¡Aquí finaliza la primera fase! Ahora sí daremos paso a la segundafase. Todas necesitaremos un cardiologo y apenas vamos iniciando con las historias de esta generación.
Las puertas del mismo infierno parecían haberse abierto cuando el andar del hombre con camisa oscura y pantalones grises se hizo presente en la clínica a la cuál se presentó, rodeado de varios hombres que caminaron a su lado. Anthony avanzó a paso veloz hasta el elevador en donde el silencio se perpetuó como nunca. Salió al mismo ritmo en el pasillo en donde dos de sus hombres estaban a la espera de su llegada. —Lo lamentamos mucho, señor. Pero cuando llegamos a la casa luego de su orden, el ataque al señor Kirill ya había sido efectuado. —informó con pesar. —La bala lo atravesó y…—¿Dónde está? —Lo acaban de entrar al quirófano. —Anthony no esperó más, tomando las llamadas que su consejero había logrado. —Aarón está siendo atendido. —dijo Leonardo del otro lado de la línea, mientras sus propias heridas eran atendidas por mandato de su esposa. —Le dispararon a través de mí. Esos hijos de perra sabían donde estábamos. —¿Cómo estás tú?—No es nada. La bala me atravesó el estómago
—El clan Madden se sitúa en Valencia. Antes liderado por Milán Madden, pero abatido en territorio texano hace tres años. —dijo Hermes hacia Génesis. —Si me dice que quiere saber exactamente, puedo encontrarlo. —No sé lo que busco, pero por ahora solo quiero que quede entre los dos. —peleó con la sudadera que llevaba puesta. Estaba frustrada, por lo que incluso el cierre parecía su rival. —Solo busca…¡Maldit0 Ar…! ¿Qué más averiguaste?El consejero no dijo nada de su rivalidad con el cierre, mientras sus ojos trataron de concentrarse en lo que leía.—Los hijos que lideran en este momento son Chase y Naël Madden. 30 y 28 años. Al parecer tienes socios que no se conocen porque no aparecen por ningún lado, pero dominan…Permítame ayudarle. —terminó estresado al ver que la lucha con un cierre básico no terminaba. —Estúpido cierre. —dijo ella dejando que el consejero de Anthony lo hiciera. —Dime qué más hay sobre ellos. —Se dedican a la crianza y corrida de toros. Cuentan con una vasta fo
—Niklaus fue un hombre muy inteligente. Bueno, hasta donde sabemos siguió con los negocios de la familia desde que cumplió 17 años. —dijo Carlang mirando la fotografía de su padre y sus tíos cuando estos eran unos jóvenes aún. —Mi padre siempre habló de él con gran admiración. —Es lo que todos dicen, pero no me sirve para entender esta rivalidad. —exclamó Anthony pasando la mano por su cuello. Veía el móvil a cada rato. —Darío Buster lo secuestró de la nada. Eso no me lo creo. Nadie actúa así porque sí. —Lo que sé es que Darío buscó a Niklaus para asociarse con él en un negocio de una imprenta. Algo que aseguraba buena ganancias, pese a que dicha imprenta no tenía buenos números. —se aclaró la garganta, viendo a su Adán junto a sus cuatro hermanos muy sonriente. Igual como lo recordaba. —Mi padre solía decir que luego de ese negocio no concretado, Niklaus se casó. Lo decía como un chiste, pero una vez me contó que cuando eso sucedió un asedio muy extraño comenzó para ellos. —¿Asedi
—El mismo Anthony Crown del que hablan en las revistas ante mí. —alzó la voz Chase. —Pero qué pequeño es el mundo. Te juro que alguien me hubiese dicho que iba a verte en persona hoy y no se lo creería.—Nos ahorramos las presentaciones entonces. —Pelmaz pidió que se sentaran. —Tendré que ponerme al corriente con esas revistas, porque no me interesaba, pero creo que debo estar al tanto de las personalidades importantes de todo el mundo. —¿Cómo se interesaron en hacer negocios? —cuestionó Chase. —No estaba al tanto de que a los Crown les gustaba la ganadería.—A los Crown les interesa todo lo que deje dinero. —Anthony fue directo, sin preocuparse por lo osado que eso fuera para el resto. Génesis se bebió la mitad de la limonada de su vaso. Anthony la observó por un segundo al sentarse frente a ella para luego volver su atención a los Madden. —Lamento si esto es incómodo para ustedes. —interfirió Chase. —Su reciente…—Escuché que tendrá una corrida de toros como despedida, señor Pelm
Génesis cerró la ventana de su dormitorio con seguro, activó el sistema de láser para avisar si alguien se atrevía a cruzarlo mientras dormía y se atrevió a llamar a su padre. —Solo dame una razón de que algo anda mal y voy por tí. —le aseguró el alemán. —Estoy bien, papá. —suspiró ella comiendo las chocolatinas que llevaba en su cartera. —No es tan malo, salvo por el complejo de artista que tienen todos.—Dejas de comunicarte por tres horas continuas y me tendrás en ese lugar. —afirmó sin estar convencido del todo que quería ver a su hija por mucho tiempo en ese sitio. Lejos de su dominio. Génesis sabía que era capaz de cumplirlo. Para su padre la misión más importante era tener seguros a sus tres hijos y con los gemelos ya estaba haciendo su trabajo, por lo que la única que le preocupaba era su hija.Por la mañana, Anthony salía de la ducha, mirando por la ventana la ciudad cubierta por el sol matutino que atravesaba las cortinas de ese hotel. Tenía dos casas listas para recibir
—Escuché que anoche llegaste un poco tarde. —mencionó Génesis tomando un poco de café. —¿Hay problemas?—¿Te debes enterar de todo? —saltó Naël en su contra. —Es mi clan dentro de unos días. —le sonrió con dulzura. —Necesito estar al tanto de todo. —Soñando te quedarás con eso. —apretó el cuchillo en su mano. —Ya sabes lo que dicen. Hay que visualizar el futuro. —le guiñó un ojo. —Dejando de hablar con los burros, ¿hay problemas de los que deba saber? Lo ignoró por completo. Naël se levantó, sin embargo la llegada de Anthony lo hizo congelarse. —Te estábamos esperando. —saludó Chase y Génesis sonrió al ver que solo su presencia le calmaba los humos al menor que se volvió a sentar. —Y tranquila, amor. No sucede nada más que idiotas creyendo que pueden con nosotros. Nada que deba interrumpir tus labores en la preparación de nuestra boda. —Su intención quedó al descubierto. —¿Qué has adelantado hasta ahora? Génesis tomó café ante la atenta mirada de todos. Anthony sobre todo. Sabí
—¡De rodillas! —escupió José Luis con el cañón del arma presionado contra la cabeza de Génesis. Ella bajó la mirada. Cristobal comenzó a recuperar el conocimiento. Anthony lo detalló. —¡Dije de rodillas, perra malna…Génesis se movió con rapidez. José Luis se desconcertó. Cristóbal rodó en el suelo. Anthony atrapó la tráquea del tipo a quien rodeó. La fuerza ejercida en sus dedos le cortó totalmente el paso del aire. Luchó. Dio un codazo. Quiso tirarse al suelo. Soltó el arma y se aterrorizó al ver a Génesis. Pero sobre todo, pudo sentir su vida perdiéndose en las manos del mafioso. —Agradece que no tengo tiempo de cortarte la lengua. —espetó Anthony en su oreja a la vez que tiró más fuerte del pedazo de carne que tenía entre los dedos. La sangre salpicó en la ropa de Cristóbal y el cuerpo cayó a sus pies. —¿Cómo piensas sacarlo de aquí? —cuestionó la alemana al verse con dos cuerpos para cargar. —¿Quienes son? —se atrevió a preguntar Ferrer. En la oscuridad no distinguió a nad
Mateo regresó con Anthony informando sobre lo tardío que sería recuperar para Cristobal el poder hablar. Hermes tenía la lista más reducida y no se detenía en su investigación, mientras Anthony se preparaba para ir a la despedida de Pelmaz en la plaza de toros. Génesis por su lado veía la ropa que se puso frente al espejo, enviando la maleta con los mörder que la llevaron al auto.—Espero que tu viaje sea de lo mejor. —dijo Chase. —Bueno, después de regresar de la plaza de toros claro. —No pienso perderme algo como eso por nada del mundo. —caminó al frente con la campera marrón sobre los hombros. Al menos no había visto a Naël, se dijo. Definitivamente no lo soportaba.—Señor, no creerá lo que sucedió. —alcanzó el tipo que enviaron en busca de Cristóbal. Su asombro no le cabía en el rostro. —Ferrer no está donde lo dejamos y…Hay sangre. —¿De quién?—Con los restos de la camisa que encontramos, parece que es de Ferrer. —le dijo al oído.—¡Qué! —Buscamos a José Luis pero no está p