El modo en el que operó en su origen, no se parecía a la última.
- Carlos, estoy yendo a la casa ¿Sabes qué pasó? – Mario por el celular.
- Encontraron un muerto en uno de los cuartos, quieren interrogarnos a todos – contestó Carlos muy asustado.
Dos eventos trágicos en la misma noche, no era normal, qué pasaba en esa casa que todo había terminado tan mal, esto se preguntaba Luis el policía a cargo de la investigación.
Mario estaba a menos de una cuadra de su casa cuando vio los distintivos de la policía y no solo estaban para levantar el cuerpo, también había policías con abrigos de la sección de homicidios.
- Mierda, creo que cometí un error, no es posible, yo revisé y limpié todo antes de irme – Mario en su mente.
Corrió hasta la puerta de su casa y lo recibió una persona alta, de cabello rubio, aparentaba una edad mayor a la que tenía y parecía no ser tan serio con su trabajo, este era el detective Luis.
- Buenos días ¿Te he visto en alguna parte? – Luis.
- No lo creo oficial – Mario.
- ¿Me puede informar que pasó en mi casa? – dijo Mario muy alterado.
Mario vio que Alejandro estaba por la entrada de la casa.
- ¡Alejo! Dime que pasó – Mario gritó al ver a su amigo.
- Tu amigo ese, bueno él que estaba al principio lo encontramos con Carlos y José, entrabamos a dormir, prendimos la luz y ahí estaba – Alejandro
- Mario agarró del hombro con fuerza a Alejandro y le dijo – estaba ¿Qué?
Estaba tan nervioso que hasta se salió Mario un poco de control, esto no estaba dentro de sus planes, el chico que yacía muerto y no pasó tan desapercibido, hasta intuyeron que era amigo de Mario.
- Me complicas la vida hasta muerto – Mario en su mente y se tocó la cabeza con su mano mostrando preocupación.
- Alejo, eso no explica por qué la unidad de homicidios está aquí - Mario le dijo ya más exaltado.
- ¿Dime cómo estaba? ¿Qué vieron y que pasó después?, ¿Por qué todo terminó así? – seguía Mario.
- Señor Alejandro, retírese por favor, tenemos que interrogar a Mario – cortó la conversación Luis con una voz firme.
Que detonante fue todo esto para Mario, la inseguridad de antes volvió y ahora estaba más perdido de su propia historia que según él iba a decir, cuantos contratiempos más tenía que pasar, y que tipo de cosas le iban a preguntar, ya no podía ni imaginárselo, lo único que tenía ahora era su ingenio.
- Mario ¿Qué hacías entre las 12 de la noche y las 2 de la mañana? – preguntó Luis.
- A media noche fui al bar de mi casa y estuve ahí por un buen rato, Astrid me vio – respondió Mario.
- ¿Estás diciendo que no entraste al cuarto del fallecido a ningún momento? – Luis.
- En la noche no, pero en la mañana si, es mi casa y puedo andar por donde se me dé la gana – dijo Mario ya un poco enojado.
- Última pregunta, ¿De dónde conocías al chico y por qué estaba en tu casa? – Luis.
Sabía que algo estaba mal en esta pregunta, si decía demás, el “suicidio” se caería de volada, si respondía a medias también levantaría sospechas.
¿Cómo decir a un policía que era alguien que había “aceptado” en su casa e inyectado varias sustancias para mantenerlo dócil?
- Lo conocí hace algunos meses porque iba en mi universidad, no traté con él hasta un par de meses que coincidimos en un evento por amigos cercanos y me contó que tenía problemas en su casa, su novia había terminado con él y solo quería cambiar de ambiente, me pidió vivir en mi casa por un tiempo y que me pagaría como si fuera un inquilino – dijo Mario con mucha naturalidad.
- Eso es todo, pero antes de ir con tus amigos ¿Me puedes dar el número de Astrid para confirmar tu coartada? – Luis.
- Lo siento la conocí hoy, pero está en el hospital más cercano, su hermano ingresó hoy en la madrugada – Mario.
Su coartada dependía de una desconocida, que tal vez ni la fueran a llamar o que podría mentir y decir que pasó otra cosa. Además, no estaba enterado de qué habían encontrado así que corrió donde sus amigos y entre ellos Carlos era el que más calmado estaba.
- Sabes ¿Por qué estaba el departamento de homicidios aquí? – le dijo Mario a Carlos con mucha curiosidad.
- No, pero escuchamos algo sobre que estaba desaparecido y pensaban que lo habían secuestrado y matado – dijo Carlos inseguro.
Esto cambiaba el panorama otra vez, pero con esto podía disimular y apegarse a su plan, puso su mente fría y comenzó a pensar en cómo proceder.
- Mario pensó en ese momento – Al chico si lo habían visto los vecinos y triste pero lúcido, él me ocultó información, pero sé que no me afecta en nada, no tienen mensajes que me puedan culpar hasta donde sé, tampoco han descubierto nada sobre el cuerpo aún, los niveles de potasio al morir siempre son altos, no tienen por qué sospechar, solo me queda pensar, cuando encuentren la sobredosis de morfina y asuman que es su causa de muerte, buscaran en su cuarto y tratarán de ver, dónde la conseguía, pero eso lo tengo cubierto.
- En eso sus amigos le dijeron – vamos a dormir en la casa de Carlos.
- Me salvaron, no sé cómo iba a pasar la noche aquí – Mario fingiendo estar muy afligido.
Mario cogió todo lo que podía y se fue a la casa de Carlos.
Volviendo un poco en el tiempo, había gente al momento que llegaron los policías, Astrid y Kique no tardaron mucho en enterarse lo que había pasado, fue un poco después que Mario saliera de prisa a su casa, exactamente.
La expectativa crecía entre ellos, empezaron a decir toda clase de teorías locas mientras pasaban un buen rato entre amigos dentro de lo que podían y al parecer solo lo dejaron de hablar cuándo por azares del destino, informaron a Astrid que ya podía entrar a ver a su hermano, pero que él se encontraba dormido y anestesiado por unas horas más.
Astrid empezó a llorar y esta vez de alegría, su hermanito viviría un poco más.
Pasó una hora desde que Astrid entró al cuarto de hospital de su hermano cuando llegó el detective Luis.
- Toc, Toc – golpeó a la puerta.
- Sea quien sea, estas no son horas de visitas – dijo Astrid enojada.
- Es importante, soy detective de la policía, sé que estaba en la fiesta donde encontramos el cadáver y también nos informaron que salió de ahí porque su hermano sufrió un accidente.
El detective Luis no es de las personas que persigue a todos los casos por igual, pero esta vez su instinto le decía que hay cosas extrañas alrededor de esta muerte, aunque solo su percepción no era suficiente para levantar un caso, sus únicas oportunidades estaban en Astrid, Kique y Daniel; personas que son extrañas al caso tal vez puedan decir algo o para Luis esto se acabaría.- Maldita sea un problema tras otro – Astrid muy enojada abriendo la puerta.- Buenos días, señorita Astrid soy detective de la policía, la buscaba para confirmar dos cosas – dijo Luis.- Lo único que le voy a pedir es que sea rápido, tuve una mala noche y solo quiero que mi hermano despierte para poder dormir – Astrid algo irritada.- Se tocó la cabeza con su mano y Luis dijo – No tomará más de dos minutos.- ¿Dónde estaba entre las 12 y
De: Mario Blein- Hola Astrid, me tomé el tiempo de escribirte este pequeño mensaje y tengo en mi mente que parte de lo que le pasó a tu hermano fue mi culpa, bueno es una forma de decirlo, necesitaba expresarlo ahora que está la situación complicada con tu hermano, antes que nada, siento que por entretenerte o bueno retenerte mucho tiempo conmigo en el bar, nos conocemos poco, pero con lo que nos pasó, siento que eres una amiga, me arrepiento nuevamente por lo sucedido y de verdad espero que aceptes mis sinceras disculpas, quise poner una frase en otro idioma, pero no se me da bien o eso pienso. Espero comunicarme contigo despu&eacut
- ¡Abogado!, aún no podemos soltar al señor Blein, seguirá bajo custodia, él ha demostrado no saber nada aparentemente, pero si Astrid da un nuevo indicio el tendrá que responder más cosas – Luis.- Si eso pasara, puede irlo a buscar a su casa de nuevo, en tal caso él es libre – Abogado.- No se preocupen, no permaneceré en custodia, pero tampoco me iré, debo esperar a Astrid, desde que su hermano ingresó al hospital, todo es desgracia y necesito hablar con ella – dijo Mario.- Hablarás con ella solo sí no son culpables – Luis.Estas palabras de Luis para el momento no tenían nada de valor y no se sentía como si fuese temerario, solo eran palabras vacías, Mario entendía bien en que posición estaba, si todo seguía el camino, podría tener protección legal ante él y de paso impunidad
Mario se quedó solo viéndolos tras la puerta, su mirada era vacía y parecía estar recordando.- Si tuviera un hermano ¿Lo cuidaría tanto? No puedo entender si es una carga para ella o un alivio.De pronto como si cortometrajes llegaran a la cabeza de Mario, volvió un poco al pasado.- ¡Dios mío santo! Estás vivo, mi hermanito está vivo – dijo una chica de aproximadamente 26 años mientras abrazaba a su hermano en el suelo.Este escenario se repetía, la diferencia es que ellos estaban encerrados en algo que parecía ser una celda.- El hermano menor de esta chica lloraba mucho y la abrazaba, pero no le salían palabras.A Mario le salían lágrimas, era una emoción que todavía sentía viva.En eso la puerta del cuarto de hospital donde estaba Daniel y Astrid sonó.- No pareces de las p
¿A quién se refería?, tal vez a Mario o Kique, o podría haber algo que este hermano menor supiera.Todo se centraba en las acciones que tomaría Daniel y el tiempo que era incierto, sólo un día más en el hospital y por fin podría ir a su voluntad. Sería una larga noche para él, un plan que idear y tanto que pensar.Por otro lado, unas horas antes se había cometido un asesinato accidental, pero nadie creería eso a una persona sospechosa de otro asesinato hace pocos días, como nada estuvo preparado, simplemente el tener que improvisar era solo una tarea más para el testigo, la experiencia sobraba y los conocimientos no faltaban.Esta vez el individuo en deceso, en cuestión una chica adolescente.Y por destino o coincidencia infortuna el mismo de siempre, Mario, un imán de problemas.En un punto medio esto, también era suerte pa
- Creo que por fin lo hice – dijo Mario exhausto.- Miró la pantalla de su celular y vio que eran las 8 de la noche – ¡Maldita sea! Si no llego pronto, Carlos me volverá a llamar.Puso hojas sobre la tierra recién plantada y con una linterna se aseguró que todo estuviera bien dentro de lo que podía ver, y juró no regresar por mucho tiempo. Un nuevo lugar que debía evitar “el parque”.Caminó apresurado a la salida con la linterna de su celular a todo momento, para él era imprescindible salir de ahí sin que lo vieran, era un experto en escabullirse y lo puso en práctica.Al parecer nunca nadie lo vio entrar o salir, todo estaba perfecto, el guardabosques ni asomó sus narices cerca de Mario.Este llegó a su casa y en media hora arregló todo lo que tenía pendiente, además llamó a Carlos para decirle que ya
Actividades que no son perfectas ocurren todo el tiempo, pasando un tiempo estas tal vez se convierten en anécdotas y otras veces solo son un fiasco.Era la madrugada del sábado 14 de octubre, Kique se encontraba muy pensativo, buscando por toda la casa y tratando de no levantar sospechas, era la hora perfecta porque Astrid estaba con Mario, por otro lado, Carlos, Daniel y la mejor amiga de Astrid se encontraban conversando.Él con la excusa de ir al baño porque se sentía mal, paso de lado a lado, encontrando un cuarto extraño donde se tenían instrumentos raros, no era posible reconocerlos para él, pero se aseguró de verlos bien con lujo de detalles.Como la casa de campo tenía dos pisos, tenía mucho por recorrer, fue por los que creyó encontrar algo que le sirviera, no tenía muchas expectativas, él no vivía ahí, solo era una casa en la que por lo gene
Vaya que, si era una sorpresa, no para Astrid necesariamente, si no para todos en unas cuantas horas.La noche en los alrededores dejaba muy oscuro el lugar, no era una velada romántica, parecía una especie de exploración urbana, pero no estaban aterrados y con una linterna no la pasaron tan mal.No caminaron mucho por la misma razón, así que Mario la llevo a un lugar cercano de la casa de campo. Lo que él planeaba era hacer una fogata y pasar con ella más tiempo solos.Tal como lo pensó él, estaba sucediendo su pequeña “sorpresa” y el ambiente era muy bueno, entre bromas y la fluidez de ellos, llegaron simplemente a acercarse mucho, juntaron sus cabezas y él decidió robarle un beso.- No lo pude evitar, contigo la tentación es mucha – dijo Mario.Astrid lo miró a los ojos y lo besó otra vez con mucha pasión, y en efecto