Aún recuerdo ese día cuando había recibido ese resultado, estaba completamente molesto y decepcionado, ¿cómo puede ser posible que resultara ser un omega?, mi aspecto físico no concernía a uno de esos simples omegas, incluso en tiempos de la secundaría los Omegas se me acercaban diciendo que mi aroma los atraía.
Eso fue tan confuso, volví a realizarme la prueba, aunque mi padre me haya dicho que no existía la posibilidad de que hubiera un error, para mi molestia obtuve el mismo resultado, comencé a investigar mientras tenía mi tiempo libre de la universidad. Todo me llevaba a una historia antigua, aseguraba que en un capricho de la Madre Luna haría que un Omega cumpliría las mismas funciones que un Alfa, será desapercibido con un aroma a Chocolate al igual que un Alfa que solo su destinado lo podrá reconocer sin necesidad de que entrara a celo, ya que el Omega fruto del capricho solo en su celo su aroma se volverá más dulce haciéndose notar que se trataba de un Omega. Lo que más atrajo mi atención es que la voz de mando de un Alfa no me doblega al igual que los demás Omegas o Betas, pero no así con ese, si otra vez vuelve ese Alfa destinado. No sé cuál fue el estado emocional de la Madre Luna al crearme, por qué hacerme de una forma Omega invencible si solo un Alfa tendrá poder sobre mí, solo espero no encontrarlo.
Está bien perdón Omega, pero sabes a qué me refiero, jamás haría algo para herirte, somos uno.
¿Chocolate? ¿en verdad? Aborrezco el sabor y el aroma ni hablar. A los 20 años note algo raro en mí, una semana antes que empezara con mi celo, buscaba desesperadamente ropas y otras pertenencias de mis progenitores para llevármelos a mi cama, hacían que me sintiera seguro y protegido, debía utilizar supresores tanto en mi cuerpo y para asegurarme también lo colocaba a un atrapa sueños que tenía colgado en la ventana para evitar cualquier visita inesperada.
Desde niño me apasionaba ver las películas de investigaciones. Tanto que una vez que terminé la secundaria comencé a estudiar criminología.
Recibiéndome a los 22 años. Para mi frustración, para el ingreso en el gobierno exigían como uno de los requisitos es que fuera Alfa, tenía todo, fui el mejor egresado, físicamente todo indicaba que sería un buen investigador, incluso había estudiado defensa personal. Todo lo tenía listo para iniciar lo que me apasionaba.
Pero no me detuve, decidí iniciar mi propio negocio de investigador privado, pero para solventarlo debía trabajar, no quería ir muy lejos de lo que me apasionaba entonces, entré en una promoción de una revista importante, esta había hecho un concurso para la mejor imagen brindaban un viaje todo pago para dos personas.
Salí ganador y les ofrecí a mis padres el viaje, como un buen hijo. Aprovechando mi cercanía en ese concurso, logré que me entrevistaran para volverme en uno de sus colaboradores independientes. No quería perder tanto tiempo dentro de la empresa, me gustaba estar por las calles y más seguir con mis investigaciones.
Hoy día tengo 26 años, vivo en un departamento dentro de un edificio no muy ostentoso, pero era bueno, no tenía contacto con mis vecinos, no es como si necesitara socializar, nunca fui bueno conociendo personas.
Mis días son muy tranquilas, luego de un buen desayuno, me preparo para llevar las fotos que tomé para la temática de verano que me habían pedido. Visto mi sudadera roja con capucha, unos jeans negros y unos tenis blancos especiales para realizar deportes. Con mi bolso llevando cruzado a mi pecho bajo por el ascensor. Obvio estar en el 5to piso no me agotaré solo con bajar las escaleras. Tengo mucho que hacer luego de ir a la revista.
A.V.S. es la revista considerada más importante, siempre tienen el récord en venta, con entrevistas con las personas más importantes del país.
Un gran edificio, me encuentro aquí frente a él, solo espero que no se encuentre el dueño, se quiere pasar por muy amable, si no fuera por la buena paga que me da por esas simples fotografías ya me hubiera largado.
—¡Mateo! —Saluda animada Emma la secretaria, yo intentando pasar desapercibido y esta omega emocionada coqueteándome.
—Emma, ¿tienes mi sobre?
—¿Por qué nunca saludas? Siempre te recibo con mucho cariño y tú eres muy malo. —Sus labios se abultan en un puchero, que se supone debe ser adorable.
—No tengo tiempo, aquí tengo las fotos de verano... me imagino que el señor Brown ya dejó preparada mi paga.
—Eres un Alfa malo, si aquí tienes. —Seguía con la mirada triste como si esperara conmoverme.
—Gracias —Digo tomando el sobre, pero ésta no termina de soltarlo, ¿a qué cree que está jugando? —¿Puedes dármelo?
—El señor Brown quería que le avisara cuando hayas llegado espera aquí...
—Dile que pasaré otro día —No importaba que tanto le decía que no podía quedarme, esta arremedo de secretaria llamó a la oficina informando que me encontraba en recepción.
—¡Mateo! —El señor Brown saliendo de su oficina de inmediato con esa gran sonrisa que odio, un Alfa de pura cepa, pero un asco, en fin.
—Señor Brown no tengo mucho tiempo, lo siento
—No me llevará mucho tiempo —Dice guiándome a su oficina, mientras suspiro profundo, dándome cuenta que no seré librado de una de sus conversaciones.
—Será un momento señor. —digo con toda la sequedad del mundo, hasta ahora me pregunto cómo puedo seguir aquí con el trato que le doy. He oído que el señor se sentía atraído por otros Alfas, solo espero que no quiera meterse conmigo porque le haré papillas.
—Mateo, quiero pedirte un gran favor... tú eres uno de los mejores fotógrafos con quien contamos aquí. La verdad es que no sé por qué no quieres un contrato con nosotros, te ofrezco un excelente sueldo.
—Señor ya hemos hablado, no me cierro a una empresa, si intenta convencerme de nuevo. Lo siento tendré que irme. —Digo intentado salir de la oficina.
—¡No Mateo espera! No es sobre eso que quiero hablar, ya sé que no lo vas a aceptar, pero tengo otra propuesta
—¿Cuál? —Digo sin mucho interés volviendo a la silla frente a su escritorio.
—Quiero que guíes a mi hijo...
—Creo que se equivocó señor, soy fotógrafo no niñero.
—Tranquilo Mateo, a Diego le gusta la fotografía, pero le falta algo de tacto. Te pagaré si es que lo aceptas.
—¿Exactamente qué quiere que haga señor?
—Solo déjalo que te acompañe para que aprenda de ti...
Suspiro con fastidio, aunque no me vendría mal un poco más de efectivo. —¿Cuantos años tiene su hijo?
—¿Diego? Tiene 26 años... —Responde con simplicidad.
—¡¿26?! ¡Ya no es un niño! ¿por qué no solo lo mete a estudiar?
—Ya se recibió, pero le falta lo que tú tienes. Te ofrezco 2000 al mes.
—3000— Exijo para que me dijera que no lo aceptaba así yo me retiraba sin cuidar a un bebé llorón de 26 años.
—Está bien— acepta y yo maldigo en mis adentros, ¿acaso este hombre no le duele despojarse de tanto dinero? —¿Cuándo inicia?
—Veré la siguiente semana, cuando esté de vuelta con las demás fotos— Me ofrece la mano para cerrar el trato, cuando la estrecho, me toma la mano de una forma que se me eriza la piel, pero del asco, ¿acaso me está coqueteando maldito Alfa?
—Gracias Mateo— me agradece con esa sonrisa que me gustaría darle un golpe en el rostro.
Al salir de esa oficina como si fuera poco me encuentro con Emma intentando tomar algo que se le había caído del escritorio, con el trasero hacia mi dirección. ¡Que acaso todos actúan con las hormonas!
Perdí tanto tiempo en la revista que me ha quedado muy poco tiempo para realizar mi investigación.
—Solo espero que ese Diego no sea un idiota como su padre...
Diego es hijo único, siempre ha recibido las mejores atenciones tanto de su familia como de su entorno.Siempre lo rodeaban las personas con intenciones de volverse más cercanos a él, desde muy joven se hacía notar que era un Alfa puro, tanto omegas como betas se sentían atraídos por su gran aroma a chocolate, su apariencia era muy atractiva, su rostro era hermoso, con ojos color café, cabello castaño, nariz y mentón afilada, una mirada hacía que los demás se rindieran a él. Tenía el cuerpo marcado y musculoso lo suficiente como para cumplir cualquier fantasía.Aunque pudiera tener a quien quisiera creía firmemente en que algún día conocería a su destinado, y quería mantenerse para su omega.Al terminar la secundaria, decidió estudiar fotografía, le gustaba sacar fotos a todo lo que le rodeaba, aunque no lograba tener las mejores tomas, algo le faltaba, un complemento que aún no lo encontraba.Las veces que iba a la empresa de su padre veía las fotos que recibían de las personas que t
Los días pasaron tan rápidos para mi desgracia, odiaba que llegara lunes, debía ir a la revista a entregar las fotos y para mi pesar hacer de niñero de un malcriado de 26 años que intenta ser fotógrafo.Con un suspiro pesado me desperezo fuera de la cama para ir al baño a ducharme y luego prepararme el desayuno.Unos ricos huevos revueltos con rodajas de tomate, con lo que me esperaba en el día debía cargar mi estómago para resistir.Con una sudadera de color negra y capucha, más unos jeans azules, los tenis blanco para estar cómodo, bajo para ir en dirección a A.V.S. al parecer no me libraré de esta revista aún.Llegar al lugar parecía ser los peores minutos de mi vida, hacer conversación con la secretaria ya era bastante fatídico como para iniciar mi labor de niñero de un adulto.—¡Mateo! Que guapo— Me saluda Emma con una sonrisa que debería ser encantadora.—Emma, mi sobre. Aquí tienes las fotos— Digo entregando el sobre sellado con las fotos.—¿Por qué nunca saludas?—¿Cuál es la
¿¡Cual es mi pecado!? Tener que lidiar con este Alfa idiota que sigue declarando que soy su omega, arruinará mi trabajo de investigación.Luego de ir a tomar algunas fotos el muy idiota se pasó coqueteándome en lugar de prestar atención a las técnicas.¡Es mi Alfa acéptalo!Tener a mi Omega reclamándome en todo momento, es todo un fastidio, como hacerlo entender que no estoy dispuesto a convertirme en un ser sumiso, ¡no quiero esa vida!, me siento bien conmigo mismo, logrando todo lo que me propongo. Me gusta lo que hago, por qué tuve que conocer a este idiota que no deja de mirarme como si quisiera devorarme.—Deja esa estúpida sonrisa—Eres hermoso—Te patearé el trasero si lo vuelves a repetir! Ya puedes irte, hemos terminado— Digo para guardar mi cámara en mi bolso y comenzar a caminar.—¿Qué tienes que hacer? — Insiste.—Nada que necesite tu presencia.—Eres especial, cómo todos creen que eres un Alfa, tu aroma es tan dulce.—Soy un Alfa y tu aroma apesta!—Es chocolate igual al
Iniciar mi día con un buen desayuno, aparentaba que sería una buena jornada, afuera estaba soleado, por la ventana podía divisar el cielo totalmente despejado, era perfecto para tomar fotos en el parque para la revista.Digo “era”, si, ya que al abrir la puerta me encuentro con esa sonrisa poderosa, mirada penetrante, con aire de un triunfador.—Mierda—¡Hola! — Y su sonrisa odiosa.—¿Qué haces aquí?—Te he dicho que nos veríamos hoy, ¿no lo recuerdas?—¿Qué haces frente a mi puerta? ¡Alfa pervertido!—No seas grosero y salúdame siquiera— Su sonrisa continuaba intacta a pesar de que haya sido duro con mis palabras.Lo ignoro cerrando mi puerta con llave, rodando mis ojos. Al parecer necesito conversar seriamente con mi Omega, no puede ponerse feliz al ver a este idiota acosándome.Comienzo a caminar en dirección al ascensor con ese voluminoso cuerpo detrás de mí.Le daré la ley del hielo, no tengo intenciones de entablar conversación con esta molestia, espero entienda que no tengo int
—¿Almorzamos? —¿Qué tengo que hacer para deshacerme de ti?—Por hoy, llámame por mi nombre.—Alfa idiota— gruño con molestia.—Mmmm, ese no es mi nombre— Me sonríe como si nos lleváramos bien.—Está bien te llamaré por tu nombre y me dejarás en paz. — Suspiro profundo.—Por hoy— Aclara de nuevo como si no entendiera sus palabras.—Maldita sea, en verdad eres molesto.— Y tú eres hermoso— De nuevo su sonrisa se dibuja en su rostro, aumentando mi molestia.—¡No coquetees conmigo Diego!—¡Wow! Se siente bien oír mi nombre de tu boca.—¡Deja de coquetear!—¡No puedo evitar cotejarte! Y deja de actuar como un Alfa, aún no me has dicho como es que todos creen que eres uno.—Aquí el único que cree que soy Omega eres tú. Deberías ir a ver tu sentido del olfato.—¡Seamos amigos!—No, y ya déjame en paz, cumple con tu palabra.—Está bien, por hoy te dejaré, sé que me extrañarás— Verlo tan seguro de lo que afirmaba me provocaba nauseas.—Maldito Alfa— intento reprimir una sonrisa, ¿cómo puede s
—¡Amor! — Levanto la voz lo suficiente como para que escucharan y una sonrisa la más falsa posible. Me acerco lo suficiente para que mis labios sellaran los suyos. Mierda como pude llegar a esto, ¡maldito Alfa!Con los ojos abiertos mientras mis labios seguían sobre los labios de este Alfa idiota observo como se detiene el hombre vestido de negro, gira para recibir instrucciones y el gran Max hace un ademan con la mano para que volviera al auto, suspiro aliviado, mientras el chico recibe algo en las manos para retirarse de prisa del lugar y también el mercedes desaparece.Todo ocurrió en transcurso de segundos, había olvidado a quien tenía frente a mi hasta que siento como me toma de la cintura con sus manos para acercarme más a su cuerpo con un gruñido, poso mis ojos en él con sorpresa y este los tenía cerrados.—¡Idiota! — Me suelto rápidamente cuando nos quedamos solo, limpiándome con el dorso de mi mano la boca demostrando mi molestia.—Mateo— Dice el muy idiota frotándose los lab
Para decir que nunca he pensado en ser feliz estaría mintiendo. Lo he hecho muchas veces, pero cada vez que lo hacía no podía evitar cuestionar todo desde el inicio, mi existencia.Antes de realizarme la prueba estaba seguro que sería un Alfa, me empeñaba en sobre salir en todo para que cuando encontrara a mi destinado, se sintiera orgulloso de lo que soy. Si, estaba muy molesto, pero también triste con el resultado, no es que renegara ser Omega, pero quería ser alguien más, y solo los Alfa tenían muchas oportunidades en muchas cosas.En la universidad todos creían que era un Alfa, muchos se acercaban a mí con intenciones de congeniar, incluso Alfas se sentían atraídos por mi aroma. Era frustrante, no pretendía ser otra persona, pero en sí ya lo era.Pero no podía permitirme que me conocieran en verdad, sabía que al confesar que era un Omega muchas cosas cambiarían para mí.Aprendí a formar este carácter, este temperamento, para mantenerlos alejados y evitarme el mal rato de los recha
— ¡Basta Alfas idiotas! ¡¿Quiénes creen que son!? no pertenezco a ninguno!!—Grito intentado salir, necesitaba hacerlo ambos Alfa estaba furiosos liberando feromonas de posesividad, padre e hijo estaba dispuesto a pelear por mí, incluso aunque yo no estoy dispuesto a entregarme a ninguno de estos idiotas hormonales.Diego presiona más su agarre sin intención alguna de dejarme ir, de nuevo lanzo un chillido de dolor, al darse cuenta del daño que me provocaba suelta su mano dejando una marca en mi brazo, se aferra a mi cuerpo inhalando mi aroma e impregnándome el suyo como si me reclamara, por alguna razón ese hecho logra que mi Omega dejara de temer, mi cuerpo se aferraba al suyo en busca de protección.—¡Diego dijiste que nunca estarías con un Alfa! — Gruñe su padre.Diego se acerca a mi cuello absorbiendo de nuevo mi aroma.—Mi Omega.Es todo lo que pude percibir antes de desvanecerme, para luego sentir como mi cuerpo es tomado y elevado, mis pies dejaron el suelo para mecerse acorde