Elena podía estar agotada, pero escuchó como su esposo desamarraba la bata y la corría de su cuerpo hasta esta caer en la cama. Los ojos de ella se abrieron ante la imagen. No solo por el cuerpo fibroso de Dorian, que tenía unos hombros anchos, brazos amplios y duros, así como una estrecha cintura y abdomen trabajado, se notaba que solía hacer ejercicios con regularidad, el problema no radicaba en ese físico despampanante que poseía sino en lo que tenía entre sus muslos.Y si solo fuera el tamaño.Elena tuvo que tragar en seco y alzarse sobre sus codos temblorosos para verlo mejor y darse cuenta que no estaba soñando.-¿Es en serio?- no puso evitar preguntar con su mirada puesta sobre el miembro de su esposo.Dorian inclinó la cabeza a un lado.-No veo que tenga algo fuera de lo común- alzó los hombros con algo de despreocupación.Elena tuvo el impulso de cerrar las piernas y escapar, porque eso no era normal.-Acaso… eso son cuentas.Dorian asintió llevando el paquete del condón a lo
Elena apretó sus labios cuando la invasión de aquel miembro que parecía imposible que cupiera dentro de ella comenzó a abrirse paso dentro de su agujero de forma lento y tortuosa. Ella comenzó a temblar ante la nueva sensación ligada con dolor dado que sus paredes se iban abriendo a algo tan grande. Incluso las cuentas no se sentían para nada placenteras, era como si la estuviesen raspando.Aun así y ante los leves gemidos de dolor que ella soltaba contra la almohada donde tenía enterrado su rostro, Dorian no se detuvo manteniendo su avance y su agarre sobre la estrecha cintura de ella. Sus dedos se enterraban tanto en la piel que dejarían marcas de seguro.Solo a mitad de camino y cuando sintió una barrera contra la cabeza de su glande fue que se detuvo y la dejó tomar aire. Ese era el himen de su virgen esposa, ese que no dejaba que pudiera enterrarse por completo dentro de ella. Eso cambiaría muy pronto.-Relájate, esto puede doler.-¿Qué?- Elena preguntó entre jadeos ante las pala
Dorian siguió moviéndose dentro de ella a pesar de que Elena había llegado al orgasmo. El cuerpo de ella estaba sobre la cama sin poder moverse, solo gimiendo en voz baja mientras él buscaba su satisfacción.-Estás tan húmeda- lamió la nuca desprovista, raspándola después con sus dientes- hueles tan rico.Su cadera se estrellaba contra los glúteos sonrojados por la constante actividad. Lamió la oreja de ella chupando su lóbulo ganándose un gemido de respuesta de ella. No estaba dormida, solo cansada. Y no pasó mucho tiempo antes que la cadera de ella comenzara a responder a los movimientos constantes de él que rozaban cada zona erógena en su interior con insistencia.A esa altura, ella no sabía si le dolía, o estaba demasiado excitada, pero incluso sus pezones que rozaban la tela del pullover que aún tenía puesto era insoportable. Y estaba perdiendo la cabeza.Sentía la humedad entre los dos. Entre sus muslos, en su sexo, sobre la ingle y también muslos de su esposo y a este no parecí
Para cuando Elena pudo abrir los ojos ya había amanecido hacía mucho. Y levantarse de la cama, no era para nada algo que quisiese hacer. Su cuerpo dolía enormemente. Y si no fuera solo eso, se encontraba agotada, como si quedarse inconsciente después de tener sexo solo hubiera sido un sueño.Sexo.Si, había tenido su primera vez. Increíble pero cierto. Y no había estado del todo mal, aunque había dolido en parte y además… intenso. Dorian no se había contenido del todo para hacerlo con ella.Y habían tenido dos rondas. Con razón toda su zona inferior estaba adormecida e hinchada. Bueno, que más se podría esperar.Se levantó lentamente de la cama para darse cuenta que estaba sola. No había rastro en la habitación de su esposo y menos en toda la casa cuando bajó a desayunar. La información de que él había salido de viaje no fue una sorpresa, él se lo había dicho.Solo que… esto se convirtió con el paso del tiempo en una rutina.Elena se centró en terminar su carrera dado que en la casa a
-Espera, espera- Elena se frotó la cabeza corriendo el cabello hacia atrás- ¿Qué estás diciendo? ¿Qué cita?Dorian parecía realmente tenso y molesto.-Acaso no te importa tu reputación, estando casada y saliendo con alguien más tan pronto- sus palabras salían súper ácidas.Elena ahora comenzó a comprender. Ella bien vestida, maquillada y lo que quedaba del peinado, y un ramo de flores. Normalmente las personas se arreglaban así si tenían que ir a un evento, una fiesta o… una cita.-Oye, esto no es lo que crees- ella quitó el ramo de flores de encima de su regazo con cuidado para no dañarlo mucho más de lo que estaba- Hoy fue mi…El sonido de la puerta tocando la interrumpió. En ella apareció Leon que miró de uno a otro notando el incómodo ambiente. Los dos lo enfocaron y el secretario quiso salir corriendo de allí, solo que no era una opción.-¿Qué ocurre?- Dorian parecía aún más irritado.Leon tragó en seco. Dorian molesto no era nada agradable de tratar. Era mucho más intransigente
Elena no tenía mucho apetito para la hora de la cena. Realmente la escena de celo rarísima que había tenido su esposo era algo… rarísima. Esa era la palabra.Había malinterpretado todo, sin preguntarle nada. Simplemente la acusó sin más arruinando la poca felicidad que le quedaba del día. Sabía que no podía quedarse así, quizás debía salir y celebrar por sus propios medios. Así que se bañó, se vistió con un vestido largo pero casual y se destinó a salir de la mansión cuando por la puerta entró Leon.-Ah no, ahora qué- suspiró al ver que el hombre se acercó a ella- ¿Qué? ¿Mi esposo te mandó a hacerme un examen de fidelidad?- no se había dado cuenta que además de dolida… estaba irritada.Por su parte el secretario no se inmutó.-Por favor, busque un abrigo. Su esposo la está esperando en un lugar que preparó.Elena alzó una ceja y chasqueó la lengua. Su salida se había arruinado por completo. Dio media vuelta y fue a buscar su abrigo y volver con Leon. Al parecer la discusión con su esp
Ver entrar a su esposo a su cuarto, con solo una bata y su cabello aun húmedo, casi una hora después hizo que el corazón de Elena palpitara fuerte en su pecho. Era como si es noche estuviese reviviendo los sentimientos de la primera vez que se vieron. Él había sido bastante atento, la cena fue buena, el baile, las rosas que había acomodado junto con las que le habían entregado, y ahora, bueno sexo.Realmente no se podía quejar. Y tenía que reconocerlo. Hacerlo con él era intenso, pero se sentía realmente bien.Dorian se acercó a ella que lo esperaba parda en el medio de la habitación y la abrazó buscado sus labios para devorarlos. Las piernas de ella temblaron y él la agarró de las nalgas para alzarla haciendo que ella rodeada su cintura.Y la dejó acostada en la cama. Y por el brillo en los ojos de su esposo sabría que tendría que morder duro la almohada para que sus gemidos no llegaran a toda la casa.No se equivocó.Solo no se esperaba que su fantasía se rompiese tan rápido.Despué
Elena entró por la puerta familiar de la casa donde había vivido por muchos años. Su rostro no era bueno. Estaba realmente molesta.-Buenos días señorita- el mayordomo salió corriendo a su encuentro asombrado por su presencia inesperada.-¿Dónde está mi padre? Sé que está aquí- ella exigió.El mayordomo se rascó la mejilla.-Bueno, él… él se encuentra, pero está ocupado.-No me importa. Búscalo, tengo que hablar con él- Elena sentía que sus manos temblaban.EL hombre pareció estar en una disputa interna.-No hace falta. Lo iré a buscar yo misma- se dio media vuelta y a pesar de las protestas del mayordomo ella subió la escalera en dirección al cuarto de su padre y una vez delante abrió la puerta de golpe.Las dos personas en la cama se sobresaltaron ante la presencia recién llegada y se cubrieron con la sábana. Cuando el hombre se dio cuenta de quién era su rostro se volvió rojo, pero no de vergüenza, sino de indignación.-Elena, ¿qué mierda estás haciendo aquí?Encontrar a su padre n