Inicio / Personajes Sobrenaturales / Dmitry; mi lindo jaguar / 01 - El comienzo de una obsesión
01 - El comienzo de una obsesión

Welcome peachie

┏━━━━━━━━━━━━━━━┓

Dmitry sin dejar rastro alguno regreso a su hogar enojado, más que eso furioso por la pequeña filtración de un enemigo de otro país, alguien que fue mandado a hacerle daño. Su mirada reflejaba lo que quería hacer, estaba tan lleno de ira y más por como una simple extranjera tuvo que socorrerlo en ayuda que se supone él no necesita.

Aquella herida fue provocada por algo que debilita su cuerpo y era una de las razones que lo mantenía más enojado. Se supone que de la faz de la tierra había borrado rastro alguno de dicho material peligroso para alguien como él.

— ¿Algún rastro de aquel cuerpo que nos ayude a saber de donde venía? —.

— Ninguno, cuando estaban haciendo los procedimientos, el cuerpo se desintegró ante los ojos de nuestra gente. Fue raro —.

— ¿Raro? ¿Por? —.

— Amo, es difícil saber si lo que tengo en mente fue lo que sucedió. El cadáver que encontramos parece ser falso, había rastros de que la persona no se mató por sí sola, sino que un tercero la mato —.

— M*****a sea —.

— ¿Señor, dirá como es que no murió? —.

— Fue una extranjera, estaba en el bosque cerca de donde sucedió el ataque. Estaba intentando pasar desapercibida, temblaba de miedo por solo escuchar lo que sucedía, sus ojos me hicieron notarla en la oscuridad y no podía dejar que alguien que no es del país muriera. Perjudicaría en los tratados de paz —.

— ¿Y si ella está involucrada? —.

— No, imposible —. 

— ¿Cómo puede estar seguro, señor? —.

— Kurk, no es de tu importancia. Solo ella no sería capaz de eso —sonrió a espaldas de su asistente—. Es más, necesito saber más de ella. Tiene algo inusual que me hizo sentir refrescante y ocupo saber más de ella —.

— Pero, señor... —.

— Acaso vas a poner un, pero, es una orden de tu soberano. No te estoy pidiendo alguno de tus consejos. No quiero verte de nuevo hasta que tengas información de ella —.

Recordó los pequeños instantes en los que convivió con aquella coneja, en su mente permanecían los ojos de esa hembra que lo estaban volviendo loco. Se negaba a creer que esa inusual mujer con unos ojos de un color como un durazno dulce y suave estuvieran en su mente, más cuando tenía que pensar en asuntos más importantes.

— ¿Estás seguro de lo que haces? —. Menciono su asistente llamando su atención.

La sonrisa del jaguar congelo a más de uno en los pasillos mientras salía de su estudio para atender como se debe su herida, tenía en mente que haría con esa hembra tan peculiar que de forma extraña lo llamaba. Su asistente rezo ante su diosa para pedir alguna ayuda hacia aquella joven mujer que se había puesto en el camino de su amo, uno difícil de llevar.

— Quiero que me traigan a esa coneja, su casa está situada en una de las zonas peligrosas de Bylsorm —.

Todos se quedaron petrificados en su lugar, no había movimiento en la casa aparte del de Dmitry que estaba ansioso por sentir el tacto tembloroso de la coneja en su piel. Kurk siguió a su amo corriendo algo asustado por lo que decía, las últimas parejas de su soberano terminaron muy mal después de querer salir con él.

— ¿Está seguro de eso, señor? —.

— Siempre estoy seguro de todo lo que hago, Kurk —.

Kurk cerro sus ojos bajando su rostro preocupado, más porque aquella chica es una extranjera, una extranjera que no debería estar en ese país y más cerca de un soberano demasiado sádico. Quiso hablar recordándole a su Amo las palabras que una vez su hermana le dijo antes de irse a estudiar a otro país, pero fue callado con una leve advertencia de la persona a la que más respeto le tenía que tener.

La mano de Dmitry sostuvo a la del médico que ahora revisaba su herida, aquel médico quería quitar algo que aquella coneja hizo y era algo que el jaguar no quería, su extraña obsesión por no ser tocado donde aquella mujer lo toco se le hacía extraña a las personas que estaban dentro de la habitación.

Pero solo el jaguar tenía pequeñas dudas sobre aquel mamífero que no parecía mostrar la rareza que era, sus ojos eran únicos, algo que ese soberano nunca había visto en su vida.

El médico siguió con lo poco que le permitían hacer, ocultando su miedo por terminar mal ante su soberano. Las personas dentro de la habitación guardaron silencio y comenzaron a orar por aquella conejita que de manera mágica apareció para hacer algo en la vida de un soberano tan malvado y despiadado

— ¿Te lo pregunto de nuevo? —. Hablo Kurk, esperando que la respuesta cambiara.

Kurk estaba aterrado de lo que podría hacer su amo con aquella mujer. Lo conocía, era peligroso y demasiado negligente con todos a su alrededor, mataba a tanto que se atravesara en su camino. Por lo que había gente que prefería mejor no acercarse o tan siquiera estar alrededor de él, aun así su poder y buen rostro atraían a cualquiera.

Pero en su rostro llevaba una advertencia, no importaba cuál buena apariencia tuviera el soberano de esa nación. Sobre él parecía existir una maldición que acababa con cualquier persona que se rodeara alrededor de él, era sabido que un hombre como él no podía tener pareja por su desgracia, pero ahora todo se encontraba en hilo.

— ¿Quieres que te diga la respuesta mientras te clavo mis garras? —trato de levantarse—. Si alguien de ustedes intenta detenerme de nuevo, ustedes serán las afectadas. Ve por lo que te dije e investiga bien, no quiero ningún faltante en esa investigación —.

Las chicas que lo detenían se apartaron de él, aunque tuvieran que cuidarlo por la condición en la que su líder se encontraba, tampoco ellas podían llevarle la contraría. Nadie podía por el peligro que se podría correr, suspiraron al unísono escuchando en secreto todo lo que podían.

Alguna que otra se miraron entre sí al saber que buscaba a una hembra, celosas y envidiando a la mujer por su suerte. Otras se asustaron al instante sin prestar mucha atención, mientras al igual que el asistente oraban por la seguridad de una de ellas que tuvo esa desgracia.

Kurk negó después de unos segundos, él pensaba que lo peor que hizo aquella coneja fue cruzarse en el camino de ese Alfa, estaba muerta en manos de él. Suspiro imaginando lo peor como siempre era lo esperado, cada vez que traía a alguien esa persona terminaba fría.

━━━━━━━━━

Los días pasaron llevándose aquella herida consigo que curo muy rápido, era como si nada hubiera ocurrido después de ese ataque. El jaguar se encontraba descontento en su rutina de siempre, algo irritado por no encontrar al culpable del ataque y saber qué nación fue responsable para hacer una gran guerra por haberle faltado el respeto de esa forma.

Quería sangre en sus manos, era algo que no podía negar a su bestia, que exigía una muerte más en sus manos. Kurk llamo a la puerta antes de entrar con algo de miedo al estudio de su líder, en sus manos había una carpeta que tenía toda la información de vida de aquella mujer.

El jaguar sonrió al ver la carpeta que tanto había esperado, ya estaba harto de tan solo recordar los ojos de esa coneja, siendo lo que más le irritaba a él, la quería en ese momento para poder poseer algo completamente nuevo como ella lo era.

— Perfecto —. Murmuro tomando la carpeta.

Las yemas de los dedos del soberano repasaron aquel rostro, sin duda esa chica era una omega, tan hermosa, no podía negar que esa coneja era la hembra más hermosa que ha visto en sus años de vida. Leyó en silencio la información que su asistente había recopilado y le llamo más la atención el porqué anteriormente había estado casada, siendo tan joven.

En su mente un plan comenzaba a crearse sin darse cuenta, se informaba muy bien de su presa que parecía extasiado al ver que la tiene en la palma de la mano y sin hacer tanto esfuerzo. 

— Dmitry...  —. Kurk guardo silencio al instante que su soberano lo miro.

— ¿Quién te dio permiso de llamarme por mi nombre? —.

— Amo —Dmitry sonrió—. No es bueno esto, pondrá en riesgo los tratos de paz. Tenemos una línea muy estrella con Watspur y cualquier cosa que suceda con uno de los de ellos nos afectara, es un tratado de comienzos de la nación —.

— ¿Quién dice que le haré algo? —.

— Una de sus anteriores parejas murió —.

— Fue porque era una espía —interrumpió—. Estás insinuando que la Watspuriana es una espía, perfecto, quiero una guerra que me deje matar y adquirir oro —.

— Señor —.

— Si no es una espía, no tienes que temer, no crees que es mejor tener mejores beneficios con Watspur. Por lo visto, la chica es parte de una de las familias con más antigüedad en ese país. El destino me ha traído a una princesa —.

— No hará lo que pienso. ¿Cierto, señor? —.

— Solo la usaré un poco, mejoraré los tratos con el nuevo rey de Watspur como tanto mi abuela quiere y cuando no me sirva la enviaré de regreso con su padre —.

— Algo más, mi señor —.

— Por el momento, nada más, has hecho un buen trabajo esta vez. No quiero que nadie me interrumpa por el resto del día —Kurk dio una reverencia —. Oh, cierto. Quiero que esté lo más rápido que sea aquí —.

Antes de que Kurk diga algo, Dmitry le hizo una señal para que abandonara el estudio rápido y sin tener permitido intervenir en algo más, el asistente dejo el lugar para hacer la última tarea que se le había designado traerla con él para comenzar su plan.

Dmitry no podía admitir a voces que él ya sabía algunas cosas de ella por espiar a su presa, había visto como se comportaba con la gente y mantenía siempre un ojo en ella para poder saber si esa coneja sería un problema para sus planes. Olivia, su coneja de cabellera rubia con ojos de un color como el durazno y con una estatura promedio para él, era algo que para Dmitry parecía complementarlo.

Es perfecta ante su oscura mirada.

Vino a su mente como a esa coneja le pareció hermosa la sonrisa que él tenía, una sonrisa que para todos estaba llena de peligro y no debían de ver fijamente porque morirían. A la vez le gusto como una omega tan indefensa, se volvía valiente sin tener miedo, parecía que ella no sabía en lo que se metía y fue su peor error.

No quería admitirlo y era algo que ese soberano ocultaba, las horas que estuvo con la mamífero fueron suficientes para sentirse en paz al escucharla hablar mientras se hacía el dormido. Y eso la volvía más anhelante para Dmitry, quien esperaba examinar con extremada paciencia a esa coneja.

Quería ver cuanto esa hembra podría soportar al humillarla y jugar con ella, parecía ser tan ingenua y no esperaría llevarse una sorpresa. Estaba impaciente a la espera de esa coneja que no parecía pensar en él como el jaguar pensaba en ella, era deprimente pensar tanto en una hembra como ella.

Para Dmitry era tan insignificante la vida de los demás, prefería pensar en él que ahora era el gran héroe de la nación que iba a guerras que resultaban victoriosas para su nación, consiguiendo oro y buena reputación para su reino.

Sostuvo en su mano una de las fotos tomadas por Kurk de la coneja, no se miraba nada mal, pensó en poder al menos tratar de divertirse con esa coneja. Algo que nunca podía hacer con normalidad con cualquier hembra, no le daba tal privilegio a cualquiera.

En ese momento comenzó a tener en mente cómo sería la presencia de la rubia en su casa, ¿sería buena para apareamiento?, dudo un poco de eso al no creer que fuera buena en eso, ya que nadie era bueno en apareamiento para él, por lo que esa sería una prueba de oro si ella la llegara a pasar.

La encadenaría a él sin duda.

Se distrajo un momento imaginando que estaría haciendo en ese momento su nueva víctima, su juguete privado. En esos momentos quería ser impulsivo e ir por ella para no dejarla salir a ningún lado, porque lo que es suyo, solo puede ser de él. Sentía un vacío muy profundo y después de tantas víctimas aquel vacío seguía ahí, no era capaz de entenderlo, pero cada que tenía una nueva víctima esperaba que algo sucediera.

━━━━Ending━━━━

Olivia pasaba las tardes perdida en sus pensamientos, no sabía nada de aquel hombre, ya había pasado una semana exacta y seguía sin ver algún rastro de aquel hombre tan misterioso que parecía haber dejado un vacío dentro de ella. Era una sensación extraña. Algo que es posible nunca haya sentido con alguien más que conociera.

Aunque más le preocupaba la estabilidad de ese hombre, puesto que como lo vio él estaba en un peligro, aquella herida fue lo más feo que había visto en la vida. Hace tiempo no se había preocupado por alguien, se había puesto en meta nunca hablar o fijarse en un hombre y estaba fallando solo por saber si ese sujeto estaba fuera de peligro.

¿Estaría bien ir al lugar el cual el felino pedía ser llevado?, pensó al querer llevar alguna pomada o un médico para ver si la herida había sanado sin ninguna infección. Fue muy peligroso que ella hiciera aquello, no es un médico como para hacer esas cosas, pero el nivel de liderazgo que sentía de esa persona sobre ella la había asfixiado.

Mordió sus labios y suspiro alentándose, no perdía nada en intentar aquello.

Pero para su mala o buena suerte estaba ocupada en su trabajo, así que únicamente hasta su día de descanso podría ir a checar si él aún estaba en aquella casa principal de Bylsorm. Debería de preguntar a alguna compañera de trabajo para saber como llegar hacia ahí o pedir ayuda para ir, este país aún era nuevo para ella.

— ¿Oliv, las medidas de la modelo? —. Pregunto su jefa con insistencia llamando la atención de la coneja.

— Oh, sí —Olivia extendió su libreta—. Deje unas notas que detallan mejor el prototipo y también deje las copias de los demás prototipos en su escritorio para que pueda checarlos con tiempo antes de la presentación —.

— Perfecto, como siempre te adelantas a mí —sonrió—. Lo malo es que tuve que esperar tanto para tener a alguien tan bueno en este trabajo como tú, así que por primera vez le daré la oportunidad a otra persona de hablar en esa presentación con los grandes jefes, ¿te parece bien exponer todo esto? —.

— Yo, la señorita Mills ya había solici... —.

— No me estás entendiendo, Olivia. Yo como su jefa ya decidí que esta vez alguien más hará la presentación y esa eres tú, no la señorita Mills, tú. Si te doy la oportunidad debes de aprovecharla, habrá grandes ejecutivos de la empresa y el mismo CEO estará ahí —.

— Está bien, señorita, haré mi mejor esfuerzo para no quede mal usted —.

— Así me gusta, iremos a una junta, así que prepárate —.

Olivia guardó sus cosas ante la mirada de sus compañeras, estaba siendo comida viva por ellas y ella solo quería salir corriendo de ahí antes de que alguien le reclame por algo que ella no quiso. Suspiro saliendo detrás de su jefa que parecía no estar al pendiente de que su asistente estaba siendo comida de salvajes en ese momento.

La pequeña coneja salió en pequeños brincos de ese lugar sabiendo que cuando vuelva será acorralada por sus compañeras y la llamarán por muchos nombres por no haber rechazado algo que una de sus compañeras llevaba tiempo pidiendo.

— Tenemos que hacer quince iguales para las bailarinas de apoyo, espero también tengas las medidas de ellas, toma nota de eso —Oliv miro el prototipo de una compañera y tomo nota del modelo—. Debes de avisar que son para la siguiente semana y no debe de haber un retraso en eso —.

Olivia asintió, mantuvo su mirada baja para no hacer que su jefa estuviera de mal genio. Escucho que solo verla a ella la hacía enfurecer, pero no sabía que solo la sumisión de ella la hacía desesperar por no negarse a nada.

Toda la tarde estuvo llena de vueltas que hacía para su jefa, después de la junta ella estaba cansada y por suerte no tenía que volver a la oficina porque ya su trabajo había terminado, estaba feliz. Se detuvo detrás de su jefa que estaba frente al elevador y fue sorprendida cuando su jefa giro hacia ella.

— Excelente, ahora solo quiero que vayas a tu hogar a descansar. Me acaban de decir que la anterior costurera de la casa principal de Bylsorm ha sido cambiada por ti, espero que aun así puedas venir a la presentación conmigo. Con gran urgencia te ocupan ahí y no puedo hacer nada para negarme, sería una ofensa —. Finalizo entregándole la libreta de notas.

La pequeña coneja se perdió en sus pensamientos, se sentía nerviosa, porque después de toda esa semana donde quería olvidar al sujeto parecía que ahora no podría evitarlo. Aunque quisiera ir y ver la salud de ese hombre, también se negaba a eso.

Por lo que evito tanto los eventos de la casa principal, que solamente se concentraba en pequeños eventos como los vestuarios requeridos para la casa de Ballet de la ciudad o sobre los concursos de una academia reconocida de baile en tango.

Pero ahora, todos sus esfuerzos se iban directo a la basura.

No importaba que una pequeña parte de ella se sintiera bien para ir a ese lugar, para conocer algo que desconocía, suspiro intentando ver que podría hacer para no ir y recordó haber escuchado algo.

La costurera de la casa principal era una amiga íntima de su compañera, la señorita Mills, sabía que era un horror ese puesto, por lo que tenía miedo. Trabajar para el soberano de ese país sería su muerte segura y ha estado huyendo de la muerte por años, pero ahora parecía que le habían tendido una trampa.

— Creo que hay un proyecto del cual tengo que hacerme cargo, Sra. Linkins —.

Intento salir de eso.

— No hay ninguno, se han quitado todos tus proyectos y ya se los han de estar repartiendo las otras chicas —.

— Pero... —

La señora Linkins, su jefa, detuvo a Oliv tomándola de los hombros para que no siguiera dando pasos hacia atrás queriendo huir. Suspiro con una sonrisa viendo que su aprendiz parecía estar hundiéndose en algo, no entendía bien lo que pasaba por la cabeza de esa coneja, pero no dejaría que alguien que brilla como ella se opaque.

— Alguien pidió con anticipación que fueras tú, solo tú —Linkins se cruzó de brazos —. Únicamente mencionaron que les ha gustado tu trabajo y la actual costurera no daba buenos resultados, aparte de haber tenido un comportamiento indebido con nuestro soberano. Si tu hoja de vida se llena con esa experiencia, alcanzarás el mundo, el poder de esa familia es enorme y tan solo tienes que hacer tu trabajo bien para poder crecer —.

Olivia se encogió en su lugar, intentando esconderse por la presión que hacía la Alfa frente suyo para que obedeciera. Estaba segura de que era ese felino quien la pedía, ¿si no? ¿Quién más sería?, intentaba inventar alguna excusa, pero todas las había usado en esa semana que evitaba a toda costa aquel destino que pedía que ellos dos siguieran encontrándose.

— Y... —alzo su rostro mirando a su jefa —. A partir de mañana tendrás que presentarte solamente hacia la casa principal, solo para capacitaciones o cosas de emergencia se solicitará tu presencia en la oficina. Es un contrato indefinido por la petición, por lo que no sabremos cuando llegara a su fin, solo te pido que hagas todo bien y no incumplas cualquier regla que te pongan —.

Asintió dejando ir a su jefa contenta, la alfa se despidió al salir del elevador y dejando sin saber que hacer a una omega tan preocupada por lo que pueda pasar. Toda su valentía se hacía a un lado cuando pensaba en ese sujeto, su agridulce pasado la hacía negarse a mantener contacto con otro hombre.

Y si ese hombre la metía en problemas con la persona de alto poder de ese país, tanto sabía de ese gobierno que le asustaba un poco lo que sabía. Aunque estaba maravillada con la historia de ese país, el actual gobernante parecía ser alguien sin escrúpulos y demasiado horrible.

Pensó por un momento que tendría sentido que la pidieran a ella, para alguien de la realeza debía de haber ropa única y que no fuera común para los otros comprarla en tiendas. Y la señorita Linkins había dado a su mejor opción dentro de su departamento para cumplir esa tarea, ya que para aquella mujer las manos de Oliva creaban cosas únicas.

Sus manos sujetaron su rostro mientras ella se desesperaba tanto con sus ideas, ¿qué sucedería estando con él?, pensó en tanto que parecía morir por no tener la presencia de él.

Quiso negarse a sus pensamientos por ser tan decepcionantes para ella, acababa de salir de una depresión en donde un hombre la hizo sentir inútil para ahora encontrarse con aquel alfa que parecía ser peor a todos.

┗━━━━━━━━━━━━━━━┛

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo