Confien en el proceso gente bella, nos vemos mañana
62 JenniferHe pasado dos meses recluida en un hospital y de la nada Sam me saca tan rápido que no me acostumbré a la idea, era mi último día, pero aún así no me dejó despedirme de su padre.No tiene nada que ver con que no haya visto a Joseph antes de irme, para nada, eso sería… inapropiado.—No entiendo porque nos fuimos así, tu padre no estaba— me queje, ya en el carro me sentía incomoda.No quería admitir que me importaba despedirme de él, no tuve tiempo.No puedo admitir que me afecta más de lo que debería pensar que no lo volveré a ver.—No me llevo bien con él, lo sabes, ni siquiera fue a nuestra boda— me devuelve la queja.—No lo invitaste, Sam— le dije de repente molesta con él, nunca había sido tan irracional con Sam.Normalmente le seguiría la corriente, pero desde que sé que me ocultan algo no tolero muchas cosas, si hay algo que odio es la mentira y el engaño y esas son cosas que jamás perdonaría.Ahora que lo conozco no me veo no hablando por horas con él de nuevo.—Ya n
63 JosephSolo quería una maldita ducha decente y estos malditos incompetentes la dejan ir, solo quería decirle…¡A la mierda el mundo!¿Qué le iba a decir?Dos malditos meses perdidos, porque no recuerda nada, sí, esta sana, pero ¿y yo?—¿Cómo la vas a dejar ir, Adam? —le pregunté viéndolo a los ojos furioso, me alejé de él porque no era seguro para él.Caminé en círculos dentro del pequeño consultorio de la doctora Miller.—Tu hijo estaba insistente, ella también intentó quedarse más tiempo, pero refuto cada excusa que le dimos todos en la habitación— dijo con voz calmada la doctora Miller.Bendita Hannah con la paciencia que me tiene, sé que estoy peor que el perro infernal.—¿Quién firmó el alta?—La madre, luego de eso se fue. Al padre también se le negó la entrada en los últimos días, deberías llamar a la policía, si ella esta en peligro es mejor prevenir— dijo Miller. —¿Qué les digo? —le pregunté con fastidio, como si yo no hubiera visto esa opción, pero él todavía no era pote
64 JenniferEl doctor Carson se presentó a las ocho de la mañana al día siguiente y los días posteriores a ese, yo ya estaba lista y bajé con las muletas, ayer vi a Paulette brevemente antes de acostarme y dormir toda la mañana y parte de la tarde, no quise molestarla y no la mandé a llamar, pero hoy está aquí con un pantalón de yoga y una camiseta de tirantes normales, se ve un poco nerviosa y la miré atenta.—Le dije a Sam que, si no querías estar aquí, te puedes ir— le dije despacio calibrando su reacción.Me siento recelosa con ella sin saber bien por qué. —Quiero estar aquí —me dio una pequeña sonrisa.No estuvo atenta a mis ejercicios, de hecho, se la pasó metida en el celular mientras el doctor Carson y yo comenzábamos la dolorosa terapia.Han pasado tres días desde que llegué a casa y he seguido una rutina, ejercicios, leer y dormir—Esta bien por hoy— me dice el doctor Carson limpiando sus manos de la crema que me acababa de aplicar.—¿Estás seguro? Me siento que pued
65- JosephSus mensajes de textos son un bálsamo para mí, calman mi ansiedad y pone también en marcha mi plan, estaba sentado en una terraza bebiendo algo con Adam, Cora y Andrew cuando ella me escribió, ellos insistieron en que debía salir y despejar mi mente, ni siquiera había podido volver al trabajo con Jennifer en la cueva de los lobos sin defensas.Adam solo estaba unas pocas horas, realizaban los ejercicios y revisaba su cuerpo en busca de algo que me dijera que ese hijo de puta le pusiera las manos encima de manera errónea, apreté más el vaso que tenía en mis manos.—Hay una fiesta mañana— les dije con una sonrisa en mi rostro.—Hay que ir— apoyo enseguida Cora.—No sé si sea lo correcto— dijo sabiamente Andrew como siempre.—Necesito verla, quiero saber que está bien— se queja Cora.—Vamos a ir — les dije viéndolos a todos— necesitamos las entradas, Eliza no haría nada sin parecer costosa.—¿Ya hablaste con Roger? —pregunta Andrew.—No, está en una misión de encubierto, en cu
66- JenniferEs el día de la fiesta y aun así mi mañana fue como el resto de las anteriores, mis ejercicios y mis rutinas con Adam, estaba seria y no había volteado ni una vez a ver a Paulette, que tenía la osadía de venir aquí luego de revolcarse con mi marido.No estaba tan molesta como debería, pero lo estaba, me dolía que mi sangre me hiciera esto a mí, he sido buena hermana, no la mejor no la más perfecta, pero si buena hermana.—Jennifer, concéntrate —me regaño el doctor Carson un poco irritado.Se supone que debería mover los pies en el aire como un ejercicio simple, pero mi mente no estaba en ello.—Lo lamento— dije en un murmullo.—¿Pasa algo? —pregunto el doctor suavemente, se sentó en el suelo frente a mí.—Me siento desanimada, lo siento— le comenté, solo para que él escuchara.—Es normal, esto es un proceso lento, el apoyo de tu familia y los que te quieren es importante —me contó y sé que era así.Ahora no sentía que tenía el apoyo de nadie, ni siquiera de mi esposo, Cor
67- JenniferEstaba ansiosa por hablar con ella, la tomé de la mano contenta por tenerla tan cerca—Cora —la vi de nuevo cuando ya estábamos en el rincón.—Te ves hermosa, Jenni— mi amiga también parpadeó sus lágrimas—creo que nunca nos habíamos dejado de ver tanto tiempo.Sorbió por su nariz y un pañuelo apareció delante de ella, el hombre que acompañaba a Joseph se lo dio y ella lo recibió gustosa, Joseph hizo lo mismo conmigo mientras se daban la espalda y veían a los otros invitados mientras charlaban en voz baja.¡Nos estaban sirviendo de tapadera!—¿Cómo has estado? —me pregunta Cora acariciando mi cara.Me abalanzó sobre ella y la abracé sin importar si nos veían o no, ella me devolvió el abrazo.—Estoy bien, te lo juro— le dije— pero pensé que te había pasado algo, desperté y había tenido ¡un accidente! —estaba botando todo lo que tenía dentro— y nadie me decía nada de ti y resulta que perdí seis meses, Cora ¡Seis meses! Sam insistía que estabas de viaje, pero no pude creer es
JenniferVolver en si cuesta mucho cuando te regalan besos por todo el rostro.Volver en si costaba mucho cuando su calor no solo calentaba mi cuerpo sino mi alma.—No pienses en nada ¿Me lo prometes? —dijo Joseph rompiendo el silencio.Abrí los ojos y lo miré, y le sonreí, como no hacerlo, él siempre ha sido tan paciente conmigo, tan cariñosos, tan todo, no puedo no sonreírle.Me dejó en el suelo con suma delicadeza cuando le asentí y me ayudó a arreglarme y él también, teníamos que adecentarnos un poco para regresar. En algún momento Sam se preguntaría por mí, pero no quería pensar en eso por ahora.—¿Te duele la pierna? —pregunta despacio y negué con la cabeza, entrega mis muletas y las acomodé debajo de mis brazos.Luego de unos momentos más callados, me sentí preparada para hablar sin que me temblará la voz, solo rogaba porque no me trabara con mis palabras.—Estoy bien, me siento bien— le regale otra sonrisa.Se veía preocupado, tal vez esperando que enloquezca, tal vez debería
69 JenniferMe desperté el domingo temprano y le pedí a Ysabel que me trajera desayuno, estaba esperando en la cama con la laptop en las piernas cuando llegó Sam.—¿Sabes que pasó con el internet? La laptop no se conecta a la red— le dije tratando de llevar la fiesta en paz.—Ni idea, tal vez se daño— me dijo quitándose el atuendo de vizconde que se había puesto para la fiesta— luego lo mando a arreglar o te compro otra— dijo sin darle importancia alzando los hombros— debe de estar dañado esa cosa.«Imposible» pensé para mí sola, apenas hace unos días la había usado y hace rato use el celular secreto así que el internet no era, Sam estaba negándome acceso a internet, no puede ser.—Gracias, amor— le dije suavemente probando las palabras en mi boca que se sentían ácidas.Me tragué un resoplido con mi descontento por la reacción que yo misma tuve por decirle a Sam, mi esposo un apelativo cariñoso.—No es nada, cariño— prácticamente mordió cada palabra.Era claro que algún momento se ent