Pov Bastian ¿Dónde estaba? ¿Qué es este lugar? Me encuentro en un valle lleno de flores; las pequeñas plantas bajo mis pies descalzos se sienten como algodón. Parecía estar en una especie de sueño; el cielo sobre mi cabeza es una estela de constelaciones impresionantes. No recuerdo cómo llegué aquí; siento que me falta algo importante y no logro recordar. Un nombre rebota en mi mente una y otra vez: ¿esa tal Leina es importante para mí? ¡Sí, sí lo es! Recuerdos llegan uno a uno de ella hasta que recuerdo la batalla, el portal; ¡él la tiene! Corrí por aquel valle tratando de llegar a algún lado, salir de este lugar extraño para recuperar a mi hembra. Podía sentir la desesperación correr por cada partícula de mi cuerpo; el miedo golpeándome con fuerza. Esa explosión me dejó fuera, ¿acaso estoy muerto? Corrí con toda la velocidad que pude hasta llegar a una colina elevada. Del otro lado, el gran templo de la Diosa se alza, blanco y puro como el de aquellas tierras.
Pov Bastian Me quedé en silencio, esperando a que ella continuara. Sé que esto no me va a gustar. —No, no te va a gustar. Pienso crear un vínculo entre Ethan y una descendiente de los dragones… Bufé al escucharla, riéndome en su cara por semejante estupidez. —No, me niego a que mi hijo se mezcle con ellos; son unos malnacidos traidores. No merecen nada de nosotros. Me niego, rotundamente me niego a esa unión. Eso no puede pasar jamás. Van a destruirnos y ella lo sabe. —No puedes crear un vínculo con una raza en donde tú no mandas; jamás se dará. —La emperatriz está embarazada. En unos meses dará a luz a la siguiente heredera al trono. Puedo crear el vínculo por una razón, Bastian… Se acerca hasta mí, tomando mi barbilla. —Ambas son híbridas; la emperatriz tiene una loba en su interior, al igual que la pequeña que viene en camino. El emperador no lo sabe, pero si lo llegara a saber… —Ese no es nuestro problema. —Lo es. Creerá que fue engañado con magia, que su víncul
Pov Narrador Una guerra que apenas comenzaba ya había dejado a miles de muertos a su paso. En el extenso campo de batalla, muchos lloran a sus muertos, mientras otros los van levantando para darles una despedida adecuada. Carreta tras carreta entra y sale de aquella tierra cubierta por la sangre de guerreros que lo dieron todo hasta el final. Sus familiares, detrás, con flores blancas en sus manos, acompañándolos en su última caminata hasta el lugar de su descanso. En lo alto del castillo de los Lycan, los pasillos se mantienen desolados; los lamentos rebotan entre las paredes llenas de recuerdos. Todos los colores que hacían brillar el imponente castillo se volvieron grises; la temperatura misma bajó, dejando un frío helado a su paso. Las piedras lunares que rodean la manada pierden su poder; su brillo casi se apaga, así como la vida del último Lycan que yace tendido en una cama. La sacerdotisa infunde toda la magia posible en su cuerpo para tenerlo atado a este mundo. Cuando s
Pov Narrador Dos ejercicios cubren una extensión importante de los límites del bosque siniestro. Sus árboles marchitos y retorcidos dan una sensación escalofriante. La misma tierra parece haber muerto, pues todo lo que hay en ella son raíces retorcidas y pequeños insectos que se adaptaron a este ambiente desolador y rústico. Las nubes oscuras se arremolinan en lo alto de una montaña, cubriendo con la niebla un castillo oscuro donde su señor aguarda. Isa se detiene en los límites, mirando con dolor y miedo aquel lugar que alguna vez fue hermoso. —Aguarden aquí, debo romper el sello para que puedan ingresar, pero deben saber que una vez que lo quite, Amre lo sabrá. —Estamos listos. Isa extendió sus manos, creando círculos frente a ella. Los anillos giran en su interior como engranajes tratando de encajar en un reloj. Símbolos se desprenden, llegando a la barrera que los separa de las tierras de Amre. Una vez que la tocan, se queman, abriendo una brecha que se va consumiendo como
Pov Narrador Habían pasado milenios desde que Isa había recorrido aquellos jardines que hoy no eran nada comparados con lo que recordaba. Los ladrillos grises de los muros tienen enredaderas secas y marchitas que se tejen como una red de telarañas, extendiéndose por las estatuas rotas y el suelo de piedra. Camina hasta la entrada del castillo lujubre; las torres que se alzan casi hasta el cielo están cubiertas con nubes espesas a punto de dejar caer la lluvia. Su presencia brilla e ilumina aquel lugar, alejando las oscuras sombras que acechan en las esquinas y los altos techos cónicos. Sube las escaleras hasta llegar a un puente colgante que la lleva a la torre principal, donde está la alcoba de Amre. Sus ojos se van llenando de tristeza; los hermosos recuerdos con su amado pasean en su mente antes de que la codicia lo cegara. Empujó las puertas dobles de hierro y allí, sobre la cama, estaba Leina. Su piel pálida le daba un aspecto enfermizo, con marcas de mordeduras e
Pov Narrador Las nubes tormentosas sobre el castillo relampaguean, iluminando las paredes oscuras y las habitaciones vacías. Los rayos descienden con fuerza, golpeando las torres que se desprenden por el impacto. Otro rayo ilumina el cielo, parpadeando entre los miles de cuerpos y criaturas que luchan. El estruendoso trueno ahoga los alaridos de guerras y los gruñidos de batalla. El cielo, antes claro sobre ellos, se va tornando oscuro; la tormenta sobre el castillo sigue creciendo a medida que absorbe las nubes que cubren las tierras del Rey vampiro. Un rugido de dolor y rabia resuena al mismo tiempo que otro trueno sacude los cielos. Bastian lucha por respirar, tirado sobre la sangre que se pega a su piel junto con pequeñas piedras. Una gran herida en el costado obligó al cambio, dejando su parte más vulnerable expuesta. Amre estira sus dedos con las uñas largas, llenas de sangre. Gruñe de dolor encorvándose; la tela desgarrándose en su espalda deja ver los huesos que se quie
Pov Leina No entendí lo que quiso decir con aquellas palabras hasta que la vi caminar hacia lo que parecía ser la versión más monstruosa de Amre. Thorin esquiva sus golpes, evade con rapidez cada ataque. Si se deja alcanzar por alguno, podría ser muy letal. Cerré los ojos, pasando mi protección a él; no podía permitir que nada le pasara. Tal vez antes podría contra él, pero no ahora. La piel de Amre está llena de venas moradas; su tamaño ahora es descomunal. Un poder oscuro se mueve dentro de él. Isa está decidida a lo que hará, aunque eso la esté destruyendo por dentro. Él fue su compañero, su primer y único amor, y ahora… debe destruirlo por sus propias manos. Miré a los guerreros, a los escorpiones, todos acabando con los pocos experimentos que Amre había creado. Un tono rojizo nos cubrió a todos. La Luna, a mi espalda, se había teñido de sangre; sabía lo que mi hermana estaba invocando. «Bastian, debes apartarte de Amre, ahora». Con mis manos comencé a trazar runa
Pov LeinaMe encontraba ansiosa, nerviosa y no sé el porqué.Mis dedos tararean sobre la madera pulida del tocador, mostrando claramente mi nerviosismo.Las doncellas corren de un lado a otro, preparando telas, flores y quién sabe qué más cosas.Me miro en el espejo y me veo riéndome de los nervios.«Tranquila, lo harás bien, no es como que vaya a dejarnos plantadas; en dado caso, lo perseguimos hasta en sus sueños y luego lo guindamos de las pelotas grandes que tiene».«Jajaj… Ava, no me ayudas con eso».La doncella que había salido regresó para terminar de arreglar mi cabello. Hizo un semi recogido hermoso y luego lo completó con un broche de flores con diamantes.—Aquí está… el hermoso vestido— me levanté al escuchar a la señora Hera, que puso ante mí su magnífica creación.Es un hermoso vestido de color blanco y azul oscuro; no tiene muchas capas. Además, tiene detalles en oro blanco y pequeños diamantes que fueron bordados a mano.Sí, es un vestido que grita lujo, pero también es