Pov Bastian Tampoco es fácil dejar pistas falsas a las últimas cuatro razas que quedan. Mantenerla alejada de todos es mi prioridad hasta que logre tomar el control del Reino por completo. Una vez que la presente como Reina, dejarán de perseguirla, a menos que quieran ir a la guerra contra nosotros, y por mucho van a perder. —¿Por qué ella?— decidí preguntar. —¿Por qué, de todas, me entregaste a tu hija?— indagué, algo pensativo. Conozco a la Diosa y sé que a veces suele ser tramposa. Todo tiene un precio para ella. —Porque mereces más de lo que no crees merecer, Bastian. Ella fue creada solo para ti, así que ten cuidado, porque es un tesoro muy valioso el que te entregué. A menos que no la quieras. Sentí a Thorin agitarse de rabia; yo mismo sentí aquel fuego capaz de aniquilar todo por esas simples palabras. Thorin avanzaba al frente, abriéndose paso entre todas las restricciones. Mis garras se alargaron y mis brazos comenzaron a llenarse de pelaje negro. —Ella es mía,
Pov Leina No podía quedarme aquí y esperar a que Bastian hiciera todo el trabajo por mí. La estrecha cueva en la que me encontraba estaba completamente a oscuras. Allá afuera parecía librarse una batalla feroz entre dos bestias. Cada rugido y aullido, mezclado con el de esa cosa, me hacían querer correr hasta allá. Ahora que sabía quién era, entendía más el peso que recaía sobre mí. No era una simple loba elegida; era la maldit4 hija de la mismísima Diosa. Podrían llamarme terca, testaruda y loca, todo lo que quieran, pero no era una cobarde. No iba a quedarme aquí como toda una princesa a esperar a mi caballero de reluciente armadura. Sabía pelear; estuve practicando durante bastante tiempo. Con ese pensamiento, me fui arrastrando hacia la salida que estaba sellada. Traté de empujar la piedra con fuerza para que se moviera, y lo hizo, pero no como yo quería. Con el corazón casi en la boca, retrocedí al ver varias garras querer entrar. Allí estaban de nuevo esos horribles chi
Pov Leina No era fácil para nada alejarse mientras la pelea me caía constantemente encima. Mi vestido estaba hecho jirones por arrastrarme tratando de esquivar a las dos enormes bestias que luchaban a muerte. —Ahhh…— grité cuando vi pasar aquellas garras oscuras a centímetros de mi cuerpo, y no eran las del Lycan precisamente. No sé si estaba alucinando o si estaba perdiendo la cabeza, pero juraría que el Lycan trataba de alejarlo de mí. Aunque la respuesta a eso era obvia: él me quería atrapar primero. Logré deslizarme hasta la zona despejada de las casitas, me levanté y corrí con las fuerzas que tenía en ese momento. Más atrás, el poderoso desastre de los cuerpos chocando contra las casas, persiguiéndome. Allí estaba el pantano; sombras pasaban sobre mi cabeza, y la luz de la luna era interrumpida por unos grandes murciélagos que ahora reconozco: son los del inmenso bosque. Dejé el control a Ava; por mucho, era más rápida y no había alternativa. Cuando sus patas tocaron la
Pov Leina Creí que esta sería la noche más especial de mi vida, que por fin conocería a mi loba como tanto deseé, pero nada de eso sucedió. Ahora solo escucho como mi padre, el ex beta de la manada, discute con el antiguo Alfa y su hijo, el Alfa actual; sobre mi expulsión. La manada al rededor se mantiene en silencio, las miradas con burla de las lobas que codiciaban mi lugar no se hacen esperar. —Ella es tu compañera Reiner, expulsarla sería dejarla sin protección, allá afuera hay demasiados renegados y bárbaros. —Yo necesito una compañera fuerte, una Luna que pueda ser capaz de proteger a su gente, su loba no despertó, por lo tanto, no le sirve ni a la manada ni a mí. Las palabras de mi compañero se clavan como un fuerte puñal en mi corazón. Las lágrimas quieren salir, pero no dejaré que ellos vean mi debilidad. —Reiner, por favor, es mi hija, piensa en estos dos años que tardaste esperándola. Apreté los puños de rabia, observando como mi padre se arrodilla ante él, s
Pov Leina Mi padre tomaba el manojo de llaves y metía una a una en la pequeña ranura de la puerta. Sus manos temblaban haciendo que se cayeran las llaves varias veces, volviendo a comenzar de cero. —Papá, dime qué es lo que pasa, ¿Reiner está bien? Pregunté aun pensando en el momento en que acepté su rechazo, parecía que a él lo estaba matando. —Está vivo, es todo lo que sé, pero su padre mandó a preparar un escenario para ti, serás ejecutada por intentar acabar con la vida del Alfa. En ese momento la cerradura resonó en el espacio frío, la reja se abrió con un chirrido y mi padre comenzó a arrastrarme hacia la salida. Las antorchas iluminan el pasillo, creando sombras en las celdas que permanecían vacías. Podía escuchar como las ratas se arrastraban en la oscuridad huyendo de nuestra presencia. Las paredes de piedra negra se cerraban sobre mí, haciéndome sentir asfixiada. —Papá, espera… —Escucha bien Leina, te ayudaré a llegar a la cascada, una vez que la cruces
Pov Leina Traté de alejarme de él hasta conseguir algo con que defenderme y fue cuando mis manos se toparon con una piedra. El lobo me mostró sus colmillos listos para saltarme encima. Esta era mi oportunidad. Tomé la piedra con fuerza y se la lancé, golpeándolo en la cabeza. Aproveché la oportunidad de su descuido para levantarme y correr con todas mis fuerzas. Escuché otros aullidos cerca. Más lobos renegados se acercaban. No podré salir de esto, me alcanzarán y luego… «Saldremos de esto, confía en mí, confía en ti, llega al río» Me detuve en seco casi cayendo al vacío, la tierra se desprendía bajo mis pies perdiéndose en el agua que corría a gran velocidad abajo. Varios gruñidos llamaron mi atención y me giré para verme rodeada de al menos unos ocho renegados. Comenzaron a avanzar hacia mí. Este es mi fin. —AHHGR— grité apretando mis dientes, caí de rodillas sin entender qué pasaba, el dolor de mi cuerpo era horrible y abrumador. Vi mis man
Pov Leina Me quedé en silencio observando al hombre que miraba mi mano sin decir una palabra.Mi tío Benjamín y su compañera Sara están a un lado en silencio.El aspecto del hombre es limpio; una barba canosa perfectamente cortada y una capa azul oscuro con bordados rojos caían sobre sus hombros.Sus ojos tenían apenas unas líneas de expresión que no contrastaban para nada con su pulida piel.Los hombres lobo de alto rango suelen vivir más años que cualquiera, pero él no parecía del todo un lobo.—No lo soy, querida; por mi sangre corre magia antigua. Podría decir fácilmente que soy más mayor de lo que piensas.Él no me miró directamente; en cambio, dejó mi mano y miró directo a mi tío.—Es mejor que mantengas esto en secreto. Estoy seguro de que ya sabes que ella es una loba lunar, o también conocidas como lobas bendecidas.¿Una loba lunar? ¿Qué es?—Sí, la reconocí cuando su loba se salió de control en estos días, destrozando toda la habitación.Me lanzó una mirada aguda y yo sol
Pov Leina Esta noche sería diferente; mis manos sudaban y no estaba segura de qué sucedería. «¿Estás ahí?» El silencio fue toda mi respuesta. No estaba segura de si ella me escuchaba; había despertado hace unas semanas y siempre estaba atenta a los entrenamientos, aunque no me habló en ningún momento. Esta será la primera vez en la que entrenaremos en forma lupina. Miraba el reloj atentamente, siguiendo el ritmo del péndulo que iba de un lado a otro. Cuando marcaron las 12, tomé un gran suspiro y bajé las escaleras. —Vamos, no estés inquieta, todos te esperan. Si ella decide no salir, no te preocupes; estoy segura de que no es por ti. —Gracias, Sara, por ser más como una madre para mí desde que estoy aquí. Ella comenzó a llorar y yo también. Parece más bien una despedida. Ambas salimos hacia el bosque, dado que debo tener cuidado; solo los calificados estarán allí para verme. Después de media hora, llegamos a un pequeño claro. Mi tío y su beta ya estaban allí, también el h