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Las semanas fueron pasando, Diego se mantenía en la casa más tiempo dejando a Daniel a cargo de la oficina, aunque muchos de los empleados no se mostraban conforme con esa decisión ya que se trataba de un Omega, Diego confiaba en su buen trabajo y su honestidad, siempre le mantenía al tanto de todo lo que ocurría en la empresa.

Ángel seguía visitando la casa de sus amigos junto con Can mientras Matías trabajaba.

—¡Necesito saber cuándo esta casa tendrá algo de paz! —Bufa Mateo echándose al sofá, Alex y Nathy comenzaba a sostenerse por los muebles intentando dar sus pasos haciendo que la casa estuviera de cabeza detrás de sus patitas.

Tanto Sarah como Génesis enloquecían una vez que estos despertaban, ya nada los detenía, aunque Alex era más calmado, Nathy batía récord en hacer que todos estuvieran detrás suyo.

Cuando Mateo intentaba reprenderla, esta solo hacía un puchero manipulador muy conocido para sí, ya no podía con esa miradita, maldecía grandemente los genes de Diego en Natasha
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