Acercarse a Eva fue de mucha utilidad, ahora sabía que tenía un poderoso enemigo oculto, debía cuidarse de Gabriel Galeano, ya fuera como Antón o como Mario, en cuanto al padre de Ana, ya buscaría la manera de hacerle pagar lo que había hecho.Regresó a la oficina, estaba decidido a hablar con Ana y decirle la verdad de una vez por todas, no quería más mentiras y dudas entre ellos.—Hola bonita.—¿Me hablas a mí? —Volteó a verlo molesta.—No veo a nadie más por aquí.—¿Qué quieres?—Necesitamos hablar, han pasado muchas cosas.—Dime, te escucho.—He empezado a recordar muchas cosas, no te miento que en algún momento pensé que quizás tú habías tenido que ver con el atentado del yate.—¿Y qué ganaría yo con eso?—No me puedes negar que parecía bastante raro que fueras la heredera absoluta de mis bienes y de los de Julio.—Yo no se los pedí, lo hicieron porque quisieron hacerlo.—Ahora lo sé, por cierto, ¿cómo es tu relación con tu padre?—Tiene años que no lo veo, ni quiero hacerlo—Me,
—Será mejor que hablen de una buena vez, ¿Quién los envió? Si llega el jefe y ustedes no han hablado será mucho peor.—Púdrete. —Fue la contestación de uno de aquellos hombres, quién escupió sobre quien lo interrogaba—Imbécil, te lo advertí, el jefe ha llegado, no tendrá piedad de ti.Antón bajó del auto que había estacionado dentro de la bodega, con un aura imponente, quizás hasta tétrica por la furia qué sentía, se acercó hasta donde aquellos hombres estaban.Se les quedó viendo con desprecio, se habían atrevido a poner en riesgo a su familia, eso no podría perdonarlo.—Así que estos son, han cometido un grave error al acercarse a mi familia.—Muy pronto el jefe se deshará de ustedes, eso se lo aseguro.Se escuchó un fuerte golpe, la cabeza de aquel hombre se movió hacia un lado por el impacto, ¿Quién es tu jefe? ¿Por qué te ha enviado?Los otros hombres atados permanecían en silencio.—Puedes hacerlo que quieras, ninguno de nosotros te dirá nada, preferimos morir a que el jefe mat
Un empleado llamó a seguridad, llegaron en ese momento.—Acompáñenme a la puerta, señoritas. —Dijo uno de los guardias acercándose a ellas.—No se atreva a tocarme, aléjese.—Está de más decir que estás mujeres tienen prohibida la entrada a esta empresa. —Antón se sentía furioso, había actuado mal al utilizar a Eva, pero no permitiría que insultaran a Ana.—Recuerda bien lo que te he dicho Ana Moreno. —Gritó furiosa Eva mientras era llevada a la salida por los guardias.Alondra fulminó con la mirada a su hermana, la odiaba desde pequeñas, no podía evitarlo.Quizá porque su madre así la había enseñado, no tenía por qué querer a Ana, la mujer jamás les permitió jugar juntas ni un solo momento.Alondra creció deseando lo poco que tenía su hermana, aunque lo que ella tenía era mucho mejor, era lo que había ocurrido con León Ferreira, el simple hecho de saber que Ana lo amaba, hizo que lo quisiera para ellaCuando las dos mujeres ya no estaban, Ana se sentó, se quedó en silencio durante un
Cuando llegaron a la villa, sus hijos ya estaban dormidos.—No me gusta no estar con ellos a la hora que se duermen, no los veo en todo el día, cuando ceno con ellos o les cuento historias, siento que los compenso un poco.—Son unos niños muy inteligentes, estoy seguro de que ellos comprenden.Mientras tanto, Alondra se encontraba en la casa de León, él nunca la invitaba a visitarlo, pero ella siempre lo hacía.—Alondra, creo que es mejor que vayas a casa con tus padres.—Me quiero quedar contigo Leon, tiene tiempo que ni siquiera quieres tocarme, llevamos años de novios y ni siquiera conozco el interior de tu habitación.—No Alondra, quiero que te vayas, si te quedas, ¿Qué crees que pensara mi madre?—Lo que pensaría de cualquier pareja de enamorados, no sería nada del otro mundo.—¿Es en serio? ¿Tan poco te importa tu reputación?—Leon, yo te amo, ahora que recuerdo creo que tú nunca me has dicho lo que sientes por mí.—No es el momento Alondra, quiero descansar, me tengo que levant
Javi se sorprendió ante aquello, se retiró lentamente, no quería que Laura se sintiera mal por aquello.—Javi, lo siento yo...—No te preocupes Laura, ¿Te parece si seguimos lo que estábamos? Haremos cómo que nada ha pasado, ¿Estás de acuerdo?—Sí, lo siento.En ese momento la enfermera regresó con los folletos.—Ya puedes ponerte la blusa.El resto de la consulta prosiguió de manera normal, Laura se sentía muy apenada, sobre todo porque notó que a él no le importo ni un poco el beso.—Aquí en el folleto están anotados los tamaños y los tipos de implantes, al igual que los costos, cuando lo hayas decidido debes llamar para quedar otra cita, en esta receta te anote los exámenes necesarios de rutina, cuando saques la próxima cita los traes y programaremos la fecha de la cirugía, ¿Te parece?—Perfecto, entonces hasta luego.La chica salió de ahí sonrojada, Javi la siguió con la mirada mientras se alejaba, se tocó los labios, parecía ser qué aquel beso no le había sido tan indiferente des
Minutos después Gabriel bajó, el gran sillón que estaba frente a la gran pantalla se convertía en una gran cama gigante, Eva colocó varios almohadones, ella se acostó al medio. La película provocó algunos gritos de las chicas, Gabriel las observaba divertido, ¿Cómo podían temer algo con tan malos efectos? Las chicas se quedaron dormidas a la mitad de la segunda película, Gabriel las cubrió con una manta, no sin antes observar las maravillosas piernas de Alondra, después se retiró a su habitación, no quería cometer una tontería con su hija a un lado. Gabriel salió de la mansión muy temprano, las chicas aún dormían, ya tendría tiempo después para conquistar a esa preciosa muñeca, necesitaba crear un buen plan para cumplir la orden de su jefe, se vería con Thomas en una casa de seguridad fuera de la ciudad. Cuando llegó ya Thomas estaba ahí, acompañado por dos de sus guardaespaldas. —¿Qué es lo que vamos a hacer Gabriel? La situación con el jefe se nos está saliendo de las manos, de
— No, no, esta no es la manera de morir para un hombre como yo.Grito Gabriel desesperado cuando vio qué su jefe tomaba aquel cuchillo y se dirigía hacia él.—¿Están dispuestos a hacer lo que sea con tal de conservar su vida?Preguntó el malvado hombre.— Sí, haré lo que sea, lo que me pida jefe. — Contestó Thomas, el cobarde hombre se había hecho en los pantalones.— Yo también señor, tengo mucho aún porque vivir. — Gabriel temblaba de miedo, nada más al imaginar lo que haría su jefe con aquel cuchillo.—Está bien, les daré otra oportunidad, pero a cambio deberán entregarme a sus hijas, uno de mis socios árabes me ha pedido dos españolas bonitas para integrarlas en su harem, ustedes dicen si aceptan el trato, su vida a cambio de ellas, además quiero su completa lealtad.Gabriel y Thomas callaron por un momento, amaban a sus hijas, pero querían seguir viviendo.—Está bien acepto. — El primero en contestar fue Gabriel.—Yo también acepto.—Ja, ja, ja. —La tétrica risa del Escorpión se
Ana se da cuenta de que las cosas en Sicilia son muy diferentes, Antón está muy metido en su papel de Mario, desde que llegaron viste diferente estilo, es muy formal, ahora solo lo ha visto vestido con trajes en color negro. Al revisar el vestidor se da cuenta de que eso es lo único que hay ahí, trajes hechos a la medida, todos en ese color, los zapatos, y sombreros son todos en ese color, hasta asombrada, lo único que cambia un poco son las corbatas, qué son combinadas algunas con colores grises de diferentes tonalidades. — ¡Vaya! Si este se me ha vuelto un cuervo aquí. — Exclamó sorprendida Ana. Más tarde, bajo con sus hijos, ya todos estaban en la mesa, Mario acababa de llegar, sonrío al verla. —Buenos días, preciosa, qué bien que ya hayas despertado, cuando me fui estabas profundamente dormida. —Buenos días, amor, la verdad no me di cuenta cuando te fuiste, me he sentido muy agotada, todos estos eventos han sido tremendamente estresantes. — Te entiendo perfectamente, pero aqu