Pov Keira Los mecanismos de las murallas resonaron fuerte a mi espalda; las balletas ya se estaban preparando para atacar la amenaza que se aproxima. Los guerreros salieron preparados para dar pelea y podía sentir a Bastian venir hacia aquí. —Es mi mamá. Ethan, dile que paren. Tomé sus manos desesperadas, mirando las puntas brillantes que apuntaban a ella. No podía permitir que le hicieran nada. Ethan levantó su mano y todos detuvieron lo que estaban haciendo. Storm volteó a ver al dragón que se aproximaba, elevándose al cielo sin siquiera esperarme. Joder, ¿qué demonios pasa con Storm hoy? Corrí hacia ella; sabía que algo estaba mal. Su vuelo es bajo, torpe; ni siquiera podía sentirla completamente. Miré hacia atrás para ver a Ethan hablar con su padre. Solo espero que, por favor, escuche y no dé la orden de atacar. Me detuve al ver cómo comenzaba a descender, Storm ayudándola para que no cayera de golpe y, aun así, lo hizo. Corrí hacia ella, mirando las graves heridas a t
Pov Keira Hace mucho había caído la noche y yo aún me encontraba aquí, sola, mirando desde lo alto a los dragones descansando alrededor de las casas donde duermen muchas familias. Mis labios tiemblan al pensar en los niños, en sus pequeños dragones que no les quedan más de dos semanas de vida. Mi sollozo rompe la quietud del aire, de las nubes que ahora me rodean sin sentirse cálidas. Los dragones adultos podrán vivir, pero ¿qué hay de los pequeños? Ellos siguen conectados hasta que su parte humana cumpla diez años. Trato de calmarme, concentrar mi dolor en otro lado o tal vez necesito que eso se convierta en algo más, en odio, uno que va dirigido no solo a mi padre, sino a ese ser que quiere destruirlo todo. Alzo la mirada a la luna, su luz aún sigue oculta, pero está ahí; sé que ella puede escucharme. —Dime qué hacer, me destinaste a Ethan por alguna razón, sé que para todos tienes un propósito, así que dime cuál es el mío. Una brisa fría me golpeó de repente, haciendo
Pov Ethan La habitación entera se sumió en un profundo silencio después de las palabras de la madre de Keira. Es más que obvio que no estamos preparados para la guerra contra lo que no se puede destruir. —Pero, tenemos entendido que es un ejército —dice Deiros. —Lo es; sin embargo, no es común. Los hombres que alguna vez lo fueron ahora son como polvo oscuro que cualquier cosa puede traspasar como si nada. —¿Qué hay de los dragones? —decidí preguntar, mirando cómo ella se tensa. —No están bajo control porque son criaturas antiguas, pero sirven a sus dueños; se ven obligados a hacerlo. Mi padre suspira. Los últimos tres días no ha estado durmiendo siquiera, preparando todo para que la guerra sea fuera de nuestro Reino, de preferencia en las tierras de nadie. Nuestros hombres han estado trabajando extra para llevar las pesadas ballestas. Me duele tener que tocar algo que para mi compañera es sagrado, pero no hay otra opción. —Deberían hablar con su Diosa. Sé que no tengo ningún
Pov Ethan Un dragón se acerca desde las alturas; sus escamas brillan con el resplandor del sol que apenas pasa entre las espesas nubes negras que ya comenzaron a cubrirnos. Doy un paso al frente al verlo descender; sé que trae información valiosa y espero que esto nos dé ventaja. —Príncipe Ethan. —Por favor, sigue adelante; todos nos esperan en la sala de reuniones. Ambos entramos al palacio, uno muy movido, con las doncellas y varios guerreros llevando suministros al refugio debajo de nosotros. Todos están tensos; saben que el tiempo ha llegado a su fin. Abro las puertas, dejando que él entre primero; cierro las puertas a mi espalda y espero a que diga lo que tiene que decir. —El ejército está a un día de camino; es grande, señor, muy extenso. De los orillos del camino y de los árboles brota un humo ácido que se eleva a los cielos, creando esas nubes sobre nosotros. El primero en reaccionar es Neil, maldiciendo todo lo que puede, seguido de él por todos los Alfas. Rocco y yo
Pov Ethan Apenas pude levantarme y corrí tras de ellos; necesitaba saber que estaba bien. No sentía nada a través de nuestro vínculo y eso me tenía al borde de un colapso. ¿Acaso esto es lo que estaba sintiendo mi padre? En medio del camino, me detuvo la sacerdotisa; me trancó totalmente el paso sin dejarme pasar. —No, Ethan, en el estado en el que está tu padre no va a medir consecuencias. Tienes que dejarlo; ella estará bien, pero se ha desconectado de todos y, créeme, TODOS podemos sentirlo, no solo tú. Pasé mi mano por mi cabello en un intento inútil de calmar mi frustración. Pensaba en mi padre; él debe estar peor justo ahora. Joder, tenía que haberla detenido. —Ethan, amor, tranquilo, tu madre estará bien. Lo sé, por ahora dejemos a tu padre solo, no lo provoques. Miré una última vez hacia atrás antes de salir con mi compañera. Al llegar abajo, tenía más de una mirada encima; otros miraban fijamente hacia arriba de las escaleras, preocupados por su Reina. Pasé
Pov Leina Creí que esta sería la noche más especial de mi vida, que por fin conocería a mi loba como tanto deseé, pero nada de eso sucedió. Ahora solo escucho como mi padre, el ex beta de la manada, discute con el antiguo Alfa y su hijo, el Alfa actual; sobre mi expulsión. La manada al rededor se mantiene en silencio, las miradas con burla de las lobas que codiciaban mi lugar no se hacen esperar. —Ella es tu compañera Reiner, expulsarla sería dejarla sin protección, allá afuera hay demasiados renegados y bárbaros. —Yo necesito una compañera fuerte, una Luna que pueda ser capaz de proteger a su gente, su loba no despertó, por lo tanto, no le sirve ni a la manada ni a mí. Las palabras de mi compañero se clavan como un fuerte puñal en mi corazón. Las lágrimas quieren salir, pero no dejaré que ellos vean mi debilidad. —Reiner, por favor, es mi hija, piensa en estos dos años que tardaste esperándola. Apreté los puños de rabia, observando como mi padre se arrodilla ante él, s
Pov Leina Mi padre tomaba el manojo de llaves y metía una a una en la pequeña ranura de la puerta. Sus manos temblaban haciendo que se cayeran las llaves varias veces, volviendo a comenzar de cero. —Papá, dime qué es lo que pasa, ¿Reiner está bien? Pregunté aun pensando en el momento en que acepté su rechazo, parecía que a él lo estaba matando. —Está vivo, es todo lo que sé, pero su padre mandó a preparar un escenario para ti, serás ejecutada por intentar acabar con la vida del Alfa. En ese momento la cerradura resonó en el espacio frío, la reja se abrió con un chirrido y mi padre comenzó a arrastrarme hacia la salida. Las antorchas iluminan el pasillo, creando sombras en las celdas que permanecían vacías. Podía escuchar como las ratas se arrastraban en la oscuridad huyendo de nuestra presencia. Las paredes de piedra negra se cerraban sobre mí, haciéndome sentir asfixiada. —Papá, espera… —Escucha bien Leina, te ayudaré a llegar a la cascada, una vez que la cruces
Pov Leina Traté de alejarme de él hasta conseguir algo con que defenderme y fue cuando mis manos se toparon con una piedra. El lobo me mostró sus colmillos listos para saltarme encima. Esta era mi oportunidad. Tomé la piedra con fuerza y se la lancé, golpeándolo en la cabeza. Aproveché la oportunidad de su descuido para levantarme y correr con todas mis fuerzas. Escuché otros aullidos cerca. Más lobos renegados se acercaban. No podré salir de esto, me alcanzarán y luego… «Saldremos de esto, confía en mí, confía en ti, llega al río» Me detuve en seco casi cayendo al vacío, la tierra se desprendía bajo mis pies perdiéndose en el agua que corría a gran velocidad abajo. Varios gruñidos llamaron mi atención y me giré para verme rodeada de al menos unos ocho renegados. Comenzaron a avanzar hacia mí. Este es mi fin. —AHHGR— grité apretando mis dientes, caí de rodillas sin entender qué pasaba, el dolor de mi cuerpo era horrible y abrumador. Vi mis man