Capítulo 27 —ConfesionesNarrador:Luego de aquel encuentro, Sebastián y Janina no se habían vuelto a ver. Ruperto Mireles le había mandado llamar para discutir con él, sobre una licitación para la construcción de un parque temático en las afueras de la ciudad. Sebastián entró en la oficina con la mirada perdida, sumergida en pensamientos que lo alejaban de la realidad que le rodeaba. Su padre lo observó con el ceño fruncido desde el sillón de su escritorio.— ¿Qué demonios te pasa, Sebastián? —preguntó con el tono autoritario que le era característico, sin una pizca de preocupación. El joven empresario se detuvo en seco y giró hacia su padre, su rostro reflejaba una mezcla de frustración y desasosiego—No lo sé, papá —respondió con toda sinceridad —Todo está tan jodidamente confuso…Ruperto se puso de pie y se acercó a su hijo con paso firme, su mirada era penetrante, buscando respuestas—¿Confuso dices?, ¿qué hay de confuso en tu vida, Sebastián?, ¿acaso no tienes todo lo que neces
Capítulo 28 — sin detalles, por favorNarrador:—¿Responde Janina, ¿eso ha cambiado?Janina cerró los ojos con fuerza, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con escaparse nuevamente—Sebastián me dijo que quiere intentar tener una relación real conmigo —dijo con su voz temblando por la emoción —Quiere que nuestro matrimonio deje de ser una farsa—¿Eso dijo? — preguntó Natalia mirándola con incredulidad y sorprendida por la revelación de Janina —¿y que dijiste?, ¿aceptaste la propuesta?—No Naty —respondió Janina sacudiendo la cabeza con determinación, pero también, una mezcla de tristeza y confusión se reflejaba en sus ojos —No puedo, es que no estoy segura de ser capaz de creer en él luego de todo lo que ha pasado entre nosotros —suspiró —no sé si alguna vez llegaré a confiar en Sebastián—Te entiendo amiga —dijo Natalia asintiendo con la cabeza para mostrar su comprensión y su corazón apretado por el dolor de su amiga —Es una decisión difícil de tomar, pero tienes que hac
Capítulo 29 —lo que no fue, no fueNarrador:El día de la boda había llegado al fin. Janina se encontraba junto a Natalia en la espaciosa habitación designada para vestir a la novia, rodeada por el bullicio de la preparación de la boda. Mientras la modista de Natalia ajustaba el vestido de novia con manos expertas, Janina observaba con admiración y nerviosismo, consciente de la importancia de ese momento para su amiga.—Estás deslumbrante —exclamó Janina, con una sonrisa temblorosa en los labios, mientras ayudaba a acomodar el velo de encaje sobre los rizos oscuros de Natalia —Maxi no sabrá qué hacer cuando te vea, seguro que el muy bobo queda con la boca abierta balbuceando palabras sin sentido —bromeó tratando así de calmar el nerviosismo que reinaba en el ambiente. Natalia rió, pero sus ojos reflejaban una mezcla de nervios y ansiedad—Espero que al menos pueda decir “si acepto” —y rieron —¡Estoy tan emocionada y asustada al mismo tiempo! —Janina asintió con simpatía, compartiendo
Capítulo 30 — lo pensaréNarrador:Luego de la ceremonia, los novios, Natalia y Maximiliano, salieron del altar entre aplausos y felicitaciones, robándose toda la atención de los presentes. Como padrinos, Janina y Sebastián volvieron a tomarse del brazo para seguir a los recién casados, pero esta vez, el peso de las miradas no estaba sobre ellos. La atención de los invitados se centraba en los recién casados, lo que les brindaba un poco de alivio. Sin embargo, Janina sabía que el banquete que seguía después de la ceremonia traería consigo nuevas tensiones y desafíos. Aunque por un momento pudieran sentirse liberados del escrutinio público, la situación entre ellos seguía siendo complicada y llena de incertidumbre. Cada paso hacia el banquete, Janina se preparaba para enfrentar una nueva fase de la noche, llena de desafíos y dilemas personales. Finalmente salieron de la iglesia, en medio de una atmosfera cargada de tensión, entre las miradas curiosas y las sonrisas hipócritas de los fa
Capítulo 31 — ahí, parado como un tontoNarrador:La fiesta ya estaba en pleno apogeo, los novios habían llegado y hecho todo lo que la formalidad esperaba de ellos, así que ahora solo tocaba disfrutar así como todos los invitados. Janina y Sebastián llegaron, como obligaba la tradición, antes que los novios, pero solo por escasos minutos, ya que la parada que habían hecho, los había retrasado un poco. Aunque no eran los homenajeados, su presencia no pasó desapercibida. Las miradas curiosas y los susurros a su paso crearon una atmósfera cargada de tensión. Sebastián no soltaba la mano de Janina, como si quisiera asegurarse de que ella no se escapara. Cada vez que intentaba liberarse discretamente, Sebastián apretaba su agarre con más fuerza, estaba claramente decidido a mantenerla a su lado.—No te escapes, Janina. Aún no hemos bailado juntos —le murmuró por lo bajoJanina sintió un escalofrió recorrer su espalda ante la insistencia de Sebastián. Sabía que no podía resistirse mucho ti
Capítulo 32 — luego puedes investigarNarrador:—¿Porque mejor no nos dejamos de preámbulos y me llevas a la cama que es lo que en realidad quieres?—¿Y tú? —preguntó con sorpresaPero ella en lugar de responderle se dirigió al dormitorio principal, se detuvo en la puerta y se quitó los zapatos—¿Te vas a quedar ahí parado como un tonto o me ayudarás a quitarme la ropa?Sebastián sonrió de medio lado y se dirigió hacia ella. Se acercó muy lentamente hasta pegarse a su cuerpo, ella permanecía de espaldas a él, inmóvil. Entonces apoyó sus manos sobre los hombros desnudos de Janina generándole un espasmo, sintió como se estremecía al tiempo que su respiración se volvía arrítmica. La presión que ejercían las manos de Sebastián sobre la piel de Janina hacía que su cuerpo reaccionara y levantara temperatura, al punto de sentirlo arder. Pero cuando sintió el calor de los labios sobre su cuello, las piernas se le aflojaron y casi cae, a lo que Sebastián tuvo que sujetarla por la cintura—Tran
Capítulo 33 — Una ducha fríaJanina:Una vez dentro comenzó un vaivén acompasado. El ritmo era marcado por sus gemidos.—Realmente te disfruto mucho, Janina —me dijo entre jadeos, pero yo no podía responderle, solo me quejaba, no de dolor sino de placer. Sus manos apretaban mi piel dejando la marca. De pronto me giró y quedé sobre él, se sentó y me abrazó mientras seguíamos acoplados aún, el ruido de nuestros cuerpos sudorosos chocando el uno con el otro y los gemidos, era el único sonido en la habitación. Me estaba llevando al cielo otra vez, así que tiré mi cabeza hacia atrás y grité, grité como una loca mientras me corría por culpa de su miem*bro, una segunda vez. Sonrió satisfecho y volvió a girar en la cama, salió de mí y se me puso por detrás, pensé que iba a meterse por un nuevo lugar, pero no lo hizo, volvió a meterse en mí por el mismo sitio, pero la sensación fue diferente, se sintió muy intensa, quedamos de lado en la cama y, mientras murmuraba un montón de palabras, seguía
Capítulo 34 — hoy no, pero mañana sí…Narrador:Luego de darse una ducha, Janina decide que no quiere tener esa conversación con Sebastián, al menos, no esa noche, por lo que se envolvió en una toalla y se asomó a la cocina, donde él estaba comiendo algo que se había preparado—¿Te sirvo un plato, tienes hambre? —le preguntó con una amabilidad que Janina desconocía en él—No, muchas gracias, si no te molesta preferiría dormir, estoy muy cansada —trataba de huir—Por supuesto, en el primer cajón de la cómoda hay una sudaderas mías, usa la que quieras, pues no quedó ropa tuya en la casa, te la llevaste toda —sonrió —duerme en mi cama, tu dormitorio no ha sido aseado, pues no te esperaba, yo dormiré aquí en el sofá —trataba de ser gentil y sobre todo respetar su espacio—No seas tonto, Sebastián, acabamos de tener se*xo como dos animales en celo y ¿vas a dormir en el sofá? —respondió tratando de ser espontánea y natural—Ok, termino de comer y te alcanzo en la cama—Bien…Janina asintió