Mía Morales
Trato de estar lista lo más rápido posible, necesito llegar a tiempo a la oficina porque hoy realizarán una selección de personal para un cliente muy prestigioso. Es mi oportunidad de obtener la vacante que tanto he esperado.
Trabajo en A&C Company, una empresa dedicada a ofrecer servicios de limpieza por todo el país; a pesar de no tener mucho tiempo trabajando en este lugar, aprendí a desenvolverme muy bien. Lo malo es que aún no logro tener un puesto fijo, únicamente cubro vacaciones o suplencias, ya que todas las vacantes se encuentran llenas.
Sin embargo, no puedo quejarme, al menos gano dinero para solventar los gastos necesarios de la casa; además, no puedo darme el lujo de quedarme sin empleo porque tengo una hija que alimentar.
Me encuentro en New York actualmente; tuve que emigrar de mi país por cuestiones económicas. Lo peor del caso, es que no pude ordenar completamente mis papeles para obtener un empleo de oficina. De donde provengo, me especialicé en Ingeniería Informática, Idiomas, Administración y además de eso, en el arte culinario.
Me encanta cocinar, tan así que es mi pasatiempo favorito. Tengo 32 años y mi hija, llamada Michelle, tiene 10 años. Su papá y yo nos separamos hace tiempo, pero mantenemos una buena comunicación. Tengo muchos planes en mente para progresar en este país, aunque primero debo comenzar a aumentar mis ingresos.
Hace poco inicié un negocio por Internet vendiendo cajas sorpresas o de regalos, para cualquier fecha recordable como cumpleaños, aniversario u otro. Al ser algo nuevo no tengo casi clientes, ansío que aumenten poco a poco.
El principal motivo por el que decidí emigrar, es porque mi hija necesita una operación muy importante, ya que nació con luxación congénita de cadera izquierda y un desvío de columna bastante considerable. Al provenir de una familia humilde no contábamos con los medios posibles para efectuar dicha transición, sin mencionar el hecho de que en este país se encuentran los mejores especialistas.
Actualmente, nos hospedamos en un departamento compartido, pero casi siempre estoy sola con mi hija, pocas veces Korín se encuentra en casa.
—¡Michelle! El desayuno está listo, cariño —exclamo con voz fuerte para que me escuche.
—¡Ya voy, mamá! —responde.
Tras un par de minutos de espera, finalmente baja y nos sentamos juntas en la mesa a desayunar.
—¿Ya preparaste todo lo que tienes que llevar? —pregunto.
—Sí, todo está guardado en mi mochila.
—Perfecto. Ya verás que todo saldrá bien, mi amor —aprieto su mano como símbolo de apoyo, hoy tiene una exposición y ha estado bastante nerviosa.
Luego de terminar nuestro desayuno caminamos lo más rápido posible hasta la escuela. Debo apresurarme para llegar a tiempo y siento que la hora no colabora conmigo, ¡va demasiado rápido!
Dejo a Michelle en la escuela y me dirijo rápidamente a la estación del metro. Luego de 30 minutos salgo de la estación corriendo, todavía me faltan algunas cuadras para llegar al edificio. Cuando estoy a punto de entrar, verifico que mi uniforme esté en perfecto estado al igual que mi cabello, no quiero causar una mala impresión.
—Buenos días, Gina —saludo con una sonrisa a la recepcionista.
—Buenos días, Mía.
Subo al ascensor y me dirijo al piso donde se encuentran todas las trabajadoras domésticas, nos saludamos y esperamos a que alguien venga a darnos alguna orden. De pronto, escuchamos que se abre el ascensor y de allí sale la señora Mónica, la jefa.
—Buenos días a todas —saluda—, como sabrán el día de hoy viene un cliente muy importante, por eso hemos seleccionado a cinco de ustedes para que pueda elegir a la que más le guste. Quiero informarles de antemano que la paga es muy buena, así que mucha suerte a todas. Las iré llamando por nombre para que me acompañen.
Ante esto, mis manos comienzan a sudar, pues espero que esta vez mi nombre se encuentre en esa lista. «Diosito, por favor te lo pido. Solo tú sabes cuánto necesito este trabajo, ¡por favor que me llamen!», hago una plegaria mentalmente.
—Mary Smith, Sofía Méndez, Selene García, Jessica Philips y… Mía Morales. Acompáñenme señoritas.
«¡Dijo mi nombre! Sí, qué emoción», —celebro—, «Gracias, Diosito», uno mis manos haciendo señas mirando al cielo. Ahora debo dar lo mejor de mí para que me den el puesto.
—Muy bien, cómo saben nuestra empresa se distingue de las demás por la forma en la que seleccionamos a las candidatas. A nuestros clientes les gusta verlas y conversar un poco antes de contratarlas. Este caso es muy especial porque la seleccionada no solamente quedará fija en la casa, sino que, además, tendrá la oportunidad de vivir en el lugar y gozar de beneficios personales, como un buen seguro médico, paga, comida y mucho más. Recuerden que casi nunca los clientes ofrecen este tipo de servicios a las trabajadoras domésticas, así que aprovechen la oportunidad que se les está brindando.
Todas asentimos. Estoy asombrada con todo lo que nos acaba de explicar la señora Mónica. Es el trabajo perfecto para mí, debo quedar sí o sí.
—Vendré a buscarlas una por una para que la señora Payne pueda conocerlas —informa.
—Muchas gracias —respondemos al unísono.
Luego de 15 minutos empiezan a llamarnos, poco después llega mi turno. Al entrar, noto que la señora es muy elegante y bonita, a simple vista se puede apreciar el status que tiene, debe de ser una persona muy importante.
—Buenos días, señora Payne. Un placer conocerla, mi nombre es Mía Morales, a su servicio —hago un acto de reverencia ante el saludo porque algunas veces a las personas que nos contratan no les gusta que las toquen, pero para mi sorpresa ella coloca su mano delante de mí y me sonríe. Ante esto, le doy un ligero apretón devolviéndole la sonrisa del mismo modo.
—Mucho gusto Mía, soy Charlotte Payne. Puedes tomar asiento —comenta con amabilidad.
—Gracias —hago lo que me dice.
—Eres muy bonita, Mía. ¿Cuántos años tienes?
—Gracias, señora. Usted igual, Tengo 32 años.
—Gracias —sonríe—. Bueno comencemos… Escuché que tienes poco tiempo trabajando en la compañía, aun así te desenvuelves muy bien en tus labores y no has tenido ninguna queja por parte de los contratantes.
—Así es, señora. Soy muy perfeccionista con mi trabajo, a pesar de ser algo nuevo para mí.
—Entiendo… Iré al grano, te haré una pregunta y quiero que pienses muy bien la respuesta.
Asiento.
—¿Por qué crees que debes obtener el trabajo?
—Bueno, señora Payne —suspiro antes de continuar—. La verdad es que actualmente todavía no tengo un trabajo fijo por falta de vacantes. Sin embargo, he aprendido a valorar el trabajo que realizo actualmente porque tengo una hija y debo velar de ella. Es lo más importante para mí; además, ella necesita una operación muy importante y deseo reunir dinero para poder costearla. En mi país, a pesar de los títulos obtenidos, la remuneración no era la indicada para cubrir todos los gastos médicos.
—¿Tienes una hija? ¿Cuántos años tiene?
—Sí, tiene 10 años.
—Y en caso de darte el trabajo, ¿con quién la dejarías?
—No podría dejarla con nadie señora, estoy sola en el país y no tengo a nadie que la cuide. Pero ella es muy tranquila, se lo aseguro, no molesta para nada y es bien portada.
—Y si te digo que no admitimos niños, ¿qué harías al respecto?
—No aceptaría el trabajo por muy bueno que sea.
Me observa detenidamente y, al notar su expresión, creo que no obtendré el trabajo; a algunos no le gustan los niños porque piensan que son un estorbo en los trabajos, de todos modos, era esencial comentárselo, así no se lleva una sorpresa.
—Muy bien Mía, es todo —comenta y el alma se me cae al suelo.
Me levanto de la mesa y antes de salir me dirijo a ella.
—Gracias a usted —sonrío amargamente—. Es posible que al saber esto no me dé el trabajo, créame, no es la primera vez que pasa. De igual modo, usted necesitaba saber la verdad y fue lo que hice. Además, no puedo dejar a mi hija en la calle por obtener un buen empleo, ni porque la paga sea muy prometedora. Le agradezco el tiempo prestado, espero que tenga un lindo día.
Y sin más, salgo de la sala de entrevistas con el corazón destrozado. Sin duda, es el trabajo que necesito, pero si no aceptan a mi hija no puedo hacer nada.
Me dirijo al piso donde estábamos antes y noto que la mayoría de las trabajadoras se han ido. Hoy debíamos venir todas por órdenes de la señora Mónica, no obstante, luego cada quien debía retomar sus actividades. Yo tengo que trabajar por la tarde, así que ya puedo retirarme.
Voy por mis cosas y tomo el ascensor, allí me topo con Elena.
—Cuéntame, ¿cómo te fue? —pregunta.
—Bien, hasta que tuve que decir que tenía una hija; ya conoces la actitud de algunos al respecto.
—¡Ufff!, entiendo. Esta gente rica se cree lo máximo porque lo tienen todo y, ¡no!, todos somos iguales. ¿Acaso piensan que no tenemos familia que alimentar? —dice un poco molesta.
—Sí, es cierto. A veces me molesta porque suponen que uno trabaja haciendo esto por gusto.
—Tal cual, amiga. —Coloca una mano en mi hombro dándome unas pequeñas palmadas—. No te preocupes, la señora Mónica encontrará algo para ti.
—Eso espero —respondo un poco desanimada.
Salimos del edificio y cada una toma un camino diferente.
Al llegar a casa, me quito la ropa y comienzo a acomodar el desastre que dejé antes de salir. Estoy sola porque Michelle continúa en la escuela, debo ir por ella más tarde.
Luego de limpiar y acomodar, tomo un baño y me arreglo para ir a buscar a Michelle; ella se queda en casa mientras yo trabajo. Dejo todo organizado para que no le falte nada, así se concentra en sus tareas hasta que yo llego por la noche. Es muy lista y siempre me mantiene al tanto de todo.
Cuando estoy por salir en su búsqueda comienza a sonar mi teléfono, al ver la pantalla me doy cuenta de que es de la empresa, así que respondo inmediatamente:
»Sí, buenas tardes.
»Hola, Mía. Es Mónica.
»Hola, señora Mónica. ¿Qué tal está?
»Muy bien. Te llamo para decirte que la señora Payne te aceptó para el trabajo, mañana debes venir a firmar el contrato e iniciar a trabajar. ¡Felicidades!
»¿De verdad? —pregunto a punto de derramar unas lágrimas de felicidad—. ¡No sabe lo feliz que me hace!
»Yo también estoy muy contenta Mía, te has esforzado mucho y personalmente quería que te eligieran. Hoy no vayas a trabajar, ya te asignamos un reemplazo. Necesitamos que acomodes tus cosas porque recuerda que deberás mudarte a la casa con todas tus pertenencias. Es lo único malo, no tendrás mucho tiempo para tener listo todo.
»Tranquila, no hay problema por eso. Igual yo no tengo nada aquí, solo un poco de ropa y una que otras cosas fáciles de empacar. Mañana estaré en la oficina. ¡Muchas gracias!
»Muy bien, nos vemos mañana entonces.
»Sí, ¡adiós! —cuelgo dando saltos como loca.
¡Qué emoción! Estoy tan contenta. Ahora a aprovechar este trabajo… Una nueva vida, un nuevo inicio, veamos qué pasa…
Mía MoralesAl llegar a la empresa, subo directo a la oficina de la señora Mónica; esta me recibe con una gran sonrisa y me saluda.—Hola, Mía. ¿Cómo estás? ¿Emocionada?—Hola, señora Mónica, sí, bastante emocionada. Sin embargo, me intriga lo que desea hablar la señora Payne conmigo.—Tranquila, de seguro no es nada malo. Pasa.A los pocos minutos vemos la figura de la señora Payne entrar.—Buenos días —saluda. Yo me levanto de inmediato y hago una leve reverencia.—Buenos días, señora Payne —profiero.—Hola, Mía, ¿cómo te encuentras? Mónica, nos volvemos a ver —se gira y mueve su cabeza a modo de saludo.—Buenos días, señora Payne. Un placer tenerla de nuevo por aquí —responde.Ella sonríe de forma natural asintiendo.—Mía —se dirige a mí—: Quizás te preguntes por qué te elegí a ti después de lo que hablamos ayer. —murmura y yo asiento con curiosidad—. Verás, lo cierto es, que yo también soy madre y sé lo que es trabajar duro para sacar a los hijos adelante. Quise ponerte a prueba,
Harry PayneVoy de regreso a la oficina luego de haber visto la imagen más graciosa de mi vida. Es decir, al principio me molesté, no esperé encontrar a una trabajadora de tal modo en mi casa. Luego la escuché cantar y al entenderla perfectamente en español, me causó mucha gracia.Me quedé observando, hasta que comenzó a menear las caderas y eso me desequilibró por completo. Llevaba puesto su uniforme, un vestido de dos piezas con falda y camisa, a pesar de que no le quedaba tan ajustado pude observar muy bien su cuerpo. Cuando noté que comenzó a bajar del banco al ritmo de la música, quedé en shock. Es una mujer muy hermosa y joven. Tenía su cabello recogido en un moño alto y su voz era tan cálida que emanaba tranquilidad.Me acerqué a ella porque la vi recoger sus cosas y la verdad no quería que se marchara. Cuando me indicó que solo era la persona encargada de la limpieza, mi mente quiso imaginársela en diferentes escenarios, pero tuve que alejar rápidamente esos pensamientos. La v
Harry PayneNo puedo creer lo que ha pasado con Brooklyn, llegué temprano como me pidió y estaba a punto de llamarla cuando me encuentro con esos gritos en la casa. Al reconocer las voces me detuve, hasta que ya no pude contenerme. En este tipo de situaciones es cuando me parece insoportable y me dan ganas de terminar con ella. Aunque al menos logré que se fuera, así me quedo con mi tranquilidad en casa.Cuando voy de regreso a la cocina, veo como la chica que vi esta mañana se aleja por el corredor.—¿Están bien? —le pregunto a Tom y Grace cuando estoy frente a ellos. —Sí, cariño, estamos bien. Gracias por poner en su sitio a esa loca —responde Grace.—No es nada, saben que ella no es nadie para imponer una orden en mi casa y aunque me case con ella, ustedes seguirán bajo mi custodia.—¿Piensas casarte con ella? —Pregunta Tom.Asiento.—¿Acaso estás loco? —inquiere Grace—. ¿No te das cuenta lo insoportable que es? Si se muda aquí será un completo infierno; adiós tranquilidad, no sé
Mía MoralesHan pasado varios días desde que vi al buen mozo de mi jefe. Hoy habrá una fiesta en su casa y según me dijo Grace es por su compromiso. No puedo creer que esa mujer tan arrogante y pedante vaya a ser su esposa, no quiero imaginar lo que será de nuestras vidas cuando ella comience a vivir aquí. Si trató a Grace y Tom tan mal siendo solo su novia, al ser su esposa será peor. De solo pensarlo me hierve la sangre.La señora Payne nos dio el día libre porque quiere vernos en la fiesta como parte de ella y no como trabajadores. La verdad no creo asistir, acabamos de llegar de la fiesta de Amanda y Michelle se la ha pasado genial. Preparé algunos bocadillos y los asistentes quedaron fascinados, tanto así que me hicieron algunos pedidos. Salí del lugar muy feliz, pues me espera bastante trabajo por estos días, lo cual nos beneficiará muchísimo realmente.Al llegar a casa, tomamos un baño y luego nos acostamos a ver series en Netflix. Poco después, escuchamos unos toques en la pue
No puedo creer lo que ha salido de su boca; veneno, eso mismo ha sido. Mis ojos comienzan a picar a causa de la impotencia que siento, pero por más que trato de ponerlo en su lugar, no sale nada de mi boca. Mi rostro se torna de mil colores y tal parece que Zack se da cuenta de ello porque le responde:—Harry te pido que respetes a Mía, creo que no conoces nada de ella para que tengas que denigrarla de tal modo, no te lo permitiré. Eres un imbécil, ¿cómo puedes expresarte así de una mujer? Además, eso no tiene nada de malo, es un trabajo honrado y no estimo que a los demás les interese eso teniendo tanta belleza presente. Vamos, Mía.Juro por dios que siento tanta ira, igual me alegro de que Zack le haya respondido de esta manera. Le agradezco mentalmente que lo haya hecho, de lo contrario me comenzaría a desmoronar aquí mismo.Zack se porta muy amable conmigo el resto de la noche, me presenta ante varios invitados y charlamos con ellos; algunos muestran interés para darme trabajo, au
Mía Morales (...)Siento que los doctores se están demorando mucho y comienzo a desesperarme. Luego de varios minutos vemos a Grace, Tom, Charlotte, Melanie y Mary entrando por la puerta, no imaginé que vendrían todos.—Cariño, ¿estás bien? ¿Dónde está la niña? —me abraza Charlotte.—Se la llevaron apenas llegamos y aún no tenemos respuesta. Nos dijeron que esperemos, pero ya ha pasado bastante tiempo y la verdad es que estoy muy nerviosa.—Tranquila, cariño. Ya verás que va a estar bien —ahora soy abrazada por Grace.—¿Qué fue lo que pasó exactamente? —indaga Melanie.Les cuento con más detalle lo que pasó y todos comentan que llegué justo a tiempo, de lo contrario fuera peor la situación.—Familiares de Michelle Smuck —profiere un médico que sale de la puerta de urgencias.—Yo soy su madre doctor, dígame, ¿ella está bien?—Sí, está bien. Es una niña muy fuerte, las heridas fueron bastante profundas y perdió mucha sangre. Tuvimos que tomarle varios puntos, le colocamos solución y un
Mía Morales La situación con Michelle ha complicado un poco las cosas, debo estar vigilándola para que no se lastime las manos y también ayudarla a que vaya al baño. Por eso decido madrugar a la misma hora que Grace se levanta para atender a Tom antes de comenzar sus labores, que por cierto, es bien temprano.Este será el único modo de comenzar más temprano a limpiar y estar presente para cuando ella despierte. Estoy hecha un caos total, no dormí absolutamente nada pendiente de que no se lastimara al dormir. Igual debo trabajar, luego tendré tiempo para descansar o al menos eso espero.Recojo y limpio todo a mi alrededor. Luego lavo todos los utensilios que se ensuciaron y un sinfín de cosas más. Trato de hacer la menor cantidad de ruido para que Harry no se despierte, no quiero ni siquiera encontrármelo luego de lo que pasó anoche. Siento que esta situación me volverá loca, ese hombre tiene temperamentos extraños.Primero me trata despectivamente, y luego me besa, ¡está loco! En fin
Mia MoralesVarios días despuésEstoy preocupada, desde que pasó lo de Michelle siento que sus heridas no evolucionan. Llamé al doctor que nos atendió y me dijo que al principio estaría inflamado, que luego con el antibiótico mejoraría. Pero nada, no mejora.Ayer y hoy ha presentado fiebre, así que no he trabajado. Debo estar al pendiente de ella, esta madrugada convulsionó y hoy no me he despegado de ella. Grace, Tom, Charlotte, Zack y las chicas, han estado al pendiente. Vienen cada vez que pueden a visitarla, hoy Zack vendrá a buscarnos para llevarla al médico, esto no es normal.De Harry no sé nada desde que se fue a Italia. No ha llamado ni siquiera a Grace, imagino estará muy ocupado, según lo que pude escuchar ese día, tiene un gran problema que debe resolver.Zack ha venido por las noches y juega con Michelle. Realmente se llevan muy bien y la verdad yo también disfruto mucho cuando él viene, jugamos y reímos a más no poder. Ha estado ayudándome bastante con lo de mi situación