Ana esperaba a Antón para ir por los gemelos, se sentía mal por engañarlo de esa manera, vio que el auto se acercaba y salió hasta la entrada, ella caminó hacia él.—Buena tarde, señor Mondragón.—Ahora soy el señor Mondragón, creo que es para despistar que me has visto desnudo.—Antónnn calla por favor.—Ja, ja, ja, te ves tan adorable cuando te sonrojas.Al llegar al colegio, dos pequeños huracanes salieron corriendo.—Papá acudir al colegio es lo más genial del mundo.—Sí, papi, aquí hay muchas niñas con las que puedo jugar.Antón sonrió al ver tan felices a sus hijos.—Anaaa has venido.Los pequeños se acercaron para abrazarla.—¿Qué les parece si de camino a casa vamos por un helado?—Helado Siiii.—Ja, ja, ja, vamos.Pasaron una tarde muy agradable, Antón se daba cuenta de que cuando estaba Ana, los gemelos se olvidaban de Aldo.Todo iba muy bien hasta que apareció una furiosa Eva, los había visto de casualidad al pasar por ahí.—Esto es más de lo que puedo permitir. —Se fue sob
Eva se acercó, se le quedó viendo fijamente a los ojos, después de esto le soltó tremendo golpe en la cara.—Eso es por burlarte de mí, desde ahora Antón Mondragón soy tu enemiga declarada.Antón no contestó, solo coloco su mano sobre la mejilla que había sido golpeada, mientras la veía alejarse.—Bien, dicen que no hay peor veneno que el de una mujer despechada, así que será mejor que cuide a Ana. —Se quedó ahí pensando, tomó en teléfono para llamar a Ana.—Aló. —Escuchó su dulce voz, hacerlo le encantaba.—Ana, amor. —Ella lo escuchó mientras su corazón latía de prisa, era la primera vez que la llamaba así.—¿Qué pasa? Te escucho emocionado.—Por fin he roto mi compromiso con Eva, ahora nada impedirá que estemos juntos, quiero verte, necesitamos celebrar.—¿Podrías pasar por mí a la oficina?—Por supuesto.—Pero sería en dos horas, ahora tendré una reunión muy importante.—En dos horas estaré ahí, sin falta.Eva llegó a su casa, Gabriel la noto extraña, tenía mal aspecto, se notaba
Ana no se sentía lista para contarle a Antón algo tan delicado, tenía miedo, ¿Y si la rechazaba después de saberlo?—¿Estás bien?—Sí.—Te siento ausente.—Cosas de la empresa.—Sabes que puedes pedirme ayuda en lo que necesites.—Gracias.—Ahora que recuerdo, me contaste que Eva tiene contrato con tu empresa, espero que no tengas problemas por eso.—Yo también lo espero, es un contrato de exclusividad que firmó con mi padre, entra en vigor en unos meses, veré la manera de cancelarlo, quizá pueda no hacer válidos los contratos que con él se han firmado.Al llegar, subieron para acostar a los gemelos, después de eso, Antón le volvió a pedir que se quedara a su lado.—Quédate aquí conmigo, mis hijos están felices con tu presencia en sus vidas.—Sería mal visto.—¿Y qué más da? Solo importamos nosotros.—Espera, le avisaré a mi madrina, le diré que me quedaré con Laura.—¿Te llevas muy bien con esa chica?—Ella y Alba son mis mejores amigas, nos conocemos desde pequeñas.Él ya no dijo na
Cuando ya estaba por salir, Eva entró en la oficina. —Necesito hablar contigo, Antón, es urgente. —Di lo que tengas que decir y vete. —A solas. —Sandra volteó a ver a Antón él con un gesto, le indicó que saliera, salió llevando a los niños con ella. —¿Qué es lo que quieres? ——Entregarte esto, creo que ya se ha burlado de ti lo suficiente. —Enseguida extendió el sobre hacia él. Antón dudó un momento, después abrió el sobre, cuando vio su contenido no podía creer aquello, sintió una mezcla de sorpresa y furia, por su rostro pasaron mil colores, no era un hombre que acostumbrar a llorar, pero en ese momento no pudo evitar que las lágrimas salieran. —¿Cómo sé que no es una sucia treta? —Preguntó esperanzado. —Dentro viene una USB con los videos, si no crees en mí enfréntala, a ver si se atreve a mentirte, yo no me atrevería a engañarte de nuevo. En aquellas fotos se podía ver a Aldo llegar hasta la casa de Ana, las personas que tomó las fotos había logrado grabarla al interior de
—¿Hasta cuándo podré sacarte de mi mente? —Se preguntó Antón, le parecía verla en todas partes.—Pasarán una por una al centro, harán su número, después el jefe dirá quienes son las que se quedan, empiecen.Las chicas fueron pasando una a una, Antón permanecía impasible observando mientras bebía una copa tras otra, cuando tocó el turno a la chica que se parecía a Ana, la chica comenzó a moverse sensualmente al ritmo de la música, era un ritmo lento, poco a poco fue quitándose la ropa.Antón indicó a los demás que salieran, quería que lo dejaran solo con la chica, el encargado del bar sonrió.—Sabía que el jefe volvería tarde o temprano a ser como antes, ahora recuperará el respeto y el poder que había perdido desde que nacieron sus hijos.Dentro del privado, la chica continuaba, se acercó a él mientras sonreía, empezó a acariciarlo, Antón cerró los ojos, quería imaginarse que esa chica era Ana, que ella era quien lo acariciaba.De un momento a otro cambió su semblante, aquella chica n
Ella reconoció aquella boca, podría reconocerlo, aun con los ojos cerrados, quizá fue por el efecto del alcohol que había tomado, sin pensarlo correspondió a aquel beso, en aquellas caricias dejaron salir todos sus sentimientos.Antón la poseyó de una manera agresiva, quería que sintiera, que se diera cuenta de que en los brazos de Cáceres no podía sentir lo que él estaba sintiendo.Se encargó de dejar marcas en su cuerpo, desde su cuello hasta sus pechos, así cuando Julio la acariciara se daría cuenta de que había estado con él, poco después solo gemidos salían de aquella habitación.Cuando se sintió satisfecho, Antón se levantó y tomó su ropa para vestirse, después encendió la luz, la observó desnuda sobre la cama, Ana se sintió expuesta ante esa mirada penetrante y fría.Él sonrió de manera perversa, sacó su cartera para después aventar sobre ella varios billetes.—Espero que eso sea suficiente para pagar tus servicios, podría darte más, pero sinceramente creo que no lo vales, desp
—¿Pasa algo Laura? —Preguntó extrañado. —No nada, bueno sí, me preguntaba si podrías algún día salir a tomar un café conmigo. —Lo siento mucho, en verdad que me gustaría, pero tengo doble turno y mi poco tiempo libre lo aprovecho para dormir. —Lo entiendo. —Laura se sintió mal de que la rechazará, quizá ya había alguna chica en su vida, Javi se despidió de ella para hacer su ronda. En la habitación, Julio se desvivía en atenciones hacia Ana, ella sonreía ante sus ocurrencias, no sabían que eran observados a través de una cámara colocada el uno de los jarrones frente a la cama, desde ahí podía verse toda la habitación. A Antón no le agradaba ver cómo se comportaba Julio con Ana, tampoco que ella sonriera de esa manera cuando estaba con él, hasta hace poco esas sonrisas eran solo para él. —Ahora pequeña, es hora de comer. —Dijo Julio mientras tomaba la cuchara y acercaba la comida a la boca de Ana. Ana sonrió antes de abrir la boca para recibir la comida, después ella dijo algo qu
Ana no tenía ni idea de quién era realmente el hombre con quien iba a casarse, Julio era astuto, sabía ocultar muy bien sus verdaderas intenciones, poco después se despidió de Ana, al salir se dirigió enseguida hasta un conocido hotel, subió directo a una suite.Al abrir la puerta fue recibido por una hermosa mujer, esa mujer era Eva Galeano.Siete meses antes.Eva había visto a Julio al salir del Corporativo Villalba, cuando salía con su madre, él también se fijó en la bella chica, Eva acompañó a su madre al auto, después regresó, se sentó en el lobby de la empresa y espero hasta que Julio bajó.—Hola.—Hola guapo, te parece si tomamos una copa. —Eva prefería ser docente y no andar con rodeos, Julio sonrió y aceptó enseguida, le pidió que saliera ella primero, era demasiado riesgo si Ana los veía.Poco después en un bar estaban algo pasados de copas, Ana era hermosa, pero demasiado fría, en cambio, Eva con su comportamiento prometía diversión.Terminaron en la habitación de un hotel,