La visita inesperada de mi padre me tomó por sorpresa. No quería que malinterpretara mi relación con el casero, quien también resulta ser mi jefe… y algo más. Es una situación delicada, una que requiere tacto y discreción. Solo espero poder manejar esto de la mejor manera posible, sin causar malentendidos o tensiones innecesarias. Después de todo, la última cosa que quiero es que mi padre se preocupe innecesariamente por mí.— ¿No me quieres aquí, hija? Qué mala eres. Tu madre estaba muy preocupada por ti, te manda saludos y besos. No pudo venir porque tenía una reunión en la congregación.— No es eso, es solo que creo que te aburrirás porque dentro de unos días empiezo a trabajar. —mientras decía esto, buscaba con la mirada el taxi, que al parecer se había movido de donde lo había dejado.Nada más me faltaba que mi padre viniera a vigilarme, porque me imagino que mi madre lo presionó para que me viniera a ver, se les agradece que se preocupen, pero se pasan. Por fin apareció el taxi,
Abro la puerta y para mi sorpresa y la de mi padre, ese hombre está desnudo en mi habitación, las palabras se esfumaron en ese preciso momento.—¿Quién es este hombre, mujer? —indaga, bien molesto conmigo, señalando a mi padre.—¿Quién eres tú y que haces en el dormitorio de mi hija? —mi padre modo, padre protector.—¡¡Es tu padre!! —se cubre el cuerpo con la sabana— Lo lamento, me gustaría que me dieran unos minutos para cambiarme. —mi padre se retiró a la sala de estar, no sé qué va a pensar de todo esto, “Me lleva el diablo”—Los quiero a los dos en la sala, qué desfachatez es esta. —mi padre está bien enojado, pero yo estoy enojadísima.—¡Qué demonios pretendes, me estás jodiendo la existencia y que es todo esto, que le diré a mi padre, eres un estúpido! Porque me haces esto, no lo puedo creer. —camino de un lado a otro, meditando que es lo que le diré.— ¡Déjame cambiarme, yo hablare con el suegro!— ¿Suegro? Estás demente, ni se te ocurra decir alguna pendejada. Solamente esto
—Ahora cumple. —me dice cuando me separa de ella con sus manos en mi pecho, sonrojándose al tocar mi pectoral, ella se ha dado cuenta de que no es, dé por gusto que yo gasto los fines de semana en el gimnasio.—Ya veremos gatita, tu tranquila, estás en mis manos ahora. —por fin llegó mi oportunidad, ahora a ver que se me ocurre para echarme a la bolsa al anciano.Camino con seguridad fuera del dormitorio, ella sale de su trance y camina detrás de mí, balbuceando, de que no le dé más problemas, que su padre es un santo y que no desea regresar de donde salió, blanqueo los ojos porque es desesperante cuando empieza a hablar.Vamos ambos, caminamos a la sala del departamento, veo al señor sentado con una cara de pocos amigos, se nota la incomodidad, pero en mi ámbito de trabajo sé tratar con peores caracteres que el de él, me siento de frente y lo miró a los ojos. —Hola, mi nombre es Michael Oliver, Dueño de las Empresas J.O.N.E.S. no sé si ha escuchado hablar de ella.—Conozco las empr
Mis pensamientos se enredan como hilos de lana en un ovillo. La verdad es un precipicio que se abre ante mí, y la mentira, una cuerda frágil que sostiene mi equilibrio. ¿Cómo ocultar la estafa? ¿Cómo evitar que mi padre descubra la verdad y me encierre en la casa, rodeada de sermones maternos? El tiempo se estira como un chicle, y yo, atrapada en esta telaraña de engaños, no percibo su presencia hasta que su voz me saca de mi ensoñación. “¿Qué haz ahecho?”, indaga gritando y yo, con el corazón en la garganta, invento una sonrisa y respondo: “Te lo mereces” siento su furia. — Te volviste loca, mira todo el desorden que has hecho, ¡¡Demonios!! Mi camisa como la dejaste. Tenías que agarrar una de las más caras. —el imbécil se enojó.— Tú, —lo agarré de la camisa, lo empujé con fuerza, caímos en la cama, le di dos cachetadas bien merecidas— Imbécil sabes en qué lío me has metido, ahora las cosas se volverán más difíciles para mí. No conoces a mis padres, estoy acabada.—¡¡Mm!! Esta posic
Empujé su cuerpo con todas mis fuerzas, tratando de alejarlo. Pero su cercanía y sus toques me afectaban más de lo que quería admitir. Mi cuerpo reaccionaba a él, y eso no estaba en mis planes. No podía permitir que este hombre me hiciera ceder; no quería sentir nada. Sin embargo, él se reía de mi reacción, como si supiera que estaba perdida. Nunca antes me había topado con alguien como él. —¡No me vuelvas a tocar, porque no respondo!— Que me piensas hacer la señorita, esta fiera que llevas dentro, pronto la voy a domar. —como pude me solté de él.—¡¡No me provoques idiota!!— No te imaginas las cosas que deseo hacer contigo, pero te daré un adelanto. ¿Por qué te has puesto roja? Acaso ¿Nunca has estado con alguien? ¿Alguna vez fantaseaste con otros hombres?— Qué estupideces las que preguntas, tú qué sabes, mejor vámonos mi padre nos espera. — Ojalá no se haya dado cuenta de que no tengo ninguna experiencia sexual, tengo que aprender a controlar mis emociones, porque este hombr
Qué demonios está diciendo, yo no he tenido a ningún hombre en mi vida, es que ha de creer que soy una mujer experimentada, claro, ni que ande un rótulo en la frente que diga sin experiencia. No puedo quedarme aquí bajo su merced, tengo que huir como sea, ha subido su mano desde mi pierna hasta mi intimidad, baja mi tanga y mete sus dedos, esto no me puede estar pasando, este hombre me va a follar con los dedos. No resisto tantas sensaciones que siente mi cuerpo.—Te gusta, estás bien mojada, quiero que abras un poco más las piernas.—No, no sigas, no quiero, ¡Mm! Que pares. —logro decirle, él me inmoviliza y con sus piernas abre las mías, estoy tratando de soltarme, pero pierdo fuerzas con el placer que me está dando—No sigas, por favor.—Te daré una lección, por tu mal comportamiento, está muy húmedo y caliente, al parecer tu cuerpo es tan sensible. —estoy sintiendo sus dedos cada vez más profundos, de presto tocan su puerta. Escucho cuando maldice.—Señor, señor, lo buscan. —se oye
*EMILY* Estoy frente a mi padre a punto de tener un rico orgasmo, este hombre me está dando placer que si estuviera en un lugar más privado estuviera gritando como loca, ¡Dios! Me está matando, trató de detenerlos, pero es en vano la plática con mi padre como si nada, ya no soporto más, volteó a ver a mi padre, ni se imagina lo que esté pervertido, me está haciendo. Maldigo la hora que decidí ponerme un vestido, trato que mi padre no se entere, lo miró sonriéndole, ¡solo Dios sabe todo lo que este hombre me está haciendo sentir!, no soporto más, quiero gritar, siento que mi vientre se contrae cierro lo más que puedo mis piernas él me lo impide. Imposibles me salen tenido fuerte, la misma sensación placentera hace que golpee con mis manos contra la mesa sacando un gran susto a mi pobre padre.Mi padre me pregunta si me siento bien, le digo que si tengo que ir al baño, me levanto, siento muy húmeda en mi intimidad, ese idiota se atrevió a hacerme eso frente a mi padre. Estoy en el baño
Soltó mis manos y quito la pañoleta de mi entrada, me saqué la bola que obstruía mi boca. Eso sí, porque me estaba ahogando con mi propia saliva. Recogió sus juguetes antes de salir de la habitación, me tiro un beso, guiñándome un ojo. ¡Maldito! Abrazo la almohada, siento que mi cuerpo palpita, no me puedo mover, mi trasero arde y duele, cerré mis ojos, la tranquilidad me rodeó, me siento jadeante, el sueño se hizo presente. ¡Este hombre me tiene en sus manos!He despertado toda adolorida, mis manos están marcadas, hice demasiada presión con las esposas puesta que inmovilizaban mis manos. Que fue todo eso que me hizo ese tipo, me arde mi intimidad, este aparato hizo que se me irritara mi parte íntima, en qué me he metido. ¿Valdrá este apartamento todo esto? Me dirijo al baño, me miro en el espejo, tengo coloradas mis pompis, no creo poderme sentar.Esto no se quedará de esta manera, este juego apenas comienza, he decidido seducirle y cuando estés completamente enamorado de mí, lo desp