Eva fingía dormir, mientras lo hacía, su mente se perdía en los dolorosos recuerdos del pasado. Su mente viajaba al día donde todo se fue por la borda, ese maldito día en donde su relativamente tranquila vida cambio para siempre.
Aquellos recuerdos le llegaban uno por uno, como ecos del pasado, ecos del día en que todo comenzó bien, pero acabo terriblemente mal.
--- Eva Díaz, 6 años atrás ---
La mañana estaba soleada, Eva recién se levantaba, eran las 6:00 am y ya el sol se colaba por las cortinas como si de un ladrón se tratase. Eva entró al baño, tomó un baño caliente, era sábado, en teoría no había escuela, pero hoy debía ir a prácticas en el laboratorio de ciencias.
Hoy en específico, hoy, si quería salir huyendo, no tenía ánimos de quedarse en casa, la razón era extraña, pero válida, su media hermana, Sofía Díaz, había llegado a casa de los Monroy y venía a “visitar a Eva”.
A Sofía, al igual que a su madre, no le agradaba la existencia de Eva, a pesar de que la chica formaba parte de esa familia, a su padre poco le importaba. Eva, más que nadie, sabía que Sofía, por alguna razón, sin sentido, la odiaba.
Sofía había alegado que estaba aquí por Eva, decía que quería tener un acercamiento con ella.
Al ser Eva, su hermana, y apelar a que quería acercarse a ella, le funcionó; sin embargo, la realidad era completamente diferente. Lo que realmente Sofía Díaz quería era estar cerca de Demian Monroy, quien lo había visto en las revistas de sociales y él pintaba para ser el hombre perfecto para cualquier mujer.
Si algo le había enseñado su madre, es que debía conseguir un buen partido para catapultar su vida a un futuro próspero.
De algún modo, Demian había entrado en su cabeza y, a sabiendas de que Eva vivía en la misma casa donde Demian, el que sus padres fuesen a venir a México, significó una muy buena oportunidad para acercarse a aquel encantador caballero.
Haciendo uso del recurso de su lazo de sangre con Eva, ella aprovecharía para entrar a esa casa, conocerle un poco y, ¿Por qué no?, tratar de acercársele para conquistarlo.
Sofía Díaz era una adolescente con cuerpo de mujer, cualquier hombre la admiraba por su belleza. Su madre agradecía la tan buena genética que tenía, ya que aquello le estaba abriendo las puertas en París desde los 14 años. Todo apuntaba a que tendría una carrera exitosa como modelo en grandes pasarelas.
Todo el camino a la escuela, Eva sentía una gran opresión en el pecho, aquella la acompañó durante todo el tiempo que estuvo en el colegio.
Por otro lado, Sofía, quien se tomaba muy en serio el mantenerse relajada, se levantó pasado el mediodía, su habitación estaba al lado de la de Eva, así lo había dispuesto Martina Monroy con la falsa idea de que ella y Eva hicieran migas.
Aquello estaba muy alejado de la realidad, Sofía solo quería estar cerca de Demian, aunque el plan no le resulto del todo, ya que Demian pasaría el fin de semana fuera en un viaje de negocios.
Sofía, desilusionada por la ausencia de aquel joven y sin nada que hacer con aquella casa vacía, se dedicó a merodear por la sala, los jardines y, ya en un aburrimiento total, entró a curiosear a la habitación de Eva.
- Bien, veamos qué cosas tiene la idiota de Eva… ¡Vaya! – Dijo ella en voz alta, al repasar con la mirada la habitación de su hermana. – ¡Esta idiota vive bastante bien!
Sofía sintió un poco de envidia al ver aquella alcoba, la cual era digna de una joven de casi 18 años. Eva no era vanidosa, pero si se arreglaba, tenía una variedad de cosméticos y accesorios, si bien, Sofía la había visto algunas veces cuando venían a México, ella no había tenido oportunidad de verla arreglada.
Cuando comenzó a curiosear la habitación, se topó con algo que no debía, era algo muy íntimo, algo que, en las manos equivocadas, bien podría meter en problemas a Eva, aquello era su diario.
Aquel cuaderno de muchas hojas no necesitaba llave, nadie en teoría debía curiosear sus cosas, nadie excepto, Sofía, su hermana.
- ¡Vaya! ¡Vaya! Es decir, que la idiota es de aquellas que escriben sus estupideces en libritos como estos… Vamos a ver la sarta de estupideces que escribes, querida hermanita… Seguro tu vida aburrida me dará sueño, pero igual y encuentro, algo que me ayude a saber qué le gusta a mi Demian.
Estaba de más que Sofía, no tenía buenas intenciones con su hermana, su madre le había inculcado un odio desmedido hacia Eva, todo a raíz de quién había sido la madre de la chica y las razones por las que Esther Reyes tuvo que ser la segunda esposa de su marido.
Conforme fue devorando las páginas de aquel diario, todo lo que el inocente corazón de su hermana había plasmado, fue saliendo a la luz.
Sofía, conforme iba leyendo, se daba cuenta de que se mencionaba a un chico guapo que la trataba como reina, que la quería y amaba, pero por más que lo intentara, los dos no podrían estar juntos, sus familiares nunca se los permitirían, por lo que ese romance solo se desarrollaba en su mente.
En el diario no mencionaba nombres, pero sí estaban bien plasmadas las aventuras de su hermana con aquel joven, vacaciones, días festivos, cumpleaños, momentos únicos…
Todo era un cuento, un sueño, uno que la propia Sofía comenzó a envidiar, ahí, fue donde se preguntó de quién podría tratarse, hasta donde sabía, Eva no tenía novio, era una chica aburrida que solo iba de la escuela a su casa, ¿Cómo demonios podría tener una relación secreta si nunca salía?
Conforme avanzaban las páginas, no tuvo que ser muy lista para darse cuenta de quién se trataba, no tenía que ser muy lista para caer en la cuenta de que, aquel joven de ojos marrones oscuros, grandes y expresivos, alto y de figura atlética, era nada más y nada menos que Demian Monroy.
Sofía soltó un gritito e inmediatamente se llevó las manos a la boca, tratando de cubrirla para no ser escuchada por el personal de servicio. Al hacer aquello, dejo caer el libro al suelo, del cual salió una fotografía de Eva y Demian juntos.En aquella foto tanto Eva como Demian llevaban ropa de playa, el pecho de aquel hombre estaba descubierto, la abrazaba de manera tan íntima, Sofía dejo volar su imaginación.Una oleada de celos, coraje, ira y frustración, la invadieron, Eva estaba enamorada de Demian al igual que ella, su hermana le llevaba ventaja, bastaba con ver aquella foto.Pero una idea cruzo por su mente, algo era cierto de todo lo escrito ahí, entre ellos dos no podía haber nada, técnicamente eran…- ¡HERMANOS! - Grito la chica al continuar leyendo como era que la fantasía que vivía Eva no era tan fantasiosa como ella describía.Sofía se sentía evidentemente molesta, molesta, era poco, furiosa, era el término correcto. Ella ya tenía todo un plan de vida a lado de Demian,
En la cena, Eva no tenía apetito, a pesar de que toda la mesa estaba llena de sus comidas favoritas. Tenía que admitir que Melissa y Demian eran una pareja perfecta, ni siquiera pudo fingir una sonrisa cuando vio la forma en que Demian cuidaba a Melissa.- Eva ¿Volviste a México como viaje de graduación? ¿Regresarás a Boston para trabajar en el futuro? - Martina preguntó con gran interés.- ¡Quiero quedarme en México! – Dijo Eva con sinceridad.Martina la miró con sorpresa y luego miró a Demian.- No te había escuchado mencionarlo, ¿Por qué es tan repentino? – Dijo Martina un tanto sorprendida y sin ocultar aquello.Eva capturó con precisión este momento y los cambios de emociones en los rostros de todos, incluso el de Melissa.- ¿Puedo quedarme en México? - Preguntó en lugar de responder a la cuestión de Martina.Toda la mesa estaba en silencio, Eva sabía que aquí nadie esperaba realmente que ella regresara.- ¿Cómo está tu amiga? ¿Necesitas mi ayuda? – Preguntó Demian rompiendo el i
A la mañana siguiente, casi sin poder cerrar el ojo durante toda la noche y con el corazón roto, cuidadosamente, Eva salió apresuradamente de casa de sus padres, dejando avisado que iría a ver a su amiga al hospital.Luego de escuchar la conversación de ayer, tenía nulas ganas de permanecer ahí, aún tenía mucho que pensar, no era millonaria, pero bien tendría que pensar en un lugar donde permanecer, donde convertirlo de ahora en adelante, en su lugar seguro, en su hogar.Minutos después de tomar un taxi de aplicación, llego al hospital, solo para encontrar a una Sara completamente despierta y furiosa. Aunque Sara al verla quería lucir solemne y tranquila, era evidente que no lo estaba, la llamada que estaba atendiendo se lo demostraba.- ¿Cómo pudo hacer esto? - Dijo Sara enfadada - Ha copiado nuestro nuevo producto y está discutiendo inversión con la empresa Mendoza.La empresa Mendoza es una empresa con la que estaba hablando de cooperar antes de enfermarme, pero ahora él me la va a
Alejandro Mendoza era un economista seguro de sí mismo, ambicioso y con una gran habilidad para manipular las circunstancias a su favor y, aunque su fachada denota su extrema confianza. El hombre que parecía ser intocable e inalcanzable poseía una profunda humanidad detrás de aquella imagen de éxitoAlejandro y Demian eran amigos desde que estaban en pañales, pero aunque eran amigos, ambos eran completa y absolutamente diferentes.El hombre se había percatado de la presencia de Eva Díaz cuando miro por el amplio ventanal mientras estaba reunido con Mark Thomson, el hombre al verla, sonrió y por dentro se preguntó de la razón de su presencia, por lo que sin que Mark lo notara, el hombre había accedido a las cámaras de recepción.Mark Thompson se había presentado ante él, ofreciendo varios beneficios si Alejandro desistía de su acuerdo con Sara y se pasaba al “equipo ganador”. Incluso para Alejandro aquella acción se le hacía repudiable, pero no lo expresaba al instante.Una vez que Ale
- ¡Mamita hermosa! ¡Mamita! ¡No me dejes! – Sollozaba entre sueños la pequeña Eva.La pequeña niña estaba teniendo una pesadilla, desde que tenía uso de razón, Eva podía ver a su madre entre sueños, despertar a la niñera entre sollozos y lágrimas, era algo habitual en esa enorme y solitaria mansión.- ¡Maldita niña! ¡Cállate! ¡Déjame dormir!La madre de Eva había muerto de cáncer en la matriz, cuando la niña tenía tan solo dos años, la pequeña no contaba con recuerdos de su madre, a sus tiernos 6 años, solo tenía una foto de aquella bella mujer, la única pertenencia que le quedaba era esa vieja foto, aquella, era el único rastro de que su madre existió, eso y la propia Eva.El padre de Eva, Antonio Díaz, aquel hombre con el que la madre de la niña se había casado años atrás, jamás le había importado la existencia de su mujer. El matrimonio con Marina Carrasco había sido producto de una mala decisión, una noche de copas entre jóvenes que había salido mal.Aquello llevó a un matrimonio
Luego de 6 años, Eva descendía del taxi del Aeropuerto Internacional en México, su corazón latía desenfrenado, sus manos sudaban y temblaban.Su viaje fue repentino y no se lo contó a nadie.Sabía que regresar a México no era fácil, pero su mejor amiga, Sara Benítez, la necesitaba, más bajo las terribles circunstancias que habían hecho que esta, le llamase.Sara había sido su lugar seguro mientras estudiaron juntas la universidad, si había alguien que conocía a la perfección a Eva, esa era ella.Esta vez Eva decidió regresar a México porque Sara estaba enferma.Cuando entró en la sala del hospital, Sara estaba acostada en la cama, mucho más delgada que la última vez que se vieron. Al escuchar los pasos, Sara abrió los ojos. - Eva, por fin has vuelto, ¡Te he extrañado mucho! – Dijo Sara con lágrimas en los ojos.- ¿Qué está pasando? ¿Cuál es el diagnóstico del médico? - Eva se sintió muy desconsolada al ver el rostro demacrado de Sara.- El diagnóstico inicial del médico fue leucemia,
Sin esperarlo, sin imaginarlo, Eva estaba a punto de subir al auto, pero Demian bajó e inmediatamente la abrazó. Eva trataba de ocultar el alboroto que llevaba por dentro, si antes de tomar el avión se engañaba con la idea de que el tiempo y la distancia habían logrado borrar los sentimientos hacia Demian.Ahora, estaba completamente convencida de que eso era una verdadera estupidez, ella no lo había podido olvidar. Ella simplemente no había podido enterrar los sentimientos hacia aquel hombre tan atractivo como solo la naturaleza lo había podido crear.- ¿Cómo estás, abeja? ¿Cómo te fue en el viaje? ¿Por qué no me avisaste que venías a México? – Demian comenzó a atiborrarla con preguntas mientras no soltaba el abrazo.- No quería causarte molestias… Debes tener mucho trabajo y, pues, no es bueno que dejes la oficina, así como así… - Dijo la chica basándose en la única idea que se le venía a la mente.- ¡Anda! Te esperan en casa, mamá y papá, han preparado una deliciosa cena como bienv