KaneEl agua caliente caía sobre nosotros disolviendo las manchas de sangre y el polvo que la batalla había dejado en nuestra piel.La vi cerrar los ojos bajo el chorro, las gotas cayendo por sus pómulos y labios, y sentí una urgencia abrumadora de estar más cerca de ella de una manera que no habíamos estado hace mucho tiempo.La atraje hacia mí, mis manos explorando la suavidad de su piel en contraste con el frío de los azulejos detrás de ella.Sus manos ansiosas, se enredaron en mi cabello, tirando suavemente, guiando mi boca hacia la suya. Un beso tierno, que pronto se intensificó, alimentado por el miedo de casi perdernos el uno al otro y por la pasión acumulada de nuestras almas luchando por reencontrarse.Mis manos bajaron por la curva de su cintura hasta sus caderas, sosteniéndola firme contra mí, sintiendo cada uno de movimientos en respuesta a mi toque.Cada gemido que escapaba de sus labios se mezclaba con el sonido del agua, y mis propios gemidos.La levanté, su cuerpo desl
KaneDesperté sintiéndome diferente.La suavidad de la primera luz del amanecer filtrándose a través de las cortinas de la habitación.A mi lado, Maeve dormía profundamente.Con cuidado, deslicé mis dedos por su cabello, admirando la manera en que los mechones se enredaban alrededor de mi mano. El contacto suave pareció atraerla más cerca en su sueño, sus manos buscando instintivamente el calor de mi piel.Con delicadeza, pero con una intención clara, la maniobré moviendo su cuerpo para que quedara encima del mío. Sus piernas a ambos lados de mi cadera, me daba acceso directo a su sexo.Deslicé una mano entre nuestros cuerpos, llegando a su intimidad, mis dedos ya mojados con sus jugos.Siempre tan lista y dispuesta para mí.Ella aún luchaba contra el sueño para abrir los ojos, cuando tomé mi miembro y lo pasé por su entrada, la humedad y el calor que sentí me hizo gemir de necesidad.La penetré lentamente, colocando una mano en sus caderas para moverla sobre mí, aunque para ese momen
MaevePodía sentir la mirada de Kane quemando en mi espalda.Pero este era mi momento para demostrar que no solo era digna de Kane, sino también digna de ser su Reina.El vampiro era alto, con músculos grandes que indicaban su poder. Su mirada estaba fija en la mía, buscando algún signo de debilidad, pero me mantuve firme, mi postura despreocupada.—Está muy segura de ganar esto, ¿no es así? —su voz era un susurro desafiante que intentaba desestabilizarme.—Más segura de lo que tú pareces estar, —respondí con una sonrisa fría, intentando provocar su ira y ganar ventaja en su descuido.El vampiro gruñó y, sin más, lanzó un ataque rápido, su mano transformándose en una garra dirigida a mi cuello. Me incliné hacia atrás, esquivando su primer golpe con agilidad.Él, sorprendido por mi rapidez, no tardó en lanzar otro ataque, esta vez una patada baja destinada a derribarme.Giré sobre mí misma, evitando su pierna y aproveché la apertura para contraatacar. Mi puño conectó con su costado, un
MaeveLas semanas se deslizaron como sombras, y cada pista que seguíamos se desvanecía antes de que pudiéramos cerrar un círculo sobre Ethan.La frustración era cada vez más palpable en cada reunión que teníamos, pero a pesar del desánimo, la determinación por encontrarlo nunca flaqueó.Estábamos en la sala de guerra, rodeados de mapas y documentos por todos lados. Algunos de los vampiros más antiguos y poderosos, los pura sangre, estaban con nosotros.El aire estaba cargado de una tensión nerviosa, cada uno consciente de la amenaza que Ethan representaba no solo para nosotros, sino para todo el equilibrio del mundo sobrenatural.—No sería la primera vez que desaparece así, —suspiró uno de ellos, un vampiro llamado Alaric, que había visto más siglos pasar que cualquier humano podría imaginar. Llevó una mano al puente de su nariz, frotándola como si pudiera masajear la frustración de su mente.Estaba inclinada sobre la mesa, mis manos apoyadas sobre el mapa, con los dedos trazando las
Kane"Heredero," esa palabra resonaba en mi mente, retumbando con una intensidad que parecía hacer eco en cada rincón oscuro de mi existencia.Me paralicé, incapaz de moverme mientras los sollozos intermitentes de la mujer llenaban el aire. Mis manos temblaban ligeramente, la magnitud de lo que esa palabra implicaba golpeándome con una fuerza brutal.—Déjanos, —ordené con una voz que apenas reconocí como mía.La mujer asintió rápidamente, sus movimientos torpes y apresurados mientras huía de la habitación, dejando atrás un silencio que palpitaba con posibilidades.Una vez solos, miré a Maeve, observando cómo su pecho subía y bajaba con respiraciones agitadas, aún asustada por lo que había vivido hace nada.Me acerqué, cada paso hacia ella me costaba, como si caminara a través de una densa neblina. Al llegar a su lado, me dejé caer de rodillas a sus pies, sintiendo que el mundo entero se reducía a este momento.Mis manos, aún temblorosas, la rodearon por la cintura, y con cuidado coloq
MaeveEl aire de la sala del trono estaba cargado de tensión. La voz de Liam cortó el silencio, resonando con una cautela evidente:—No estamos aquí para pelear. —Sus manos estaban extendidas frente a él, las palmas abiertas en un gesto de paz, pero su cuerpo estaba tenso, preparado para cualquier reacción.A su lado, Sarah parecía una figura trágica, su rostro estaba pálido, sus ojos brillaban con lágrimas no derramadas que reflejaban su miedo y desesperación. La tensión en sus hombros decía más que mil palabras, un temor latente a lo que podía desencadenarse en cualquier momento.A pocos pasos de mí, la mujer que había intentado matarme hace unas horas se movía sutilmente más cerca, sus movimientos casi imperceptibles, pero yo los noté todos.Mi cuerpo reaccionó instintivamente, tensándose como un arco listo para ser disparado. Ella intentaba parecer desinteresada, pero el ligero temblor en sus manos la delataba.Alrededor mío, los vampiros que estaban mas cerca, me miraron por un s
MaeveLa salida de Liam fue silenciosa pero tensa, cada paso resonando con un eco de derrota y desesperación.Kane permitió que se llevara el cuerpo de Sarah. Sin embargo, el collar que había llevado ella quedó en nuestras manos.Al examinarlo más de cerca, uno de los especialistas en tecnología le hizo un estudio, descubriendo algo que me dejó sin aliento.Dentro de él, oculto ingeniosamente, había un micrófono diminuto y un dispositivo aún más horripilante: un sistema cargado con una bala explosiva.Me dí cuenta de que Sarah había estado bajo vigilancia en todo momento, aún así no dudó cuando decidió revelarme los secretos que no debía, haciendo que Ethan actuara. Desde algún lugar remoto, él había detonado la bala, terminando su vida en un instante.Unas horas después de digerir la crudeza de esto, mientras mi corazón aún intentaba encontrar el ritmo correcto, Kane convocó a una reunión urgente con los demás vampiros.Estaba sentada en la sala de guerra esperando a los demás, con m
MaeveNuestra habitación tenía un aire casi sagrado cuando Kane cerró la puerta detrás de nosotros, sellando el mundo exterior y sus amenazas por un momento.El aire estaba impregnado del aroma sutil de lavanda y el más intenso de nuestro propio miedo y tensión. Él me rodeó con sus brazos, un abrazo que dejaba ver y sentir todo el terror que ambos sentíamos por la misión que teníamos por delante.—Prométeme que te mantendrás a salvo, —susurró cerca de mi oído, su aliento cálido enviando un escalofrío por mi columna.—Lo prometo, —respondí, aunque mi voz temblaba.—De verdad, sin ti no soy nada, ángel. No quiero ni pensar en qué pasaría si... —su voz se quebró, la idea de perderme era demasiado para él, como lo era para mí perderlo a él.—No tienes que hacerlo, mi amor, —le aseguré, cortando sus temores antes de que pudieran tomar más forma.Mis manos se deslizaron por sus brazos, sintiendo el tenso contorno de sus músculos bajo su camisa. Sus brazos se apretaron un poco más alrededor