Dixon ya no sabía cómo caminar por la casa. Sus pies estaban en carne viva cubiertos por vendas y aun con su rápida facilidad para curarse no le había dado tiempo a que la carne se reconstruyera. Sus manos en igual estado. Había enormes ojeras y su cabello estaba completamente enmarañado. Alrededor de los muebles de la oficina estaban destrozados, con marcas de garras o partes partidas. Él, se encontraba sentado en el único butacón que no había volcado pero que sus garras ya habían astillado la madera del reposabrazos.Su pecho estaba apretado. No sentía a su loba, era como si ella estuviera muy lejos, tampoco la habían encontrado, por mucho que la hubiera buscado. Era como si hubiera algo que no les dejara llegar a ella.Y durante toda la noche había estado un sentimiento de angustia que lo había hecho derramar lágrimas de sus ojos. No supo si era realmente él el que estaba llorando, pero solo le pudo venir la idea a su cabeza que había sido su loba la que había pasado por algo que l
Clara se estremeció al sentir aquella lengua rasposa de su anterior atacante pasar por las heridas que él le había provocado en su lomo y cuello durante la noche. Ya había amanecido, era lo que le indicaba la poca luz que entraba en aquella habitación. Sin embargo, para ella aún era oscuro. Estaba en una esquina hecha una bola temblante, con su cuerpo adolorido, con desgarro en su interior dado el nudo que había intentado sacar solo causándose más daño del que le había hecho, y el semen del lobo aun escurriendo por su sexo asquerosamente. Gimiendo bajo con su cabeza escondida entre las patas queriendo que el mundo se le acabase.Ella había sido violada por otro lobo brutalmente. No había sido tomada por sus mates, El celo había mermado significativamente dado el fluido que corría en su interior y que la calmaría hasta la noche donde los síntomas volverían. De solo pensar que pasaría por lo mismo la hizo comenzar casi a sollozar.Se retorció más e intentó fundirse con la pared intent
Las palabras de aquella loba aun resonaban en la cabeza de Clara acostada en una esquina hecha una bola. Su cuerpo dolía ya recuperándose del ataque recibido antes. Sus recuerdos eran difusos durante el suceso. No sabía si por la mezcla de emociones, o por el miedo, o porque había perdido la conciencia, varias veces. Eso no quitaba que se tuviera asco y que temblara como si pudiese quebrarse en cualquier momento. Su cuerpo había sido mancillado. Aunque a esa altura ya no le importaba.Tampoco se abría sentido bien junto a sus mates. Ella nunca los había aceptado en ningún momento. Les tenía miedo. Ellos… ellos.Acercó su boca al plato de comida que estaba delante de ella. Tenía ganas de vomitar, pero sabía que al menos comer no la haría pensar.-Yo tú no comería eso- oyó la voz de una loba amarrada cerca de ella, con un cachorro pequeño durmiendo como una bola entre sus patas que al igual que su madre estaba delgado y demacrado, no muy diferente a todos a su alrededor- La comida que n
Había demasiado silencio.Normalmente cada vez que le llevaban una loba a su macho reproductor durante la noche, solía haber sonidos saliendo de la celda, no muchos y en varias frecuencias, pero si había. Entonces era de suponer que algo raro estaba ocurriendo.Uno de los cazadores que custodiaba el pasillo avanzó algo preocupado. Apretó la vara eléctrica en su mano cauteloso. Entraría en una celda con dos lobos en celo. Uno de ellos, un macho que intentaría proteger a la hembra con que se estaba apareando y con el carácter del lobo de seguro lo atacaría.Tragó en seco y acercó la mano a la manigueta y la comenzó a bajar con cuidado creando un chirrido oxidado. Aun así, no sintió sonido dentro. Frunció el ceño, algo no estaba bien. Abrió la puerta con la vara en la otra mano y entró. La luz del pasillo inundó la habitación y su pie se posicionó en el suelo escuchando un leve chapoteo. Cuando miró abajo sus ojos se abrieron grandes de la impresión.Sangre. Mucha sangre.Su primera impr
A pesar de no haber estado en control mientras la Clara más débil era la que mandaba, la Clara de ahora recordaba tanto ella como su cuerpo como era tanto esconderse como huir de los Salvajes para salvar su pellejo. Por lo tanto, a diferencia de otros lobos, ella tenía un oído y un olfato muy por encima de la media, algo también influenciado a su antigua falta de vista.Ahora era mucho mejor, pero depender de sus otros sentidos en ese momento era lo mejor. Y gracias a ellos pudo salir del pasillo y avanzar, en lo que parecía un campamento grande sin ser vista. Escuchaba los sonidos de cazadores y los pasos de estos y ella se escondía o iba en la otra dirección con tal de no encontrarlos. Podía matarlos, pero eso llamaría mucho la atención. Y necesitaba todo el tiempo posible al menos para liberar a los otros salvajes.Pasó la mano por su cuello que latía y dolía con incomodidad. Había tenido que rasgar parte de su piel en un intento por quitar el collar que no le permitía convertirse,
A pesar de que el plan era sencillo conllevaba bastantes riesgos y eso era algo que Clara sabía muy bien. Por lo que ella sería la carnada, tenía experiencia en ello después de todo. Escapar de los Salvajes para mantenerse viva ahora servía de algo.Así que ella les indicó a los otros lobos por dónde ir. Debían alejar a los cazadores, ella haría que centraran su atención en ella y después ellos los atacarían por detrás. Un patrón simple, pero un paso en falso y la vida de más de uno correría peligro.Con su oído localizó a cada uno de los cazadores. Eran diez en total, pero no estaban todos agrupados. Los más cercanos eran dos que se acercaban corriendo en dirección a ellos. Era momento de actuar. Clara les dijo a todos que se quedaran detrás mientras los otros que la ayudarían se escondieron.Transformó rápido su cuerpo, dejando que su pelaje la cubriera y salió corriendo atravesándoseles en el camino a los dos hombres que rápidamente alzaron las armas en su dirección. Clara ya sabía
Clara pudo sentir el calor y la humedad de la sangre ajena palpitarle el rostro, mientras ella no sentía ningún dolor a pesar del disparo. Todo había sido realmente rápido, pero lo suficiente para que ella fuera consciente de los hechos, de la situación y solo pudo hacer una cosa.-ETHAN- gritó al ver el cuerpo de su mate tambalearse delante de ella, con una herida en su pata de donde brotaba la sangre.Seguido escuchó el gritó del cazador cuando la boca llena de dientes del lobo de pelaje azabache se cerraba alrededor de su cuello y lo desgarraba. Dixon no tuvo contemplaciones para matar al agresor de su pareja. Apretó hasta que el hombre dejó de moverse. Y solo así alzó la cabeza. Los ojos dorador de él se fijaron en Clara, como los de su hermano que la miró por encima del hombro.A pesar de lo que había pasado, de que pudiera estar resentida porque ellos no hubieran llegado a tiempo, fue como aquella vez, ellos la habían ido a buscar, y por el estado del cuerpo de ambos, incluyendo
A pesar de haberse criado separados y de conocerse solo hacía poco, Dixon y Ethan no podían negar que eran gemelos. La sensación que sentían en ese momento era la misma. Ambos intentaban contener la rabia de salir corriendo para destrozar a aquel macho que había osado tocar a su mate. Sin embargo, y solo porque sabían que su pareja tenía tendencia a que el peligro la rodeara y después de días la habían encontrado, no la habían forzado ni dejado sola. Aun cuando ella no les había dicho nada.Sabían muy bien que ella había perdido su virginidad, y por las heridas de su cuerpo no de la mejor forma y eso los cabreaba aún más. Ella no debía haber sido tratada así. De esa forma. Y hasta habían tenido que contener sus instintos para no rechazarla en el acto. Eso desmoronaría por completo a la hembra, pero el olor a otro macho saliendo de ella era hasta repulsivo.A pesar de todo ellos la habían puesto en primer lugar, tragando toda la furia dentro de ellos con la intención de no perderla de