Era la primera vez que podría decir que se había olvidado de mantener esa postura rígida y estoica que siempre transmitía a los demás. Para todos sus conocidos sería extraño ver a ese Enrico, pero no para Danielle — Las niñas curiosas y con ansias de aprender y de probar los límites del sabio, idearon una pregunta que le resultaría imposible responder de manera correcta. La más grande, las hermanas, se encargó de salir al jardín y atrapar una mariposa, pero no cualquier mariposa, esta tenía que ser especial y única, fue así como se decidió por la azul.Enrico deslizaba los dedos, no solo por el dorso de la mano izquierda de Danielle, también por su antebrazo, haciendo que ella siguiera fascinada, con todo lo que sucedía con ellos, con la forma en que se le erizaba la piel con el simple roce de esas manos y; aun así, no podía dejar de prestarle atención, hipnotizada por él, por su historia, por la forma en que la miraba y tocaba aunque a penas fuera un roce.— Una vez ambas hermanas o
Danielle estiró el cuello ofreciéndoselo y no pudo evitar gemir al sentir como la lengua de Enrico lo recorría, era increíble la forma en que se le erizaba la piel y con qué rapidez, con una sola de sus caricias.— Estoy segura de que lo mismo que yo...Murmuró con la voz afectada mientras se acomodaba mejor en su regazo para moverse sobre él y sentir su dureza contra la fina tela de su vestido, haciendo que la humedad creciera entre sus piernas.— Sí deseo lo mismo que tú.— Enrico llevó los labios más allá del estilizado cuello de la chica, bajando al escote de su vestido, hasta llegar al valle de sus senos.— Agradezco que reservaras este espacio privado para nosotros, debo confesar que al principio me molesté, creí que querías ocultarte. — confesó ella sin dejar de tener ese cadencioso movimiento de cadera.— ¿Ocultarme? ¿Por qué habría de hacerlo?— Preguntó a la joven, aunque al hacer las reservas de ese espacio tan íntimo, lo había hecho con el fin de que nadie fueras capaz de mo
— Demasiado lejos de mí...— secundo con voz grave a lo dicho por ella, ayudándola a moverse más sobre su polla, estaba por perder el control y tomarla ahí, pero una vez más fue ella quien lo sorprendió adelantándose a él y empalarse en su polla.— Danielle...— gruño al sentir como se enterraba en ella, esa sensación de unión que se daba. La forma en la que ella tomaba de él lo que deseaba, era algo nuevo para alguien que siempre tenía el control sobre los demás.Eso lo enloquecía, ella lo enloquecía.— Enrico... — Gimió su nombre, manteniéndose quieta por un instante, disfrutando esa sensación de plenitud que sentía, moviendo la cadera de forma circular, notando como ese rice en su interior la enloquecía.— Soy el dueño del mundo, sobre todo planeo convertirme en dueño de tu mundo.La sostuvo del talle de su cintura, evitando que se moviera y al mismo tiempo empujándola más hacia abajo, como. Si pudiera entrar todavía más profundo en ella.Pero no solo era la belleza y juventud de Dani
Cuando Arlene fue al despacho de Brennan aquella mañana, él solo levantó la vista y la observó con suficiencia.— ¿Alguna duda con la nota del examen?— preguntó sin tan siquiera levantarse de su silla tras el escritorio, era como entrar en otra realidad en la que nada entre ellos había sucedido.— No profesor, yo solo venía a...— Profesor Jennings, me gustaría presentarle a una de mis mejores alumnas— Contestó Brennan sin dejarla terminar de hablar mientras dirigía la mirada a un extremo de su despacho, donde otro hombre, al que no había visto antes, permanecía de pie con un libro en las manos.— Yo no quería molestarlos, vendré más tarde a por el recuento de puntos de mi examen — Aseguró Arlene, pero entonces el profesor Brennan se levantó y caminó hasta la puerta dándole un papel doblado.— Estaré encantado de atenderla más tarde, tenga buen día Arlene.Ella se despidió del otro hombre y salió de allí con la cara roja como un tomate, abriendo la nota y sonriendo al leer lo que habí
Sabía que no era el momento, pero solo necesitaba “un no” y se olvidaría del tema y le haría la mejor mamada que le habían hecho en su vida porque sabía que estaba siendo invasiva, pero necesitaba sacarse esa sensación que tenía de estar jodiendo la vida de alguien más.— Arlene, si hubiera una señora Brennan en este momento no estarías aquí.Respondió molesto, rompiendo su ropa interior, demasiado impaciente por enterrarse en su interior, por sentir la calidez de su coño, cobijando su miembro.— No, no lo hay Arlene ¿Pero de haberlo te importaría mucho eso?Le pregunto al mismo tiempo que llevaba su miembro ya descubierto, a su centro, empujándome y tomándola.Se sintió humillada por la forma en que lo había dicho, tal vez ella había llegado a por Brennan de una forma muy abrupta, se había abierto literalmente de piernas frente a él y él solo había aprovechado el momento, pero no era solo sexo, Arlene llevaba suspirando por ese hombre desde el semestre pasado y por supuesto que le im
Soltó un suspiro, tras recordar a la joven y luego se sorprendió de sí mismo, Gregory Dumas no suspiraba y menos por una mujer, tal vez por un coche, si los buenos coches siempre le hacían suspirar. Sobre todo los exclusivos y limitados.¿Desde cuándo él suspiraba por una mujer?¿Por qué diablos no estaba James cerca para ayudarlo a entender lo que pasaba a su alrededor, él era demasiado simple para comprenderlo y demasiado orgulloso como para pagar a un terapeuta y admitir que necesitaba consejo?Sí, extrañaba a su amigo de universidad, el único que podía llamar amigo, todos los demás se movían a su alrededor buscando congraciarse con él por su apellido, al menos James siempre fue claro, no le importaba quien fuera mientras le pagará por los trabajos y notas de filosofía o ser sarcástico si lo que le contaba le parecía una tremenda estupidez. ¿Qué diría James respecto a lo que le ocurría?Seguro que estaría más preocupado por saber con quién se quedaría y porque o tal vez no, quizá
Danielle gruñó cuando volvió a escuchar el sonido de su teléfono móvil y tuvo que dejar la postura cómoda que había conseguido para alargar la mano y contestar al estúpido de su prometido, aunque el enojo desapareció del todo en el momento en que vio que el mensaje no era de él precisamente.«De EnricoBuenos días mi dulce mariposa, hoy tengo una cena de negocios muy importante, pero luego me gustaría ir a buscarte y escapar contigo a mi cabaña»La chica sonrió ante el mensaje de su amante con el que, por motivos del trabajo de él, no había podido estar en toda la semana tras pasar la noche juntos después de su cena en el restaurante italiano.«De DanielleNo hay nada que me apetezca más, pero estoy en esos días y… , no es el mejor momento para tener intimidad.»Su teléfono sonó rápidamente y Chiara sonrió mientras respondía.— Buenos días Enrico.— Buenos días mi mariposa ¿Cuál es el problema de que estés en tus días para que no podamos vernos?— Que no podremos, ya sabes…— contestó
— Es porque nunca me llenas de dulces como hoy.— Y no solo dulces— se acercó a la otra bolsa y sacó tres DVD distintos, Breakfast at Tiffany's, Pretty Woman y Titanic. — traje algunas películas que posiblemente ni siquiera hayas visto y yo sé que te encantarán.— Por supuesto que las he visto¿Por quién me tomas?— pero lo cierto era que el plan le apetecía mucho encontrándose mal y con las hormonas alteradas, se acercó a él decidiendo cuál sería la película que prefería ver primero — Vayamos por orden cronológico así que primero veremos a Audrey.— se alzó de puntillas y dejó un beso en la mejilla de Gregory— Gracias— Murmuró en su oído antes de separarse mientras tomaba una bolsa de gomitas, y la caja de postres que Gregory había traído y se movía hasta su rincón en el suelo. Su alfombra con cojines y le había un gesto para que se acercara.El solo se la quedó observándola, tan grácil, tan delicada con esa sonrisa que podría iluminar una ciudad entera.— ¿Qué esperas para poner la pel