La mucama

Por Gonzalo

Se estaba por vestir, pero yo, que me convertí en un depravado, quería verla unos minutos más.

-Permíteme escucharte con el estetoscopio, así ya te doy el alta definitiva.

La escuché por la espalda, mientras le recorría con mi mirada todo su cuerpo.

Tenía razón cuando pensaba que su cola era perfecta, no quería que mis manos me traicionen enterrándose en su intimidad, la hice girar y le escuché el corazón, poniendo en su pecho, el estetoscopio.

La rozé, inocentemente y con la mirada impasible.

Sus pezones reaccionaron y ella, consciente de ello, se encorvó.

-Aby, enderezate.

Me mira, suplicante…

No sé que me suplicaba, que le permita vestirse o que la tome en mis brazos…

Es un juego peligroso, el que estoy jugando.

-Vestite, estás…perfecta, tenés el alta.

Me alejé, dándole la espalda, no era dueño de mi cuerpo, tenía una erección que no pude dominar.

Jamás me había sucedido algo así con una paciente, es que ella era mucho más que una paciente.

Últimamente es mi fantasía n
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