Al salir del almacén por el que Lyall se había dedicado a guiarnos buscando la mejor forma de llegar al exterior, finalmente tras atravesar la única puerta que nos mantenía por el momento a las sombras, no muy bien nos escabullimos pudimos llegar a contemplar la fachada trasera de la casa Lombardi. Aquel hombre y yo, teniendo conocimiento de las artimañas de las cuales aquellos cuatro demonios toman partido para ganar sus batallas, intentando resguardarnos del peligro en silencio y con cuidado probamos atravesar el jardín trasero, lugar en donde se encontraba aquel depósito oculto queriendo llegar hasta la puerta más cercana. En este caso sería una puerta posterior oculta dentro de la misma pared que permitía el acceso hasta el interior de la residencia sin tanta obviedad. Para suerte nuestra la puerta se encontraba aun en buen estado, los hombres de los alfas no habían destruido nada próximo a ella cosa que hizo algo aún más sencillo el ingresar a la residencia. Lyall fue el prim
¡Fuuuuuuuuu! Aliento, calma ¡Fuuuuuuuuu! Reposo, serenidad, quietud ¡Fuuuuuuuuu! Ante la paz y la tranquilidad que me otorga siempre estar en medio de la naturaleza, sentada sobre una manta, debajo de una magnolia totalmente llena de flores, acomodada encima de la hierba me encuentro casualmente disfrutando de la brisa fresca que el viento otorga a los mortales la cual de vez en cuando bate mi pelo tras su respectivo azote contra mi ser y de la tierna en tanto opaca luz del sol que ilumina el jardín en algunos momentos de la tan emblemática mansión Bastrii, tras el cielo tornarse algo gris una vez empezó a acercarse la noche. Sí, efectivamente me encuentro aquí en esta residencia, ajena a todo lo que quisiera pensar o hacer puesto que desde que llegue hace unos días a este hogar me eh vuelto prisionera dentro de sus dimensiones por orden estricta de Dominieck. Al principio, pensaba que realmente estaría solo unos pocos días y que por ende volvería tarde o temprano al ritmo de m
Escucharlo refutar aquello me hizo sentir algo tonta y me hizo dudar respecto a que, si yo estaba siendo demasiado exigente o no, pues era algo evidente de que últimamente solo me encuentro preocupada por lo que yo quiero y deseo sin importarme mucho los demás. — Quiero que me entiendas te lo pido Emma y quiero que me creeas, la persona que esta más interesada en que tu tengas libertad soy yo, pero dada las circunstancias no es algo que pueda permitirte, mi deber ahora es protegerte mientras resuelvo a algunos negocios, así que por favor obedeceme te lo pido. Al notar aquella mirada de cual niño suplicante que se había formado a lo largo de la extensión de su rostro y que era dirigida con todo interes hacía mí, no pude evitar sentir como la tensión se disipaba de mi alma cosa que casi siempre solia suceder siempre que miraba los ojos de aquel hombre, pues la capacidad que había tomado Dominieck para controlarme era cada vez mayor tanto que incluso aquel sin dudas podría doblegar m
Admirándole, mientras dejaba que una pequeña sonrisa tomara posesión de la comisura de mis labios, di ante aquel cual respuesta evidentemente algo tímida una vez agaché mi mirada.— Eso solo lo dices para hacerme sentir bien.Aquel mirando mi tan curiosa respuesta, acortando la distancia en la cual nos manteníamos, Dominieck buscó acercar con especial interés nuestros cuerpos el uno del otro, tras sujetarme con avidez de la cintura haciéndome prisionera de sus brazos, aquel me unió a su solo ser y eventualmente, tras colocar una mano debajo de mí barbilla tal hombre me obligó así a verle a los ojos.— No Emma; no hay nada que salga de mí, que te concierne a ti, que no tenga consigo una absoluta verdad, eres hermosa y eso grábatelo bien en tus pensamientos.Su voz, su solo olor y su cálida temperatura que percibía al tacto, para aquel instante poseían el toque exacto de locura y deseo capaz de embriagarme de la peor manera, pues tenerlo tan cerca hacía que sobre mi piel experimentara l
— Vamos Emma, ya hemos llegado, por favor sígueme — indicó aquel de inmediato mientras me sujetaba guiándome con sumo cuidado, por tanto, confiando en sus palabras aunque era algo incierto el propósito con que aquello contaba, hombro a hombro ambos nos adentramos al elevador y desde allí espere con paciencia llegar finalmente a donde sea que aquel me dirigía. Con suma cautela, pocos segundos después de haberse cerrado las compuertas detrás nuestra, Dominieck me hizo girar sobre mi propio eje probablemente hacía donde en algún momento estuve dando la espalda intentando así acomodarme para que al subir fuera más fácil salir de aquel elevador. A poco menos de un minuto, finalmente aquel se detuvo en tanto, ambos habiendo abandonado aquel especial espacio nos adentramos a uno nuevo interesantemente algo diferente. Dominieck ante aquello no se hizo esperar pues la emoción no se lo permitía, de modo que me hizo avanzar un poco hacia el frente dando no más que algunos diez pasos y habiéndo
— No, no tiene nada que ver con ello. Dominieck realmente me encanto por mucho disfrutar este momento contigo y que hayas tenido tal detalle para conmigo ha sido algo que realmente voy a apreciar el resto de mi vida. Y como si se encontrase esperando aquellas tan dichosas palabras, Dominieck comentó casi arrancandomelas de los labios las mismas que yo exclamaria — ¡Pero! ... Al notar que aquel buscaba refutar lo mismo, yo no pude evitar sonreir y así intentar darle a entender que lo que me ocurría no era parte de su responsabilidad — Pero nada, solo quiero volver a casa. La extrañeza y las dudas se dibujaron en su rostro debido a que indudablemente mis cambios de ideales e intereses no le habían sentado nada bien, pero sorprendentemente Dominieck no objeto, más en cambio guardo silencio y girándose hacía la cornisa coloco sus manos a cada lado de su pelvis y desde allí se dispuso a admirar el cielo intentando deducir probablemente algo en consecuencia de lo sucedido. Por u
(Kreiger empieza a despertar) La verdad no recuerdo la última vez que sentí tanto miedo de perder a alguien como lo he sentido hoy, verla prácticamente agonizar tras el dolor envolverla se convirtió en una de las peores imágenes que me había tocado contemplar venir de ella.Al verla así y aún peor sin poder detenerme para aquel instante, pues no había cosa que pudiera llegar a hacer más que conducir y suplicarle porque aguantara, pedirle aquello irónicamente era lo único que yo en aquellas circunstancias podía exigirle cosa que hice unas cuantas veces pensando que podríamos tener una oportunidad de llegar a casa antes de que todo empeorara.Yo al contemplarla podía incluso advertir que ella me escuchaba, era algo que fácilmente podía notar a través de sus ojos cuando en algunos momentos dirigía mi vista en su dirección y Emma quien tras escucharme buscaba observarme con suma atención, aunque se encontraba totalmente privada del habla.Ella se retorcía, aguantando los gritos desgarrad
Al abrir mis ojos, había perdido por completo la noción del tiempo y del espacio ya que para aquel instante aún me mantenía con los recuerdos muy presentes respecto a aquellos últimos instantes en los cuales aun me encontraba consciente y acomodada en el asiento del copiloto junto a Dominieck, así que al despertar al no saber dónde me encontraba me dispuse a observar todo lo que se mantenía esparcido a mi alrededor. Al hacerlo realmente no pude evitar perderme contemplando los detalles rústicos que en su interior se mantenían y que daban vida a toda aquella recamara, dándole a la misma un aire especial y algo distinguidamente atractiva, pero sin dejar de ser obvio el hecho de que no le conocía, lo que la hacía ante todo un espacio totalmente nuevo para mí. De ella de igual manera, emanaba un aroma muy característico bastante masculino, aroma que no muy bien se adentró en mi olfato hizo que de alguna manera la sangre en mis venas empezara a hervir, la energía empezó por ello a acumu