche y parte del día avanzando, para llegar hasta aquí.Dos de esos guerreros enemigos no fueron envenenados hasta la muerte.Cuando descubrimos este escondrijo, los torturamos sin misericordia para sacarles información importante.A mi espalda, dentro de una pequeña cueva, acampaban cinco hombres, más esa mujer.Eran raros, con poderes increíbles.Se llaman a sí mismos Domadores de Bestias, y es obvio que realizan contratos con los animales del Bosque Oscuro.Mis pupilas se estrecharon enfocando.Los rayos naranjas del atardecer se filtran por las montañas. Me escondo detrás de unos árboles en este risco.Tramamos un plan, bastante loco. No confío en el
NARRADORAAsher vio al hombre en medio del círculo mágico sostenido por sus conjuros.Compartían su energía vital, entrelazaban hilos de encantamientos.Todos los habitantes del Bosque Oscuro sabían magia elemental, aunque cada tribu guardaba sus poderes especiales en secreto.El sudor le bajaba a Damon por las sienes, las venas abultadas de la mandíbula evidenciaban el esfuerzo que hacía.Separar el espíritu del cuerpo era algo que no todos podían soportar, y menos durante tanto tiempo. Sin embargo, Asher sabía muy bien que este hombre podría hacerlo.No en vano era un lycan, nada más y nada menos que el príncipe Damon De Wynter.Asher lo había conocido una vez durante una de sus cacerías cerca del Bosque Oscuro.“¿Estás seguro de que no está fingiendo? Quizás anda de incógnito”, en su mente, Mara volvió a preguntarle con incertidumbre.Grande fue su sorpresa al encontrarlo. Incluso dudaron en ayudarlo, pero al final, el príncipe parecía no recordar su identidad.“No creo que esté fi
LORIENUn hermoso rostro lo miró fijamente. Ojos turquesas coquetos, labios gruesos, facciones delicadas.Debo admitir que era una belleza rompecorazones.—¡Cállate! —el guardia levantó la mano, listo para golpearla, cabreado, pero se detuvo a solo centímetros de su mejilla.Ella ni pestañeó.—¡Nunca me has visto la polla, así que deja de hablar idioteces! ¡Te salvas que el cliente no te quiere herida! ¡Quítale solo la cadena de los pies!Le ladró al otro, marchándose enojado y más aún al escuchar cómo ella se reía detrás de su espalda.—Sigue manoseándote a ver si te crece, pero hay cosas que no tienen arreglo, chiquitín… Jajajaj.Oh, por la Diosa, hasta el guerrero frente a ella estaba avergonzado y luego le daba miraditas al otro guardia como dudando de verdad del tamaño de su hombría.Al fin la puerta se cerró de golpe y nos quedamos solas. Miré con atención a mi alrededor, buscando algún espía. Necesitaba hablarle rápido.Antes de abrir la boca, la vi moverse hacia la puerta que
LORIENEldora, o lo que fuera esa criatura, levantó la cabeza, dándole una sonrisa llena de dientes puntiagudos y largos, los músculos de la mandíbula a plena vista. Al hombre casi le da un shock.La maldad de la bruja fulguraba en esos agujeros de ojos, donde una pequeña luz brillaba en sus profundidades.Antes de que el grito saliera de la boca del “amo”, Eldora bajó la cabeza y lo mordió en la garganta, aferrándose a él mientras luchaba.Una niebla oscura comenzó a brotar de todos sus poros. Las venas abultadas por encima de la piel latían frenéticas, cubriéndole el pecho y los brazos.De repente, vi al hombre queriendo tocar el brazalete en su mano y reaccioné de golpe.¡Esta era mi misión, no podía dejar que él activara el conjunto de supresión y nos explotara la cabeza!Me abalancé a sujetarlo, mientras ella lo devoraba, metiendo en su cuerpo esa sustancia negra y fría. Yo luchaba por separarle las manos al macho.Era un hombre lobo, no un brujo, no podía conjurar magia, solo us
NARRADORACuando Damon la vio dentro de esa jaula, suspendida en las alturas por cadenas, apretó sus puños hasta casi romperse los nudillos.Sus facciones se encontraban medio ocultas por esos trapos.Discreto, observando su entorno, sobre todo a aquellos hijos de puta sentados en los altos estrados.Un recuerdo fugaz pasó por su mente, tenía la sensación de que siempre había sido él quien miraba hacia abajo a los demás.Pero ahora, solo era carne de cañón para la entretención de esta infame manada.No le dieron tiempo a muchas preparaciones. Damon pensó que sería una pelea en grupos, quizás uno a uno, tal vez con bestias.Pero el Alfa tenía preparado un juego mucho más “interesante”.—¡La primera ronda es muy fácil! —rugió entusiasmado —. ¡Miren la entrada debajo de nuestros asientos…!Damon observó la puerta robusta y firmemente cerrada sobre la ladera rocosa.—¡Quien logre llegar pasará, pero ojo, solo los tres primeros serán aceptados! —cuando agregó esa parte activó la chispa ven
NARRADORAA solo unos pasos de la victoria, se encontró de nuevo con un problema.Había llegado a un cuadrado a salvo, pero estaba demasiado lejos de la puerta. Para alcanzarla, debía pasar por un terreno ardiendo en brasas.Se paró en el borde, el calor abrasador le hizo arder el rostro, chamusqueando los vellos de los brazos.Subió aún más el trapo manchado de sangre sobre su cara, las púas de su arma estaban llenas de despojos.Miró de nuevo hacia arriba. No podía ver a Lorien, el humo se elevaba creando una capa que apenas dejaba ver el cielo, pero sabía que ella lo observaba.Entonces, el sonido espectral de la puerta gigante retumbó, paralizando el campo de batalla.Alguien había logrado pasar.El sentido de urgencia vibró en el corazón de los luchadores.Damon no tenía otra salida. Solo podía avanzar por las brasas y quemarse todas las piernas, literal se las despellejaría al rojo vivo.Al menos no eran llamaradas de fuego, pero en eso…—Espera… por favor, sálvame… ayúdame, sol