Giancarlo había tomado su vuelo, y se encontraba un tanto desesperado por llegar, con ganas de comentarle todo a Rosseti, Bonelli había regresado, y estaba a punto de seguir con su reinado del crimen, más ahora que estuvo perdido tanto tiempo de su mandato.“…”El viaje para Giancarlo había concluido y se encontraba nuevamente en Venecia junto a su compañera Rosseti, luego de haberle comentado todo lo que logro ver y escuchar en la mansión en Catania, estaba más que confiada, de que no le garantizaba su seguridad permaneciendo en Italia, las probabilidades de toparse con él nuevamente eran muy grande. Aparte de que tenían un peligro latente por el cual preocuparse.Tony, ahora prácticamente líder de la mayoría de los hombres de la mansión incógnita, fue muy claro respecto a los planes que tenía a largo plazo, asesinar a los integrantes del martillo dorado, sería más que satisfactorio para él y para su nuevo grupo de seguidores, la motivación estaba en su máximo auge. Mientras que Fari
—Deberíamos marcharnos de inmediato — Comenta Mónica mientras se levanta de la mesa observando a su amiga asustada.—Sí, sí, vámonos, salgamos de aquí inmediato.—No — Rosseti contesta cortante.— ¿Qué? — Dice Mónica — Rosseti ¿acaso haz enloquecido?—No se trata de estar loca, es solo que no puedo marcharme Mónica — Se levanta — Necesito confrontarlo de una vez por todas.— ¡Es una locura eso que estás diciendo Rosseti, no puedes enfrentarlo de esta manera, nos va a matar! —Giancarlo se opone.—No me importa, pero no puedo seguir huyendo de él, mira desde donde hemos venido, y nos volvió a encontrar ¿No te parece extraño? — Comenta decidida —Es como si el destino me estuviera diciendo algo.—De igual forma no podemos marcharnos sin ti, llegamos juntos y nos vamos juntos —Clara rechaza su plan.—No, no es necesario que se queden, esto es algo que debo hacer sola.— ¡Maldita sea Rosseti, ya basta! — Mónica se enoja.—Solo esperen abajo, si escuchan algo extraño, solo márchense, Giancar
—El vehículo está listo para partir señor Tony—dice el mayordomo— ¿Va a querer que prepare algo y lo deje servido? —No te preocupes Alessandro, estaremos hasta tarde ¿Mi hijo y mi esposa están listos? —acomoda su corbata —Están casi listos, que espere unos minutos —sonríe Alessandro Desde la habitación Alexander estaba guardando en sus bolsillos algo de cocaína que le habían regalado en el instituto donde estudia, la había probado y estaba dispuesto a disfrutar y pasarlo muy bien en la fiesta a la que iban junto a su familia y su amigo Leonardo. —Lo digo enserio amigo, estoy alistándome y llevo algo de nieve para alocarnos —habla por el teléfono—y no te preocupes que mi padre no se dará cuenta —No lo sé Alex ¿Realmente crees que sea conveniente? recuerda que la cocaína es una sustancia muy fuerte, podríamos ser muy obvios— se ríe—Pero qué más da, hay que ligarnos a todas esas perras en la fiesta.<
“…” La lealtad ha sido el código más importante en el mundo de las mafias, mantener un secreto, resguardar y proteger a tus seguidores o colegas representa una responsabilidad que abarca completamente el terreno de los clanes que crean sus propias reglas, ya sea para asesinar, traficar, importar y exportar mercancía ilegal para crear sus imperios. Alexander Bonelli Caruso es un joven de 20 años hijo de uno de los mafiosos más importantes en la actualidad llamado Tony Bonelli, Tony posee la jerarquía mayor en Italia en el mundo de los capos y es reconocido a nivel internacional debido a su reputación de intocable. Una de las principales reglas de Bonelli es no permitir que sus hijos se incluyan en el negocio familiar hasta alcanzar la mayoría de edad, un privilegio que Alexander toma con orgullo debido a la reputaci
En el transcurso de la noche Tony Bonelli despertó su maldad luego de una traición inesperada por parte de la que él consideraba “una respetable dama” y “su mejor amigo” Giancarlo y Lorenzo se encargaron de enterrar el cadáver de Luciano y enviar en una caja la flor que Tony le daría al clan de Salvatore, mientras que Donato y Massimo se ocuparían de enterrar a Lissette detrás de su propio patio por órdenes del Capo Tony Bonelli, este tomo toda la ropa de su esposa y la llevo a un lugar alejado en donde pudiera quemarla para luego poder decirle a su hijo que su madre los había abandonado. El dolor lo consumía por dentro, aun sentía ese desaire de una manera impresionante que lo conmovía por dentro, había asesinado a su esposa, la dama ideal, la mujer perfecta para él y a su mejor amigo de toda la vida con el que había tenido infinidades de aventuras y al que prácticamente él consideraba su “hermano” jamás pensó que algo así le sucedería. Estaba consiente que enviar la flor como mues
“…” Luego de sobrevivir a la venganza de los “Salvatore” Tony, Lorenzo y Giancarlo lograron comunicarse con el hospital más cercano aun faltando horas para llegar a Sicilia, por lo que fueron trasladados al “Ospedale SS. Giovanni e Paolo” en Venecia y regresaron de nuevo al punto de partida, al ir en la ambulancia los paramédicos se enfocaron mayormente en el herido de gravedad que era Giancarlo, que se encontraba herido de bala y bastante golpeado por el choque, al haber recibido el mayor golpe con la defensa de la autopista. Después de ponerlo estable, al llegar al Ospedale fueron atendidos rápidamente por emergencias, Lorenzo y Giancarlo los pasaron rápidamente ya que eran los que se encontraban en peor condición, mientras que Tony solo tenía algunos raspones y un dolor en la espalda baja y su brazo izquierdo, lo hicieron pasar a una hab
“…” Al llegar a Sicilia, a la catedral (nombre de la mansión de Tony) hicieron los arreglos necesarios para acondicionar uno de los 7 cuartos de huéspedes para su colega y mano derecha Giancarlo D`Angelo, que se encontraba herido de bala luego del incidente con los atacantes del clan de Salvatore, al hacerlo le pidió a su mayordomo Alessandro que se encargara de traer los mejores médicos de la ciudad de Catania, lugar donde reside Tony y así poder mantener a su pistolero y mano derecha bajo los cuidados necesarios. Tony al saber que se encontraba con una situación algo tensa pidió mantener la catedral protegida con sus maleantes y pistoleros alrededor de esta, por si se presentaba algún ataque directo a su hogar, cosa que en realidad no le preocupaba puesto a que estaba dispuesto a luchar en contra de cualquiera qu
“…”Después de una semana tranquila, pacífica, sin recibir ninguna noticia sobre el ataque, y su muchacho Giancarlo recuperándose notablemente, Tony despertó una mañana y aun le sacudía la cabeza aquella conversación con su padre, baja de su habitación en pijamas y sale al patio a tomar su buena taza de café y a disfrutar de una tranquila mañana reposando en su mecedora, un poco tenso aun por lo sucedido en la cena de bienvenida, mantiene la idea de que la decisión que tomó está más que acertada, sin sentir remordimientos ni dolores de cabeza, aun con la esperanza de que su padre desista de reunirse con su ahora enemigo, el clan Salvatore. Luego al tomar su taza de café y colocarla en la mesa comienza a tener un terrible dolor de hombro, justo el que la señorita Rosseti le revisó y el que quedó con un malestar que en lo personal no l