Javi se sorprendió ante aquello, se retiró lentamente, no quería que Laura se sintiera mal por aquello.—Javi, lo siento yo...—No te preocupes Laura, ¿Te parece si seguimos lo que estábamos? Haremos cómo que nada ha pasado, ¿Estás de acuerdo?—Sí, lo siento.En ese momento la enfermera regresó con los folletos.—Ya puedes ponerte la blusa.El resto de la consulta prosiguió de manera normal, Laura se sentía muy apenada, sobre todo porque notó que a él no le importo ni un poco el beso.—Aquí en el folleto están anotados los tamaños y los tipos de implantes, al igual que los costos, cuando lo hayas decidido debes llamar para quedar otra cita, en esta receta te anote los exámenes necesarios de rutina, cuando saques la próxima cita los traes y programaremos la fecha de la cirugía, ¿Te parece?—Perfecto, entonces hasta luego.La chica salió de ahí sonrojada, Javi la siguió con la mirada mientras se alejaba, se tocó los labios, parecía ser qué aquel beso no le había sido tan indiferente des
Minutos después Gabriel bajó, el gran sillón que estaba frente a la gran pantalla se convertía en una gran cama gigante, Eva colocó varios almohadones, ella se acostó al medio. La película provocó algunos gritos de las chicas, Gabriel las observaba divertido, ¿Cómo podían temer algo con tan malos efectos? Las chicas se quedaron dormidas a la mitad de la segunda película, Gabriel las cubrió con una manta, no sin antes observar las maravillosas piernas de Alondra, después se retiró a su habitación, no quería cometer una tontería con su hija a un lado. Gabriel salió de la mansión muy temprano, las chicas aún dormían, ya tendría tiempo después para conquistar a esa preciosa muñeca, necesitaba crear un buen plan para cumplir la orden de su jefe, se vería con Thomas en una casa de seguridad fuera de la ciudad. Cuando llegó ya Thomas estaba ahí, acompañado por dos de sus guardaespaldas. —¿Qué es lo que vamos a hacer Gabriel? La situación con el jefe se nos está saliendo de las manos, de
— No, no, esta no es la manera de morir para un hombre como yo.Grito Gabriel desesperado cuando vio qué su jefe tomaba aquel cuchillo y se dirigía hacia él.—¿Están dispuestos a hacer lo que sea con tal de conservar su vida?Preguntó el malvado hombre.— Sí, haré lo que sea, lo que me pida jefe. — Contestó Thomas, el cobarde hombre se había hecho en los pantalones.— Yo también señor, tengo mucho aún porque vivir. — Gabriel temblaba de miedo, nada más al imaginar lo que haría su jefe con aquel cuchillo.—Está bien, les daré otra oportunidad, pero a cambio deberán entregarme a sus hijas, uno de mis socios árabes me ha pedido dos españolas bonitas para integrarlas en su harem, ustedes dicen si aceptan el trato, su vida a cambio de ellas, además quiero su completa lealtad.Gabriel y Thomas callaron por un momento, amaban a sus hijas, pero querían seguir viviendo.—Está bien acepto. — El primero en contestar fue Gabriel.—Yo también acepto.—Ja, ja, ja. —La tétrica risa del Escorpión se
Ana se da cuenta de que las cosas en Sicilia son muy diferentes, Antón está muy metido en su papel de Mario, desde que llegaron viste diferente estilo, es muy formal, ahora solo lo ha visto vestido con trajes en color negro. Al revisar el vestidor se da cuenta de que eso es lo único que hay ahí, trajes hechos a la medida, todos en ese color, los zapatos, y sombreros son todos en ese color, hasta asombrada, lo único que cambia un poco son las corbatas, qué son combinadas algunas con colores grises de diferentes tonalidades. — ¡Vaya! Si este se me ha vuelto un cuervo aquí. — Exclamó sorprendida Ana. Más tarde, bajo con sus hijos, ya todos estaban en la mesa, Mario acababa de llegar, sonrío al verla. —Buenos días, preciosa, qué bien que ya hayas despertado, cuando me fui estabas profundamente dormida. —Buenos días, amor, la verdad no me di cuenta cuando te fuiste, me he sentido muy agotada, todos estos eventos han sido tremendamente estresantes. — Te entiendo perfectamente, pero aqu
Ana pudo darse cuenta enseguida del desprecio con el que la veía aquella mujer.—El gusto es mío.Dijo por educación, aunque esa mujer a ella tampoco le agradó.—Mario y yo tenemos una excelente relación, es más, hasta, hace un año estábamos comprometidos, el tío Enrico hubiera sido feliz con nuestra unión.Ana se quedó estupefacta, Mario no le había contado nada de eso, ahora entendía la actitud de que ya mujer hacia ella, intentó sonreír para no demostrarle aquella mujer lo que sus palabras estaban provocando.Mario, por su parte, sentía un sudor frío recorrer su frente.—Este hombre es un amor, detallista como pocos, espero que sea así también contigo.—Lo es, ¿Verdad, amor?Ana quería fulminar con la mirada a Mario, ese hombre detallista, ella no lo conocía.—Bueno, los dejo por un momento, iré a saludar a mis otros invitados.La mujer sonriendo cínicamente.—¿Con qué muy detallista?—Nunca le envié a esa mujer ni un solo ramo de flores, Enrico le pidió a Vitto qué se encargará de
Gabriel guardó silencio por un instante, creyó que quizás su jefe no hablaba en serio, que solo lo había dicho para asustarlos, eran varios años sirviéndole, no entendía por qué les hacía eso, por fin pudo contestar con la voz quebrada.—Está bien jefe, hablaré con Thomás para que su hija esté listaEl escorpión negro cortó la llamada, en su rostro se dibujaba una macabra sonrisa.Gabriel no pudo evitar llorar, era un hombre cruel, pero amaba a su hija, quizá ese era un merecido castigo por todas sus terribles acciones, en ese momento llamó a Thomás.—Thomás, el momento ha llegado.—No entiendo, ¿A qué te refieres?—El jefe llamó, está de viaje, regresa en unos días, quiere que en cuanto llegue le entreguemos a nuestras hijas.Thomás palideció, jamás le entregaría a Alondra, pero de no cumplir los mataría a todos, pensó en entregarle a Ana, él había dicho que le entregará a su hija, pero no específico a cuál.Después desechó esa idea, recordó que el escorpión negro quería a Ana para é
—Papá, necesito que me ayudes, esa mujer, la tal Ana, estorba a nuestros planes, sabes que siempre he deseado la fortuna Dubedetti y no es justo que sea para ella y esos niños, además si me caso con Mario nos daría mucho más poder, seríamos respetados sobre cualquiera.—Lo sé, hija, pero dudo que Mario regrese contigo, tuviste tu oportunidad y la arruinaste—No quiero recordar el pasado, me importa solo mi presente y mi futuro, quiero que Mario esté en el, tú encárgate de esa mujer y yo me encargaré de conquistarlo.—Lo intentaré, hija, pero no te aseguro nada, por si no te has dado cuenta, los mantiene con excesiva vigilancia.—Los cuida como obtuvieran gran valor.—Pues será que para él lo tienen, aunque a nosotros no nos guste.—Tal vez, contestó con desagrado.Elena era una mujer muy bella, pero excesivamente caprichosa y ambiciosa, que estaba acostumbrada a conseguir lo que quería sin importe dañar a otras personas.Enrico se había empeñado en casar a Mario con ella, quería unir
La perversa mujer sonrió ante aquella idea, Dido le había contado que había llevado a Ana a la mansión Dubedetti, le parecía una mujer muy bella, así que buscaría la manera de hacer que sin saberlo, Dido la ayudara a cumplir su plan, de todas maneras por ser hombre, el castigo no sería tan duro para él, como para ella.Mario tendría que ser muy listo para poder mantener a su familia a salvo, conocía muy bien a Elena, sabía lo que la caprichosa mujer era capaz de hacer.En la isla, Eva y Alondra fueron bien recibidas por las otras mujeres, por la noche las llevaron a un enorme y lujoso baño, la tina estaba llena con agua tibia, vertieron en ella pétalos de rosas en diferentes colores, después el contenido de una pequeña botella, el aroma que adquirió el agua invadió sus fosas nasales.Las mujeres que hacían todo aquello hablaban un extraño idioma, no podían entender lo que decían, era obvió que no hablaban inglés, mediante señas les dieron a entender que debían quitarse la ropa y entra