Cuando Arlene fue al despacho de Brennan aquella mañana, él solo levantó la vista y la observó con suficiencia.— ¿Alguna duda con la nota del examen?— preguntó sin tan siquiera levantarse de su silla tras el escritorio, era como entrar en otra realidad en la que nada entre ellos había sucedido.— No profesor, yo solo venía a...— Profesor Jennings, me gustaría presentarle a una de mis mejores alumnas— Contestó Brennan sin dejarla terminar de hablar mientras dirigía la mirada a un extremo de su despacho, donde otro hombre, al que no había visto antes, permanecía de pie con un libro en las manos.— Yo no quería molestarlos, vendré más tarde a por el recuento de puntos de mi examen — Aseguró Arlene, pero entonces el profesor Brennan se levantó y caminó hasta la puerta dándole un papel doblado.— Estaré encantado de atenderla más tarde, tenga buen día Arlene.Ella se despidió del otro hombre y salió de allí con la cara roja como un tomate, abriendo la nota y sonriendo al leer lo que habí
Sabía que no era el momento, pero solo necesitaba “un no” y se olvidaría del tema y le haría la mejor mamada que le habían hecho en su vida porque sabía que estaba siendo invasiva, pero necesitaba sacarse esa sensación que tenía de estar jodiendo la vida de alguien más.— Arlene, si hubiera una señora Brennan en este momento no estarías aquí.Respondió molesto, rompiendo su ropa interior, demasiado impaciente por enterrarse en su interior, por sentir la calidez de su coño, cobijando su miembro.— No, no lo hay Arlene ¿Pero de haberlo te importaría mucho eso?Le pregunto al mismo tiempo que llevaba su miembro ya descubierto, a su centro, empujándome y tomándola.Se sintió humillada por la forma en que lo había dicho, tal vez ella había llegado a por Brennan de una forma muy abrupta, se había abierto literalmente de piernas frente a él y él solo había aprovechado el momento, pero no era solo sexo, Arlene llevaba suspirando por ese hombre desde el semestre pasado y por supuesto que le im
Soltó un suspiro, tras recordar a la joven y luego se sorprendió de sí mismo, Gregory Dumas no suspiraba y menos por una mujer, tal vez por un coche, si los buenos coches siempre le hacían suspirar. Sobre todo los exclusivos y limitados.¿Desde cuándo él suspiraba por una mujer?¿Por qué diablos no estaba James cerca para ayudarlo a entender lo que pasaba a su alrededor, él era demasiado simple para comprenderlo y demasiado orgulloso como para pagar a un terapeuta y admitir que necesitaba consejo?Sí, extrañaba a su amigo de universidad, el único que podía llamar amigo, todos los demás se movían a su alrededor buscando congraciarse con él por su apellido, al menos James siempre fue claro, no le importaba quien fuera mientras le pagará por los trabajos y notas de filosofía o ser sarcástico si lo que le contaba le parecía una tremenda estupidez. ¿Qué diría James respecto a lo que le ocurría?Seguro que estaría más preocupado por saber con quién se quedaría y porque o tal vez no, quizá
Danielle gruñó cuando volvió a escuchar el sonido de su teléfono móvil y tuvo que dejar la postura cómoda que había conseguido para alargar la mano y contestar al estúpido de su prometido, aunque el enojo desapareció del todo en el momento en que vio que el mensaje no era de él precisamente.«De EnricoBuenos días mi dulce mariposa, hoy tengo una cena de negocios muy importante, pero luego me gustaría ir a buscarte y escapar contigo a mi cabaña»La chica sonrió ante el mensaje de su amante con el que, por motivos del trabajo de él, no había podido estar en toda la semana tras pasar la noche juntos después de su cena en el restaurante italiano.«De DanielleNo hay nada que me apetezca más, pero estoy en esos días y… , no es el mejor momento para tener intimidad.»Su teléfono sonó rápidamente y Chiara sonrió mientras respondía.— Buenos días Enrico.— Buenos días mi mariposa ¿Cuál es el problema de que estés en tus días para que no podamos vernos?— Que no podremos, ya sabes…— contestó
— Es porque nunca me llenas de dulces como hoy.— Y no solo dulces— se acercó a la otra bolsa y sacó tres DVD distintos, Breakfast at Tiffany's, Pretty Woman y Titanic. — traje algunas películas que posiblemente ni siquiera hayas visto y yo sé que te encantarán.— Por supuesto que las he visto¿Por quién me tomas?— pero lo cierto era que el plan le apetecía mucho encontrándose mal y con las hormonas alteradas, se acercó a él decidiendo cuál sería la película que prefería ver primero — Vayamos por orden cronológico así que primero veremos a Audrey.— se alzó de puntillas y dejó un beso en la mejilla de Gregory— Gracias— Murmuró en su oído antes de separarse mientras tomaba una bolsa de gomitas, y la caja de postres que Gregory había traído y se movía hasta su rincón en el suelo. Su alfombra con cojines y le había un gesto para que se acercara.El solo se la quedó observándola, tan grácil, tan delicada con esa sonrisa que podría iluminar una ciudad entera.— ¿Qué esperas para poner la pel
Se quedó quieto tras responder y toparse con la mirada esmeralda de ella de frente, Chiara a sus ojos no solo era hermosa y perfecta, había algo más en ella que le gustaba.A Chiara cada vez le molestaba menos ese compromiso, era cierto que estaba enamorada de Enrico, pero también era consciente de que algo como aquello no podía durar eternamente. Él era por lo menos alguien de la edad de su padre y Leandro Marchetti, como mínimo, lo mataría si se enteraba, así que, aunque no sé planteaba un futuro con él, tenía que admitir que cuando estaban juntos era incapaz de pensar en que un día no volviera a verlo. Por otro lado, debía reconocer que Gregory era alguien que sabría moverse en su mundo sin problemas y con quién, además, a pesar de que le costaba reconocerlo, siempre se sentía peligrosamente augusto, peligrosamente atraída y sobre todo con aquella necesidad de cercanía y química que era completamente innegable.— ¿Te acuerdas de tu madre?— se atrevió a preguntar Chiara — sabía que
— Sigamos entonces. —Le dejo un par de besos en su rostro antes de poner atención a la película.— Creo que le caerás bien a mi padre, aunque si no es así, no podrá hacer nada, más que aceptar y tomar responsabilidad de sus propios actos y aceptar que eres la mujer con la que ha prometido a su hijo.— ¿Y si me comporto mal? Tal vez entonces nos liberaría de sus conspiraciones. —Metió una mano en el interior de la camisa de Gregory como acto reflejo, como algo natural ante la extraña necesidad de tocar su piel.— Y podrías seguir siendo un Fuckboy sin compromiso a la vista. —Bromeó levantando la vista y encontrando lo de nuevo muy cerca de su boca, haciendo que su corazón se acelerara y sus ansias por volver a besarlo crecieran.— Tal vez podría comportarme como Julia Roberts al principio...Murmuró muy bajito, incapaz de alejarse de él.— Creo que aunque mi padre cambiará de opinión, yo si me aferraría a ti.—Mencionó Gregory cerrando los ojos y dejando que ella deambulara con los dedo
— Entonces podría ahorrarme la siguiente pregunta…— Contestó ella una vez abierta la camisa de Gregory, cerró los ojos y se inclinó a acariciar su pecho con la nariz mientras se embriagaba de su aroma, tenía la sensación de que olía todavía mejor, dejo un beso en su pecho y levantó la vista para verlo.— ¿Cómo se sabe que se está enamorada?— ¿Sabes lo cruel que estás siendo conmigo en este momento?— Aseguró su futuro prometido sonriendo, quitándole un mechón de cabello rubio, que impedía verla del todo el rostro — Me haces pensar en ese día en el yate.—Recordó cerrando los ojos, controlando su respiración al sentir como su cuerpo se calentaba a medida que sus labios recorrían su torso.— Esa pregunta no puedo responderla, aunque me gustaría saberlo a mí también.Llevó su mano derecha hasta su rostro, tomando su mentón, alzándolo suavemente, rozándole los labios al hablar.— Porque cómo dije, enamorarme de ti, para mí, sería lo más lindo que podría pasarme.— ¿Qué habría pasado si no hu