Enrico Dumas no pudo más que suspirar tras recibir y leer la invitación de Bianca y Leandro Marchetti.«Así que no pudieron esperar para venir y ver si Gregory tiene intenciones de cumplir con el compromiso» pensó para sí Enrico, aunque en el fondo no era solo ese el motivo. El verdadero motivo estaba Bianca la madre, la joven Danielle, por una parte, Enrico sintió alivio por volver a ver sus dos mejores amigos juntos, pero, por otra parte, sabía que tendría que estar frente a la joven y actuar como su suegro, tratarla como si deseara verla felizmente casada con su hijo, le molestaba, porque no era eso lo que quería, ni deseaba.Sería una larga noche la que tendría ese día, más que nunca tendría que ser el Enrico frío que todos conocían. Lo curioso era que, desde su encuentro con la joven Marchetti, él había dejado a un lado su racionalidad y se había convertido en alguien que se dejaba guiar por sus emociones, además no era como si tuviera más opciones en ese momento como para no asi
Por su parte, Gregory no dijo ni una palabra al hombre frente a ellos, se limitó a caminar con su prometida por el lugar, volvieron a estar los tres juntos justo en el área de los ascensores, y fue solo en ese lugar que Gregory se dirigió a su padre. —Espero que tenga la sensatez de no subirse al mismo ascensor y esperar por otro.Enrico no dijo nada salvo hacerle con la mano un ademán de cederles el ascensor, no se iba a poner a discutir con su hijo en ese momento solo por eso, además el que su hijo se comportara de esa manera le indicaba que todavía tenía miedo de que lo suyo con lo de Danielle no hubiera terminado del todo. En parte podría ser que tuviera razón, él podía mantenerse alejado, pero siempre estaría buscando la oportunidad de poder estar cerca de ella, era inevitable desear su cercanía, aunque solo fuera para saber que era feliz. Sabía que estaba mal eso, por supuesto que lo sabía, pero estos días le habían sido imposibles frenar el impulso de hablar con ella tras volv
—¡Por favor mujer! ¿Crees que Enrico va a creer que realmente te apena mucho, que su futura señora no lo haya podido acompañar?Enrico no pudo evitar sonreír ante el intercambio de palabras de sus dos amigos, para Enrico era obvio que Melanie no era del agrado de su amiga.—Ella se disculpa, hoy es el único día del mes donde su padre y ella se reúnen para cenar— por supuesto no era una mentira, la mentira era el decir que Melanie estaba enterada sobre esa reunión, de haberlo sabido se las hubiera ingeniado para cancelar a su padre.Uno de los camareros encargados de las bebidas llegó justo hasta donde estaban Danielle y Gregory.Danielle negó cuando le ofrecieron el vino y le sonrió a su madre con Dulzura.— Aquí no tengo edad para beber —Aseguró observando al camarero negándose a tomar la copa — Un agua por favor.Leandro no pudo evitar asombrarse por el rechazo de su hija por la copa de vino.— no pensabas lo mismo cuando te quejabas de que no te llegaban mis botellas, además no pue
La cena se desarrolló de forma normal, es más, parecía que la tensión que se había dado entre todos los comensales al inicio de la velada, se había disipado poco a poco durante el transcurso de la cena, aun así era obvio que Leandro Marchetti no dejaba de estar molesto al descubrir que su única hija vivía prácticamente en unión libre con su novio antes de que el compromiso fuera oficial, en realidad él creía que ni siquiera debían vivir juntos hasta que después de la boda y por supuesto la luna de miel, pero esas molestias eran mínimas, lo que más ponía de mal humor al cabeza de familia de los Marchetti era saber que su princesa podría no regresar a Italia.— Es hora de que hablemos.— aseguró Leandro tras el postre, levantándose de la mesa para llevarse a su futuro yerno a un lugar apartado y hablar con él muy seriamente y con muy seriamente se refería a convencerlo de regresar a Italia.— Espera querido, antes deberíamos mostrarles su regalo— mencionó Bianca, la madre de Chiara y es
—Sí, amo a su hija— fue la respuesta que Gregory dio a su suegra.La sonrisa de Bianca se agrandó y caminó hasta el vestidor que era tan grande como la misma habitación, incluso dentro de esta había un sofá en medio y toda una pared de espejos.— Has visto este enorme armario, a Chiara va a encantarle— se sentó en el sofá y palmeó el espacio a su lado para que se sentara con ella. — Ven aquí, ¿Puedo confiar en ti, Gregory? ¿Puedo contarte algo y que quede solo entre nosotros?Tal vez hubiera algo en los genes de las mujeres Marchetti que hiciera a Gregory susceptible a sus encantos e hiciera que no pudiera negarles nada, porque, a pesar de querer regresar a ver a Danielle, no podía dejar de prestarle atención a su futura suegra y hacer lo que le pedía como sentarse a su lado, apenas y había prestado atención sobre lo que dijo del armario donde se encontraban, lo único a lo que le prestaba atención era a la mujer frente a ella. Era tan diferente a Chiara y al mismo tiempo era tan igual
Danielle no supo por qué, o en realidad sí que lo sabía, pero prefería no pensarlo, en un instante pareció que todo le daba vueltas y una vez no tuvo la mano de su madre para sujetarse un fuerte mareo le sobrevino haciendo que entrara en la habitación más cercana para disimular e intentar recomponerse, sentándose en la cama mientras su madre, que no admitía objeción, subía por la escalera al piso de arriba donde mostraría la suite principal de la vivienda al joven.Enrico se dedicó a ver a los alrededores, lejos de los Marchetti, de su hijo y por supuesto de su prometida, estuvo a punto de irse más, no lo hizo ante la petición de su amigo de quedarse para hablar, sabía de lo que quería hablarle o al menos se imaginaba hacia donde irían sus conversaciones a juzgar por lo huraño que había permanecido durante toda la cena.Se distrajo solo unos minutos viendo hacia uno de los ventanales y cuando se dio cuenta Bianca ya estaba secuestrando a su hijo, aquello le hizo sonreír, estaba seguro
No había manera de externar lo agradecido que estaba, porque esa chica apareciera en su vida, en el poco tiempo que habían compartido, ella de alguna manera despertó en él a un Enrico diferente, un Enrico que solo le pertenecería a ella, tragó saliva antes de proseguir. — Quiero que sepas que tampoco me arrepiento de lo que pasó entre nosotros y de no ser quiénes somos…—Enrico callo, no por miedo, más bien porque decirle lo que le iba a decir haría que él ya no fuera capaz de verla como la esposa de su hijo. — Lo único que lamento es no poder dejar de ser quien soy.— Dentro de un tiempo toda esta tensión habrá pasado — aseguró Danielle intentando levantarse para salir al salón y no ocasionar más problemas si Gregory bajaba y los encontraba a solas, pero le fue imposible no marearse de nuevo y no aferrarse al brazo de Enrico para no caer.No pasó para Enrico desapercibida la forma que ella se tocaba el vientre antes y la forma que nuevamente volvió a marearse, eso lo hizo preguntarse
El francés respondió rápidamente, bastante más de lo que Chiara esperaba. Se levantó del taburete en el que estaba sentada, se miró al espejo y pasó los dedos por su cabello para acomodarse el peinado, luego simplemente tomó el bolso y salió en dirección al ascensor.Cuando llegó al portal, Adrien ya la esperaba en un gran y elegante BMW plateado descapotable, se quitó las gafas de sol y, en un movimiento de mano, la invitó a entrar.— ¿Coche nuevo?— Preguntó ella mientras se abrochaba el cinturón de seguridad.— Es de Edward — explicó orgulloso, porque el abogado había dejado de ocultar su relación, en realidad tenía muchas cosas que contarle a su amiga, aun así, no había encontrado el momento por todo lo que a ella le había ocurrido. Pero Chiara, a pesar de tener muchas cosas en que preocuparse y en las que pensar, era lo suficientemente observadora como para no pasar por alto ese reloj engarzado en diamantes que su amigo tenía en la muñeca.— ¿Y el reloj es un simple regalo o signi