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No puede ser

Nací en Italia, me había mudado a Estados Unidos hace unos años, hablaba el idioma con fluidez y sabía más que otros sobre la mafia. Eran despiadados y sedientos de sangre.

No sabían que hablaba italiano, si pudiera controlar mi acento, podría seguir entendiendo lo que estaban diciendo sin que ellos lo supieran.

-Mi nombre es Sasha.

El hombre frente a mí asintió con aprobación

-¿Y tu apellido?

Mi apellido era Salvattore. Si decidían buscar mi nombre, sabrían mi pasado y pensarían lo peor.

No podia dar mi nombre real.

-Hall- Dije, mi cuerpo estaba temblando mientras esperaba que no vieran a través de mi mentira.

-Hermosa, ¿vendrás conmigo?

-¿Tengo opción?

Una pequeña sonrisa divertida pasó por sus labios

-Supongo que no, hice una pregunta estupida.

Sus ojos no alcanzaron su sonrisa, ellos mostraban ira, rabia y sangre. No esperó a que dijera nada, porque en un pequeño movimiento, estaba con las manos todavía atadas detrás de mí.

Mordí mi lengua cuando las cuerdas me cortaron las muñecas.

-¿Puedes desatarme?

Me miró, sus ojos no confiaban

-No sé, por lo que escuché, diste una gran persecución. Eres una niña rápida. Subiste una malla de hierro y por tu culpa se mato a un inocente.

Mordí mi lengua para no contestarle.

-Si prometes no correr te soltaré, porque te lo juro que si inventas algo serás castigada. No necesitamos que nuestras cosas sean dañadas.

Asentí lentamente. Mi labio inferior temblaba pero no dije nada.

Sacó una hoja del bolsillo de su chaqueta y cortó la cuerda.

Me dolían los brazos mientras los frotaba, oscuros moretones rodeaban mis muñecas. Me agarró del brazo y me arrastró fuera de la habitación.

-Necesitas limpiarte- dijo mientras me tiraba por un pasillo oscuro - tienes sangre encima

Nos detuvimos frente a una puerta de metal y me empujó adentro. Era un baño mal iluminado con suelos de baldosas grises.

-Necesitas ducharte, hueles a sangre.

-No hay cortina

Sus brazos estaban cruzados mientras se apoyaba contra la puerta, su ceja arqueada.

-¿Qué eres? ¿Una maldita princesa? Siento decírtelo, pero si no te sientes cómoda desnudándote frente a mí, te espera un largo camino...

Nunca antes me había intimidado sexualmente con nadie, claro, había chicos a los que les gustaba y querían esas cosas, pero no era mi caso. No tenia confianza con mi cuerpo, sentia que no era como las demas chicas y nunca me habia desnudado frente a alguien mucho menos frente a un hombre, sin mencionar que dicho hombre era un jodido mafioso

-Tienes unos tres segundos para desnudarte o lo haré yo mismo y no quieres eso

Me quite el vestido aguantando lo mejor que las lagrimas que querian salir como locas, la tela cayó en un montón ensangrentado a mis pies y me quedé en sujetador y ropa interior de encaje.

Me miró de arriba abajo, no hizo ningún intento por ocultar el bulto repentino en sus pantalones mientras asentía con la cabeza para que me quitara el resto.

Lagrimas salieron mientras me desabrochaba el sujetador y me quitaba la ropa interior.

Crucé los brazos frente a mí y parpadeé para eliminar las lágrimas calientes. Abrí el agua y me estremecí cuando el agua fría me roció la cara.

Su bulto solo creció y sentí que mis lágrimas se mezclaban con el agua mientras me miraba. Le di la espalda y temblé mientras me lavaba la sangre del cabello, el rojo se mezclaba con el agua mientras me fregaba.

El frío adormeció mi cuerpo mientras lloraba en silencio.

De repente, el agua se cortó y me sacaron de la ducha, mi cabeza se estrelló contra el azulejo y mi visión se volvió borrosa.

Me sostuvo contra la pared, el bulto de sus pantalones estaba presionado contra mí, estaba tan cerca que sentí su aliento en mi cuello.

Me levantó completamente del suelo, su fuerza era aterradora.

Me agarró la garganta con rudeza

-Podría follarte aquí mismo, nadie necesita saberlo

Tosí y sollocé mientras se apretó más fuerte contra mí.

-Soy virgen- Esperaba que eso significara algo. Sé que las chicas valen más si son vírgenes, aunque no quiero que me vendan en absoluto, pero haría cualquier cosa para evitar la situación que estaba a punto de desarrollarse.

Su mirada llena de lujuria se desvaneció y soltó mi garganta.

Se apartó de mí y caí al suelo, respiré profundamente mientras tosía. Mis ojos se humedecieron mientras luchaba por oxígeno.

-Cámbiate, ahora. Hazlo rápido o te arrastraré fuera de aquí desnuda

Le dio a mi cuerpo otra mirada mientras me ponía la bata de gran tamaño y até la cuerda a mi alrededor. En el segundo en que terminé, me agarró y me sacó de la habitación, mi corazón todavía estaba acelerado mientras me conducía por otro pasillo.

-¿A-adónde vamos?

-Cállate- Gruñó mientras me empujaba a otra habitación.

Tropecé en la habitación. Era un espacio pequeño con percheros de ropa y un espejo de pie lleno de maquillaje. Una mujer alta estaba parada en el centro, su cabello estaba recogido en un moño, su expresión indiferente.

-Prepárala para la subasta de hoy

-Ven aquí- La mujer dijo en un tono monótono, sus labios pintados formaron una línea recta.

Caminé hacia ella mientras me miraba,sus ojos oscuros recorrieron mi rostro hasta mis piernas.

-Buena figura, piel palida, alta, cabello largo, ojos claros, muy exótica, ¿dónde la encontraste?

-Un callejón

-¿De dónde eres?- su pregunta dirigida hacia mí esta vez.

-Nueva York- mentí, mi voz temblorosa.

A ella no parecía importarle, ya se estaba enfocando en algo de ropa en el perchero.

Cogió un vestido negro y lo dobló. Me chasqueó los dedos

-Siéntate, ahora- Señaló la silla junto al soporte de maquillaje y me senté temblorosamente.

Mis ojos se posaron en el hombre de la esquina y me estremecí ante su mirada mortal que estaba enfocada en mí.

Rompí mi mirada mientras sacaba un pincel y comenzaba a pintarme la cara.

-Tus ojos están hinchados, deja de llorar- Murmuró ella.

Mordí mis labios mientras ella continuaba pintándome la cara. Era similar a cuando Britanny me maquillaba. Era agresiva y mandona. Me puso delineador y lápiz labial. Luego comenzó a secarme el cabello, dejándolo rizado alrededor de mi cintura.

Diez minutos después, chasqueó los dedos para indicar que había terminado.

Me entregó el vestido.

-Cambiate

La mirada del hombre todavía estaba en mí, ella lo miró y señaló la puerta.

-Si quieres que esta chica esté lista para la subasta, te irás. No creo que quieras perder algo que valga tanto

Me dio otra mirada de muerte antes de marcharse.

-Cámbiate, ahora- su voz era menos áspera mientras me entregaba el vestido y la ropa interior.

Asentí en agradecimiento pero ella me ignoró.

Me quité la bata y me estremecí mientras me ponía el sujetador y la tanga. Me puse la tela endeble, era corta, reveladora y sin mangas.

Subí la cremallera de la espalda y me paré con los brazos cruzados.

-¿A-adónde voy?

-Mira niña, si quieres sobrevivir, debes callarte y tomar lo que te arrojen. No trates de ser mejor que eso, no lo eres, no trates de escapar, no puedes, no llores y ciertamente no supliques. No trates de ser inteligente, el cerebro no te sacará de esto. Tu belleza es todo lo que tienes ahora. Muerde tu lengua y sé fuerte. Es tu única esperanza 

Sentí las lágrimas soldarse en mis ojos pero no lloré. Asentí mientras temblaba y mi mente se entumecía

- Ponte estos- me empujó un par de tacones- y siéntate, tienes moretones y cortes en las piernas

Me estremecí mientras me ponía los tacones de aguja, me temblaban los dedos cuando abrochaba la abrazadera. Me senté mientras ella cubría los moretones y cortes con maquillaje. Necesitaba sobrevivir a esto. Tenía que hacerlo, incluso si significaba perder cada gramo de mi humanidad, tenía que hacerlo.

Sobreviviré ahora y lloraré después.

Soy más inteligente que esto, no soy quien creen que soy, tengo una ventaja. Saldré viva de esto, soportaré las palizas, las violaciones, el dolor y la tortura, porque al menos sé que soy mejor de lo que ellos creen que soy.

No estoy sucia, no me dejaré sucumbir al mal de la mafia. No soy lo que piensan.

Quien sabe, puede que una simple chica pueda cambiar el rumbo que lleva la mafia italiana, nada puede darse por sentado, quizas la destruya desde el interior usando mi supuesta belleza, no sabrán que los golpeo... O quizas simplemente muera en el intento, pero si lo hago que sea luchando y llevandome al menos a uno conmigo

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