“… Un día en particular y por primera vez, yo iba camino a su casa media hora antes de la acordada. Necesitaba adelantar unos contratos, ella estaba de permiso médico por una virosis, por lo que no se incorporaría hasta dentro de cuatro días. Así que esa fue la excusa perfecta para ir adentrarme en su vida privada. Mi troncón se emocionó, pensando en lo que le haría a su cuevita. La ventaja de saber que ella estaba evitando a toda costa un embarazo me había permitido experimentar las mejores tandas sexuales sin preservativos; vaciarme dentro y sobre de ella... «Esa lujuriosa y lascivia actividad se había vuelto el pasatiempo favorito y casi obsesivo de troncón, en ocasiones, recostado sobre el colchón sudado me intrigaba si mi blancuzca sustancia era inagotable», me preguntaba en silencio a punto de dormirme agotado, sudado, pero, ¡rayos!, satisfecho. —Hola, buenos días, Danna —saludé, sensualmente, feliz en cuanto abrió la puerta de su apartamento.—Buenos días señor, pase, siéntase
“… Me removí bajo mis sábanas de seda negras, listo para continuar los preparativos de la gran sorpresa. Respiré ilusionado como cuando apenas era un imberbe inocente que se conformaba con ojear apurado y a escondidas las casi revistas porno de mi padre cuando este se marchaba a trabajar. Eran los minutos más increíbles del día, claro descontando los quince minutos que me llevaba erguir a mi troncón, quien en aquel tiempo en algunas que otras ocasiones se negaba a levantarse, pero la culpa definitivamente era de la insegura, penosa e inexperta manuela. En fin, gracias a Dios que hace años pasé de las revistas a las películas, allí manuela tomó mucha experiencia, logrando hacer de mi virginal pene todo un troncón, pero como era de imaginarse las triples X no eran suficiente, así que a los diecisiete años troncón se graduó con honores; con el pasar de los años entre camas ajenas, ascensores, baños públicos y universitarios, playas, piscinas y algún que otro hotelucho de mala muerte logr
“… Tras una noche muy larga para mí, la mañana del sábado llegó más tarde que temprano. Ya estábamos a punto de aterrizar, íbamos a gozar de un fin de semana solo para nosotros cuatro en una cama para dos; troncón, cuevita, Danna y yo.No sabía qué pensaría del regalo de cumpleaños que le tenía preparado, esta vez la tobillera era algo diferente; sabía muy bien que Danna no podría usarla, pero igual era de ella.Ya habíamos desempacado, estábamos por cambiarnos la ropa para bajar a la playa, cuando la senté en el borde de la cama y le dije que iba a enseñarle su primer regalo de cumpleaños. Así que; empecé a hacerle un stripper muy bien ensayado, dejándola absorta con la boca abierta y a cuevita húmeda, era la idea, me quité la media del pie izquierdo, el que coloqué sobre su muslo invitándola a detallarlo. Ella abrió los ojos hasta casi más no poder, se tapó la boca, tragó un grito y empezó a temblar, comprendiendo lo que yo había hecho.—¡OMG!... Por Dios, ¿cuándo lo hiciste?... est
“… Verlos a los dos allí, sentados frente a frente con solo el tablero de ajedrez, separándolos y con las piezas del mismo como testigos de que él es su casi suegro, hizo que me embargara una sensación de rutina familiar desconocida hasta ese momento por mí. Una rutina familiar de esas que deseas que perdure por toda la eternidad, sin embargo, debo reconocer que tendría que iniciarse hoy. Eso no me incomodó, al contrario, me supo a natural. Me aferré al picaporte de la vieja puerta de roble como si fuera un salvoconducto a lo que podría ser. No fue hasta que escuché la voz serena y para nada prejuiciosa de mi padre que pude salir de mis pensamientos. —Jovencita, juegas muy bien, ¿quién te enseñó? —intentó establecer un acercamiento.—¡Ah!, a mi prometido le encanta jugar en las tardes después de la siesta —dijo muy digna.—¿Y tienen intensiones de casarse? —continuó, mientras movía una de sus torres.—Eso espero, casarme en un mes más, si Dios lo permite, aún tengo fe que eso suceda
“… Observé a mi padre levantarse, lentamente, mirándome con ternura y una profunda sabiduría, tan propia de quien ya había vivido, se dirigió al pequeño bar de madera para servir dos whiskies en las rocas, volvió a sentarse, mojó sus delgados labios en el licor escocés para luego dejar salir de ellos. —Más a mí favor, hijo, no puedes perderla por nadie, un amor así sólo se vive una vez en la vida y tú lo tienes a pocos pasos delante de ti, debes aferrarte a ella y no entregársela, fácilmente, no importa si están o no comprometidos. —Vi ramalazos de dolor en los grises ojos rodeados de alguna que otra arruga, los que se posaron en mí. —No caigas en el mismo error que cometí en mis tiempos de juventud— movió el vaso, permitiendo que el hielo campanee contra el cristal, tragó con algo de amargura para llenarse de valor y continuar.—He aprendido con el paso del tiempo a amar a tu madre no me mal entiendas; ella es una perfecta esposa y madre amorosa, pero aún lloro por quien fue mi verd
“… Finalmente, la fortuna se mostró favorable conmigo; había llegado el tan ansiado fin de semana. Permití que mi torpe inspiración poética diera paso a la romántica confesión de amor que brotaba dentro de mí por mi Danna; la cual sería mi respaldo para solicitar, rogar, pedir, e implorar que fuera mi esposa… «Sí, sí, sí, ya sé que perdí ante ella, ante Morgan y ante cualquiera, pero, ¿qué más esperan de mí?… Soy un buen perdedor, ¿saben? en ocasiones hay que saber perder, sobre todo cuando el premio no será entregado al ganador… Me río ante el destino al esconderme del karma», pensé seguro que vendrían tiempos felices junto a ella. A demás tenía conmigo un juego de anillos de compromiso que esperaba llenase sus expectativas… «En caso de que ella dudara, dejaría que mis más fieles cómplices la convencieran, ya que ella, difícilmente, se resistiría a troncón y a cuevita».Mi corazón se debatía entre galopear contra mi pecho o detenerse en seco, mientras iba en ese momento a recogerla.
Al regresar a casa luego de una larga jornada laboral me encuentro rodeado por los aromas de una deliciosa cena, la voz cantarina, aunque algo desafinada, de la mujer que considero la más hermosa de todas; sin importarme sus primeras canas, sus incipientes arrugas y ese cuerpo con huellas de los embarazos, así como el bullicio inocentón de las interminables peleas de mis dos hijos me hace sentir que estoy vivo y que mi legado de amor me ha permitido hacer de mi familia mi mundo y de esta casa un hogar.—“Uhmm, uhmm” como siempre mi amor, la comida estuvo deliciosa —agradezco con una gran sonrisa, porque de ser sincero no me cuesta nada reconocer los méritos en las artes culinarias de mi amada esposa Talía, digo luego de saborear mi humeante café, dando por terminada la cena.—Darren, hijo— rompo el silencio entre ambos. —Acompáñame al estudio necesito hablar contigo— Le digo aun sabiendo que esta simple petición le ocasiona molestia o peor aún, enojo.Mi esposa me toma de la mano apre
“… Vi a Morgan salir de mi oficina luego de sellar nuestra apuesta, me preparé, mentalmente, y planifiqué un algoritmo de acciones para ganar.Me levanté de mi asiento dirigiéndome con paso firme hacia el ventanal que me daba una vista al lado empresarial de la gran ciudad de Caracas. Donde mis padres decidieron establecer el punto central de operaciones de un consorcio enfocado en las bellas artes. «El amor versus realidad, es fácil presagiar el ganador», pensé sintiéndome confiado al imaginarme llamar al primogénito de Morgan por mi nombre. Desde pequeño se me inculcó que la constancia, la tenacidad y el trabajo duro dan resultados en todos los aspectos de la vida. Mi madre me ha repetido hasta el cansancio que se debe cerrar cada ciclo que iniciamos. Así que; fui capitán del equipo de básquetbol en la universidad, presidente del foro de discusiones en la clase de arte contemporáneo, y el segundo en la promoción de graduandos en la universidad. Morga se llevó el primer lugar, sin e