Pov LeinaMe encontraba ansiosa, nerviosa y no sé el porqué.Mis dedos tararean sobre la madera pulida del tocador, mostrando claramente mi nerviosismo.Las doncellas corren de un lado a otro, preparando telas, flores y quién sabe qué más cosas.Me miro en el espejo y me veo riéndome de los nervios.«Tranquila, lo harás bien, no es como que vaya a dejarnos plantadas; en dado caso, lo perseguimos hasta en sus sueños y luego lo guindamos de las pelotas grandes que tiene».«Jajaj… Ava, no me ayudas con eso».La doncella que había salido regresó para terminar de arreglar mi cabello. Hizo un semi recogido hermoso y luego lo completó con un broche de flores con diamantes.—Aquí está… el hermoso vestido— me levanté al escuchar a la señora Hera, que puso ante mí su magnífica creación.Es un hermoso vestido de color blanco y azul oscuro; no tiene muchas capas. Además, tiene detalles en oro blanco y pequeños diamantes que fueron bordados a mano.Sí, es un vestido que grita lujo, pero también es
Pov Bastian Sostuve su mano en todo momento, guiándola a lo que siempre debió ser nuestra ceremonia oficial. Nunca le di una oficial; estaba esperando a que tomáramos el trono para hacerlo, para anunciar por lo alto que ella es mía, así como también sería su Reina y Luna. Llevo su mano a mis labios, dejando un beso para tratar de calmar ese dolor que aún me aprieta el pecho. Le fallé, me fallé a mí mismo; la alejé de mí por tantos años y, sin embargo, ella sigue aquí a mi lado, conmigo, caminando al frente de mi mano. Volvió a elegirme por sobre todas las cosas; a pesar de mis fallas, de mis defectos, volvió a entregarme su amor y su alma. Es por eso que he intentado ser mejor: por ella, por nuestro cachorro, por nuestro futuro. Leina siempre será la mujer perfecta, la indicada, esa mujer fuerte, pero amable que fácilmente se gana el corazón de todos. Ella alza su mirada, regalándome una hermosa sonrisa, haciendo que mi corazón se acelere. Su vínculo está totalmente desnudo pa
Pov Leina Camino por la habitación con pasos cortos, como la sacerdotisa me lo indicó antes de salir corriendo por la puerta. Ava intenta calmar mis malestares, pero es casi insoportable lo que siento. «Tranquila, respira como ya sabes: inhala por la nariz, exhala por la boca». «Creo que no voy a poder, me está dando un ataque de pánico. Esto duele, no tanto como la primera vez, pero duele». Acaricio mi vientre para calmar las contracciones, pero nada funciona. Es inevitable, la bebé ya viene y me tiembla el cuerpo de pensar que el dolor sea fuerte como con Ethan. Sí, Ava tenía razón cuando dijo que Thorin nos iba a dejar bien preñadas en nuestro celo, y aquí estoy a nada de dar a luz por su culpa. Voy a mutilarle el coso por hacerme esto. Aunque cuando pienso en todos los momentos con Bastian, toda la atención y las veces que lo volví loco en las madrugadas por algún antojo raro, me dan ganas de repetirlo solo para verlo desesperado cuando finjo algún dolor. Jajaj… «Eso es c
Pov Leina No sé que voy a hacer con estos dos, Bastian solo estaba riéndose con orgullo, viendo a Ethan como si eso fuera una gran hazaña. —No me mires así, es nuestra princesa y ningún mequetrefe va a venir a reclamarla; primero tiene que demostrar que es tan fuerte y capaz como su padre. Hombres, no puedo con ellos. Los cuatro nos quedamos juntos por el resto de la noche. Ethan se quedó dormido con su cabecita apoyada en mi pecho, cerca de su hermana, hasta que Bastian lo cargó con cuidado, acomodándolo del otro lado. Coloqué a nuestra pequeña Juliette, así la llamamos, a mi lado, nuestros cachorros en medio de nosotros. —Descansa, mi Luna, yo cuidaré de ustedes. Al final fue él quien se quedó dormido, así que aproveché y me levanté a pesar del malestar. Caminé hasta el balcón, mirando la luna en lo alto. Una suave brisa llegó de algún lado, acariciando mi mejilla. No se sentía frío el tacto, todo lo contrario. —Gracias, madre, por la familia que me diste—. Me giré
Pov Narrador Todos se hacen a un lado, inclinándose al ver a la emperatriz; nadie se atreve siquiera a atravesarse en su camino. Sus ojos están llenos de lágrimas y su corazón pende de un hilo. Con el corazón casi en la boca, llega al ala este del castillo donde la comitiva del ministro Teseo se aloja. Sus manos tiemblan mientras avanza a la única habitación de ese pasillo, y sus nudillos están blancos de apretar con fuerza la falda de su vestido. Abre las puertas y lo que ve hace que su corazón se desgarre de dolor. —Keira…— corre hacia la cama, mirando el cuerpo de su hija desnudo, lleno de marcas y moretones. Ella abre los ojos en una rendija. —Mamá— su voz apenas se escucha; una lágrima solitaria se desliza silenciosa hasta caer en la cama. ¿Cómo había pasado esto? ¿Cómo su esposo había permitido esto? Ella se fue solo por unas semanas y regresa por una carta donde le indican que su hija fue vendida. —Tranquila, cariño, mamá ya está aquí— toma una bata para envol
Pov keiraMe quedé ahí parada por lo que parecieron horas, mirando a la nada, justo donde la silueta de mi madre había desaparecido mientras nos adentrábamos en este camino serpenteante a través del agua.Quería seguir allí, con la esperanza de que todo esto fuera un sueño horrible del que pronto despertaría, pero no fue así.Me dolía cada parte del cuerpo; mis piernas protestan para que les dé un descanso, mientras que mi alma me pide a gritos que llore para sacar todo ese dolor.¿Llorar? No, llorar ahora no es una opción; llorar no va a resolver mis problemas, llorar no me devolverá mi vida y todo lo que perdí.Me alejo al pequeño espacio de la barcaza, lejos de la mirada del hombre que la guía.Hago una mueca de dolor al sentarme por ser atravesada por puntadas en todo mi vientre y en mi zona íntima. Una clara consecuencia de la noche de mierd4 que pasé a manos de ese hombre.¡Duele!Duele mucho saber que tu propio padre, al que siempre admiraste y respetaste, te haya entregado com
Pov KeiraAvanzamos por las calles polvorientas y desoladas de este pueblo gris y pobre; algunas personas se mantienen curiosas desde la ventana, mirándonos.Jamás en mi vida había visto nada fuera de los muros del palacio; nunca se me permitía salir, hablar con los sirvientes o jugar.Siempre quise ir a explorar, saber si el mundo era así de hermoso como en los cuentos que me recitaba mi madre, pero al ver este pueblo sin vida, con las calles de tierra y gente que apenas tiene tela para vestir, me doy cuenta de que la realidad es mucho más dura.—¿En qué Reino estamos?— decidí preguntarle a Gerald.—Imperion, señorita; las fronteras de su Reino y las tierras no reclamadas.¿Imperion? ¿Acaso mis padres saben de esto?Llegamos a una taberna que ofrece habitaciones. Caminamos directo hacia el encargado, que limpia una y otra vez el mismo vaso de vidrio con un trapo todo manchado.«Keira, no me gustan las vibras de los hombres de la esquina. No los voltees a ver, espera a que subamos. Cr
Pov EthanNada en todo este panorama pinta bien. Ver familias enteras cruzar nuestras fronteras en busca de refugio es algo que jamás creímos ver.Los guerreros se mantienen alerta, cubriendo toda la zona y ayudando a los recién llegados a acomodarse por separado.Muchas mujeres cargan a sus cachorros con un pequeño morral a sus espaldas, trayendo lo único que tienen.Los lobos y lobas con parejas de otras razas deben permanecer separados del resto. Sonará racista, tal vez, pero ya nos hemos llevado muchas sorpresas desde que todo esto comenzó.—Lleven a las mujeres y a los niños a la manada más cercana para que coman y luego los llevan a los refugios. Los demás tendrán que pasar por la supervisión con Rocco y su padre.—Sí, Reina.Mi madre se acerca con cara de fastidio; ya está más que harta de todo el protocolo de títulos.—Madre, debiste quedarte en la manada. Yo puedo encargarme de esto.—Lo sé, pero tener a tu padre todo el tiempo encima me desespera —observa al grupo de persona