Busco el baño, cuando logre llegar sosteniéndome de la pared, no hay nadie, me baño para que me termine de despertar, me reviso mi cuerpo, no hay marcas, solamente un chupón en mi cuello, quiero llorar, pero no lo voy a hacer, tengo que ser fuerte, me mudo de ropa.Miro a un lado de la cama y veo unas cosas extrañas encima de una maleta que no había notado antes. Recojo todo lo que está sobre la cama y lo tiro a la basura. No recuerdo que esas cosas estuvieran ahí ayer. Aún me siento algo desorientada. Tengo que buscar empleo, tal vez todo esto solo fue otro de mis sueños. Últimamente, estoy un poco paranoica. Pero no me voy a dejar vencer por estos sentimientos. Voy a seguir adelante y afrontar el día con determinación. Después de todo, cada nuevo día trae nuevas oportunidades.Salgo del dormitorio arreglando mi cabello húmedo, cuando lo miro sentado en el desayunador, viéndome con una risa burlesca, no lo puedo creer, eso quiere decir que lo que recuerdo de anoche todo fue real. Mis
*MICHAEL*Pedí comida para dos, ella se levanta aturdida, pero al verme se pone a la defensiva, me rechaza la comida por lo que le hice anoche, ella se adentra a la cocina y un exquisito olor a comida recién hecha, a ella no le queda de otra y me invita a comer. No le gusto la broma del veneno en la comida, ella es impredecible, probé su comida, cocina bastante bien, estoy por irme cuando se le ocurre pelear conmigo.La arrinconé contra la pared, tenía unas ganas de besar esa boquita que lo hice con desenfreno, se me pasó la mano que la mordí. Quería tocarla, pero no me lo permitió, no quise seguir, no es el momento de que sea mía. —ya era hora de marcharme, pero con la esperanza que pronto estaré con ella por tiempo indefinido, es con algo que la sorprenderé.Después de analizar a mi nueva arrendataria y sumisa en potencia para mis gustos peculiares, tome la decisión de mudarme con ella, entre más cerca estamos más pronto nos conoceremos. Al cerrar mis ojos, recuerdo su cuerpo casi
La visita inesperada de mi padre me tomó por sorpresa. No quería que malinterpretara mi relación con el casero, quien también resulta ser mi jefe… y algo más. Es una situación delicada, una que requiere tacto y discreción. Solo espero poder manejar esto de la mejor manera posible, sin causar malentendidos o tensiones innecesarias. Después de todo, la última cosa que quiero es que mi padre se preocupe innecesariamente por mí.— ¿No me quieres aquí, hija? Qué mala eres. Tu madre estaba muy preocupada por ti, te manda saludos y besos. No pudo venir porque tenía una reunión en la congregación.— No es eso, es solo que creo que te aburrirás porque dentro de unos días empiezo a trabajar. —mientras decía esto, buscaba con la mirada el taxi, que al parecer se había movido de donde lo había dejado.Nada más me faltaba que mi padre viniera a vigilarme, porque me imagino que mi madre lo presionó para que me viniera a ver, se les agradece que se preocupen, pero se pasan. Por fin apareció el taxi,
Abro la puerta y para mi sorpresa y la de mi padre, ese hombre está desnudo en mi habitación, las palabras se esfumaron en ese preciso momento.—¿Quién es este hombre, mujer? —indaga, bien molesto conmigo, señalando a mi padre.—¿Quién eres tú y que haces en el dormitorio de mi hija? —mi padre modo, padre protector.—¡¡Es tu padre!! —se cubre el cuerpo con la sabana— Lo lamento, me gustaría que me dieran unos minutos para cambiarme. —mi padre se retiró a la sala de estar, no sé qué va a pensar de todo esto, “Me lleva el diablo”—Los quiero a los dos en la sala, qué desfachatez es esta. —mi padre está bien enojado, pero yo estoy enojadísima.—¡Qué demonios pretendes, me estás jodiendo la existencia y que es todo esto, que le diré a mi padre, eres un estúpido! Porque me haces esto, no lo puedo creer. —camino de un lado a otro, meditando que es lo que le diré.— ¡Déjame cambiarme, yo hablare con el suegro!— ¿Suegro? Estás demente, ni se te ocurra decir alguna pendejada. Solamente esto
—Ahora cumple. —me dice cuando me separa de ella con sus manos en mi pecho, sonrojándose al tocar mi pectoral, ella se ha dado cuenta de que no es, dé por gusto que yo gasto los fines de semana en el gimnasio.—Ya veremos gatita, tu tranquila, estás en mis manos ahora. —por fin llegó mi oportunidad, ahora a ver que se me ocurre para echarme a la bolsa al anciano.Camino con seguridad fuera del dormitorio, ella sale de su trance y camina detrás de mí, balbuceando, de que no le dé más problemas, que su padre es un santo y que no desea regresar de donde salió, blanqueo los ojos porque es desesperante cuando empieza a hablar.Vamos ambos, caminamos a la sala del departamento, veo al señor sentado con una cara de pocos amigos, se nota la incomodidad, pero en mi ámbito de trabajo sé tratar con peores caracteres que el de él, me siento de frente y lo miró a los ojos. —Hola, mi nombre es Michael Oliver, Dueño de las Empresas J.O.N.E.S. no sé si ha escuchado hablar de ella.—Conozco las empr
Mis pensamientos se enredan como hilos de lana en un ovillo. La verdad es un precipicio que se abre ante mí, y la mentira, una cuerda frágil que sostiene mi equilibrio. ¿Cómo ocultar la estafa? ¿Cómo evitar que mi padre descubra la verdad y me encierre en la casa, rodeada de sermones maternos? El tiempo se estira como un chicle, y yo, atrapada en esta telaraña de engaños, no percibo su presencia hasta que su voz me saca de mi ensoñación. “¿Qué haz ahecho?”, indaga gritando y yo, con el corazón en la garganta, invento una sonrisa y respondo: “Te lo mereces” siento su furia. — Te volviste loca, mira todo el desorden que has hecho, ¡¡Demonios!! Mi camisa como la dejaste. Tenías que agarrar una de las más caras. —el imbécil se enojó.— Tú, —lo agarré de la camisa, lo empujé con fuerza, caímos en la cama, le di dos cachetadas bien merecidas— Imbécil sabes en qué lío me has metido, ahora las cosas se volverán más difíciles para mí. No conoces a mis padres, estoy acabada.—¡¡Mm!! Esta posic
Empujé su cuerpo con todas mis fuerzas, tratando de alejarlo. Pero su cercanía y sus toques me afectaban más de lo que quería admitir. Mi cuerpo reaccionaba a él, y eso no estaba en mis planes. No podía permitir que este hombre me hiciera ceder; no quería sentir nada. Sin embargo, él se reía de mi reacción, como si supiera que estaba perdida. Nunca antes me había topado con alguien como él. —¡No me vuelvas a tocar, porque no respondo!— Que me piensas hacer la señorita, esta fiera que llevas dentro, pronto la voy a domar. —como pude me solté de él.—¡¡No me provoques idiota!!— No te imaginas las cosas que deseo hacer contigo, pero te daré un adelanto. ¿Por qué te has puesto roja? Acaso ¿Nunca has estado con alguien? ¿Alguna vez fantaseaste con otros hombres?— Qué estupideces las que preguntas, tú qué sabes, mejor vámonos mi padre nos espera. — Ojalá no se haya dado cuenta de que no tengo ninguna experiencia sexual, tengo que aprender a controlar mis emociones, porque este hombr
Qué demonios está diciendo, yo no he tenido a ningún hombre en mi vida, es que ha de creer que soy una mujer experimentada, claro, ni que ande un rótulo en la frente que diga sin experiencia. No puedo quedarme aquí bajo su merced, tengo que huir como sea, ha subido su mano desde mi pierna hasta mi intimidad, baja mi tanga y mete sus dedos, esto no me puede estar pasando, este hombre me va a follar con los dedos. No resisto tantas sensaciones que siente mi cuerpo.—Te gusta, estás bien mojada, quiero que abras un poco más las piernas.—No, no sigas, no quiero, ¡Mm! Que pares. —logro decirle, él me inmoviliza y con sus piernas abre las mías, estoy tratando de soltarme, pero pierdo fuerzas con el placer que me está dando—No sigas, por favor.—Te daré una lección, por tu mal comportamiento, está muy húmedo y caliente, al parecer tu cuerpo es tan sensible. —estoy sintiendo sus dedos cada vez más profundos, de presto tocan su puerta. Escucho cuando maldice.—Señor, señor, lo buscan. —se oye