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Capítulo 3 - Pequeño cuadrado

“Pequeño cuadrado”

Emily

“Estimada señorita Emily Jones,

  El restaurante La Reine le comunica que estaremos fuera de servicio por una semana completa debido a la preparación de un evento importante. Le enviaremos los detalles a dos días del evento.

Atte. Restaurante La Reine.”

Tenía una semana libre en la cual no tenía ni la menos idea de lo que haría. Mi departamento era pequeño y mi círculo de amigos inexistente, no tuve tiempo de conocer gente cuando me mudé de mi pueblo natal. Observo mi habitación y la noto desordenada, o eso es lo que mi cerebro espera que crea para distraer mi mente. 

Mi panza ruge clamando comida, la acidez que siento en la boca del estómago me recuerda que solo he tomado un café en todo lo que va del día, veo la hora y caigo en cuenta que ya debería estar almorzando. Me levanto de la silla de mi escritorio y camino hacia la pequeña cocina de mi departamento, rebusco en el refrigerador y los estantes pero solo encuentro condimentos y algunos ingredientes que no me permiten preparar alguna comida decente.

Con un gran pesar regreso a mi habitación y cojo mi ropa lista para ir al supermercado. Me visto lo más cómoda posible para no tener la sensación de malestar en todo el camino, me miro al espejo y asiento para mi misma sintiéndome conforme con mi vestimenta. Agarro mis llaves y billetera, y salgo de casa.

***

Camino por los pasillos y agarro todo lo que me parece apetecible para mi paladar, pesco algunas cosas que posiblemente no vaya a comer nunca pero su empaque me llaman mucho la atención. Cuando llego a caja, veo la gran cantidad de cosas que llevo en mi carrito y sonrío de manera nerviosa a la cajera. Siento un cosquilleo en la nuca, me paro en mi sitio intentando percibir algo pero no consigo nada. 

Veo la gran cantidad de bolsas llenas de mi comida y mi expresión decae al no saber cómo llevaré todo esto sola, me parece tonto pedir un taxi cuando mi departamento está tan cerca. Meto mi billetera y llaves en mis bolsillos rezando por que no se caigan y de manera estratégica cargo todo con mis manos, mis dedos queman por la presión ejercida pero no me rindo. No doy ni dos pasos cuando siento un cuerpo chocar contra el mío, estoy a un paso de insultar pero se pasa de largo, maldigo cuando siento que pierdo equilibrio pero no logro caer. 

Sigo mi camino y salgo del establecimiento, el peso me hace avanzar más rápido de lo normal, no pasan ni 10 minutos cuando veo el edificio donde se encuentra mi preciado departamento. Llego sintiendo el sudor correr por mi frente, Marcos me ve y se apresura a ayudarme, yo gustosa le doy gran cantidad de las bolsas.

- Señorita, usted tiene mi número, pudo haberme llamado.

Me doy una cachetada mental por haber olvidado algo tan importante como el celular.

- Me olvidé mi celular en casa.

Subo las escaleras acompañada del portero, llegando le agradezco su ayuda y dejo que regrese a su puesto de trabajo. Siento una presión en mi brazo izquierdo, veo un cuadradito de material duro pegado a mi polera, confundida lo agarro y boto a la basura asegurando que seguro se me pegó de algún lado y no me di cuenta. Me encojo de hombros y me voy a hacer algo de comer que muero de hambre.

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