05 - Pertenencia

Welcome peachie

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El aroma en el exterior la hacía sentir libre, extrañaba ese ajetreo por las mañanas cuando iba hacia el trabajo. Podría decir que extrañaba el mal ambiente en su trabajo, eso era muy diferente a convivir con el mismo líder de un país. Era muy difícil estar tanto tiempo cerca del rey, algo sofocante.

Compro de nuevo el chocolate caliente que tanto le gustaba, hacía mucho que no lo probaba y se sentía ansiosa, lamia sus labios imaginándose que se sentiría tomar de aquel chocolate caliente, parecía una niña pequeña con aquella sonrisa tan contagiosa. Con el frío inesperado en el ambiente había tomado a Olivia desprevenida y sin un abrigo a mano. Se había olvidado de comprar uno, no sabía que venía un frente frío así de rápido.

Tomo de aquel vaso y sintió ese cálido líquido pasar por su garganta, sonrió satisfecha, su corazón palpitaba porque ese día era el primer día en donde ya sería libre de aquel contrato tan maligno que creo un rey desalmado, para sentir al menos un aura dulce y bondadosa en un ambiente desabrido.

Pero cuando pensó en la paz que la rodearía a partir de ese día, los ojos de Olivia miraron con confusión como algunas personas tenían su mirada puesta en ella, ¿acaso estaba sucia?, pensó, pero estaba equivocada.

A su alrededor algunos más viejos le hicieron una reverencia y eso la asusto, alguien había descubierto que era una princesa. Podría estar en peligro si alguien sabía sobre su posición o que venía de Watspur, su miedo más profundo aparecería para acabar con ella.

Se detuvo por un momento y giro su rostro observando que todos la miraban, ladeo un poco su cabeza confundida por lo que pasaba, pero aun así siguió su camino hacia su trabajo como asistente para una de las modistas más importantes de la zona.

El mal sabor en su boca se apoderó de ella aun cuando el sabor dulce del chocolate estaba en sus papilas gustativas. Sentía un extraño presentimiento mientras daba un paso más y se detuvo de nuevo, con disimulo miro que aún había gente siguiendo sus pasos. Aquello no dejaba de parecer extraño para ella.

— Mami, ¿ella es la reina de nuestro país? —Olivia concentro su atención en un niño pequeño de por lo menos 6 años, uno que la señalaba. Curiosa la coneja se señaló a ella misma mirando como ese pequeño niño rubio asentía a lo que negó sin entender qué sucedía—. Tú estás en el periódico. Mami, nuestra reina es hermosa —.

El cuerpo de Olivia se estremeció ante aquellas palabras y agarro el periódico de alguien al lado suyo, periódico que dicho niño señalo y mirando la primicia miro lo que más le aterraba en su vida. Aquello parecía su perdición, ¿quién estaría tan desquiciada como para ser pareja de ese hombre?

Sus pensamientos se revolvían mientras leía la nota:

"Último momento; «Nuestro rey, señor espectacular, ha cautivado el corazón de una dama muy bella».

¿Es esto verdad?

Se podrán cuestionar lo cierto de esto, pero claro que lo es, se vieron en el festejo del día de nuestro señor, organizado para la familia real y un evento privado, donde se escuchó decir de la joven que ambos eran pareja y comportándose cariñosamente con nuestro rey. Una confianza solo de pareja.

Y agregando que al final del espectáculo se les tomó fotos por parte de nuestro equipo de paparazzi, en donde el líder llevaba en sus brazos a nuestra... se podría decir nuestra próxima reina y luna de Bylsorm, quien dormía cómodamente y con una sonrisa en los brazos de nuestro rey.

¡Qué ternura!

Aunque ahora podemos ponernos a pensar, ¿fue ella quien cautivó el corazón de nuestro líder supremo? O ¿el cautivo a la dama con su belleza y liderazgo imponente?

Si es así, podemos estar felices al por fin tener noticias sobre la unión de nuestro líder con una bella dama. Que se especula es hija de los duques de Winsky, considerada como la princesa del norte frío de Watspur. Una belleza de nieve, por su piel pálida y cabello rubio con un color de ojos característico del linaje Quinn.

Pero sin irnos por tantas ramas.

Según otros rumores, parece que la chica identificada como Olivia Quinn esperaría al primogénito de nuestro líder, algo que nos mantiene felices al ver cómo el heredero al trono viene en camino, y apreciamos poder presenciar eso. Nuestros mejores deseos a nuestro rey y futura reina"

Tomo el chocolate por completo sin importar lo caliente de este, su boca se sentía seca al no poder comprender del todo que ocurría. Parecía un castigo enviado por la diosa luna para acabar con ella en las garras de aquel jaguar.

Guardo la calma ante la mirada de todos que se sentían llenos de suerte al haber estado junto a la que sería la reina de su país. Después de tanto tiempo con ese puesto vacío, verían su nación radiar ante la vista de la reina, y más, porque ahora nadie más sería víctima de aquel jaguar. Ya que, ponían su confianza en el aspecto dulce de la coneja.

— ¿Cuánto pago por el periódico? —miro al hombre a su lado—. Necesito esto —.

Tomo su cartera entre sus manos desesperada por buscar algo de dinero para pagarle al señor, el señor se disculpó alejándose de la joven. Siendo que el rey estaba acercándose a ellos, no quería meterse en un problema o que pensaran que estaba estafando a la reina. Olivia levantó su rostro buscando al señor, pero se encontró con Dmitry, quien le daba dinero al hombre.

Uno que desapareció en segundos después de tomar la gran suma de dinero, la mirada de Olivia topo con los ojos ahora negros de aquel alfa.

Estaba furiosa, más que eso. Quería gritar a los cuatro vientos su enojo, había olvidado que el frío calaba en sus huesos. Era imposible entender por qué ese hombre que sonreía en tono de burla la quería para él. Solo quería vivir tranquila, alejada de cualquier cosa y persona que le quisiera hacer daño.

No, es más, prefería ir a un pueblo donde nadie la conociera y el ambiente fuera tranquilo.

Estaba enojada.

Y Dmitry solo se burlaba de esa expresión de enojo, frustración y desesperación que dejaba ver la coneja frente a él. La tenía en una trampa. Había caído sin cuestionar bien si era bueno confiar en las palabras de él.

— Creo que querrás hablar de esto. Así que te llevaré a tu trabajo y hablaremos en el camino —.

— No —.

— No te estoy preguntando. Es lo que haremos. Sube al auto —.

El felino bajo su mirada mirándola con una sonrisa, se giró y camino hacia su auto en donde espero paciente a la coneja hasta que ella se subió. Para él se veía linda cuando se enojaba y era algo que estaba comprobando cada vez que provocaba aquel sentimiento lleno de furia hacia él.

— Este era tu plan. Llevarme a aquel lugar engañándome para caer en tu trampa —no se contuvo, el enojo la consumía por dentro—. Pensé que estábamos en el mismo canal cuando hablaste de que me dejarías libre, pero ahora sale esto y no parece que quieras cambiar lo que ahora todos creen —.

 La sonrisa descarada del jaguar le dio la respuesta que ella quería, nunca podría escapar de ese hombre y se desesperó por querer saber qué había hecho para llamar la atención de alguien como él. ¿Por qué termino metida en este problema?

Mordió sus labios impaciente, no hubiera salido a explorar la zona y perderse en el bosque entre una lluvia incontrolable. No debió de escuchar a los locatarios y se hubiera quedado dentro de su casa sin salir a menos que le llamarán del trabajo.

— ¿Y para qué hacerlos creer algo más? —. Pregunto jugando con el humor de la coneja frente a él.

— Solo trabajé para hacerte ropa y tú tomaste varias cosas en contra, primero arruinabas mi trabajo rompiéndolo y diciendo cuan mala era en ello —se quejó—. Después prometiste que terminaría el contrato y me dejarías libre, aun en la mañana viéndome salir de la casa principal sonreíste. ¡Es esto un maldito juego para ti! —.

Exclamo, exaltada, queriendo una respuesta de él, pero una sutil risa salió de él, aquello le divertía y era algo que Olivia estaba odiando. No podía comprender si esto era real y estuvo a punto de pellizcar su brazo para comprobar aquello.

— No es un sueño —menciono al notar lo que la rubia haría—. Tan solo acepta tu destino, eres mía. Mi sola pertenencia. Tenlo siempre en mente —.

— No, no lo tomo. Has a otra tu objeto, yo no lo pedí —.

Dmitry se detuvo en medio del camino, el lugar en donde trabaja Olivia estaba enfrente de ellos. El felino giro su rostro mirando con una sonrisa aquella desesperación que la coneja sentía, era exquisito para él verla así. Ver como parecía estresarse por lo que él hacía para molestarla, pero ahora estaba yendo más serio en un tema donde todo parecía ser más complicado.

Él tampoco se daba cuenta hacia donde se metía e ignoraba que esa coneja hacía algo dentro de él. Era como un cosquilleo que se activaba dentro de su corazón haciendo temblar sus muros cada que veía esa mirada de un sutil naranja cálido.

— Solo toma la corona y póntela —dijo siendo obvio—. Recuerda esto con demasiado cuidado, Olivia. Cuando entraste a mi territorio tu destino te seguía, encontrarte conmigo parecía una casualidad y algo del momento, pero yo no te dejaré ir fácilmente —.

La tomo con firmeza sin importar el estrecho espacio en su automóvil, quiso olfatear el aroma inusual de la coneja, los labios del jaguar cosquillearon y busco con su mirada los labios de la coneja que inmediatamente al notar aquello se apartó de manera brusca.

— ¡Estás loco! —. Exclamo con asco.

Intento salir del carro, pero la mano de Dmitry tomo el brazo de Olivia con fuerza lastimándola en ese instante, el quejido de la coneja fue algo que no pasó desapercibido por aquel Alfa que seguía negándose a que el mamífero lagomorfo no sintiera nada por él. O que no intentara al menos acostarse con él teniendo tantas ocasiones donde se lo dejo tan fácil.

¿Por qué simplemente lo evitaba?

Aquello estaba hiriendo su ego y eso no podía permitirlo, estaba seguro de que provocaría cualquier deseo dentro de la coneja y cuando lo logrará solo la desecharía.

— No creas que te dejaré irte tan fácil. Tampoco pienses en irte del país porque nadie te lo permitirá. Si observas hacia todos a tu alrededor mirarás la gran tranquilidad que siente al verte y saber que tú serás la que le des paz a su vida en este país donde viven con miedo, por creer que acabaré con ellos. Eso te carcomerá por dentro —. Aseguro recordando las raíces de la coneja, siendo criada para ver sobre los demás antes que ella.

Algo que dejo atrás después de ser dañada y perjudicada, dejando que su vida se hundiera en una profunda tristeza después de haberse cruzado con alguien que no debía.

— Miedo injustificado que les haces tener a tu propia gente —hablo deshaciéndose del agarre del jaguar que la volvió a tomar—. Yo no pagaré por ellos algo que solo tú has creado, así que suéltame y soluciona esos rumores. ¡No quiero volverte a ver en mi vida!, después de esto recuerda que tú y yo no somos nada —.

Hablo sabiendo muy bien que no sería escuchada y que solo con esa actitud podría provocar que ese jaguar la encarcelara, cerro sus ojos por un momento, no quería seguir viendo la mirada rojiza de ese hombre. Odiaba que su naturaleza temblara de miedo. Quiso huir y sabía que estando en la mente de ese jaguar no podría.

Ahora, Dmitry la había marcado como su pertenencia desde aquel día en que su bestia se fijó en la bondad que la coneja portaba. Los rojos del jaguar notaron cada gesto de la coneja que no parecía inconforme con permanecer a su lado, solo aparte de demostrar en su rostro el enojo que sentía.

Nadie había tenido tal coraje como para oponerse a él y eso le llamaba la atención, más por conocer un poco de cómo se supone la coneja siempre había actuado en Watspur.

«¿Escondera su dulzura?», se preguntó así mismo.

No era usual ver a una omega siendo tan testaruda y necia, aparte de oponerse a un alfa.

El rey frente a ella la tomo con más fuerza acercándose él a ella, los labios del jaguar quedaron tan cerca de la mejilla de Olivia que se estremeció.

— Recuerda Olivia —susurro—, estás advertida y cualquier movimiento que hagas yo lo sabré. Todo lo que intentes hacer con planeación, yo lo sabré y nunca podrás irte de mi lado. Firmaste un contrato del cual no sabes su contenido y creo deberías leerlo para saber a qué te enfrentas, pertenencia —.

Dmitry soltó a Olivia y ella no lo pensó dos veces, salió de aquel auto huyendo aterrada. Camino por la banqueta y observo como algunos habitantes de Bylsorm la miraban, recibiendo algunas reverencias que solo la hicieron mirar hacia la ventana del auto.

No lo veía por completo, el auto tenía polarizadas las ventanas, pero aun así la coneja sabía que esa bestia la miraba y aparte ese hombre se burlaba de ella con una sonrisa tan siniestra. Y no se equivocaba, Dmitry observaba como su plan se había logrado ejecutar perfectamente.

Olivia salió de ese lugar, de las miradas de cientos que transitaban cerca y tapo sus oídos para dejar de oír a la gente que la felicitaba. Eso no debía de estar ocurriendo. Lo peor de todo, es que su día no estaba por terminar aún y de eso se dio cuenta cuando entro a su trabajo notando todo tipo de miradas sobre ella que la examinaban.

Ese miedo que hace mucho no sentía se instaló dentro de ella exprimiendo su corazón, tenía miedo de ser destrozada de nuevo. 

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Se viene lo diferente jsjsjsjs

Modificaciones aplicadas el 10 de agosto del 2024

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