La dirección del GPS le había dirigido a un lugar familiar. Había sido enviada al subterráneo en donde hace unos meses la habían intentado capturar. Continuaba lloviendo cuando arribó a la entrada del subterráneo, corrompida por los cazadores en aquella ocasión. Dejó su vehículo en la superficie, y descendió hasta el interior de la antigua estación del tren, rápidamente obteniendo recuerdos de lo que había sido su vida de no haber sido encontrada por los van Helsing, y por Gilbert en específico.
Se lanzó hacia las vías del tren, empuñando una de las espadas; había sido notificada que algunos vampiros de clase 4 se estaban conglomerando en el interior de la estación, como si algo los llamase a estar allí. Al pensar en ello, vino a su memoria aquel relato del traficante de vampiros, Nicusor. Sobre que esas criaturas que en los cazado
Arthur bajaba la mirada para verla a sus fríos ojos azules como el océano; usualmente irradiaban simpatía, pero en ese momento todo lo que mostraban era a indignación de Charlotte, la cual él comprendía sin duda. Si era cierto lo que había sucedido allí en su departamento, que los cazadores especialmente contratados por Virginia allanaran su morada y se llevaran unos niños le parecía un acto atroz y maquiavélico, fueran o no niños vampiro. Pero antes de responderle a la chica, él todavía tenía una pregunta para ella.- ¿Por qué no me llamaste para contarme sobre esto? Pude haberte dado más opciones.La ira en los ojos de ella se disipó y se llenó de remordimientos; él tenía razón ¿Por qué no lo había llamado si Arthur había demostrado ser más accesible y racional que su hija?
Tenía un sueño de esos que se ven como si se tuvieran los ojos entrecerrados, con la vista borrosa, pero con sensaciones muy vividas. Gilbert sentía perfectamente Charlotte estaba dormida cerca de él, con su cabeza sobre su estómago. Intentaba tomarla con la mano, musitando su nombre, pero despertó en la realidad de golpe, empujándose hacia adelante y viendo todo a su alrededor exaltado. Podía haber jurado que ella estaba allí con él hace unos segundos.Volteó a todos lados buscándola sin éxito, dándose cuenta que estaba en su habitación predilecta de hospital. No tenía vías intravenosas insertadas en él, nada más que los sensores de ritmo cardiaco que reportaban un latido leve, mucho más leve que antes, pero constante. Se sintió débil y mareado por un momento ¿Cuánto tiempo habría pasado en ese estado?
If I could take her down and run, then I'd call her'Cause she's standing drama, she knows I'll call herShe getting on the sun and then she ordersImagine me, imagine me now (She's my collar)(Gorillaz – She’s my collar (ft. Kali Uchis) Después de entregarle una libertad parcial a su hijo, Arthur se dirigió hacia su hogar. Ingresó directamente hacia su oficina, para postrarse en la silla de su escritorio, y llevarse las manos a la cabeza con frustración. Luego de estrujarse los ojos, se colocó sus anteojos de lectura y se dispuso a revisar una serie de papeles que estaban sobre el mobiliario. Pero su mirada fue atraída por un celaje en el fondo de la habitación, oculto entre las sombras, vigilando sus movimientos. - Se que tuviste que ver con esto ¿Por qué lo hiciste? – Dijo con serenidad en la dirección del celaje. – Teníamos un acuerdo, estaba haciendo todo lo que me dijiste. Después de dich
Pero su búsqueda había sido infructífera; había llegado en la mañana del día siguiente a su hogar, y aunque no tenía un ápice de cansancio físico, estaba mentalmente agotado. Recorrió en vano todos los recovecos de la ciudad que pudo en lo que quedaba de la noche, y apenas logró llegar a la mansión con la leve luz del amanecer.Caminó hasta la entrada de la mansión, cubriendo su cabeza del sol con el sobre todo, y entró con paso rápido. Estando a salvo de la luz, se quitó la prenda que lo cubría para seguir su camino de frustración hasta su habitación, pero cuando se disponía a tomar las escaleras, una figura familiar emergió del piso superior.- ¡John, hombre! – Exclamó con alegría al encontrarse a su antiguo compañero, quien estaba cabizbajo y con la mirada perdida. – Que bueno
No había querido dormir en las semanas posteriores más que unas cortas siestas, Gilbert se había dedicado casi por completo en investigar y localizar las zonas residenciales dentro y fuera de la ciudad, repasando con la memoria aquellos que ya había visitado. Ahora estaba tomando en cuenta lugares menos fuera de lo común, puesto que ya había considerado en vano desde contenedores, talleres y fabricas abandonados, y sitios en donde nadie pensaría que fueran habitados por alguien.Apenas el sol se puso, se dio una ducha rápida y tomó las llaves de su auto, para salir afuera de la mansión con prisa, esperando no ser visto por nadie. Esta vez estaba más decido que nunca en encontrar a Charlotte, rogarle que no fuera parte de los experimentos de van Helsing y que huyera de allí, o mejor aún que se fuera del continente lo más pronto posible para que no se enfrentase a ninguna familia d
En la pantalla de un televisor se muestra la imagen borrosa y deformado de un metraje. Pese a que se trata de un archivo digital, el video parece haber sido corrompido, causando que se vea pixelado y distorsionado. Apenas inicia y se puede distinguir la figura de un hombre mayor de traje gris, sentado en un sofá, de cabello y barba grisáceos, contextura regordeta y anteojos circulares. Debajo de la imagen del hombre se despliega la animación de una barra, apareciendo un nombre: Dr. Joseph Johnson, medico e investigador.De pronto, una voz fuera de la imagen empieza a narrar.- El Doctor Joseph Johnson es un médico especialista en medicina regenerativa, tuvo una participación principal en el caso “Resurrección” promovido por la ahora conocida Organización van Helsing. Doctor, sabiendo lo que implica admitir su responsabilidad en este evento ¿Cómo llegó a involucrarse? – Dice la voz f
- Había tiempo limitado para mantenerla sedada, así que comenzamos de inmediato. – Decía el doctor Joseph en el video corrompido y distorsionado. - Lo primero que hicimos fue simple, extraer muestras de sangre y enviarlas a los laboratorios, pero mientras esperábamos también comprobamos su capacidad regenerativa.En medio de su relato, aparecían metrajes cortos, grabados de forma amateur, de sala en donde se llevaron a cabo los experimentos de van Helsing. Un doctor Joseph unos años más joven, cubierto totalmente por un traje quirúrgico, se acercaba a la mesa de operaciones, en donde reposaba Charlotte inconsciente, atada de manos y pies a la mesa con esposas de plata, y conectada a un catéter a una bolsa de suero.- No quisimos hacer mucho, pero con lo poco que hicimos bastó para que los escépticos callaran sus bocas.El doctor se acercaba a la chica, portando un escarpelo
Estaba inmersa en una eterna pesadilla; sentía como si hurgaran en su mente, colocando de aquí a allá todo lo que les placía. No podía sentir o mover su cuerpo, solo se sentía como si estuviera viendo una película atroz de su vida. Aquello que veía de forma borrosa en sueños ahora cobraba mucho más sentido; todo eso era su pasado.Las imágenes venían a ella como puñetazos al rostro, pero al fin había encontrado sentido a esos escenarios grisáceos desolados, campos de batallas sanguinolentos, personas despidiéndose de ella, todo era claro ahora. Pero faltaba la razón por la cual había olvidado todo aquello, y todavía no podía levantarse de esa interminable experiencia onírica.Buscaba formas de hacerlo, pero no tenía control sobre su cuerpo, e incluso, pensaba que actuaba por sí solo en sus memorias, como si est