Luego de pasar un momento de tormentos, al asesinar a su padre, Tony decide regresar a la catedral lo más pronto posible, está exhausto, agotado en mente y cuerpo, sus propios pensamientos lo traicionan, cuestionándose que debe o no hacer en cuanto a su vida como mafioso. Alessandro y el resto de los muchachos observan entrar el Lamborghini al estacionamiento, por lo cual
— Abi, despierta hermosa, debo decirte algo importante—Coloca su mano sobre su cintura y la despierta. — ¿Tony? ¿Qué sucede? ¿Está todo bien? —restriega los dedos en sus ojos y responde bostezando. —Debo ir a los Estados Unidos a atender un asunto—Se dirige a su closet para vestirse. — ¿Y eso? ¿Por qué? —Se levanta exaltada y se sienta en la cama. —Es mi hijo, sufrió un accidente, al parecer fue grave, la doctora llamó para la casa y Giancarlo fue quien habló con ella, le pidieron que me presentara lo más rápido posible—Saca ropa del closet y la guarda en su maleta. — ¿Qué? Dios mío Tony, realmente lo lamento, pero no pierdas la calma—Se levanta rápido y va hacia él—No quiero que estés solo, yo iré contigo—Lo sujeta por la espalda y lo voltea. Tony la mira a los ojos y no puede evitar su llanto por lo que se desvanece y la abraza sin dudar, hay una montaña rusa emocional que habita en su interior, su amigo, su ex esposa, su propio padr
Tras la poca información proporcionada por la doctora Martha, Tony se queda perplejo al contemplar tras el cristal de la habitación a su hijo bajo un coma, con la culpabilidad por su decisión, no tiene otra opción más que averiguar a fondo lo que le ocurrió, las consecuencias tras los actos del pasado tienen repercusión en el presente, y ahora quien paga es su familia, por lo que se dispone a realizar unas llamadas para atraer a su equipo y no estar desprotegido mientras está el ambiente tan tenso. Abi se encontraba buscando al encargado del hospital por órdenes de Tony, ya que tenía planeado contratar a un grupo selecto de enfermeros y doctores para que atendieran a su hijo solo durante el vuelo a Italia, allá estaría otro grupo esperando por ellos que serían los que se encargaran de su cuidado médico desde su propia casa, la cual ya se encuentra lista con los equipos necesaria para Alex, Tony pretende que sea atendido en su hogar que es el único lugar seguro. — Giancarlo,
“…” Al retirarse del hotel, Tony se dirige de vuelta al hospital para terminar de organizar los preparativos e irse a Italia con su hijo, al llegar la doctora Martha lo atendió y le presentó los dos doctores y dos enfermeros que estarían a cargo de su hijo durante las 10 horas de vuelo hacia su país, fueron en la búsqueda de una ambulancia y los camilleros trasladaron a su hijo a su interior con los cuidadores de Alex, Abi se adentró también en la ambulancia para no dejar solo el hijo de Tony. Tony le pidió a Giancarlo que se encargara de pagarle una bonificación aparte de todo lo gastado mientras tuvieron su estadía en el lugar, con lo que sello su despido, Tony, Giancarlo y Donato subieron al coche detrás de la ambulancia para escoltarlos. — ¿Qué cree que suceda cuando encuentren el cuerpo señor? —Pregunta Donato y ve a Tony por el espejo retrovisor. —Nada ¿Qué piensas que va a ocurrir? Lo hecho, hecho está, además eso les enseñará a los Americanos
La atención de los especialistas encargados de Alexander, son más que increíbles, Tony siente alivio al encontrarse en su hogar, pero pese a que su hijo se encuentra en coma no se quita ese sentimiento de miedo que carcome sus pensamientos. Los días han pasado lento, y Alex parece no querer despertar, la tensión en la catedral se siente pesada, y aunque todo indica que los Salvatore no tienen idea de que Tony ha regresado, la idea de realizar un ataque sigue manteniéndose presente, la sorpresa que se llevarían sería magistral, los muchachos e incluso Abi se encuentran preocupados, debido a que Tony no sale de la habitación donde se encuentra su hijo, sumándole a que no quiere alimentarse, se encuentra solo velando que su hijo despierte en algún momento. — ¿Amor? —Abi abre la puerta. — ¿Qué sucede? —Tony responde desde el asiento al lado de la camilla. —El señor Alessandro subió tu comida a la habitación ¿Quisieras acompañarme para comer? —Pregunta Abi
Todo está en absoluto descontrol, lo que Tony creía que sería un ataque sorpresa, terminó siendo una enorme sorpresa para él, la vigilancia por parte de los Salvatore es inminente, solo significa una cosa, alguien de la Catedral es un delator e indica los movimientos que este hace, lo que le hace pensar que Enzo posee una clara delantera. Al no encontrarse allí, significa que ya sabía que Tony y sus matones irían a por él, la pregunta más importante es ¿Dónde se encuentran? Luego del asalto en vano, Tony volvió con mucho resentimiento hacia la catedral, al llegar cada uno tomo su puesto de trabajo, sin mediar palabras algunas con nadie, subió directo a su habitación a tratar de descansar la mente, Abi en la habitación lo observa descuidado, perdido y desorientado, al punto que no sabe con certeza que pensar en cuanto a lo que le sucede, para ella su problema es Alex, pero sabe bien que hay algo más que oculta. La decepción de Tony, arropa sus pensamientos al caer la
3 semanas han transcurrido” La relación entre Tony y Rosseti ha crecido de forma considerable, el apoyo incondicional que le ha brindado en sus momentos más difíciles, y la manera en como se ha desarrollado su amor ha sido de forma natural, y sin crear conflictos o paredes emocionales, todo ha derivado de la manera en como son el uno con el otro; después de unas semanas de que hicieran el amor por primera vez, con tanta ferocidad y deseo, la calma de Tony ha sido controlada por ella, su preocupación ha sido apaciguada por su manera de ver las cosas, y de que no todo tiene que ser un caos, al menos no desde su perspectiva. Pero a pesar de que las cosas van tomando un curso distinto, Abi se le dificulta el pensar que todo marche en orden, cuando no es capaz de poder disfrutar de un día fuera de la Catedral, el poco conocimiento que tiene acerca de Tony, en cuanto a cómo se gana la vida, le hace pensar que las cosas no están saliendo tal y como él las explica, por lo que siente
La noche se había tornado muy larga, luego de revelar la verdad sobre su verdadero estilo de vida, Tony se encontraba en el estacionamiento, adentro de uno de sus vehículos, bebiendo y fumando, ahogando sus penas y su culpabilidad. Por otra parte, Abi había despertado aun con deseos de marcharse, y con un sentimiento que no le permitía tomar la iniciativa para irse y no regresar, con más que razones para hacerlo, sentía que su lazo con Tony era mucho más fuerte de lo que se imaginaba, y que a pesar de ocultar una terrible verdad, luego de ella ser tan clara, seguía con ese instinto de que quizás, no debería ser tan dura con él, se encontraba entre la espada y la pared. Mientras Tony estaba en su Lamborghini, Giancarlo bajo a toda prisa al estacionamiento para darle la noticia. <
Luego de conversar con Salvatore, la tensión había disminuido por completo, los días eran “más tranquilos” y Tony se sentía contento porque su familia estaba a salvo, Alex estaba mejorando de manera considerable, sin aun perderlo de vista, ya que el cuidado era extenso y meticuloso por parte de sus especialistas, Rosseti y Bonelli se sentían a gusto con su relación, porque podían disfrutar del beneficio de las salidas y el desplace por Catania, sus citas podrían realizarse al aire libre sin mortificación alguna, su confianza había sido restaurada y Abi se encontraba más feliz que nunca, luego del tratado que creo Tony con Salvatore con su enemigo. Una tarde, como cualquier otra, Tony se encontraba paseando por Italia, y decidieron ir a Venecia en el jet privado, junto a Abi. —Qué magnífico es todo esto, ¿No crees? —Pregunta Abi. —¿Qué cosa, hermosa? —Tony responde con interrogante. —Quien iba a pensar que esto terminaría de una vez por todas, arreglas