Capítulo 4
– buenos días, señorita – saludo a la misma chica de recepción que había visto el día anterior – buenos días ¿en qué puedo ayudarla? – dígale al señor García que Mía Smith lo busca. – yo puedo hacerlo, pero no le prometo nada, ya vio ayer lo que sucedió. El señor García es un poco extraño y reservado. Apenas recibe visitas de nadie – le dijo la chica a modo de confidencia. – ya lo sé, pero dígale que soy yo. Estoy segura de que no se va a negar a verme – le pidió de igual forma Mía. La chica contactó con la secretaría. – buenos días, sí, es de recepción. Comuníquele al señor García que lo busca Mía Smith – la muchacha escucho lo que le comunicaban y solo asentía. – Tenía usted razón. – le dijo la chica cuando colgó el teléfono – dice que puede subir. – Mía asintió – vaya al piso veintiuno y cuando se abra el elevador podrá ver su oficina. Es la única en ese piso. – ella siguió las instrucciones. Como dijo la joven, nada más abrirse las puertas pudo ver la mesa donde estaba la secretaría. – buenos días, yo soy – están hablando y la chica la interrumpió – puede pasar – le informó no de muy buena gana. – el señor García me dijo que no la detuviera.Ella sonrió y siguió le hizo caso sin prestar demasiada atención a la mala actitud de la secretaria – buenos días, señorita Smith – le dijo Luter nada más que la vio entrar por la puerta – ¿quién diría que una loba iba a tener un apellido tan aristocrático? – no veo qué importancia tiene mi apellido, es como otro cualquiera. El tema aquí es, ¿por qué te fuiste en medio de la noche? – él se rió, una risa enérgica y varonil que a Mía le pareció increíble. – yo no escape en medio de la noche, de hecho, no salí en medio de la noche. Sala en la mañana, lo que había una loba muy dormida que ni me sintió. Además, no hui, vine a resolver los asuntos de los que te hablé ayer. – a, eso fue lo que sucedió. Está bien, supongo que me equivoqué. – guao, la loba Alfa dando su brazo a torcer eso sí que es una novedad. – yo no soy ninguna salvaje como te gusta pensar Luter, sé reconocer mir errores. – si quieres espérame, ya casi acabé. – ella se quedó parada junto a la puerta – puedes sentarte – le dijo él – no gracias, aquí me siento cómoda – le respondió ella – como quieras. – estuvo como cinco minutos así hasta que de pronto se abrió la puerta – ¡Lara! ¿Qué haces aquí? – le preguntó Luter a su prometida, está lo miro y miro a la chica junto a la puerta – ¿me estás engañando Luter? – le preguntó Lara – te espero fuera – le informó Mía y bajo al estacionamiento. – ¿qué crees que estás haciendo Lara? – ¿Así que este es el asunto que tenías que resolver anoche? – la culpabilidad lo golpeó por eso bajo la cabeza, pero aun así no admitió lo que había hecho – estás montando una escena, esa chica es solamente una amiga. – quiero que sepas Luter, que yo tampoco me quiero casar contigo, pero jamás te engañaría. Es todo lo que espero de ti. – dijo Lara, se volteó y se fue. Luter se quedó contrariado. Aventó el vaso que estaba en su escritorio contra la pared. A lo mejor eso de alejarse de esta vida le hacía bien. Ser el heredero perfecto no es fácil, menos lo es cumplir con los estándares de la familia García. Necesitaba ser solamente Luter por un tiempo.Bajo el estacionamiento y emprendieron viaje en el auto de Mía, no podían hacerlo en el suyo, no quería que nadie sospechar de lo que estaba sucediendo. Llegaron a pueblo luna casi en la noche, la casa de la manada estaba igual a como la recordaba. Con algunas diferencias que estaba seguro las provocaba su mente infantil. Se paró fuera, estaba mirando y pensando en todo lo que vivió aquí. Un muchacho de unos dieciséis años salió corriendo hacia él, se le vino encima y lo abrazo. Él se quedó tieso con las manos en el aire. Mía le hizo una seña para que lo abrazara de vuelta. – Dante, suelta a Luck, recuerda que estaba herido – es que lo extrañe, ya hacía falta un Alfa en esta casa – antes de irse, Mía, ella y Rex sacaron a Luck de la casa para que nadie viera su estado – ¿qué haces vestido de traje? – su cabeza se quedó en blanco. Debía haberse cambiado la ropa antes de venir aquí. – Luck y yo fuimos a resolver problemas, por eso está vestido así – respondió Mía por él. – entonces por qué tú vistes como prostituta de bar al igual que siempre? – pregunto el chico y se río – deja que te atrape Dante, te voy a patear el trasero – el chico salió corriendo. – vamos dentro, no quiero que toda la manada te vea vestido así. Te cambias y te llevo con tu hermano – le dijo Mía – ¿él no está en la casa? – preguntó Luter – no, está en un lugar más seguro – entraron en la casa y Mía lo dejo en el cuarto de Luck – vengo a buscarte en unos minutos. Luter no tenía idea de que podía ponerse para que pensaran que era Luck, miro en su guardarropa y llegó a la de que sus estilos eran muy diferentes, tardó un poco más y al final saco un jean desgastado y una camiseta blanca. Había mucho de esas prendas ahí así que supuso que eran de su gusto. Para cuando entro Mía en el cuarto, se estaba poniendo unas botas de motero que encontró bajo la cama. – ¡dime qué no tiene una moto! – te lo diré si quieres que te mienta – le corroboró Mía lo que él temía – yo jamás me he subido en una de esas – respondió el algo abrumado – no sé si te fijaste en mi estilo de vida, pero nada que ver con motos – eres un nerd en toda regla. Ese es el jobi de Luck, vas a tener que aprender. Tu hermano ama esa moto. Ahora sígueme, él nos está esperando.Capitulo5Fueron a una pequeña cabaña junto a un lago, entraron dentro y su olfato de lobo detectó olor a sangre. Era muy leve, pero estaba presente. Entraron en la habitación y vio a Luck sentado en el borde de la cama. Estaba sin camisa y su torso vendado por completo, también tenía una herida en su cuello. – hola, hermano – saludo Luck levantando la cabeza. El impacto de Luter fue grande. No es lo mismo saber que tienes un hermano gemelo, y otra muy diferente es ver tu cara, exactamente tu cara; en otra persona – ¿por qué pones esa cara? – no se a ti, pero esto de compartir cara no me hace mucha gracia – Luck se río ante sus palabras un poco infantiles – digamos que no me importa. Incluso tiene sus ventajas – le dejó saber – Mía me dijo que quieres que yo vaya a suplirte – así es, entiendo que estés herido y que no puedas lidiar con la manada en ese estado. Pero yo llevo una vida tranquila. Nadie va a molestarte, te vas a recuperar con tranquilidad. Yo tampoco puedo dejar mi vid
Capítulo 6Luter regreso con Mía a la casa de la manada, Rex ya no estaba cuando terminó de hablar con su hermano. – ¿dónde está Rex? – le preguntó a Mía – resolviendo algunos asuntos – ¿qué asuntos Mía?, No puedes mantenerme a obscuras – no pretendo hacerlo, Rex se encarga de nuestros negocios, por eso no está aquí – negocios a esta hora de la noche – inquirió él – tenemos unos cuantos clubs nocturnos. También una mina de oro, cerca de la casa y algunas otras propiedades. Yo manejo un pequeño negocio de decoración de interiores. – m****a, no me imaginé que tuvieran tanto – la verdad es que tú y tu hermano no son tan diferentes, bajo su mandato los negocios crecieron mucho. Declan no era mal Alfa, pero si muy básico en cuanto a negocios respecta. – me alegra escucharlo. Necesito descansar – aún no se sentía cómodo cuando lo comparaban con Luck, además, debía buscar la manera de adaptarse a esto de la manada. No tenía ni idea de cómo ser un Alfa. A la mañana siguiente se desp
Capítulo 7 Luter decidió que a partir de ese momento se tomaría más en serio su papel, fue al salón a esperar a la manada. – ya estamos listos Luck – le informó un chico más joven que él, no tenía ni idea del nombre. Pudo ver a todos ir llegando poco a poco. Él asintió – Lucy, ven aquí – llamó a la chica aparte – ¿qué sucede Luck? – pregunto ella cuando estaba a su lado – quiero pedirte que te quedes en casa – pero Luck – estaba replicando ella y él la interrumpió – si se produce un altercado, cosa que sabes que puede ocurrir. Tu padre va a estar con ellos. ¿Vas a ser capaz de pelear con él? – ella bajo la cabeza – eso pensé. Es mejor que te quedes aquí. No quiero que te hagan daño. – lo entiendo. – ella bajo la cabeza y se alejó de él. Él pudo ver a Mía viéndolo desde el otro lado de la habitación. Cuando noto que él la miraba asintió, dándole aprobación a su actitud. Ella se acercó a él. – veo un cambio de actitud importante en ti – le dijo ella – es que tú tienes la r
Capítulo 8Luter se despertó de madrugada, había soñado que se convertía en lobo; definitivamente estar cerca de la manada ponía esa parte de él en alerta; de verdad no quería volver a pasar por el dolor que provoca la conversión, pero no creía poder controlarlo. Aún faltaba mucho para la luna y ya sentía su llamado. Se sentó en la cama y seco su sudorosa cara con su mano, iba al baño a darse una ducha y encontró las bragas de Mía junto al váter, supuso que, en el apuro por irse de ahí no las encontró y se fue sin ellas, las tomo en las manos y las acercó a su nariz, inspiró su aroma y al momento se excitó. No estaba seguro si eran sus instintos de lobo despertando o el hecho de estar con una loba por primera vez, o una liga de ambos. Pero Mía era adictiva, siempre quería más de ella. Se dio la ducha por la que fue al baño y salió de su habitación a buscar a Mía, tocó a su puerta. Ella abrió con una bata, en realidad muy ligera de ropa, ya que la bata era de una ceda rosa casi transpar
Capítulo 9Ella lo arrastró a donde se suponía Luck compraba la ropa, en cuanto Luter entró, la duda se le dispersó. Ahí solo vendían ropa usada y por completo el estilo de su hermano. Mia no lo dejo decidir para nada lo que quería, Mía se encargó de todo. A él le fascinaba ella por completo, era una mujer dominante que sabía bien lo que quería de la vida, todo lo contrario de Lara, ella es una buena chica, pero muy insegura y dependiente. Salieron de la tienda con muchas bolsas llenas de ropa de segunda al estilo Luck e iban caminando por la calle. – ¿si te pregunto algo me responderías? – no sé por qué, pero tengo la impresión de que vas a preguntar de cualquier modo – él sonrió – Mía cuéntame cómo ha sido tu vida.Estas palabras le trajeron a Mía muchas cosas a la cabeza”La historia de Mía"Mía, hija de un aristócrata convertido en lobo y una mujer común, nació siendo loba, su padre alcohólico, una noche, en una de sus borracheras constantes descuartizo a su madre frente a su
Capítulo 10 Luter logro conseguir una casa en la que cupieron todos, aunque no tan grande como la que tenían antes, tenía entendido que esa casa la fabricó su bisabuelo, debido precisamente a que no encontraba un lugar para meter a tanto lobo. Pensar en su bisabuelo en esa disyuntiva en la que se encontraba el ahora le dio gracia. Bueno el hecho es que ahora tenían donde vivir de momento. Aunque algunos de sus miembros debían compartir habitación. Eso se lo dejo a Mía, los beneficios de ser Alfa son que podía disfrutar de una habitación para sí mismo, o eso creyó. – buenas tardes Luck – entró Dante en su habitación. – ¿qué haces aquí? – Mía me envió, dijo que tendremos que compartir habitación, no tenía donde más ponerme. – Luter lo miro serio y luego rio, se acordó del pensamiento tan erróneo que tuvo un momento antes, por supuesto que con Mía la jerarquía era una broma – pasa y ponte cómodo. Supongo que ahora somos compañeros de cuarto. – si té incómodo puedo dormir en la sala
Capítulo 11 – ¿cómo que hablaste con Luck y no le preguntaste como se encuentra? – le preguntó Mía esa tarde mientras caminaban por la pequeña tienda en la que se encontraban, que él estaba más pendiente al vestido de verano que tenía ella sobre su cuerpo que a sus palabras. Habían salido a buscarle las cosas que necesitaba Dante. – es un lobo Mía, sé que va a estar bien. – le respondió él – además. Por como protestó con cada cosa que le dije, estoy seguro de que se encuentra bien. – ella sonrió – ¿qué es lo que te da tanta gracia? – le preguntó él – es que pensé en Luck, y sí; él es del tipo de personas que protesta por todo. – él se detuvo y la miró – quieres mucho a Luck. ¿Cierto? – así es, él es como mi hermano. Me ayudó mucho cuando llegue con la manada. – al parecer es una buena persona – si lo es – le corroboró ella – sigamos caminando, aún faltan muchas tiendas en el centro comercial. Dante necesita de todo. Incluso debemos comprarle un teléfono. – lo
Capitulo12 Los días pasaron con relativa normalidad Para todos excepto para Luter, saber que cada día que pasaba lo acercaba más a la luna lo ponía nervioso; podía sentir el llamado del lobo en su cuerpo. Ya solamente faltaba una semana para que llegara luna llena. – Mía necesito hablar contigo – interceptó a Mía en el pasillo. La tomo del brazo y entró en la habitación de ella. – ¿qué haces Luter? – le preguntó ella y se soltó de su agarre – por favor Mía, dame mi colgante – le dijo el de forma desesperada – estás sintiendo el llamado de la luna – así es, no quiero volver a pasar por el mismo dolor Mía, no quiero volver a ser un lobo. – tienes que calmarte Luter, no siempre te va a doler; cuando tu cuerpo se adapte a los cambios ya no lo vas a sentir. – no quiero que eso pase Mía, no quiero adaptarme y no quiero convertirme otra vez en lobo. Lo único que quiero es mi colgante – el estado de desesperación de Luter era digno de compasión, y justamente eso le provoc