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Al retirarse del hotel, Tony se dirige de vuelta al hospital para terminar de organizar los preparativos e irse a Italia con su hijo, al llegar la doctora Martha lo atendió y le presentó los dos doctores y dos enfermeros que estarían a cargo de su hijo durante las 10 horas de vuelo hacia su país, fueron en la búsqueda de una ambulancia y los camilleros trasladaron a su hijo a su interior con los cuidadores de Alex, Abi se adentró también en la ambulancia para no dejar solo el hijo de Tony.
Tony le pidió a Giancarlo que se encargara de pagarle una bonificación aparte de todo lo gastado mientras tuvieron su estadía en el lugar, con lo que sello su despido, Tony, Giancarlo y Donato subieron al coche detrás de la ambulancia para escoltarlos.
— ¿Qué cree que suceda cuando encuentren el cuerpo señor? —Pregunta Donato y ve a Tony por el espejo retrovisor.
—Nada ¿Qué piensas que va a ocurrir? Lo hecho, hecho está, además eso les enseñará a los Americanos
La atención de los especialistas encargados de Alexander, son más que increíbles, Tony siente alivio al encontrarse en su hogar, pero pese a que su hijo se encuentra en coma no se quita ese sentimiento de miedo que carcome sus pensamientos. Los días han pasado lento, y Alex parece no querer despertar, la tensión en la catedral se siente pesada, y aunque todo indica que los Salvatore no tienen idea de que Tony ha regresado, la idea de realizar un ataque sigue manteniéndose presente, la sorpresa que se llevarían sería magistral, los muchachos e incluso Abi se encuentran preocupados, debido a que Tony no sale de la habitación donde se encuentra su hijo, sumándole a que no quiere alimentarse, se encuentra solo velando que su hijo despierte en algún momento. — ¿Amor? —Abi abre la puerta. — ¿Qué sucede? —Tony responde desde el asiento al lado de la camilla. —El señor Alessandro subió tu comida a la habitación ¿Quisieras acompañarme para comer? —Pregunta Abi
Todo está en absoluto descontrol, lo que Tony creía que sería un ataque sorpresa, terminó siendo una enorme sorpresa para él, la vigilancia por parte de los Salvatore es inminente, solo significa una cosa, alguien de la Catedral es un delator e indica los movimientos que este hace, lo que le hace pensar que Enzo posee una clara delantera. Al no encontrarse allí, significa que ya sabía que Tony y sus matones irían a por él, la pregunta más importante es ¿Dónde se encuentran? Luego del asalto en vano, Tony volvió con mucho resentimiento hacia la catedral, al llegar cada uno tomo su puesto de trabajo, sin mediar palabras algunas con nadie, subió directo a su habitación a tratar de descansar la mente, Abi en la habitación lo observa descuidado, perdido y desorientado, al punto que no sabe con certeza que pensar en cuanto a lo que le sucede, para ella su problema es Alex, pero sabe bien que hay algo más que oculta. La decepción de Tony, arropa sus pensamientos al caer la
3 semanas han transcurrido” La relación entre Tony y Rosseti ha crecido de forma considerable, el apoyo incondicional que le ha brindado en sus momentos más difíciles, y la manera en como se ha desarrollado su amor ha sido de forma natural, y sin crear conflictos o paredes emocionales, todo ha derivado de la manera en como son el uno con el otro; después de unas semanas de que hicieran el amor por primera vez, con tanta ferocidad y deseo, la calma de Tony ha sido controlada por ella, su preocupación ha sido apaciguada por su manera de ver las cosas, y de que no todo tiene que ser un caos, al menos no desde su perspectiva. Pero a pesar de que las cosas van tomando un curso distinto, Abi se le dificulta el pensar que todo marche en orden, cuando no es capaz de poder disfrutar de un día fuera de la Catedral, el poco conocimiento que tiene acerca de Tony, en cuanto a cómo se gana la vida, le hace pensar que las cosas no están saliendo tal y como él las explica, por lo que siente
La noche se había tornado muy larga, luego de revelar la verdad sobre su verdadero estilo de vida, Tony se encontraba en el estacionamiento, adentro de uno de sus vehículos, bebiendo y fumando, ahogando sus penas y su culpabilidad. Por otra parte, Abi había despertado aun con deseos de marcharse, y con un sentimiento que no le permitía tomar la iniciativa para irse y no regresar, con más que razones para hacerlo, sentía que su lazo con Tony era mucho más fuerte de lo que se imaginaba, y que a pesar de ocultar una terrible verdad, luego de ella ser tan clara, seguía con ese instinto de que quizás, no debería ser tan dura con él, se encontraba entre la espada y la pared. Mientras Tony estaba en su Lamborghini, Giancarlo bajo a toda prisa al estacionamiento para darle la noticia. <
Luego de conversar con Salvatore, la tensión había disminuido por completo, los días eran “más tranquilos” y Tony se sentía contento porque su familia estaba a salvo, Alex estaba mejorando de manera considerable, sin aun perderlo de vista, ya que el cuidado era extenso y meticuloso por parte de sus especialistas, Rosseti y Bonelli se sentían a gusto con su relación, porque podían disfrutar del beneficio de las salidas y el desplace por Catania, sus citas podrían realizarse al aire libre sin mortificación alguna, su confianza había sido restaurada y Abi se encontraba más feliz que nunca, luego del tratado que creo Tony con Salvatore con su enemigo. Una tarde, como cualquier otra, Tony se encontraba paseando por Italia, y decidieron ir a Venecia en el jet privado, junto a Abi. —Qué magnífico es todo esto, ¿No crees? —Pregunta Abi. —¿Qué cosa, hermosa? —Tony responde con interrogante. —Quien iba a pensar que esto terminaría de una vez por todas, arreglas
—Entonces, dígame, señorita Rosseti ¿Qué quiere saber primero? —Comentan desde el otro lado de la bocina—Vamos, no debe tener miedo, créame cuando le digo que estoy aquí para ayudarla, su silencio es innecesario, además, si fuese querido asesinarla, lo habría hecho en el baño ¿no cree usted? —¿Cómo sabe quién soy? ¿Qué quiere de mí? ¿Por qué me dice todo esto? —Pregunta Abi preocupada. —El señor Bonelli, no le ha sido sincero después de todo ¿Cree que lo conoce bien? —Claro, él ha sido muy transparente conmigo ¿Por qué me mentiría? —Abi comenta. —Claramente, es una señorita enamorada de un mentiroso muy arrogante—Comenta entre risas—Solo soy un benefactor, que quiere proveerte la verdad ¿Acaso piensas que tú eres todo lo que te ha dicho? ¿Acaso piensas que tu pasado no está presente en su mente? —¿Mi pasado? ¿Qué… que quieres decir con mi pasado? —Abi comienza a temblar y responde de manera temperamental. —Fuiste abusada, ¿No es así?
La catedral, al día siguiente”—¿Señor Bonelli? El desayuno está servido, señor ¿Gusta una taza de café? —Alessandro toca a la puerta de Tony y le comenta.—Si, por supuesto, Ale, por favor, deja todo preparado, bajo enseguida—Tony se levanta de la cama, y se dirige a su closet para cambiarse.Al salir de la habitación Tony baja a la mesa principal donde está su desayuno y su café, Tony sin dudar se sienta y Alessandro se le acerca para servirle el café.—Alessandro, una pregunta ¿De casualidad Abi no ha llamado? —Pregunta Tony—Listo, no sirvas más.—No, señor, a decir verdad, también me ha extrañado, pero no debería preocuparse, si está con sus amigas, estará recuperando el tiempo perdido, hacía bastante tiempo que no salía de la catedral ella sola&m
—Señor Bonelli, ya estamos a punto de aterrizar, estamos a 20 minutos de su destino—Comenta el piloto a través de la cabina. La mucama se acerca a donde está Tony y le ofrece un servicio de champaña, le da un par de copas y le sirve. —Estamos a punto de llegar hermosa, ¿Cómo te sientes?—Pregunta Tony. —La verdad estoy muy contenta que hagamos esto, necesito liberar tensión, he estado bastante ida de mis pensamientos—Abi extiende su mano y toma la copa. — ¿Puedo saber que ha estado inquietándote?—Tony la observa e intrigado pregunta. —La verdad es que… Hay algo que quisiera comentarte Tony—Abi toma un sorbo de su champaña. — ¿Qué podrá ser?—Tony comienza a extrañarse. —Fue mientras estuve en Venecia con mis amigas, ocurrió algo que me perturbó y muchísimo, pero… creo que es una conversación que deberíamos tener en otra ocasión, no quisiera arruinarlo si te soy honesta—Abi baja su mirada y aprieta sus puños bajo la mesa. —De acuerdo, sea lo que sea, prometo que lo resolveremos, j