La noche se había tornado muy larga, luego de revelar la verdad sobre su verdadero estilo de vida, Tony se encontraba en el estacionamiento, adentro de uno de sus vehículos, bebiendo y fumando, ahogando sus penas y su culpabilidad. Por otra parte, Abi había despertado aun con deseos de marcharse, y con un sentimiento que no le permitía tomar la iniciativa para irse y no regresar, con más que razones para hacerlo, sentía que su lazo con Tony era mucho más fuerte de lo que se imaginaba, y que a pesar de ocultar una terrible verdad, luego de ella ser tan clara, seguía con ese instinto de que quizás, no debería ser tan dura con él, se encontraba entre la espada y la pared.
Mientras Tony estaba en su Lamborghini, Giancarlo bajo a toda prisa al estacionamiento para darle la noticia.
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Luego de conversar con Salvatore, la tensión había disminuido por completo, los días eran “más tranquilos” y Tony se sentía contento porque su familia estaba a salvo, Alex estaba mejorando de manera considerable, sin aun perderlo de vista, ya que el cuidado era extenso y meticuloso por parte de sus especialistas, Rosseti y Bonelli se sentían a gusto con su relación, porque podían disfrutar del beneficio de las salidas y el desplace por Catania, sus citas podrían realizarse al aire libre sin mortificación alguna, su confianza había sido restaurada y Abi se encontraba más feliz que nunca, luego del tratado que creo Tony con Salvatore con su enemigo. Una tarde, como cualquier otra, Tony se encontraba paseando por Italia, y decidieron ir a Venecia en el jet privado, junto a Abi. —Qué magnífico es todo esto, ¿No crees? —Pregunta Abi. —¿Qué cosa, hermosa? —Tony responde con interrogante. —Quien iba a pensar que esto terminaría de una vez por todas, arreglas
—Entonces, dígame, señorita Rosseti ¿Qué quiere saber primero? —Comentan desde el otro lado de la bocina—Vamos, no debe tener miedo, créame cuando le digo que estoy aquí para ayudarla, su silencio es innecesario, además, si fuese querido asesinarla, lo habría hecho en el baño ¿no cree usted? —¿Cómo sabe quién soy? ¿Qué quiere de mí? ¿Por qué me dice todo esto? —Pregunta Abi preocupada. —El señor Bonelli, no le ha sido sincero después de todo ¿Cree que lo conoce bien? —Claro, él ha sido muy transparente conmigo ¿Por qué me mentiría? —Abi comenta. —Claramente, es una señorita enamorada de un mentiroso muy arrogante—Comenta entre risas—Solo soy un benefactor, que quiere proveerte la verdad ¿Acaso piensas que tú eres todo lo que te ha dicho? ¿Acaso piensas que tu pasado no está presente en su mente? —¿Mi pasado? ¿Qué… que quieres decir con mi pasado? —Abi comienza a temblar y responde de manera temperamental. —Fuiste abusada, ¿No es así?
La catedral, al día siguiente”—¿Señor Bonelli? El desayuno está servido, señor ¿Gusta una taza de café? —Alessandro toca a la puerta de Tony y le comenta.—Si, por supuesto, Ale, por favor, deja todo preparado, bajo enseguida—Tony se levanta de la cama, y se dirige a su closet para cambiarse.Al salir de la habitación Tony baja a la mesa principal donde está su desayuno y su café, Tony sin dudar se sienta y Alessandro se le acerca para servirle el café.—Alessandro, una pregunta ¿De casualidad Abi no ha llamado? —Pregunta Tony—Listo, no sirvas más.—No, señor, a decir verdad, también me ha extrañado, pero no debería preocuparse, si está con sus amigas, estará recuperando el tiempo perdido, hacía bastante tiempo que no salía de la catedral ella sola&m
—Señor Bonelli, ya estamos a punto de aterrizar, estamos a 20 minutos de su destino—Comenta el piloto a través de la cabina. La mucama se acerca a donde está Tony y le ofrece un servicio de champaña, le da un par de copas y le sirve. —Estamos a punto de llegar hermosa, ¿Cómo te sientes?—Pregunta Tony. —La verdad estoy muy contenta que hagamos esto, necesito liberar tensión, he estado bastante ida de mis pensamientos—Abi extiende su mano y toma la copa. — ¿Puedo saber que ha estado inquietándote?—Tony la observa e intrigado pregunta. —La verdad es que… Hay algo que quisiera comentarte Tony—Abi toma un sorbo de su champaña. — ¿Qué podrá ser?—Tony comienza a extrañarse. —Fue mientras estuve en Venecia con mis amigas, ocurrió algo que me perturbó y muchísimo, pero… creo que es una conversación que deberíamos tener en otra ocasión, no quisiera arruinarlo si te soy honesta—Abi baja su mirada y aprieta sus puños bajo la mesa. —De acuerdo, sea lo que sea, prometo que lo resolveremos, j
—Tony, ¿Puedo preguntarte algo?—Abi desde su pecho pregunta— ¿Qué se siente matar a alguien? — ¿Por qué preguntas eso?—Tony acaricia el cabello de Abi y mira al techo un poco desconcertado por aquella pregunta. —Es solo… que tú has podido asesinar a personas, Personas que han intentado lastimar, no sé, a tu familia, por ejemplo, ¿No es así?—Abi lo mira. —Es más complicado que eso, asesinar es simple, pero lo que acompaña, luego de que pasa la adrenalina y la rabia, no deja nada bueno—Tony responde un tanto pensativo— ¿A qué viene eso? —Es solo que… No lo sé, a veces me pregunto qué es lo que haría, si averiguara quien fue el que me hizo daño en el pasado, no creo que pueda perdonarlo, no imagino siquiera lo que sucedería, es que no logro recordarlo por más que me esfuerce a hacerlo —Abi coloca sus manos en sus ojos. —Entiendo—Tony la observa y suspira, ahora él se encuentra inquieto —Si supieras quien es… ¿Lo asesinarías? — pregunta con curiosidad de saber su respuesta. —No había
Esa mañana Tony aun dormía, y abre sus ojos luego de una maravillosa velada con su amada, al estirar su mano en busca de Abi este espabila de inmediato, y nota que no se encuentra en cama. — ¿Abi?—Tony se levanta y se coloca el bóxer— ¿Cariño estas ahí?—Se dirige hacia el baño y se da cuenta que está completamente solo. Se dirige hacia la cama de nuevo y observa que se encuentra toda la ropa que compraron, pero ella no está. Tony se viste lo más rápido posible y se dirige al valet. —Buenos díascaballero ¿De casualidad la señorita Rosseti salió esta mañana? — ¿Señorita Rosseti?—Se queda pensando— Oh, sí, si por supuesto la dueña del Bentley ¿Correcto? —Sí, mi pareja—Tony afirma. —La verdad no tengo idea, acabo de llegar de mi desayuno, pero podemos ir a observar sin problemas—El valet lo lleva hasta donde se encuentra el coche— Al parecer no se ha marchado señor, el auto como puede ver sigue aquí. Tony se queda desconcertado pensando en que pudo suceder, y se dirige hacia el rest
Al llegar a Catania Tony Bonelli es escoltado por sus matones de vuelta a la catedral, bastante inquieta y preocupada.— ¿Qué ha sucedido señor?—Pregunta Giancarlo.—Rosseti ha desaparecido, al levantarme en parís no la encontré, temo por su vida, quizás alguien la haya secuestrado la cuestión es ¿Cómo?—La verdad no hemos recibido alguna llamada sospechosa, y todo ha estado de lo más normal en la mansión—Giancarlo le comenta —Quizás simplemente huyo señor.— ¿Qué? ¿Por qué haría algo como eso? ¿Acaso eres tonto?—Tony se enoja por lo que su colega le menciona y decide ignorarlo—Ve más deprisa.Giancarlo pisa el acelerador y se dirige a toda prisa devuelta a la mansión, al llegar nota que todo está igual, y no hay ningún tipo de indicio de que Abi haya pasado por el lugar.—Alessandro ¿Abi no ha llamado?—Pregunta Tony.—No señor, la verdad es que estoy tan desconcertado como usted, creí que estaban en parís disfrutando de su velada—Alessandro le comenta intrigado—Quizás volvió a Veneci
“…” Nos encontramos a unos metros de la catedral señor Salvatore, estamos a punto de hacer la incursión—Lorenzo hace mención por el comunicador. Excelente, realmente increíble Lorenzo, quiero que le enseñen a ese maldito quien es el jefe de jefes y así tu familia se salvara—Hace un silencio corto— Otra cosa, no quiero que seas tú quien mate al chico, quiero que sea ella ¿Esta claro?—Lorenzo y Rosseti intercambian miradas incomodas— Dije ¿que si está claro? —Sí, sí, lo siento señor, llevaremos a cabo el plan sin inconvenientes—Lorenzo corta y guarda el comunicador —Sígueme, es por aquí—Rosseti lo adentra por una maleza alrededor de los muros de la catedral, hasta encontrar una pequeña puerta. — ¿Qué es esto? — Pregunta Lorenzo impresionado— ¿Desde hace cuánto esta esto aquí? — ¿No lo sabias?—Abi enarca su ceja — Es uno de los tres parajes secretos de la catedral, en los tiempos de más tensión con el señor Salvatore, me dedique a recorrer tanto este lugar que accidentalmente los en