—No te detengas.—Alfa… —susurra Mateo.—Hazlo —Gruñe cerrando sus ojos.Mateo al sentir complacencia toma con fuerza el cuerpo de Alfa para arrastrarlo por su cuerpo.Alfa al sentir el calor del cuerpo de Mateo, comienza a ronronear grave entregándose en las manos de este.Mientras Mateo repartía mordiscos al hombro de Diego comienza a desabrochar el botón y luego bajando el cierre, Alfa ansioso toma del borde de la cintura de su pantalón para bajarlo con todo y ropa interior.Mateo sonríe ante su hecho desesperado.—¿Ansioso Alfa? Haré que grites mi nombre —gruñe mordiendo el lóbulo de la oreja del Alfa haciendo que este se estremeciera.Deshaciéndose de su ropa Mateo queda desnudo por completo. Alfa gira para mirarlo y tomar en su mano el miembro de Mateo para acariciarlo, este cierra sus ojos disfrutando del toque, mientras subía y bajaba, Mateo comenzaba a gemir entre gruñidos.—No te entregues, te quiero a ti —gruñe Alfa al percibir que Mateo comenzaba a sentir sus ojos arder.M
Pareciera que el tiempo estaba en su contra, mientras más deseaba que pasaran las horas, más lentas se hacían, o tal vez le daba algo de ventaja para disfrutar de la vida, pero lo que fuera, era una tortura, moría por saber de qué necesita conversar Mateo. El tono con que lo llamó fue como si estuviera molesto, si no fueron Matías ni Ángel los que hablaron con Mateo, entonces su preocupación era mayor, de lo único que podía pensar, era que Mateo está furioso y este día no terminara bien. Cuando por fin acababa la agonía, saliendo de su oficina se despide de Daniel y Emma como generalmente suele hacerlo. Subiendo a su auto se dirige al edificio donde habían vivido con Mateo anteriormente. Mientras subía al ascensor recordaba cada evento vivido en ese lugar, como podía ser que un lugar le traería buenos recuerdos cuando en este momento al entrar a ese departamento se liberaría una bomba nuclear. Por un momento sonreía, pero luego la seriedad se apodera de su rostro, una vez que haya
Las semanas iban pasando, los bebes ya tenían 6 meses, la paz y tranquilidad ya comenzaban a reducirse, ya que los cachorros comenzaban a gatear en cada rincón de la casa. Mateo seguía pensando cómo ayudar a Diego con lo que le había confesado aquella noche. Su Omega seguía insistiendo en una solución, pero Mateo no estaba seguro de si resultaría como lo planteaba, su lado Omega no sabría si podía hacerlo, más su lado humano dudaba si podría con ello, jamás lo habían intentado cuando AlfaMateo se encontraba, siempre ha sido él quien lo hacía.En la sala se encontraban Sarah con Mateo jugando con los cachorros, mientras Diego se encontraba en la oficina de la revista. —Sarah —Dice Mateo tímidamente.—¿Que sucede? —Responde jugando con Nathy con unas pelotitas.—Necesito tu ayuda…—¿Tú pidiendo ayuda, Mateo? Debe ser muy importante —Dice sonriendo.—¡Deja de molestarme! Pero en verdad necesito de tu ayuda, ¿puedes o no? — Continua con el rostro ruborizado.—Está bien, no te alteres, ¿
Las semanas fueron pasando, Diego se mantenía en la casa más tiempo dejando a Daniel a cargo de la oficina, aunque muchos de los empleados no se mostraban conforme con esa decisión ya que se trataba de un Omega, Diego confiaba en su buen trabajo y su honestidad, siempre le mantenía al tanto de todo lo que ocurría en la empresa.Ángel seguía visitando la casa de sus amigos junto con Can mientras Matías trabajaba.—¡Necesito saber cuándo esta casa tendrá algo de paz! —Bufa Mateo echándose al sofá, Alex y Nathy comenzaba a sostenerse por los muebles intentando dar sus pasos haciendo que la casa estuviera de cabeza detrás de sus patitas.Tanto Sarah como Génesis enloquecían una vez que estos despertaban, ya nada los detenía, aunque Alex era más calmado, Nathy batía récord en hacer que todos estuvieran detrás suyo.Cuando Mateo intentaba reprenderla, esta solo hacía un puchero manipulador muy conocido para sí, ya no podía con esa miradita, maldecía grandemente los genes de Diego en Natasha
Fueron pasando los meses, los pequeños crecían cada vez más, sus pasos fueron afianzándose, haciendo que comenzaran a aumentar su velocidad, sus balbuceos cambiaron para convertirse en palabras. Con tres años de edad tanto Alex como Nathy hablaban fluidamente haciendo que los mayores se sorprendieran de que cada conversación que entablaban estos lo hacían con tanta normalidad. —Papi, vamos al parque —Dice Nathy con un puchero mientras Mateo se encontraba en la sala viendo televisión. —¿Al parque? mmmm está bien, busquemos a Alex —Dice Mateo apagando el televisor para ponerse de pie y tomar la mano de la pequeña que con entusiasmo da unos brincos. Alex se encontraba en el jardín con sus autos de juguetes simulando ser un corredor. Nathy al verlo soltando la mano de Mateo va corriendo, sin poder detenerse choca contra los autos ordenados, según Alex para iniciar la carrera. Alex al ver como sus autos fueron esparcidos comienza a llorar llevando sus manitas a su rostro para cubrir s
La luz del sol comenzaba a alumbrar la habitación, mientras Diego tenía a Mateo en sus brazos acurrucado, lo miraba entre besos y ronroneos.—Buenos días amor —saluda Diego con una sonrisa, mientras Mateo se acurrucaba en su cuello.—Mmmm ¿no fuiste a la empresa? —Susurra Mateo con la voz ronca.—No y esa voz en la mañana me encanta…—Mmmm ¿de verdad? ¿por qué?Diego toma la mano de Mateo llevando hasta su miembro, que se encontraba duro, Mateo sonríe de inmediato.La puerta es abierta de un golpe haciendo que ambos del susto dieran un salto, los pequeños ingresan con gritos subiendo a la cama para saludarlos.—¡Papi! ¡papi! —Dice Alex yendo sobre Mateo para abrazarlo, este sonríe al sentir las manitas sobre su rostro ¿ya estás feliz papi?—¡Papi! ¡Alex quería ver a papi Mateo! pero yo vine junto a ti para que no estés triste —Dice Nathy abrazando a Diego.—Ahhh tenemos dos pequeños muy preocupados por sus papis —Dice Diego con un puchero mirando a Mateo que sonreía. Y yo que quería
Sarah fue citada por Diego en la oficina de la casa, para proponerle que trabajara en la revista, había olvidado que Sarah podía ejercer el control en esta. Mateo se mantenía encerrado en la habitación sin que nadie fuera a molestarlo, aún se encontraba sensible a tener alguna conversación con alguno de la casa. Sarah dejando a Génesis a cargo de los pequeños en el jardín, va hasta Diego que la aguardaba pacientemente, pero con la mirada triste.*******Sin tantos rodeos Diego conversa sobre la posibilidad de contar con su apoyo con la revista, de ser una negativa Diego estaba decidido en venderla, recordando lo que había vivido con su padre en su juventud no quería que Mateo y sus pequeños pasaran por lo mismo. —¿Quisiera saber si te gustaría trabajar en la revista? —¿Mateo sabe de esto? —Pregunta Sarah cruzando los brazos con la mirada fija en este. —De hecho, fue su idea. —Lo dijo ¿antes o después de enojarse contigo? —Mmmm como sabes que estamos peleados. —Que ambos estén e
Un nuevo día ha comenzado, luego de una noche de haber conversado con Diego sobre todo lo que tenía dentro por fin podía descansar, de alguna manera, dormir en sus brazos era el mejor lugar donde recargar sus energías, pero ser despertado con mimos y besos de parte de este era una manera que Mateo ya se había acostumbrado y esperaba vivirlo toda su vida.—Buen día amor —susurraba a un lado de su oído acariciando suavemente su rostro con la punta de su nariz.—Mmmm buen día —Responde Mateo aún con los ojos cerrados y una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro.— Quisiera poder quedarme más tiempo a tu lado amor, pero debo ir a la revista.—Mmmm —Responde Mateo con un puchero.—No hagas eso que soy débil ante tus encantos, mmmm conversé con Sarah.—¿Y qué te ha dicho?—Aceptó, ¿podrías llevarla luego para que conozca el edificio?—Está bien, nos veremos luego —Dice Mateo mientras Diego poniéndose de pie comienza a caminar hacia la puerta, Mateo con una sonrisa veía como se alejaba, est