No era una mala idea, después de todo cuando encontraran el cadáver no hacía falta decir que preguntarían a todos que hacían durante la fiesta y si tenían alguna relación con el fallecido.
- De manera muy amigable y animada Mario le dijo a Astrid – ¡Volvamos con todos! la fiesta aún no termina.
- Astrid contestó – Tengo una mejor idea ¿Por qué no vamos a un cuarto y nos divertimos juntos?
La espalda de Mario se heló, un pequeño temblor en todo su cuerpo empezó a invadirlo, de nuevo la sospecha de si ella sabía algo era inminente, pero como descubrirlo sin revelar su crimen, estaba en una posición difícil que podía dejarlo al descubierto.
- Rápidamente pensó y Mario le dijo – Eres algo atrevida y me empieza a gustar un poco ese lado tuyo, pero no quiero ser solo una noche y seguir siendo desconocidos.
- ¿Qué estás pensando que vamos a hacer Mario? – lo dijo Astrid con una sonrisa quisquillosa.
- Continuó diciendo – Solo te molestaba, y acabo de descubrir que es muy gracioso.
Esto para Mario fue un segundo de calma que le regresó un poco de sus cabales.
- Fingió estar muy apenado y le dijo – En verdad que pones mi vida al revés – terminó con un suspiro.
- Entonces ¿Vamos? – replicó Mario.
Ni bien Astrid pensaba en responder a su pregunta se escuchó un grito por toda la casa.
- ¡Ayuda! Por favor que alguien llame a una ambulancia.
Todos estaban muy exaltados, la música se había parado y los que aún seguían conscientes habían formado un círculo sobre una escena algo trágica.
Mientras daban primeros auxilios a la persona que yacía caída en el suelo Mario y Astrid corrieron a donde se escuchaba el escándalo, los dos estaban perplejos, esto era algo repentino.
- Ellos se preguntaron - ¿Qué había pasado? y más importante ¿Quién era?
No tardaron en llegar cuando parecía que los dos reconocieron a la persona que estaba inconsciente.
Astrid por primera vez dejaba de ser la chica simpática y se convirtió en una persona muy nerviosa.
- De un momento gritó – “aaaaaaahhh” ¿Por qué hay tanta sangre?
- Las personas que estaban ayudándolo, entre esos un amigo de ella, que le dijo – Apártate necesitamos espacio.
Ella estaba congelada, no reaccionaba ni un poco, estaba en shock.
Esta fue la oportunidad perfecta para Mario ya que podría saber algo más de Astrid sin tener que preguntárselo, sin embargo, seguía confundido, era un amigo de ella o solo estaba aterrada por la sangre, su reacción no le había dicho nada.
A pesar de la situación Mario aprovechó la oportunidad y sin decir ni una sola palabra cogió la mano de ella y la llevó al balcón, ella muy ensordecida solo se dejó guiar al balcón.
Se podía notar que ella estaba temblando solo al verla, tenía una mirada blanca con pupilas dilatadas y al parecer no podía ni hablar de la impresión.
- Ya habían llegado al balcón cuando Mario le preguntó - ¿Ese chico es tu amigo?
Ella solo con un gesto de negación respondió a su pregunta.
- En su mente Mario pensaba – si no es su amigo ¿Hay la posibilidad de que sea alguien allegado? No debo sofocarla con muchas preguntas, será sospechoso.
Él solo tenía una oportunidad más para llegar al meollo, para Mario no era más que un conocido que lo había invitado por cortesía, y apenas recordaba su nombre, si se arriesgaba a decir un nombre incorrecto perdería su oportunidad.
- Entonces sin pensar en las consecuencias la abrazó por unos instantes, trató de ser empático y le dijo - Por favor, no revivas las imágenes, sé que le tienes pavor a la sangre, no necesitamos regresar.
Sabía que se había arriesgado con sus palabras y que no podría decir más, así estuviera mal.
- Estás algo equivocado, pero me ayudaste – dijo Astrid mientras se alejaba de Mario.
En efecto no había conseguido absolutamente nada y su frustración empezó a salir un poco a flote.
Los socorristas llegaron, tomaron el control de la situación y con suerte mantendrían vivo al chico. Astrid fue corriendo tras de ellos y se subió directo al hospital más cercano.
En eso un chico alto, de cabello negro, con un estilo liberal, vestido como un rapero que era amigo de Astrid, el mismo que estaba ayudando al chico inconsciente.
- Caminó al balcón donde estaba Mario y le dijo – Gracias por estar con ella, soy el amigo de Astrid me llamo Enrique, pero todos mis amigos me dicen Kique.
- No fue nada, solo pensé que era lo mejor – dijo Mario.
- Por cierto ¿Sabes quién era el chico? – preguntó Mario.
- Si, es mi amigo y hermano de Astrid ¿No te lo contó? – dijo Kique un poco sorprendido.
Mario no se lo podía creer, había conseguido más de lo que creyó, sin necesidad de presionar respuestas, ahora tenía algo de información sobre la chica misteriosa, se apresuró a hablar.
- Así que nuevamente preguntó - ¿Kique vas al hospital? Si es así voy contigo.
- Claro, no me parece mala idea – dijo Kique algo apurado.
El reloj marcaba las 3 de la mañana en punto, Mario se apuró al sacar a la gente que no se quedaría a dormir
- A sus amigos que pasarían la noche les dijo – ayúdenme a limpiar debo ir al hospital, voy a ver como esta Astrid.
Ellos muy emocionados porque parecía que al fin Mario había encontrado “pareja”, sin quejarse le dijeron que se apresurara y que ellos arreglarían todo.
En la sala de espera del hospital, estaba Astrid llorando mucho, a pesar de que estaba alterada, esta vez por lo menos ya no estaba fuera de sí. Kique y Mario llegaron donde estaba ella.
- ¿Cómo está Daniel? – preguntó Kique preocupado.
- Por suerte está fuera de peligro, aunque pasará una semana aquí para que lo puedan monitorear – respondió Astrid mientras se secaba sus lágrimas.
No le importó por completo la presencia de Mario, no le preguntó nada y tampoco lo regresó a mirar, esto estaba volviendo incomodo el ambiente que durante dos horas se tornó todavía peor, la tensión seguía subiendo y de pronto…
- Astrid le dijo a Kique - ¿Me puedes explicar cómo terminó Daniel así?
Kique empezó a responderle con todos los detalles, era algo importante para Mario también, todo esto pasó en su casa y necesitaba estar listo por si existían preguntas a posterior.
- El amigo de Astrid seguía narrando la historia con un – estaban compitiendo. . .
De repente un teléfono empezó a sonar y era el de Mario, era extrañamente del número de emergencias, Kique siguió contando la historia y él se paró a contestar en un lugar algo alejado de ellos.
- ¿Hablo con el señor Blein? – dijo la persona tras el teléfono.
- Si, con el mismo – Mario respondió extrañado.
- Necesitamos su presencia en su departamento, al parecer hay un fallecido – dijo la operadora.
- Enseguida estaré ahí – Mario respondió algo asustado.
Lo habían descubierto, lo más desafiante estaba por venir, hilos de donde jalar y explicaciones que dar, todo el circo que había construido se estaba montado y estaba por empezar.
Hace algunos años, en simultáneo a su primer día de la universidad un chico de ojos cafés claros, no muy alto de un tamaño promedio, de cabello negro, muy amigable y lleno de ambiciones.- Se presentó ante sus futuros amigos de la universidad diciendo – Soy Mario Blein, nací en Gaben el 1 de diciembre de 1999, tengo 18 años y es un gusto para mí conocerlos.Cabe recalcar que así se presentó en las primeras clases de cada materia que recibía ese semestre. Siempre con una actitud positiva y muy atento con todos, pero muy malo al mismo tiempo para recordar los nombres de sus nuevos compañeros.Después de su presentación en todas las clases siempre se paraba un chico alto, de cabello castaño también de actitud positiva y amigable.- Soy Alejandro, me pueden llamar Alejo tengo 18 años de signo cáncer, soy algo supersticioso
El modo en el que operó en su origen, no se parecía a la última.- Carlos, estoy yendo a la casa ¿Sabes qué pasó? – Mario por el celular.- Encontraron un muerto en uno de los cuartos, quieren interrogarnos a todos – contestó Carlos muy asustado.Dos eventos trágicos en la misma noche, no era normal, qué pasaba en esa casa que todo había terminado tan mal, esto se preguntaba Luis el policía a cargo de la investigación.Mario estaba a menos de una cuadra de su casa cuando vio los distintivos de la policía y no solo estaban para levantar el cuerpo, también había policías con abrigos de la sección de homicidios.- Mierda, creo que cometí un error, no es posible, yo revisé y limpié todo antes de irme – Mario en su mente.Corrió hasta la puerta de su casa y lo recibió una perso
El detective Luis no es de las personas que persigue a todos los casos por igual, pero esta vez su instinto le decía que hay cosas extrañas alrededor de esta muerte, aunque solo su percepción no era suficiente para levantar un caso, sus únicas oportunidades estaban en Astrid, Kique y Daniel; personas que son extrañas al caso tal vez puedan decir algo o para Luis esto se acabaría.- Maldita sea un problema tras otro – Astrid muy enojada abriendo la puerta.- Buenos días, señorita Astrid soy detective de la policía, la buscaba para confirmar dos cosas – dijo Luis.- Lo único que le voy a pedir es que sea rápido, tuve una mala noche y solo quiero que mi hermano despierte para poder dormir – Astrid algo irritada.- Se tocó la cabeza con su mano y Luis dijo – No tomará más de dos minutos.- ¿Dónde estaba entre las 12 y
De: Mario Blein- Hola Astrid, me tomé el tiempo de escribirte este pequeño mensaje y tengo en mi mente que parte de lo que le pasó a tu hermano fue mi culpa, bueno es una forma de decirlo, necesitaba expresarlo ahora que está la situación complicada con tu hermano, antes que nada, siento que por entretenerte o bueno retenerte mucho tiempo conmigo en el bar, nos conocemos poco, pero con lo que nos pasó, siento que eres una amiga, me arrepiento nuevamente por lo sucedido y de verdad espero que aceptes mis sinceras disculpas, quise poner una frase en otro idioma, pero no se me da bien o eso pienso. Espero comunicarme contigo despu&eacut
- ¡Abogado!, aún no podemos soltar al señor Blein, seguirá bajo custodia, él ha demostrado no saber nada aparentemente, pero si Astrid da un nuevo indicio el tendrá que responder más cosas – Luis.- Si eso pasara, puede irlo a buscar a su casa de nuevo, en tal caso él es libre – Abogado.- No se preocupen, no permaneceré en custodia, pero tampoco me iré, debo esperar a Astrid, desde que su hermano ingresó al hospital, todo es desgracia y necesito hablar con ella – dijo Mario.- Hablarás con ella solo sí no son culpables – Luis.Estas palabras de Luis para el momento no tenían nada de valor y no se sentía como si fuese temerario, solo eran palabras vacías, Mario entendía bien en que posición estaba, si todo seguía el camino, podría tener protección legal ante él y de paso impunidad
Mario se quedó solo viéndolos tras la puerta, su mirada era vacía y parecía estar recordando.- Si tuviera un hermano ¿Lo cuidaría tanto? No puedo entender si es una carga para ella o un alivio.De pronto como si cortometrajes llegaran a la cabeza de Mario, volvió un poco al pasado.- ¡Dios mío santo! Estás vivo, mi hermanito está vivo – dijo una chica de aproximadamente 26 años mientras abrazaba a su hermano en el suelo.Este escenario se repetía, la diferencia es que ellos estaban encerrados en algo que parecía ser una celda.- El hermano menor de esta chica lloraba mucho y la abrazaba, pero no le salían palabras.A Mario le salían lágrimas, era una emoción que todavía sentía viva.En eso la puerta del cuarto de hospital donde estaba Daniel y Astrid sonó.- No pareces de las p
¿A quién se refería?, tal vez a Mario o Kique, o podría haber algo que este hermano menor supiera.Todo se centraba en las acciones que tomaría Daniel y el tiempo que era incierto, sólo un día más en el hospital y por fin podría ir a su voluntad. Sería una larga noche para él, un plan que idear y tanto que pensar.Por otro lado, unas horas antes se había cometido un asesinato accidental, pero nadie creería eso a una persona sospechosa de otro asesinato hace pocos días, como nada estuvo preparado, simplemente el tener que improvisar era solo una tarea más para el testigo, la experiencia sobraba y los conocimientos no faltaban.Esta vez el individuo en deceso, en cuestión una chica adolescente.Y por destino o coincidencia infortuna el mismo de siempre, Mario, un imán de problemas.En un punto medio esto, también era suerte pa
- Creo que por fin lo hice – dijo Mario exhausto.- Miró la pantalla de su celular y vio que eran las 8 de la noche – ¡Maldita sea! Si no llego pronto, Carlos me volverá a llamar.Puso hojas sobre la tierra recién plantada y con una linterna se aseguró que todo estuviera bien dentro de lo que podía ver, y juró no regresar por mucho tiempo. Un nuevo lugar que debía evitar “el parque”.Caminó apresurado a la salida con la linterna de su celular a todo momento, para él era imprescindible salir de ahí sin que lo vieran, era un experto en escabullirse y lo puso en práctica.Al parecer nunca nadie lo vio entrar o salir, todo estaba perfecto, el guardabosques ni asomó sus narices cerca de Mario.Este llegó a su casa y en media hora arregló todo lo que tenía pendiente, además llamó a Carlos para decirle que ya