Por AbigailMe dieron el alta y sin embargo yo no me sentía bien.Al salir de una operación, por más simple que sea, nadie se puede sentir bien, pienso.También tengo en cuenta que los riesgos de virus intrahospitalarios son altos y si no es necesario que el paciente continúe internado, es exponerlo.Sin embargo, me sentía cada vez peor, noté que tenía temperatura, tomé un antifebril y me acosté.No supe muy bien qué sucedió, me pareció escuchar a mi madre llamarme, no le podía responder, no tenía fuerzas para hacerlo.Creo que estaba dormida, tal vez soñando, porque me pareció escuchar la voz del doctor Gonzalo.Sentí que alguien me sacaba la ropa, que me revisaban, y hasta que me giran, lo que estoy segura, es que sentí dos pinchazos en mi cola.Luego me vistieron, yo no tenía fuerzas, ni para abrir del todo mis ojos.No entiendo que me sucede.Debo haber dormido unas cuantas horas, me desperté con la ropa mojada por la transpiración, producto de la temperatura que tuve, no me sentí
Por AnyHabían pasado solo 15 minutos cuando lo vi entrar, con ese aire altanero, frío, distante.Lo miro ansiosa.Su mirada se clavó en mi cara.-Hola Aby.Me dijo y le sonreí como si fuera un dios.-Buenas tardes doctor.-Vení, acompañame.Yo me paro y lo sigo.-Que nadie me interrumpa.Le dice a su secretaria, al pasar por su lado, no la miró, ni siquiera la saludó.Abrió la puerta de su consultorio y esperó para que yo entrara primero.Me sorprendió mucho su actitud, no la esperaba.-Sentate.Me dice, mientras revisa su celular y luego lo apoyó en el escritorio.Mientras él revisaba su teléfono, yo miro, curiosa, su escritorio y veo un portaretrato, en él hay una fotografía en la que está abrazado a Ruth, están los dos muy sonrientes, se ven realmente muy bien los dos.Me duele, pero ella es su novia. Aparté la mirada de esa fotografía, tampoco quería que levante la vista y me vea mirando su fotografía.Quise ocultar mis emociones, mejor dicho, lo que me provocaba verlo tan sonri
Por GonzaloSalgo de la operación y estaba realmente agotado, cuando recordé que tenía que ver a Abigail, ya no sentí más cansancio, apuré mis pasos, para llegar rápido a mi consultorio.Ella me estaba esperando en la sala de estar, cuando me vé, me sonrió para saludarme y yo disimulé esa calidez que sentí al mirarla.-Hola Aby.-Buenas tardes, doctor.La dejé pasar primero, poniendo una mano en su espalda, para cederle el paso.Me alejé inmediatamente, no sé qué me pasa cuando veo a Aby Revisé mi celular, porque es mi rutina cuando termino de operar.Noto que ella miraba todo, lo hacía disimuladamente.Se acostó en la camilla y le revisé las heridas en la zona baja y luego le indiqué que gire para aplicarle la inyección.Le bajé un poco más la falda y mis ojos miraron su tanguita, no veía lo suficiente de su piel, es verdad, pero adivinaba lo perfecta de su cola al desnudo.Me volví un degenerado, pensé.Cuando quedó con sus pechos al aire, me tuve que concentrar, más que nunca, en
Por GonzaloSe estaba por vestir, pero yo, que me convertí en un depravado, quería verla unos minutos más.-Permíteme escucharte con el estetoscopio, así ya te doy el alta definitiva.La escuché por la espalda, mientras le recorría con mi mirada todo su cuerpo.Tenía razón cuando pensaba que su cola era perfecta, no quería que mis manos me traicionen enterrándose en su intimidad, la hice girar y le escuché el corazón, poniendo en su pecho, el estetoscopio. La rozé, inocentemente y con la mirada impasible.Sus pezones reaccionaron y ella, consciente de ello, se encorvó.-Aby, enderezate.Me mira, suplicante…No sé que me suplicaba, que le permita vestirse o que la tome en mis brazos…Es un juego peligroso, el que estoy jugando.-Vestite, estás…perfecta, tenés el alta.Me alejé, dándole la espalda, no era dueño de mi cuerpo, tenía una erección que no pude dominar.Jamás me había sucedido algo así con una paciente, es que ella era mucho más que una paciente.Últimamente es mi fantasía n
Por GonzaloPensé en esperar que Ruth llegue a la puerta de la calle para ir a pedirle perdón, nuevamente, a Abigail y me sentí un cobarde, por no haber ido antes.Al pensar eso, creo que ni siquiera esperé a que mi novia llegara a la puerta de la calle, salí detrás de Ruth.Debe haber pensado que iba detrás de ella, pero giré hacía el sector, que hasta hace poco, no conocía.Me encontré con Teresa.-¿Abigail está disponible?...Ruth…Teresa, sin reprocharme nada, sonrió amablemente.-Ya la llamo, está en su habitación.-Permítame ir.Le dije, solo por ser formal, en realidad no esperé su respuesta, me dirigí a la habitación de Abigail, conocía el camino.Golpeé la puerta.-Pasá, mamá.Escucho que contesta.Abrí la puerta y la encontré a medio vestir, con su cabello mojado, recién duchada.Me quedé mudo, observándola.-¡Doctor!Se apresuró para ponerse un vestido, corto, sencillo, parecía de algodón, era de color rosa.-Perdón…no pensé que fuera usted.Dijo.-Perdón…nuevamente, no pens
Por AbyLe dejé el jugo sobre el escritorio, ella sigue hablando con desprecio y Gonzalo estaba muy serio, parecía que quería decir algo, pero no abría la boca.Me agaché para limpiar una mancha inexistente en el zapato de la… señorita y ella me pisó la mano, lo hizo a propósito, no pude evitar gemir del dolor, ella me echó la culpa a mí y en ese momento, Gonzalo me sorprendió.-¡Aby!¿Estás bien?¿Te duele? Dejame ver.Dijo el doctor y tomando mi otra mano, me ayudó a pararme y me revisó la mano que su novia me había pisado.Se debe haber puesto celosa, aunque no lo entiendo, porque es realmente muy bella, el jugo me lo arrojó en mi cara, mientras gritaba que estaba horrible.Entonces, Gonzalo, muy enojado, le preguntó si estaba loca y él mismo me limpió el rostro con unas servilletas, mientras me pedía perdón.No veía el momento de salir de ahí, estaba incómoda, tenía ganas de llorar, aunque no le quise dar el gusto a esa arpía, de llorar delante de ella, hasta saqué fuerzas del fondo
Por GonzaloVoy a hablar seriamente con Ruth, no me siento cómodo con esa gente, menos para tenerla tantas horas en mi casa.Tampoco me gustó que disponga, sin consultarme, de mi casa.Entre las mucamas estaba Aby.Sentí vergüenza, no la había vuelto a ver desde el beso.Ahora la veía, sirviendo a esta manga de inservibles, cuando seguramente, ella tendría que estar estudiando, por la fecha en que estábamos, para algún final.Ruth le hizo una seña a Aby, para que se acerque con la bandeja.Yo no podía ni mirarla.Definitivamente esto se salió de mis manos, solo porque, para no aguantarla, dejé que Ruth hiciera lo que se le antoje.Nuevamente estaban las dos mujeres ante mí, mi novia y la mujer que me dejaba sin aliento.Aby tiene esa frescura, esa inocencia reflejada en su rostro, que me vuelve loco.Aunque no la miré a la cara, mi mirada se posó en el cuerpo maravilloso de la futura médica.Ruth lo notó, creo que por eso la llamó.Ya estaba preparado para hablar, en cuanto Ruth agrav
Por AbigailPor unos días no lo ví.El sábado por la mañana, llegó a la mansión la señorita desagradable.Pidió verme y yo tenía miedo, que se hubiera enterado que el doctor me besó, aunque los únicos que lo sabíamos éramos él y yo.No sabía qué pensar.Me informó de una reunión para ese mismo día y me pidió una lista inmensa de aperitivos y bocadillos, canapés y sándwich, con ingredientes difíciles de conseguir.Estuve toda la mañana corriendo, para conseguir lo que la señorita engreída pidió.Luego, Juanita corrió aún más que yo y con la ayuda de varias mucamas, llegamos a tiempo, ahora espero que no nos tire nada por la cabeza.Hablé con dos mucamas, les pedí que tuvieran paciencia, les dije que seguramente recibiremos agravios de parte de esa gente.-La señorita Ruth pidió que yo les sirviera, por lo que creo, que el centro de su humillación voy a ser yo.Les explico.Mi madre está muy contrariada.-Esto pasa, porque el señor Felipe está de viaje, sino la miss, no se hubiera atrev