Elena no sabía los sentimientos que la recorrían. Su esposo había salido de viaje, solo dejándole un número de celular para que lo contactara que nunca usó, y una tarjeta negra que no se atrevió a utilizar. Sabía que como su esposa tenía derecho a su dinero, sin embargo, ella no tenía la intención de utilizarlo.Por lo que una semana después la tarjera tenía el saldo intacto y de vuelta en el auto recibió la llamada del único contacto que no había usado en su celular.-Dime- su voz salió extremadamente cansada. No había podido dormir en los últimos días debido al proyecto final que discutiría en unos días.Hubo unos segundos de silencio.-¿Por qué no has usado la tarjeta que te dejé?Elena se restregó los ojos intentando no dormirse. Deseaba llegar a la casa lo antes posible. No escuchar las exigencias de su esposo al que no había visto en toda la semana.-No tengo por qué hacerlo. No creo que la necesite. ¿Es obligatorio usar tu dinero?- sus párpados estaban medio cerrados.Otra vez
Dorian se puso delante de ella y la recorrió de arriba abajo, la ropa abrazaba el cuerpo de ella y se marcaba el valle de sus pechos junto a sus pezones, y el volumen de sus muslos casi desnudos. Su mirada casi se la comió, pero ella estaba tan nerviosa que apenas se dio cuenta.-Acuéstate- le dijo él separándose y caminando hacia la mesa agarrando dos cosas sobre esta.Elena temblaba un poco tanto de los nervios como de la incertidumbre. Iba a tener sexo. No era estúpida. Sabía que se hacía, aunque no tenía experiencia. Se corrió hacia atrás manteniendo sus piernas flexionadas pero cerradas hasta la mitad de la cama y vio lo que él había agarrado cuando lo lanzó a su lado. Era… una pequeña botella de lubricante y… un condón.-Debes relajante- Dorian se subió a la cama y se arrastró arrodillado hasta ponerse frente a ella. Una de sus manos tocó la rodilla de la mujer notando lo tensa que estaba. Su ceño se frunció- Sino te relajas va a dolerte mucho.-Eso intento- ella temblaba ligera
Una de las manos de Elena apretaba la almohada mientras la otra cubría su boca conteniendo los vergonzosos gemidos que salían. Ligeras lágrimas rodaban por el borde de sus ojos sintiendo como la boca de su esposo devoraba sus pechos sin mesura. Era su primera vez siendo tocada de esa forma por lo que no estaba acostumbrada y se sentía realmente abrumada. Había una sensación caliente en su vientre que amenazaba con descender y la estaba volviendo loca.Sintió la mano de Dorian bajar por su vientre raspando con sus cortas uñas su piel hasta llegar al borde de la ropa interior. Elena quiso cerrar las piernas por reflejo sabiendo a donde se dirigía, pero por el cuerpo de él en el medio fue imposible, por lo que no pudo evitar cuando los dedos de él rozaron su sexo por encima de la tela ya húmeda.Esta vez no contuvo su gemido. Ella nunca se había tocado allí a menos que fuera estrictamente necesario. No era una santa y sabía sobre sexo, pero nunca le había prestado tanto interés. Hasta qu
Elena podía estar agotada, pero escuchó como su esposo desamarraba la bata y la corría de su cuerpo hasta esta caer en la cama. Los ojos de ella se abrieron ante la imagen. No solo por el cuerpo fibroso de Dorian, que tenía unos hombros anchos, brazos amplios y duros, así como una estrecha cintura y abdomen trabajado, se notaba que solía hacer ejercicios con regularidad, el problema no radicaba en ese físico despampanante que poseía sino en lo que tenía entre sus muslos.Y si solo fuera el tamaño.Elena tuvo que tragar en seco y alzarse sobre sus codos temblorosos para verlo mejor y darse cuenta que no estaba soñando.-¿Es en serio?- no puso evitar preguntar con su mirada puesta sobre el miembro de su esposo.Dorian inclinó la cabeza a un lado.-No veo que tenga algo fuera de lo común- alzó los hombros con algo de despreocupación.Elena tuvo el impulso de cerrar las piernas y escapar, porque eso no era normal.-Acaso… eso son cuentas.Dorian asintió llevando el paquete del condón a lo
Elena apretó sus labios cuando la invasión de aquel miembro que parecía imposible que cupiera dentro de ella comenzó a abrirse paso dentro de su agujero de forma lento y tortuosa. Ella comenzó a temblar ante la nueva sensación ligada con dolor dado que sus paredes se iban abriendo a algo tan grande. Incluso las cuentas no se sentían para nada placenteras, era como si la estuviesen raspando.Aun así y ante los leves gemidos de dolor que ella soltaba contra la almohada donde tenía enterrado su rostro, Dorian no se detuvo manteniendo su avance y su agarre sobre la estrecha cintura de ella. Sus dedos se enterraban tanto en la piel que dejarían marcas de seguro.Solo a mitad de camino y cuando sintió una barrera contra la cabeza de su glande fue que se detuvo y la dejó tomar aire. Ese era el himen de su virgen esposa, ese que no dejaba que pudiera enterrarse por completo dentro de ella. Eso cambiaría muy pronto.-Relájate, esto puede doler.-¿Qué?- Elena preguntó entre jadeos ante las pala
Dorian siguió moviéndose dentro de ella a pesar de que Elena había llegado al orgasmo. El cuerpo de ella estaba sobre la cama sin poder moverse, solo gimiendo en voz baja mientras él buscaba su satisfacción.-Estás tan húmeda- lamió la nuca desprovista, raspándola después con sus dientes- hueles tan rico.Su cadera se estrellaba contra los glúteos sonrojados por la constante actividad. Lamió la oreja de ella chupando su lóbulo ganándose un gemido de respuesta de ella. No estaba dormida, solo cansada. Y no pasó mucho tiempo antes que la cadera de ella comenzara a responder a los movimientos constantes de él que rozaban cada zona erógena en su interior con insistencia.A esa altura, ella no sabía si le dolía, o estaba demasiado excitada, pero incluso sus pezones que rozaban la tela del pullover que aún tenía puesto era insoportable. Y estaba perdiendo la cabeza.Sentía la humedad entre los dos. Entre sus muslos, en su sexo, sobre la ingle y también muslos de su esposo y a este no parecí
Para cuando Elena pudo abrir los ojos ya había amanecido hacía mucho. Y levantarse de la cama, no era para nada algo que quisiese hacer. Su cuerpo dolía enormemente. Y si no fuera solo eso, se encontraba agotada, como si quedarse inconsciente después de tener sexo solo hubiera sido un sueño.Sexo.Si, había tenido su primera vez. Increíble pero cierto. Y no había estado del todo mal, aunque había dolido en parte y además… intenso. Dorian no se había contenido del todo para hacerlo con ella.Y habían tenido dos rondas. Con razón toda su zona inferior estaba adormecida e hinchada. Bueno, que más se podría esperar.Se levantó lentamente de la cama para darse cuenta que estaba sola. No había rastro en la habitación de su esposo y menos en toda la casa cuando bajó a desayunar. La información de que él había salido de viaje no fue una sorpresa, él se lo había dicho.Solo que… esto se convirtió con el paso del tiempo en una rutina.Elena se centró en terminar su carrera dado que en la casa a
-Espera, espera- Elena se frotó la cabeza corriendo el cabello hacia atrás- ¿Qué estás diciendo? ¿Qué cita?Dorian parecía realmente tenso y molesto.-Acaso no te importa tu reputación, estando casada y saliendo con alguien más tan pronto- sus palabras salían súper ácidas.Elena ahora comenzó a comprender. Ella bien vestida, maquillada y lo que quedaba del peinado, y un ramo de flores. Normalmente las personas se arreglaban así si tenían que ir a un evento, una fiesta o… una cita.-Oye, esto no es lo que crees- ella quitó el ramo de flores de encima de su regazo con cuidado para no dañarlo mucho más de lo que estaba- Hoy fue mi…El sonido de la puerta tocando la interrumpió. En ella apareció Leon que miró de uno a otro notando el incómodo ambiente. Los dos lo enfocaron y el secretario quiso salir corriendo de allí, solo que no era una opción.-¿Qué ocurre?- Dorian parecía aún más irritado.Leon tragó en seco. Dorian molesto no era nada agradable de tratar. Era mucho más intransigente