Mía Morales
Han pasado varios días desde que vi al buen mozo de mi jefe. Hoy habrá una fiesta en su casa y según me dijo Grace es por su compromiso. No puedo creer que esa mujer tan arrogante y pedante vaya a ser su esposa, no quiero imaginar lo que será de nuestras vidas cuando ella comience a vivir aquí. Si trató a Grace y Tom tan mal siendo solo su novia, al ser su esposa será peor. De solo pensarlo me hierve la sangre.
La señora Payne nos dio el día libre porque quiere vernos en la fiesta como parte de ella y no como trabajadores. La verdad no creo asistir, acabamos de llegar de la fiesta de Amanda y Michelle se la ha pasado genial. Preparé algunos bocadillos y los asistentes quedaron fascinados, tanto así que me hicieron algunos pedidos. Salí del lugar muy feliz, pues me espera bastante trabajo por estos días, lo cual nos beneficiará muchísimo realmente.
Al llegar a casa, tomamos un baño y luego nos acostamos a ver series en N*****x. Poco después, escuchamos unos toques en la puerta de nuestra habitación; me levanto y abro.
—Mi niña, ¿no irás con nosotros a la fiesta? —pregunta Grace nada más verme.
—Grace, que guapa estás —le hago un cumplido para luego responder: —No, no iré, me quedaré aquí con Michelle viendo series.
—Quiero que nos acompañes, así tendremos con quién hablar, por favor... —Coloca sus manos como súplica.
Bufo. Pobre, la entiendo. Puros estirados en la velada.
—No tengo nada de gala que ponerme, Grace, imagino que estas fiestas son super elegantes.
—Tonterías mi niña, no tienes de qué preocuparte, eres hermosa tal cual eres y de seguro te verás bien con lo que te pongas. Vamos, ¿sí?
—Mamá, Grace tiene razón, deberías ir un rato y disfrutar. Yo estaré bien, además tú también tienes derecho a compartir con los adultos y pasar el rato. ¡Anda, ve con ellos!
¡Genial!, mi hija también se pone a favor de Grace y ambas me miran con un rostro de súplica, como decirles que no. En fin, termino accediendo.
—Okey, está bien iré. Será solo un rato y ya, Grace.
—No te preocupes, nosotros tampoco nos quedaremos mucho tiempo, lo que no queremos es ser descortés con la invitación y deseamos acompañar a nuestro Harry a pesar de que la arpía estará con él.
—Es cierto… De acuerdo, voy a arreglarme, entonces. —Cierro la puerta. Comienzo a buscar en el armario algo decente con lo cual asistir y no encuentro nada. ¡Esto es absurdo!… Cuando creo que todo está perdido recuerdo que hace poco compré un enterizo negro semi ajustado, con escote en V en la parte de adelante. Puedo combinarlo con un cinturón dorado y unos zapatos de tacón puntiagudo.
Sí, creo que me quedará bien. Saco todo lo que necesito y comienzo a cambiarme el pijama.
—¡Mamá, esa ropa se te ve fabulosa! —expresa, Michelle a mi espalda.
—¿Tú crees, cariño?
—Claro que sí.
Camino hasta el espejo para detallar mi vestimenta y realmente me gusta lo que veo. Aliso mi cabello y hago unas pequeñas ondas en las puntas. Aplico un poco de maquillaje en mi rostro acorde a la ocasión y busco unos accesorios dorados sencillos que combinen a la perfección con el cinturón.
Quedo maravillada por la facilidad que aplico para arreglarme, hace mucho no dedicaba tiempo para mí y hoy ha sido la oportunidad perfecta.
—Mami, ¡pero qué hermosa! —grita Michelle.
Río a carcajadas.
—Eso lo dices porque soy tu madre, ¿no es cierto?
—Claro que no. Es cierto, estás de infarto.
Y lo estoy, me veo preciosa. Tomo un bolso de mano y meto mi celular allí.
—Cariño, me llamas o escribes cualquier cosa, ¿de acuerdo? Igual no me demoraré mucho.
—Sí, mamá, tranquila. Disfruta, no te preocupes por mí, estaré bien.
Abro la puerta y Grace y Tom están esperándome. Se quedan mirándome con asombro.
—¡Mi niña, estás maravillosa! —expresa, Grace con asombro.
—Eso mismo le dije yo, Grace, pero no me cree —comenta, Michelle a mi lado.
—De seguro entre tantos invitados alguien quedará flechado —esta vez es Tom quien habla.
—Ustedes están de lo más guapos —les digo—. Gracias por los elogios, aunque no espero conquistar a alguien Tom, sabes que vengo con paquete incluido —añado, dando un guiño.
—Ya verás que tenemos razón, cariño —finaliza Grace.
—Bueno, es hora de irnos. Ya sabes hija, cualquier cosa me escribes, te amo. —Le doy un beso antes de salir.
Al llegar al lugar veo que no me he equivocado, las mujeres lucen sus vestidos más costosos y los hombres ni hablar. Todos estirados y tan formales. Muchos nos ven al entrar y supongo que se preguntarán quiénes somos, porque de seguro ya está más que claro que no pertenecemos a su club de riquillos de cuna.
Mantengo mi frente en alto admirando cada detalle de la decoración, mesas con postres, comida y más. Tomo una copa de champaña que nos ofrecen y doy un trago largo. Lo necesito, ante tantas miradas posándose en nosotros se me ha secado la garganta.
—Se los dije, ¿ven como todos nos observan? Es espantoso, ni siquiera son capaces de disimular.
—No es a nosotros a quienes miran querida, es solo a ti —comenta Tom.
—¡¿Qué?! —exclamo—. ¿Por qué lo dices Tom? ¿Tan mal vestida estoy?
—No querida, no es por eso. Todo lo contrario, es porque te ves espectacular. Y los tienes a todos babeando por ti —añade Grace.
—No lo creo, Grace —me quedo pensando en lo que acaban de decir, ¿será cierto? Comienzo a visualizar detenidamente a los invitados y me doy cuenta de que más de uno me ve como si quisiera comerme y ante esto, mi cuerpo se tensa. Es cierto lo que han dicho. Entre todas las miradas me encuentro la de mi jefe y colapso. Está demasiado guapo, tiene un traje que le queda de infarto.
Justo cuando estoy admirando al guapo de Harry, se acercan a nosotros la señora Payne y sus hijas. ¡Están bellísimas!
—¡Qué gusto verlos aquí! Me alegro tanto que nos acompañen en este momento tan especial para la familia —nos saluda dándonos unos besos en la mejilla a cada uno.
—Señora Payne está usted muy radiante y bella, ustedes también señoritas —les comento dirigiéndome a ellas.
—Nada de formalismos, Mía. Al menos no hoy. Son nuestros invitados, así que no te preocupes por eso. Para ti, soy Charlotte —sonríe.
—Está bien, Charlotte —sonrío.
—Déjame decirte, Mía que te ves hermosa —dice Mary.
—Sí, Mía, te ves fantástica. Me encanta tu atuendo. Resalta tu figura. No tenía idea que detrás de ese uniforme escondías un excelente cuerpo. —Esta vez es Melanie la que habla.
—Muchas gracias, tú también estás muy guapa —la halago.
Entablamos una conversación bastante amena y comienzo a pasarla bien a pesar de que no conozco a nadie más. Tocamos el tema de Michelle y las chicas me indican lo ansiosas que están por conocerla, tal parece que su madre no para de hablar de ella; así que quedé en presentárselas otro día.
—Es una lástima que no la pudieras traer, me la imagino en un vestido y se debe ver hermosa —expresa Charlotte entusiasmada.
—Ves lo que decimos, Mía —ríe Mary. Ante esto, todos reímos al entenderla.
—La verdad es que Brooklyn nos cae fatal, pero es la persona que eligió Harry para casarse, no podemos decidir por él —suelta un bufido—. Lo malo es que no me dará los nietos que tanto anhelo tener.
—Todos coincidimos contigo Charlotte, esa niña es de lo peor. ¿No te comentó Harry lo mal que se comportó con nosotros el otro día? —Comenta Grace a modo de pregunta.
—¿Qué? ¡No! No me dijo nada, pero que se cree esa mal educada. Cuéntame lo que pasó —pide Charlotte.
Grace y Tom les cuentan lo que sucedió, dejándolas asombradas y molestas a la vez. No pueden concebir lo que esa mujer hizo, pero se alegran de que Harry la pusiera en su lugar. De pronto, un hombre muy guapo se acerca a nosotros y saluda a las chicas, por lo que puedo notar, son amigos porque hasta bromean con él y este le dice algo en el oído a Melanie.
—Zackary, te quiero presentar a nuestra amiga, Mía —me señala.
—Un placer, Mía Morales —extiendo la mano a modo de presentación, pero este en vez de estrecharla, la toma y posa un suave beso en ella. Tal acto me asombra por completo.
—El placer es todo mío, princesa, déjame decirte que desde que entraste quedé cautivado por tu belleza. Soy Zackary Black, sin embargo, puedes llamarme Zack.
Me sonrojo inmediatamente y observo como todos sonríen ante la declaración del adonis que tengo frente a mí, porque sí es un mismísimo adonis.
—Muchas gracias por el cumplido.
Se acerca a mi lado y comienza a sacarme conversación, la verdad es bastante gentil y amigable. Me comenta que es el CEO de una de las mejores empresas de tecnología en el país y quedo fascinada; ante esto le digo que estudié informática y se le iluminan los ojos.
Nos sumamos en una charla sobre temas algorítmicos, hasta que me pregunta si estoy ejerciendo la carrera y le digo que no, que trabajo para Harry debido a las circunstancias que presento, omito el asunto de Michelle porque es amigo de Harry y no quiero que le diga nada.
—No puedo creer que no estés trabajando en el área que deseas teniendo tantas carreras terminadas, es increíble, me has dejado sin palabras. Yo podría darte trabajo, si quieres. Indagaré en los temas legales y te estaré avisando, pero no pienso que haya problema. Me encantaría que trabajes para mí.
Una gran sonrisa se pronuncia en mi rostro.
—Gracias, agradezco que quieras ayudarme; aun así, opino que te meterás en grandes problemas si lo haces.
—Hagamos algo, dame tu número y yo haré lo que pueda. Cualquier cosa, te aviso. Las esperanzas son las últimas que se pierden, recuérdalo…
—Me parece genial —le indico mi número y seguimos conversando, me comenta que ha tenido algunas fallas en un proyecto y le doy algunas ideas que podrían ayudarle. Estamos tan concentrados en nuestra conversación que no me percato de que Harry está a nuestro lado, hasta que nos interrumpe.
—Buenas noches.
«Por lo menos vino sin la arpía», pienso.
—Buenas noches —decimos los dos y luego añado—: Felicidades por su compromiso.
—Gracias —responde tajante. Creo que está molesto, de seguro la loca de su prometida ya lo sacó de sus casillas.
Zack y él se abrazan. Entablan conversación y enseguida noto que se llevan bastante bien. Al cabo de un santiamén llega la arpía a nuestro círculo, «¡Dios creo que la invoque!»
—Cariño, nuestros invitados requieren de tu presencia.
Que molesta es esta mujer, ¿acaso trata de decir que nosotros no somos invitados importantes? Es de lo peor. Zack y yo no le damos importancia a su comentario, ellos se van y nosotros seguimos conversando.
—¿Bailas? —pregunta, Zack de pronto.
—Por supuesto, vamos.
En la pista de baile también se encuentran otras personas. Él posa una mano debajo de mi espalda y comenzamos a movernos según el ritmo de la música. Bailamos varias canciones hasta que finalmente decidimos parar. Zack se ofrece a traer unas bebidas y yo me quedo esperándolo a un lado de la pista.
—Baila muy bien, señorita Morales —escucho una voz ronca detrás de mí.
Giro y veo a Harry con su mandíbula apretada. La piel se me eriza ante su presencia y lo único que puedo decir es: —Muchas gracias, señor.
—Solo dime Harry…
Asiento.
—¿Disfrutas de la fiesta? —pregunta.
—La verdad hace mucho no asistía a ningún tipo de eventos, así que digamos que este no está mal —sonrío—. Aunque sinceramente soy más del tipo de fiesta donde se baila otro tipo de música, algo más movida.
—Entiendo. Como la que cantabas cuando te conocí, supongo.
Palidezco. ¿Será posible que me haya entendido ese día?
«Nah, no lo creo».
—Sí —respondo.
Zack llega, y agradezco al cielo por esto.
—Aquí está lo prometido. Ven Mía, te quiero presentar a algunos amigos.
—¿La presentarás con los demás? —suelta de pronto Harry.
Nos volteamos los dos al escucharlo, sin comprender a lo que se refiere.
—Sí Harry, ¿qué hay de malo en ello?
—¿Qué hay de malo en ello? —repite la misma pregunta con tono despectivo—, ¿acaso no te das cuenta de que es una simple empleada de servicio? Qué crees que pensarán, ¡por Dios! —espeta, molesto.
No puedo creer lo que ha salido de su boca; veneno, eso mismo ha sido. Mis ojos comienzan a picar a causa de la impotencia que siento, pero por más que trato de ponerlo en su lugar, no sale nada de mi boca. Mi rostro se torna de mil colores y tal parece que Zack se da cuenta de ello porque le responde:—Harry te pido que respetes a Mía, creo que no conoces nada de ella para que tengas que denigrarla de tal modo, no te lo permitiré. Eres un imbécil, ¿cómo puedes expresarte así de una mujer? Además, eso no tiene nada de malo, es un trabajo honrado y no estimo que a los demás les interese eso teniendo tanta belleza presente. Vamos, Mía.Juro por dios que siento tanta ira, igual me alegro de que Zack le haya respondido de esta manera. Le agradezco mentalmente que lo haya hecho, de lo contrario me comenzaría a desmoronar aquí mismo.Zack se porta muy amable conmigo el resto de la noche, me presenta ante varios invitados y charlamos con ellos; algunos muestran interés para darme trabajo, au
Mía Morales (...)Siento que los doctores se están demorando mucho y comienzo a desesperarme. Luego de varios minutos vemos a Grace, Tom, Charlotte, Melanie y Mary entrando por la puerta, no imaginé que vendrían todos.—Cariño, ¿estás bien? ¿Dónde está la niña? —me abraza Charlotte.—Se la llevaron apenas llegamos y aún no tenemos respuesta. Nos dijeron que esperemos, pero ya ha pasado bastante tiempo y la verdad es que estoy muy nerviosa.—Tranquila, cariño. Ya verás que va a estar bien —ahora soy abrazada por Grace.—¿Qué fue lo que pasó exactamente? —indaga Melanie.Les cuento con más detalle lo que pasó y todos comentan que llegué justo a tiempo, de lo contrario fuera peor la situación.—Familiares de Michelle Smuck —profiere un médico que sale de la puerta de urgencias.—Yo soy su madre doctor, dígame, ¿ella está bien?—Sí, está bien. Es una niña muy fuerte, las heridas fueron bastante profundas y perdió mucha sangre. Tuvimos que tomarle varios puntos, le colocamos solución y un
Mía Morales La situación con Michelle ha complicado un poco las cosas, debo estar vigilándola para que no se lastime las manos y también ayudarla a que vaya al baño. Por eso decido madrugar a la misma hora que Grace se levanta para atender a Tom antes de comenzar sus labores, que por cierto, es bien temprano.Este será el único modo de comenzar más temprano a limpiar y estar presente para cuando ella despierte. Estoy hecha un caos total, no dormí absolutamente nada pendiente de que no se lastimara al dormir. Igual debo trabajar, luego tendré tiempo para descansar o al menos eso espero.Recojo y limpio todo a mi alrededor. Luego lavo todos los utensilios que se ensuciaron y un sinfín de cosas más. Trato de hacer la menor cantidad de ruido para que Harry no se despierte, no quiero ni siquiera encontrármelo luego de lo que pasó anoche. Siento que esta situación me volverá loca, ese hombre tiene temperamentos extraños.Primero me trata despectivamente, y luego me besa, ¡está loco! En fin
Mia MoralesVarios días despuésEstoy preocupada, desde que pasó lo de Michelle siento que sus heridas no evolucionan. Llamé al doctor que nos atendió y me dijo que al principio estaría inflamado, que luego con el antibiótico mejoraría. Pero nada, no mejora.Ayer y hoy ha presentado fiebre, así que no he trabajado. Debo estar al pendiente de ella, esta madrugada convulsionó y hoy no me he despegado de ella. Grace, Tom, Charlotte, Zack y las chicas, han estado al pendiente. Vienen cada vez que pueden a visitarla, hoy Zack vendrá a buscarnos para llevarla al médico, esto no es normal.De Harry no sé nada desde que se fue a Italia. No ha llamado ni siquiera a Grace, imagino estará muy ocupado, según lo que pude escuchar ese día, tiene un gran problema que debe resolver.Zack ha venido por las noches y juega con Michelle. Realmente se llevan muy bien y la verdad yo también disfruto mucho cuando él viene, jugamos y reímos a más no poder. Ha estado ayudándome bastante con lo de mi situación
Harry Payne Horas antes Cuando mi madre me llamó para decirme que Mía había renunciado no podía creerlo. Por más que le pedí explicaciones, no quiso dármelas. Pero de algo estaba seguro en este momento, no dejaría que ella se fuera de mi lado; desde que la vi no he logrado sacarla de mi cabeza y los besos que hemos compartido solo han aumentado mis deseos por ella. Me siento tan bien a su lado, es algo difícil de explicar. Ni siquiera con Nicole me llegué a sentir así. Ante este último pensamiento, se viene a mi mente la conversación que tuve con mi madre en el instante que me notificó que Mía no trabajaría más en casa y me hierve la sangre. Flashback »¿Qué diablos me estás diciendo madre? ¿Cómo que Mía se va? ¿Qué ha pasado? No me digas que Brooklyn se apareció por la casa y salió con una de sus impertinencias. »No Harry, no es por Brooklyn. Su tía requiere más de su atención, así que no puede quedarse. »Le dije que podía tomarse los días que necesitara, no hace falta que renu
Mía MoralesSemanas despuésHoy es mi primer día en la empresa de Zack. Estoy tan emocionada, no sabría describir lo que siento en estos momentos. Michelle se recuperó perfectamente de sus manos, ya está yendo a la escuela y también la inscribí en unas clases de dibujo que le caerán de maravilla. Finalmente, nos mudamos y estamos tranquilas en nuestra casa.Desde que no trabajo para Harry hemos hablado muy poco. Grace cuenta que ha estado muy gruñón y que la arpía se la mantiene allí, siendo tan ella todo el tiempo. Zack ha estado conmigo en todo el proceso, me ha pedido salir como algo más, pero la verdad no estoy muy segura.A pesar de que en varias oportunidades llegamos al punto de besarnos, no hemos ido más allá. Es muy lindo y no negaré que me gusta; no obstante, no quiero dar una mala impresión en el trabajo, aunque imagino que ya muchos deben saber cómo ingresé. Sin embargo, a Michelle le encanta que él pase tiempo con nosotras, se ha ganado su corazón totalmente.En cuanto a
Mía Morales Casi no pegué el ojo en toda la noche pensando en el encuentro de ayer con Harry. No entiendo a qué vino eso, es decir, qué será eso tan importante que debe hablar conmigo. «No seas tonta, es más que claro que es un imbécil, no te quiere ver con Zack, pero tampoco quiere algo contigo. Lo único que desea es tener una noche de sexo y seguir con su vida», grita mi conciencia. »¿Tú crees? ¿Tan poca cosa soy?, le pregunto como si estuviera hablando con una persona. «No, no eres poca cosa, solo que él es de los hombres que solo quieren a una mujer para una sola cosa y más nada. Además, sabes que se va a casar por dinero. Jamás te verá como algo serio». »Tienes razón, es cierto. Gracias, conciencia. Eres útil algunas veces. Me rio sola de mis ocurrencias. Me levanto y comienzo a preparar todas las cosas. Después de tomar un baño y de tanto pensar en lo de Harry, decido enviarle un mensaje. Para: El ogro Harry… "Buenos días. ¿Dónde nos vemos para conversar de lo tan urgent
Zackary Black «¡Demonios!» Estoy más que molesto, este día no ha podido iniciar peor. Primero no pude ir a buscar a Mía para traerla a la oficina, ella me pidió amablemente que no era necesario hacerlo porque no quería incomodar. Pero esto no me molesta, es decir, ella me trae loco, me encanta. Es tan honesta, natural, sabe escuchar y la paso genial cuando estamos juntos. A Michelle la quiero mucho, es una chiquilla muy hermosa. Quiero ayudarlas mucho más, pero Mía me lo impide, no quiere que se malinterpreten las cosas, siente que abusa de nuestra confianza y yo sé que no es así. La recomendación que me dio el día de la fiesta me ahorró millones de dólares, así que en comparación con lo que hago por ellas, no es nada. Siento que poco a poco ambas han ido adueñando de mi corazón y es difícil para mí ver que ella no me corresponde. El beso que nos dimos en el estacionamiento me hizo sentir muy dichoso. Pero luego ella tuvo que decir "que no era correcto". «¡Dios! Es frustrante». E