(Escenas fuertes, leerlo bajo responsabilidad)
April miraba la mujer con gran confusión, no esperaba que solo para entrar a la cocina la tratarán de una ladrona de comida, Aunque en realidad eso era antes de llegar al pueblo que prácticamente cambió su vida. Suspiro rendida y tomo camino hacia la puerta no sin antes darle una mirada a la mujer qué había seguido con su trabajo como empujó la puerta de metal con fuerza y está se abrió para dejarla pasar. A pesar de todo no contaba con que “el" este justo enfrente de ella, su cara parecía Roja de ira y su respiración era acelerada como si hubiera corrido una maratón. Su cuerpo se tenso y su piel se erizo por tan solo verlo, su olor llegó hace fosas nasales y un mági{—Solo no le comentes de lo que estoy por hacer a nadie, no lo haría pero siento que te lo debo.—La mujer la miro confundida, sin embargo asintió. April comenzó a resitar unas palabras en un idioma extraño para ella, vio que pequeña llamativas salían de la Palma de esta, para acercarse a ella y aliviar el dolor—Listo, como si no te hubiera atacado un psicópata.—Sonrió tratando de aliviar el ambiente. Claro que no funcionó al escuchar un rugido detrás suyo.M****a.}(Escenas violentas, leer bajo responsabilidad)
Capítulo veintitrés: Se despertó con un gran dolor de cabeza, estaba tirado a un costado de la cama con la sabana cubriendo su torso y pies, se sentó medio agitado y levantó la Manta para asegurarse que al menos tenía ropa interior, soltó un pequeño grito espantando al no encontrar nada que lo cubra además de la sabana. Se levantó y troto hasta el baño no sin antes tomar un conjunto de ropa tirada en una de las sillas. Luego de unos minutos sintiéndose como nuevo, dejó de lado el tema de que, literalmente estaba desnudo, para salir del baño ya vestido para ir hacia su despacho, donde tenía ahí muchos papeles que leer y firmar. Las lentas y seguras pisadas Se sentían desde la planta baja, donde se encontraban 4 personas con el rostro serio, Morgan con su nuca en las piernas de Adriana, quién había llegado a la mansión media hora despué
(Capítulo extremadamente corto)—¿Eh?—Eso era todo lo que podía articular, estaba preparando para que ella lo odiara, no que mencionara con alegría que había encontrado lo que había hecho.—Abdel, nadie murió. Todos se encuentran bien y se están recuperando, se que lo que ocurrió no fue un chiste o una actuación, y que tuviste un ataque de ira, lo sé. Es normal tener que controlar a tu lobo, es difícil, lo he visto con mis propios ojos…Además me gusto que me hayas defendido de mano aunque realmente no era necesario.—Sonrió levemente para esconder sus manos en el Jean que tomo prestado de la madre de Abdel—Levantó la mano sana para tomar la ajena levemente, haciendo todo el trabajo ella sola ya que Abdel se sentía paralizado, analizando una y otra vez las palabras dichas de April, solo se desconecto el mundo y sintió la mano cálida de ella pegada a la suya.—¡Fantástico!—Aplaudió la madre de
Rápidamente abrió las dos puertas qué tapaban la entrada al despacho de Abdel y empujó a ambos dentro de esta. Entró cerrando la puerta e instintivamente se palmeo las manos para luego acomodarlas en su cadera, enfoco sus ojos hacia las 2 personas delante de ella, aclaro su garganta lista para hablar pero April se adelantó.—Me voy a presentar, soy April.— habló la adolescente estirando su mano hacia la mujer, está miro sucesivamente de arriba hacia abajo y sonrío de lado. Extendió su brazo aceptando el saludo formal de la pelinegra.—Es muy educada, perfecta para hacer la Nueva luna. Estoy encantada con la elección de la diosa luna. Por fin mi hijo va a tener a una mujer digna a su lado, espero que no me decepciones April. Sé que no lo harás.—Acotó la mujer sonriente ignorando la mirada suplicante que le daba su hijo.—No estoy pensando en ser la luna de la manada, pero gracias por el cumplido de c
.....El ambiente templado no mejoraba las cosas, el día anterior había llovido dejando los árboles y tierra húmedos y con agua retenida. Se sentía pesado, cargar con el peso de varias vidas lo eran necesitaba correr y lo sabía. Sus pies se hundían en el barro a cada rápido paso que daba y su respiración forzosa retumbaba en sus oídos como si fuera lo único que en ese momento podía escuchar, además de su corazón. Usaba la poca energía de reserva que poseía para murmurar hechizos aumentados de velocidad, aunque sabía que en el futuro quedaría en coma al menos unos días, la fuerza era creciente en su interior, y empujaba con fuerza para liberarse y cometer una locura, sin embargo era eso lo q
—¿Yo? Oye nos conocemos desde hace días, no creo ser lo más valioso que tu tienes.—Aseguró cruzándose de brazos, realmente no creía que Abdel quisiera más a ella que a su madre.—Mi madre, la manada. Ellos saben cuidarse, entrenan desde pequeños para servir en las futuras y predecibles guerras que tenemos de vez en cuando. Ellos son capaces de protegerse, tu no.—Acotó sin darse cuenta de lo que dio a entender en esa frase.—Oh ¿Crees que soy débil?—Preguntó levemente indignada y divertida por saber que el alpha no tenía ni la más mínima idea de lo que ella sabía al estilo de lucha, ella estuvo en una batalla y mato tanto lobos como vampiros por igual.—Eres humana, lo siento…no pienso rebajarte…pero es la realidad.
Desde su lugar se escuchó el sonido del hueso deslizándose bruscamente para salirse, obligadamente, de su lugar. Hasta el mismísimo robusto beta se impresionó por la poca resistencia que tenían los huesos humanos.—Oh mierda.—Susurró April mirando su mano, trago saliva que paso por su garganta seca y se armo de valor para impulsarse y golpear la cara de su contrincante con su puño. Este soltó un quejido y se vio obligado a soltarla para toquetear el área recientemente golpeada—Bueno me la devolviste así que no me quejó. Pero lo vas a lamentar.—Ella sabia que no podía usar sus poderes delante de la manada, al menos no en ese momento. Por lo que tendría que confiar en sus habilidades de combate humanas y rezar por hacerle tanto daño que ya no quiera seguir, o esquivar sus golpes hasta cantarlo. El beta río y c
Días después del suceso, April consiguió convencer a Abdel de entrenar con los novatos como si ella fuera una loba como ellos. Por lo que desde ese momento comenzó a levantarse a las cinco de la mañana para prepararse y estar lista para el entrenamiento a las cinco y media en punto. A pesar de la extensa manada que era Ricoparis, los que se anotaron ese año para ser guardias fueron pocos, con ella tan solo eran doce y se suponía que a medida que subían de nivel muchos se quedaban atrás. Por lo que, muchos de los menores eran obligados por las leyes dictadas por Abdel a participar en este entrenamiento extendido.—¡April!—Saludó una voz desde lejos, haciéndole detener. Tener esa libertad de salir a pesar de solo estar en territorio de manada y con tres lobos a unos 40 metros de ella, era gratificante. El niño de quince años se acercó corriendo a ella y la abrazo levemente como si la conociera de